U N O
El invierno se hacía cada vez más presente a medida que pasaban los días de Noviembre. La mayoría de las personas solían pasear a sus perros abrigados en horas de la mañana llevándolos a un ritmo suave y dedicado para mantener la apreciación de elegancia. Me seguía pareciendo única la forma de ser de Kassio; el cual prefería llevar nada cuando se encontraba en época de invierno a diferencia de los otros perros que suelen andar durante estas épocas con abrigos de lana, desconocía la razón por la que odiaba usar prendas siendo referente a que de cachorro había destrozado un abrigo que le había obsequiado mi amiga Nohemi siendo su primer abrigo tejido.
Antes de entrar al instituto metí ambas manos en los bolsillos de mi abrigo mientras me percataba de que mi perro se regresara con extremada calma tomando la misma ruta de casi siempre. Al entrar al instituto saludé a algunas personas mientras que otros en la cercanía se disponían a formular pequeñas hipótesis sin sentido de que tal vez en un futuro posiblemente me llegue a casar con mi propio perro; el cual no era una mala idea ya que los perros tienden a ser más leales que el propio hombre. En cuanto llegué a mi casillero dejé algunos unos libros que había tomado el jueves por la tarde y saludé a Brooke que se aproximaba con una sonrisa reacia que se había deslizado en su rostro.
- ¡Tenemos que hablar!- Los ojos de Brooke se iluminaron como el mar.
- Si te refieres a la fiesta de Brianna no lo sé, todo dependerá del vestido que encuentre para esta noche. Ya me los he puesto casi todos y no quisiera que volvieran a verme usando un vestido repetido. - Respondí con un gesto desalentador mientras me recostaba cómodamente de mi casillero- ¿Tu irás?- Me dio una mirada apreciativa y asintió con los brazos cruzados - Sigo sin comprender la razón por la cual no quieres usar mi vestido si el azul es tu color.
- Lo sé y te lo agradezco pero me gustaría llevar algo menos llamativo para mi cuerpo, no me culpes ya sabes que lo clásico es de mi agrado.
- Insisto en que imagines a cuantos atraerías mostrando esos pechos, se que no tienes senos pero ese vestido te los daría.
- Suena tentador - Alzó una ceja y me miró con una sonrisa poco inocente - ¿Estás segura que no te lo quieres poner?.
Le di una mirada de impaciencia, podría considerarlo.
- Déjame pensarlo, y te aviso en un rato si voy.
Ella resopló dándose por vencida al tiempo que soltaba una risa burlona - Te lo vas a poner.
- Tan segura estas?
Una sonrisa irónica se curvó en sus labios, la cual fue pronto apagada por el sonido de la campana. - Lo harás, tengo clases de Matemática. En lo que llegue a la casa te lo plancho.
En cuanto Brooke se alejó, me tome el tiempo suficiente para entrar en el aula de Biología. Muchos de los alumnos todavía no se encontraban ahí a pesar de que la señorita Zikihut ya había comenzado la clase. Me mantuve sigilosa al momento de sentarme para no interrumpir, aunque sin éxito, de un disparo la puerta abrió como un rayo, logrando captar la atención de muchos. En cuanto me di la vuelta no tuve mucha impresión al momento de ver que la causante del escándalo era Addy. La señorita Zikihut había hecho una pausa al dirigirse a Addy que se sentó junto a mí.
- Addison ¿que te he dicho acerca de llegar tarde y de estar haciendo escándalo?
- Ay profe es que...- por un momento me vio y se dirigió a la señorita Zikihut que estaba esperando una respuesta- Pensé que mi perro se había escapado de casa así que estuve buscándolo durante la mañana y por fin apareció.
Claro tienes que verme para culpar a un perro.
- Se dónde vives y ni siquiera tienes perro, pero lo dejaré pasar por esta ocasión sólo porque su madre me cae bien- indicó sin terminar de hablar- Por cierto ¿tendrá más empanadas de pollo para la próxima semana?.
- No creo pero es seguro que harán de carne.- Dijo con una sonrisa irónica entre sus labios mientras se deshacía en un rápido movimiento de aquellos escasos cabellos negros que cubrían parte de su rostro .
- Perfecto- Respondió con un gesto alentador - ¿Te mencioné que también harán de cazón ?
- Mentira.- espetó con asombro la señorita Zikihut.
- Prefiero más las de queso.
- Luego lo conversaré con tu madre.- Por un momento pareció notar que estaba ahí. Ni siquiera se necesitaba hacer mucho esfuerzo para verme porque realmente no estaba lejos.
- Señorita Melrose- Volteó hacia donde estaba y traté de sonreír amablemente - ¿Hace cuanto llegó? No la había visto.
- Desde hace rato, creo que no se dio cuenta.
- Por supuesto- Resopló de mal gusto y me miró fríamente hasta darme la espalda para continuar con la clase.
Al rato había sonado la campana y muchos de los alumnos a excepción de Addison salieron sin prestarle atención a lo último que había dicho la señorita Zikihut. En cuanto había terminado de anotar la última explicación tomé mis cosas y comencé a caminar por los pasillos hasta entrar a la cafetería donde mayormente suelo pasar el rato en compañía de mis mejores amigos, siendo el sitio ideal para despejar mis angustias mientras comemos y terminar disfrutando del agradable lugar.
Al llegar, me di cuenta de que solamente habían llegado Zack y Ross, quienes eran los únicos chicos de los cuales no desconfiaba a pesar de que Ross en el pasado no me quitaba un ojo de encima. Quizás la razón de haberse dado por vencido haya sido el hecho de no tener la experiencia suficiente cuando se cruzaba en mente la idea de coquetear, por otro lado a Zack le bastaba con mantenerse al margen de casi todo pero sorprendentemente cuando se propone algo mayormente lo consigue si consideran su físico de Popeye y su gran intelecto que demuestra no ser esa clase de chico.
- Felicidades, eres la única chica de este grupo que no fue a ver la nueva adquisición - Me dijo Zack en cuanto me senté en frente de los dos.- Ahora confiesa ¿que te hizo no caer a los pies del chico nuevo?.
- ¿Chico nuevo?- pregunté con un encogimiento de hombros.- ¿En donde?- Ladeé la cabeza hacia ambos lados hasta haber descubierto que la cafetería estaba algo despejada, la mayoría de las chicas habían desaparecido hasta que los hombres quedaron completamente solos ocupando los asientos con sus platos de comida.
- ¿A dónde fueron todas?
- Te acabas de dar cuenta de que eres la única chica en esta cafetería.- Aseguró Ross probando su manzana.
- Porqué nunca me llego a enterar de las cosas a tiempo, necesito ser más despierta.
- Viendo tu perspectiva es como si llegara Adam Levine y repartiera boletos VIP para el concierto de Maroon 5 y quedara para ti únicamente los boletos de tercera clase, o quién sabe tal vez los de cortesía.- Una pequeña risa burlona brotó de sus labios pero se contuvo al ver mi expresión- ¡Hey anímate! Peor es nada ¿No es cierto?
- Seria un milagro que quedara un boleto para mi.
Ross y Zack rieron por lo bajo al verme- Supongo que es sólo tu Karma.
Lo miré con expresión reprobatoria y resoplé sin ánimos- Simplemente me conformaré con "Quién siembra recoge" y cuando los papeles cambien podré decir que el karma actuó por si solo.
- Woo hasta donde sé el karma es pura lógica.
- Y la suerte es pura coincidencia.- Aseguró Zack.
- Pero siempre recibes lo que das, recuerda siembras mal y cosecharás mal.
- Como sea, tengo práctica de fútbol y durante estos momentos debería estar arreglándome.- añadió Ross con un gesto desalentador mientras se levantaba rápidamente dejando la bandeja en la mesa- En dos días será el campeonato y necesito entrenar mas qua suficiente. Deséenme suerte.
En cuanto Ross se alejó dando grandes zancadas se levantó Zack de la misma forma abandonando la mesa.
- ¿A dónde vas?.
Velozmente se dio la vuelta en señal de que lo siguiera - ¿Vienes o te piensas quedar?
Luego de unos minutos, finalmente me encontraba en el campo de futbol con Zack. El lugar por un momento había dejado de tener ese viejo olor a hierba fresca mientras que mi nariz comenzaba a olfatear un aroma diferente, todo el ambiente olía a perfume barato y se centraba en el medio de la cancha donde estaban todas las chicas del instituto reunidas formando un medio circulo. Nunca me había puesto a pensar que todo el instituto llegara a tener cierto de grado de fascinación por el fútbol. Siempre solían haber chicas con pasatiempos distintos pero esta vez observé que eran más escasas las palabras que las personas presentes. Después de haber hecho un corto recorrido, segundos después llegué a ver a Brooke con atención. Lucía diferente a la última vez que la había visto esta mañana. Llevaba puesto el traje del equipo de porristas al igual que Addison, con diferencia de que ella era la capitana del equipo. Brooke nunca me había comentado que entró al equipo de porristas, pero jamás imaginé que llegara a involucrarse en este tipo de actividad sabiendo que los deportes no eran de su agrado.
Posteriormente, me acerqué hacia Brooke para intentar echar un vistazo, pero no fue lo suficiente como para llegar a ver el centro de atención, las chicas más altas se habían arremolinado en los alrededores formando un círculo sin apartar la mirada del centro. Tomé a Zack del brazo para dirigirnos hacia donde estaba Brooke pero por desgracia las chicas se habían mantenido fuertes y no nos permitieron pasar entre el remolino, ni siquiera respetando el hecho de que Zack había sido su anterior centro.
- ¿Ahora que?.- Dije volviéndome con un sentimiento de derrota.- No alcanzaremos a ver.
Un suspiro relajó todo mi cuerpo, y a los segundos Zack me miró directamente a los pies cuando se acercó y con ambas manos me tomó de la cintura sin ningún esfuerzo para alzarme y sentarme sobre sus hombros.- ¿Ahora ves algo?.
A lo lejos reconocí una expresión indescifrable que venía conociendo desde que era pequeña. Sus grandes ojos azules, sus cabellos dorados y su mirada catastrófica. Era Kendall, mi hermano mayor. Se encontraba en el medio junto a un catire bastante atractivo de piel bronceada que en cierto modo llegaba a ser mas alto que él. Una sonrisa se había deslizado atrevidamente entre sus labios siendo el gesto más encantador que he visto en mi vida; Y esté sólo me hacía desear estar más cerca de él. Pero en cuanto había tomado la mano de mi hermano mi interés llego a disminuirse rotundamente. El mundo se había tambaleado, e incluso muchas ahogaron un grito de asombro al sospechar lo que menos pensaban.
El chico se había dado cuenta de las exclamaciones y con tono divertido soltó una pequeña risa burlona de sus labios al tiempo que la mano de Kendall se escapaba entre sus dedos.
- No es lo que estoy pensando.
En cuanto llegó el entrenador Jorge todos guardaron silencio, el chico nuevo mostraba su postura tranquila y llena de confianza. Se mostraba indudablemente atractivo a pesar de que ya lo era. Tomó el micrófono que le había tendido el entrenador y libremente actuó en su discurso de llegada como nuevo integrante del equipo.
La expresión en su rostro se había transformado por completo en cuanto terminó de hablar, sus ojos mostraban un gesto de diversión contenida del cuál era difícil no percatarse, hasta que la emoción se desencadenó en el momento que había solicitado una asistente personal que lo ayudase durante los entrenamientos.
Inmediatamente comenzó a destellar rivalidad entre las chicas, unos que otros insultos comenzaban a envolverse estoicamente hasta que el atronador ruido del silbato hizo que pararan las reacciones.
- No esperaba que fuera un problema, así que me temo que seré caballeroso con ustedes y me tomaré el gusto de conocerlas más por medio de una audición ¿Les parece?.- Exclamó sonriendo divertidamente mientras que muchas respondían positivamente a la idea.- Para aclararles algo importante, pues busco una mujer bonita y siempre he dicho que las damas tienen el poder de cambiar el estado emocional en cuestión de segundos y que sin una sonrisa de mujer no hay gloria completa para el hombre. Ahora como verán para esto no se necesita mostrar mucho, no estoy exigiéndoles una cara maquillada o una mujer sexy que muestre mucho; Solamente exijo una mujer bonita, inteligente y que no necesite de un gran hombre como yo. Las veré mañana a las 11:11 dónde estaré en compañía de mi amigo Kendall que me ayudará con las audiciones.- Aseguró dándole dos palmadas amistosas en el brazo.
En cuanto había tocado la campana, las chicas comenzaron a alejarse hacia los pasillos para estar al tanto de lo que iban a hacer, mientras que yo buscaba la forma de bajarme de los hombros de Zack, pero no había mantenido siquiera el equilibrio al sentir mis piernas acalambradas y así fue como torpemente caí en el césped.
- ¿Te hiciste daño?- Era la voz del chico nuevo.
Mis manos se pusieron temblorosas y rígidas al escucharlo de cerca. Levemente me incorporé del suelo con una chispa de nerviosismo que se desvaneció en cuanto llegué a darme cuenta de que no era conmigo si no con Zack, quién le dirigía una mirada poco apreciativa luego de negarle.
Bien.- Resopló con furia- Debes entender que no me veo en la necesidad de buscar a otro miembro del equipo, a estas alturas llevamos tres victorias consecutivas y perder una gracias a tu pequeña lesión no nos convendría Spruce así que puedes dejar de hacerte el gracioso dañando tus fuertes hombros por cargar un peso cualquiera.
- ¿Oh si? ¿Y quién lo dice el nuevo o el lame botas? Porque es la primera vez que te veo en esta escuela, tú solo vienes llegando.- Acote fulminándole con la mirada. Dentro de poco agradecí que el entrador Jorge no me había estado escuchando.
Una mirada penetrante había pasado por los ojos cafés del nuevo chico, se notaba la poca paciencia que aguardaba al hablar. Rodó los ojos exasperado volteando a verme completamente.- Jamás aceptaré que una niña me hable de esa forma. Además le hablaba a Spruce, no a ti. No te metas enana.- Agitó su mano hacia mi como si fuera una diminuta criatura.
Lo reprendí con la mirada sin lograr entender lo fuerte que llegaba a ser el impacto de sus ojos. Estaba a punto de decir algo al respecto pero no llegué a decirlo, había dejado las palabras olvidadas por una mueca de terror. Pude notar que sus ojos se habían tornado de amarillo como los de un animal salvaje, se había mostrado cierta intensidad de odio y desagrado al instante en el que sentía la transparencia de sus sentimientos, siendo algo realmente indomable.
- Jeremy- Intervino Zack sorpresivamente con un tono seco.- No se volverá a repetir.- Lo miré confundida al ver como me había tirado del brazo, al instante me di cuenta de lo cerca que estuve del rostro del chico.
Y dicho eso se marchó del lugar sin dar respuesta tomando el camino contrario. Zack solo bajó los hombros por medio de un respingo sin siquiera dirigirme una explicación, y se marchó bruscamente dándome la espalda como si no me encontrara ahí.
Zack estaba furioso.
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