⸻Capítulo nueve - Umi, la estrella.
—Rose, pss —Búho le siseaba a la estrella para que reaccionara.
T.J desde la pista de baile le veía confuso y Monster observaba el lugar en busca de la causa.
—¡Rose! —gritó Búho llamando la atención de la mujer de una vez por todas—. Vamos, di algo.
Rose estaba teniendo un montón de pensamientos enredados. Se preguntaba qué hacía el capitán allí, porqué se había desestabilizado con solo una mirada de él y porque sentía la necesidad de salir corriendo como si hubiera sido atrapada haciendo algo malo. Dio un vistazo rápido a dónde seguro se encontraba King, teniendo unas repentinas ganas de matarlo, porque él había prometido que la identidad de ella sería protegida hasta el momento decisivo, y que sería avisada con antelación, en pocas palabras, nada de eso era parte del plan.
Lo que Rose no entendía era que su temor se había afianzado por culpa de sus sentimientos; en procesos normales ella ni siquiera hubiera notado la presencia del jefe de la unidad 12, pero por la relación no oficial que ambos estaban fomentando, los dos se encontraban en un estado de shock. Algo que no dejó de percibir King, por lo menos por parte de ella.
—Bueno, yo... —buscando una forma de salvar la situación, reunió todas sus neuronas posibles e improvisó—, quería decir unas palabras especiales por el comienzo de la navidad —sonrió trayendo tranquilidad a los demás espectadores.
Lo que menos quería Rose era que King se inmiscuyera de más en sus asuntos, porque conocía lo problemático que era. Y lo que más quería era terminar rápido su presentación e ir hablar con el capitán.
—Esta noche es muy especial, y todo lo que hemos preparado ha sido para cada uno de ustedes —se tocó los labios en gesto de nerviosismo, pero lo disimuló ocultado una falsa sonrisa—, estoy agradecida con esta oportunidad de desearles unas felices fiestas navideñas y anhelo que sigan disfrutando de esta noche con sus allegados, así que... —miró a Búho y le guiñó un ojo tranquilizándolo— Jo, jo, jo ¡feliz navidad!
Los aplausos se hicieron escuchar y entonces Rose comenzó a tocar los acordes de la canción. La melodiosa voz cautivó a todos, hasta a Blackat y al capitán que aún seguían en medio de la pista sorprendidos con su canto. Rose cerró los ojos para no distraerse y se concentró lo más posible ignorando los fuertes latidos de su corazón y las gotas de sudor que se deslizaban por su frente.
Blackat apretó el brazo del capitán haciéndolo volver en sí y solo con verse a los ojos, el jefe supo que Blackat le había ocultado cosas, otra vez. Se soltó del agarre con fuerza y se alejó a la barra. Segundos después Blackat se sentó a su lado y pidió cerveza para ambos. Monsters los miró con sospecha, pero cuando iba a acercarse recibió un mensaje de King indicándole que parara las ventas por esta noche y subiera a reunirse con él.
El suceso de hace un momento puso a todos alertas y pensativos. Bo evaluaba el lugar hasta que dio con sus compañeros en la barra y se sintió tranquilo por saber que tenía apoyo.
El canto de Rose se elevaba en pleno clímax del tema y eso ocultó la conversación que los inspectores tenían a la distancia.
—¿Qué me has estado ocultando esta vez? —preguntó el capitán engullendo la cerveza.
Pero Blackat era consciente de que sus compañeros escuchaban su conversación.
—Hablaremos luego.
La mirada de decepción que recibió de su jefe y pareja lo hizo beberse toda la cerveza de un sorbo, la había cagado, lo reconocía. Él tenía mucha información que se había estado guardando sobre Umi, la estrella del bar "tentation", pero era solo hasta que decidiera dar con información clave o averiguar si de verdad ella y el capitán tenían un romance.
Como sub-jefe de la unidad, y compañero del capitán, también quería resolver el caso blue discordia con rapidez, así que la retención de información era parte de sus propios planes.
Pero como amigo había fallado.
El inspector principal afianzaba con fuerza la botella mientras Rose terminaba la canción, quería explotar, preguntarle porque trabajaba en ese lugar, porque estaba vistiendo así, porque no había hablado con él ¡¿por qué?!
—Soy Umi y fue un placer cantar para ustedes —vociferó Rose entre el bullicio.
La música disco hizo presencia y la barra comenzó a llenarse de más personas. Con una mirada ambos policías decidieron dividirse y mezclarse entre la multitud, la misión no había terminado.
Rose regresó con rapidez al camerino, Bo la seguía un poco atareado llevando sus cosas, cuando entraron a la habitación a Rose no le importó estar bajo los efectos terciarios de las drogas, ni una posible aparición de King, ni siquiera que Bo la observaba con ojos sumamente evaluativos mientras ella caminaba en círculos. Se tocaba el cabello y deseó quitarse esa vestimenta lo antes posible.
No quería aceptar que estaba histérica y que un revoltijo en su estómago la hacía sentir débil.
—Búho ¿puedo confiar en ti? —la pregunta fue tan repentina que tomó al sargento desprevenido.
—S-sí —titubeó.
Esa leve duda no debería pasar desapercibida, Bo lo sabía, había arruinado una oportunidad, pero Rose estaba tan inmersa en sus pensamientos que ni se detuvo a pensar en sus palabras.
—Necesito un favor —dijo cogiendo el saco del perchero—, debo irme ya, pero sin que nadie me vea ¿puedes ayudarme?
La expresión de congoja tocó ciertas fibras de la voluntad de Bo. Sus tres compañeros eran participes del momento a través de la cámara y escuchaban con atención la conversación gracias al micrófono de Bo. Todos sabían que él no podía negarse ante las suplicas de una mujer indefensa, pero su sentido de la justicia los sorprendió.
—Te ayudaré con una condición —esa declaración hizo que Rose deseara darse una bofetada—. ¿Cómo hago para conseguir unas cuantas dosis de blue?
Rose elevó una ceja. No era un secreto que el bar era el punto específico para comprar mercancía, pero no entendía la razón por la que ese camarero que recién conocía creía que ella podía saber al respecto. Su labio inferior tembló, ¿acaso él era más que un bartender?
Umi no era estúpida, y sabía que estaba en desventaja en ese momento, algunas partes del plan habían cambiado por su culpa, así que si quería recobrar su ventaja era ahora o nunca.
—¿Blue? ¿Qué es eso? —preguntó con toda la calma del mundo.
Su respiración se normalizó tan rápido que el sargento se sorprendió al instante. Ambos sabían que no eran unos simples enemigos el uno del otro, y que sería una ardua batalla.
—¿De verdad no sabes qué es?
—Búho, solo vengo durante el fin de semana, realizo mi show y me voy, conozco muy pocas personas de aquí, así que no puedo ayudarte —sentenció ella recobrando la compostura que había perdido.
Bo asintió pensativo.
Cuando ambos se dirigían hacia la salida, Rose aún sin saber si ese camarero la ayudaría, dos golpes en la puerta los detuvo. Se dieron un vistazo cargado de tensión y Bo toqueteó su arma en su espalda, seguía sin saber de qué quería huir aquella cantante.
—Pase —dijo Rose rendida.
La puerta se abrió dejando ver a un alto castaño, extremadamente atractivo y de mirada vivaz. Con gracia entró al camerino sin cerrar la puerta, le dio un corto vistazo al camarero, y le tendió un papel a la estrella.
—Disculpa la molestia, Umi —hizo una corta reverencia—, quería felicitarte por tu actuación de esta noche y hablar sobre una posible contratación en un evento, T.J me dejó pasar. Además, mi sobrino desea un autógrafo tuyo.
Rose tragó saliva, ahora era imposible irse.
—Con gusto —cogió el papel—, gracias por tu ayuda hoy Búho, puedes retirarte.
La mirada fría que recibió el mencionado lo dejó estático por un momento, imaginó que Umi estaría molesta porque no la ayudó de inmediato, pero ya no podía hacer nada. Hizo una reverencia hacia ambos y salió a paso lento, sin muchas ganas de irse.
Nuevamente el grupo de operaciones a distancia se había quedado sin audio del camerino, el más interesante hasta los momentos.
Rose dejó sus cosas otra vez donde estaban y se sentó en el maquillador para firmar la hoja. King sí contaba con un sobrino, el único sobreviviente junto a él de su pasado tormentoso, y a quién ella le tenía mucho aprecio.
El silencio comenzó a ser sofocante, King no dejaba de ver con detalle cada pared y adorno del lugar, algo le hacía ruido, y era demasiado quisquilloso para solo dejar estar esa sensación. Cuando ya no lograba detener el incesante tic de nerviosismo y la necesidad de largarse, Rose se levantó y caminó hacia él con elegancia.
—Estoy segura que Aki-chan estará encantado —le tendió la hoja con una firma personalizada, el chico era un gran fan—. ¿Necesitas algo más?
—¿Qué pasó durante la última canción?
Rose elevó una ceja queriendo hacerse la desentendida.
—No sé de qué estás hablando.
El cambio en la sonrisa coqueta de King fue atroz. La tomó del cuello sin hacerle demasiado daño y deseó estar en otro lugar para torturarla de otra forma. Ella sonrió conociendo de primera mano los pensamientos que atravesaban su cabeza, sabía cómo dominar a las bestias.
—No estoy para juegos Rose —se acercó a los labios de ella—. ¿Quién está aquí? No pudimos vender todas las muestras, no solo Monster está rabioso.
Ella recordó su anterior conversación con el mencionado y lo imaginó golpeando cosas por haber hecho un trabajo que no quería y de paso, incompleto.
—Eso es algo que yo debería preguntarte a ti King —ella le dió un corto beso en la comisura de sus labios y se alejó de inmediato, quería hacerlo desear más—. ¿Por qué los planes no están yendo como deberían?
—¿De qué hablas?
—Él está a...
Otro par de golpes en la puerta detuvieron la conversación.
—¿Quién es? —preguntó King irritado.
No hubo respuesta.
—¿Quién es? —preguntó Rose temiendo lo peor.
10 segundos tardó el visitante en hablar.
—Soy yo, Rose.
¿Ya se había dicho que la noche prometía?
Les deseo unas felices fiestas navideñas, maleantes del bajo mundo.
Senpai
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro