¿A donde vamos desde aquí? (Divergencia del canon)
Sinopsis: ¿Qué pasaría si Shinji hubiera detenido a Seele a tiempo? ¿Cómo sería un mundo si la Instrumentalizacion nunca hubiera ocurrido?
"(...) Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia. (...) de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida e increíblemente feliz Contigo en la siguiente."
-San Agustín, proverbio.
"Si hay algo que sé, Sixsmith, es que este mundo se maneja con las mismas fuerzas invisibles que confunden nuestros corazones."
-Cloud Atlas: La red invisible (2013).
3 años después....
En una disquera de Tokio III.
Lo primero que Shinji escuchó fue el dulce tarareo. Por mucho tiempo creyó que nunca volvería escucharlo. Hasta ahora.
Shinji estaba junto a los discos de música rock estadounidense y la melodía venía desde la sección de música clásica. Claro que tenía que ser música clásica tratándose de quien pensaba.
¿Debería correr? No, eso lo espantaría y no quería que sucediera. Pero él estaba ahí mismo. A sólo unos pasos.
Finalmente decidió caminar y cuando lo vio no pudo creer que pasaba lo que estaba pasando.
Kaworu ya no tenía el cabello blanco, sino rubio, y sus ojos ahora eran morrones. La piel seguía siendo terriblemente pálida, pero se veía normal.
Estaba tarareando y no prestaba atención a Shinji, quien se había acercado. ¿Debería decir algo? ¿Qué cosa?
-Hola- dijo Shinji.
El otro chico se sobresalto y fruncio el seño. Un sonrojo adorable cubrió sus mejillas.
-Hola- dijo el chico.
Parece estar tan nervioso, pensó Shinji.
-¿Eres un piloto?- preguntó el chico- Digo, ya no eres un piloto. Claro. No hay ángeles que combatir desde hace tres años, que tonto soy.
- No- dijo Shinji, rapidamente- Está bien. Era un piloto antes, pero desde hace tres años que no piloteo un Eva.
-Seguramente extrañas tu vida como piloto, ser civil tiene que ser aburrido para ti...
Shinji se le quedó viendo muy extrañado. Kaworu estaba nervioso. Su Kaworu nunca estaría nervioso, bueno, su otro Kaworu.
-¡Digo, tampoco es como si arriesgar tu vida todos los días fuera emocionante!- continuó Kaworu, debió pensar que la duda en el rostro de Shinji era más por incomodidad que por confusión- Mejor me callo.
- No, no- dijo Shinji- Me gusta hablar contigo, sólo que me recuerdas a alguien.
-¿Eso es bueno o malo?
- No lo sé. Generalmente no me gusta hablar de eso.
-Oh, lo siento.
-¿Por qué? No hay nada malo que hayas hecho.
El chico se encogió de hombros.
-Disculpa si soy algo torpe.
- No me molesta.
El chico le sonrió y Shinji se quedó sin aliento ante la vista de esa sonrisa. Había soñado mucho con volver a verla y nunca creyó que pasaría. No se creía merecedor de ella, pero aquí estaba después de tres años sin verla. Se sentía como eternidad.
El sonido de una alarma comenzó a sonar y el chico sacó su celular del bolsillo.
-Alarma del trabajo, tengo que irme.
-Oh, está bien. ¿Puedo...volver a verte?
-¿De verdad quieres volver a verme? No soy alguien interesante, si puedo ser honesto contigo. Sólo soy un chico normal y tu eres...
-¿Un piloto?
-Un héroe.
- No soy un héroe, Kaw...chico. No sabes lo que dices...chico.
-Kaworu- dijo el chico- Me llamo Kaworu Nagisa, Shinji Ikari.
-Bueno, no soy un héroe, Kaworu Nagisa. Sólo soy un chico fatal, con un destino fatal.
-Eso es muy triste, pero me gustaría verte de nuevo.
-Mañana. ¿Aquí y a la misma hora te parece bien?
-Por supuesto- Kaworu le sonrió y salió de la tienda.
Shinji lo vio salir por la puerta. No entendía nada de lo que estaba pasando. ¿Como es que Kaworu podía estar ahí mismo, vivo, y luciendo como un chico normal?
Habían pasado tres años desde que detuvo a Seele. Tres años viviendo como un chico normal con Misato, Rei y Asuka.
Su padre se había suicidado después de que el gobierno cerrara Nerv y Seele. Ahora era un chico normal que iba a la escuela y salía con amigos.
Después de que Asuka saliera del coma ella entró en rehabilitación y ahora estaba llendo a terapia como él. Ambos también habían tratado de tener alguna especie de relación con el tiempo. Pero terminaron rindiendose y ahora eran muy buenos amigos. Si le preguntaran a cualquiera de los dos como se sentían sobre eso, dirían que bien.
Shinji había estado saliendo con hombres y mujeres, pero sus pocas relaciones habían durado poco. Muchas veces su cabeza volvía al rostro de ese chico con cabello planteado y ojos rojos, diciéndole que lo amaba. Aquél chico tan críptico pero que le había dado más felicidad en un día que mucha gente que conocía desde hace tiempo.
Su terapeuta le dijo que no podía estar con alguien sólo porque lo amaba. Una relación saludable no podía funcionar en base a una dependencia emocional y sabía se amarse a sí mismo era el comienzo para aprender amar a otros, al menos eso decía la psicología. Shinji no era un filósofo de la vida y quería seguir aprendiendo. Pero de algo si estaba seguro, ¿cómo iba a aprender a amarse a sí mismo cuando no había nadie que lo amara primero?
¿Acaso estaba mal sentirse apreciado por una vez?
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Al dia siguiete, Kaworu llegó temprano a la disquera. Quince minutos, para ser exactos.
Había traído su libro favorito para distraerse, pero no era suficiente. Por primera vez, las palabras de Virginia Woolf en Orlando, no eran suficientes.
Se había sentido extraño cuando conoció al ex- piloto de Eva. De todas las personas que había podido encontrarse, tenía que ser con él. Con un chico más del montón.
Kaworu no recordaba mucho de su pasado, excepto por su nombre. Había despertado en el hospital hace tres años. Los doctores dijeron que había estado en coma y que ingresó allí por un accidente provocado por el ataque del primer ángel.
Sin padres. Sin familia. Sin antecedentes. Sin pasado.
Había tenido suerte que una enfermera haya querido adoptarlo. Había pasado casi un mes entero en el hospital recuperándose de la secuelas del accidente y por más que lo intentara no podía recordar más que su nombre.
Se pasaba los días viendo por la ventana, tocando el piano en el hospital, leyendo y soñando con el color rojo. Soñando con la muerte roja.
Y entonces reconocieron la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche. Y uno por uno cayeron los convidados en las salas de orgía manchadas de sangre y cada uno murió en la desesperada actitud de su caida. Y la vida del reloj de ébano se apagó con la del último de aquellos alegres seres. Y las llamas de los trípodes expiraron. Y las tinieblas, y la corrupción, y la Muerte Roja lo dominaron todo.
Desesperación. Desesperación. Desesperación. Desesperación...
¿Debo estar aquí?, se preguntaba, ¿Por qué estoy aquí?
Sin padres. Sin familia. Sin antecedentes. Sin pasado.
¿Alguien estará esperándome?
Después de haber pasado meses y cumplido las terapias asignadas por el hospital, una enfermera se le acercó para preguntarle si quería venir con ella a su hogar. Le había dicho que si porque no había otro remedio, no podía seguir quedándose más tiempo en ese lugar y estaba empezando a desesperarse por conectar con alguien.
Los años que siguieron fueron tranquilos y felices. Le daban paz y Kaworu se sentía amado.
Iba a un colegio secundario, tenía amigos y descubrió que amaba la música y arreglar cosas. Decidió que quería trabajar de eso e inscribirse en un conservatorio de música.
Su madre estaba orgullosa y eso le traía felicidad.
Salió de sus recuerdos cuando vio a Shinji acercarse. Por alguna razón le hizo sonreír y agradeció tener su libro para tapar sus mejillas rojas.
El chico le sonrió.
-¿Puedo?- dijo cuando vio el libro.
-Adelante- respondió Kaworu.
El ex-piloto de Eva empezó a ojear las páginas rayadas con birome y escritas con los pensamientos de Kaworu. Había leído ese libro tantas veces.
-Orlando- leyó Shinji el titulo- ¿De qué trata?
-Temo que si empiezo hablarte sobre el argumento me iré por las ramas- dijo Kaworu- Pero si quieres saber, trata sobre un hombre que un día despierta convertido en mujer.
-Eso es muy inusual.
Ambos empezaron a caminar y alejándose de la tienda de discos.
-Si- dijo Kaworu- Pero creo entender a Orlando. ¿Puedes imagina ser algo y en la mañana despertar como otra cosa totalmente diferente?
-¿Cómo en Metamorfosis?
-Quizás, pero a pesar de cualquier cambio seguirías siendo tu mismo. La esencia no se inmuta.
- No podría imaginarlo.
Kaworu y Shinji siguieron caminando.
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Antes...
Kaworu sabía dónde estaba: en el interior de Lilith. Su alma estaba frente a él.
La había observado arrancar el cuerpo de Adán de la mano de Gendo Ikari. Su cuerpo o al menos el de otra vida.
-Tabris- dijo Rei/Lilith- Ya es hora. Sólo nos falta que Eva acceda a la instrumentalidad, pero necesito que permitas que seamos uno sólo.
- No quiero esto- dijo Kaworu/Adán/Tabris.
Sabía que Shinji estaba luchando con los evangelion de producción en masa ahora mismo. Kaworu no quería la instrumentalidad, sólo que su amado tenga una vida de felicidad que merece.
-Quiero volver- dijo Kaworu- Quiero vivir y estar con Shinji.
-Entonces tu deseo será cumplido.
- Pero no quiero recordar. Tengo que olvidar todo esto, siento que solo así podré estar con Shinji.
-¿Cómo podría serlo? No vas a recordarlo y si volver a verse no lo reconocerías.
- Pero él a mí sí.
-¿Sabes que eso tambien significa sacrificar tu parte divina?
-Lo sé.
-Entonces que así sea.
Rei/Lilth puso sus dedos en la frente del chico y vio como su imagen cambiaba, dejando lo divino atrás. Antes de abandonar su cuerpo, Rei volvió atrás en el tiempo y dejó a Nagisa en un hospital seguro.
Luego volvió al mundo cambiado sólo porque Tabris tenía fe en su amor por el tercer niño. Todo por amor. La esperanza y la fe eran cosas extrañas, brillantes como un faro en la oscuridad.
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Ahora
De vez en cuando, la mirada de Kaworu se volvía a la mano de Shinji. La cual colgaba distraidamente.
Shinji finjia ignorar ese gesto mientras caminaban. Podía ser demasiado para una primera cita (¿era esto una cita?).
Kaworu finalmente se rindió y tomó la mano de Shinji, quien le sonrió. Kaworu sentía mariposas en el estómago hasta que se convirtieron en una sonrisa. Se dirigían hacia una casa té no muy lejos.
Después de esta cita, seguirían muchas más. Ambos podrían volver a conocerse y a enamorarse en un mundo que les daba una oportunidad ser ellos mismos, juntos.
Pero por ahora eso no importaba porque apenas ese era el comienzo de algo que construirán. El camino será largo, pero cuando lo haces con alguien que vale la pena, la distancia puede llegar a ser corta.
Kaworu volvió a ver la sonrisa de Shinji y recordó algo que se había preguntando durante su tiempo en el hospital.
¿Hay alguien a quien ame allá fuera y que esté esperándome?
Notas:
*Este one shot fue inspirado ligeramente en la novela Neon Genesis Evangelion ANIMA, pero me preguntaba constantemente como sería si Kaworu estuviera de alguna forma.
*La imagen de Kaworu está también ligeramente inspirado en el drafworu, excepto por los ojos.
*Quería un Kaworu más tímido en este one shot porque me parecía muy tierno y con una personalidad diferente sin parte su parte ángel.
*Una vez leí un análisis de un artículo que Shinji podría ser una referencia a la Eva del Génesis Judeo/Cristiano, asi como Rei= Lilith y Kaworu= Adán. Lo cual me encanta.
Espero que les haya gustado! Se agradecen comentarios y estrellitas.
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