Los ojos rubíes se abrieron

La luz cayó en sus rubíes, pero no quería abrirlo, se sentía tan cálido.

Cuando despertó, sin abrir los ojos, comenzó a escuchar un golpeteo.

Trato de afinar su odio como tratando de querer escuchar algo más lejano, escucho tres latidos... eso es raro.

Abrió los ojos y vio un bulto con tela y arrugo el ceño, volteó su cabeza y vio un rostro familiar y con pecas.

Era su amado.

Se levantó de golpe, de tal manera que despertó a su novio.

—Buenos días— sobo sus ojos y le dio un beso en los labios, algo pequeño.

—Hola—... ¿tie-tienes hambre? — le pregunta mientras lo ve sentarse, un gran vientre es lo que observa.

—No me mires tanto, sé que soy feo y gordo, no me gusta— dice algo decaído

—Eres perfecto— le dice la verdad porque lo ama y así le gusta.

—Tenemos hambre, queremos torta de chocolate húmeda— dice el pequeño mientras se sienta y deja ver su enorme vientre

—A...Ahora voy por el— dice medio tartamudeando, al bajar a la cocina se topa con algo en la refrigeradora.

Una ecografía y ahí se halla dos figuritas blancas, luego se da cuenta.

Su amado esta embarazado ...

y lee...

Izuku, de raza omega está en perfecto estado de salud, al igual que los niños. El niño se muestra fuerte y tranquilo, mientras la niña demuestra mucha vitalidad.

No sabe, pero empieza a llorar, siente las lágrimas por su mejilla. Toma la torta en sus manos y se va al cuarto.

Oscuridad