II
[...]
La chica asiente enérgicamente y vuelve a jalonear de la camiseta de Justin, quien sigue intacto en su lugar pensando en cómo ayudar a la pobre Kelsey.
—Por favor, ayúdeme—Justin se habría enfadado con ella por como lo ha tratado, pero no lo ha hecho, es más, ni siquiera le ha importado que lo tratase como un anciano, porque hasta él mismo ha reconocido que se ha comportado como tal y que se está volviendo uno.
—Uhm, ven a casa, has de tener frío—instantáneamente, ella abre sus ojos y comienza a negar. Nuevamente, cualquier otra persona que pensaría eso de Justin, lo haría enfadar, pero no—. No voy a hacerte daño, niña— él la guía hasta la cabaña.
Una vez dentro, Justin le quita la correa a Gillbert quien corretea a acostarse en la alfombra frente a la chimenea encendida y Kelsey se queda quieta en su lugar sin dejar de observarse los desnudos y sucios pies.
—¿Quieres bañarte?—se asusta ante la ruda y ronca voz de Justin, y piensa su pregunta por unos segundos, ¿Qué pasa si todo esto es una farsa? ¿Qué pasa si este hombre es amigo de los otros que la secuestraron? Kelsey se arrepiente totalmente de ser muy confiada con la gente y de haber aceptado que él la trajese a su casa. Pero necesitaba abrigo, higienizarse y por sobre todo comida, no había comido ya hace varias semanas, y su bajo peso comenzaba a notarse bastante—¿Eres sorda?—Kelsey levanta la mirada a sus ojos y los observa fijamente—Haz lo que quieras entonces—Jay piensa en ser amable con ella, pues, debe entender el momento que la chica está pasando, pero no puede, no puede ser amable con ni siquiera una joven que estuvo en peligro y que seguramente aún lo está.
—Uh, señor—pronuncia ella con cierto temor a que él se enfade, pero lo único que escucha de su parte es un suspiro, se voltea a mirarla y alza ambas cejas esperando a que hable—, ¿podría decirme donde está el baño?
—Arriba, la segunda puerta—contesta con total tono aburrido, ella asiente y va hacia este sin que el temor abandonase su cuerpo.
Justin se adentra en la cocina para prepararse algo antes de seguir con su proyecto, pensaría en la chica después, aunque ella podría ayudarle a tener mas ideas contándole su relato.
Kelsey termina de bañarse y se envuelve en una toalla para luego observar el baño buscando algo para sustituir esta, pues no quiere ver ni tocar ese trozo de tela que fue testigo de muchos abusos y golpes. Abre la puerta del baño y asoma la cabeza en busca de Justin, tendrá que pedirle algo de ropa, aunque por su cabeza cruzan miles de pensamientos negativos.
—Señor—lo llama cuando logra verlo, él quita la mirada del teléfono para observarla e inconscientemente pasa su lengua por sus labios causando que Kelsey se sienta más temerosa e incómoda—, ¿p-podría prestarme algo de ropa, por favor?—pregunta con voz notoriamente temblorosa, Justin asiente y pasa por su lado para ir hacia la habitación donde aún conserva las pertenencias de su difunta esposa. Por un momento se ha negado en darle de su ropa, e incluso, pensaba en prestarle algo de él, pero luego se ha dado cuenta de que a esa ropa ya nadie la usará y que no vale hacer berrinches y mierdas como si eso devolviese a su Kristen con vida.
Empuja la puerta y entra para caminar hacia el blanco armario y abrirlo, ojea la ropa y respira hondo para no quemar todo por traerle recuerdos. Saca un par de prendas y sale para luego dárselas a Kelsey, quien las toma con sus ya huesudas y temblorosas manos.
—G-gracias señor—murmura con un poco de esperanza en que Justin sea bueno con ella, pero no, se ha ganado un ceño fruncido de parte de él.
—Justin, llámame Justin—cierra la puerta de la habitación con llave.
La sigue con la mirada antes de que entre al baño y va a su despacho con la esperanza de avanzar un poco más en su novela, pero rápidamente cuando se sienta, pensamientos y preguntas sobre Kelsey llegan a su mente, como; ¿por qué entró a su casa tan fácilmente?¿Qué pensará acerca de él? ¿Creerá que forma parte de los malditos que la secuestraron?
—Justin—se asusta ante su llamado y vuelve a fruncir el ceño, se voltea hacia ella y la observa esperando a que diga que es lo que quiere.
—¿Tienes hambre?—susurra él cuando ella se queda en silencio. Asiente y Justin se levanta mientras suspira, deberá prepararle algo más que lo que se suele preparar para comer, que es un simple sándwich. Y no es que no sepa cocinar, sino que luego de la muerte de Kristen, ha perdido el sentido, según él, de cocinar, en realidad ha perdido el sentido de todo, y no entiende que sigue haciendo viviendo en la soledad.
Va a la cocina y comienza a prepararle algún bocadillo, escucha sus pasos acercarse y supone que ha entrado y que está a su lado, pero no levanta la mirada hacia ella, ni siquiera le habla.
—¿Eres casado?—pregunta con dulzura al ver el anillo que porta Justin en su dedo anular, sí, aún sigue llevándolo.
—Ya no—Kelsey frunce el ceño y se apoya en la mesada.
—¿Ya no? ¿Y por qué...
—Mi esposa está muerta, Kelsey.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro