D I E Z ( V E R S I Ó N - D O S )
Último mes.
— ¡Todoidiota, me duele! —gruñe Katsuki tratando de no presionar en su vientre. Le duele terrible. No era algo de lo que debiera preocuparse, en realidad, entendía a la perfección que sucedía: contracciones.
— ¡Ya voy, ya voy! —exclama Shōto con lo que parece ser una mochila y las llaves en la boca.— ¡Tenía que cerrar bien la casa o nos roban!
— ¿Llamaste a tu viejo? Quedó de venir por nosotros... Ugh. —otra. Katsuki realmente estaba queriendo echarse al piso y retorcerse.— ¡Shōtoooooo! —gime de dolor, doblándose. Se sostiene de la pared.
— ¡Espera tantito cariño! —Shōto se asoma en la calle, mirando de un lado a otro en busca de su padre. Pero nada.
— ¡Todomeco, llama a tu jodido padre, no aguanto! —reclama Katsuki. Shōto deja la mochila en el suelo y saca de uno de los bolsillos su móvil.— ¡La puta madre, apúrate!
— Tranqui amor, tranquiiiii. —trata de calmar Shōto recibiendo numerosos golpes en la cabeza por Katsuki aunque estos no tenían fuerza alguna.
— Choto, la puta madre, llama a tu jodido padre. —Katsuki pone los ojos en blanco. Otra jodida contracción.
— ¡Me mandó al buzón! —no lo ve pero siente la mirada asesina que le echa. Shōto teme por su vida y vuelve a encomendarse a todos los santos que hubo, hay y que habrá.— Señor, sé que siempre he negado tu existencia pero asistiré a misa si haces que mi padre llegue. Ten compasión por mi.
— ¿Qué mierda haces? —ve como su novio se persigna y sigue orando en voz baja. A veces llegaba a ser de lo más estúpido.— ¡Todoidiota! ¡Deja de rezar y llama a tu padre o a una ambulancia!
— ¡Voy! —vuelve a intentar rezando el ave María en voz baja.
— El saldo de tu amigo se ha agotado, te sugerimos que hagas una nueva recarga en... —cuelga. Jodido servicio.
— Estoy perdido... —susurra.
— ¿Y? ¿Ya viene? —trata de sentarse en el piso pero siente que si hace eso se pondrá peor.
— Ah... Ajá, dice que viene por la esquina, iré a ver. —Shōto vuelve a encomendarse a todos los santos. Está muerto. Más que muerto. Lo que le sigue de muerto. Sus hijos jamás le conocerían. Katsuki podría torturarlo, matarlo y comerse sus restos.— Iré a ver. —y sale corriendo a la esquina.
— ¡Todoidiota con complejos de Elsa con pito, vuelve para acá! ¡Nunca serás libre para irte a las montañas! —grita Katsuki por detrás.— ¡Más te vale que regreses, estúpida estufa con tendencias de congelador! ¡Regresa ahora jodido pack de cerveza fría y carne asada!
***
Y ya no me quedó, jajsjas
***
Me da risa porque qué mierda de episodio
No canónico
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