Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: Nuevo despertar.


Mis párpados pesan al abrirse, lentamente pestañeo hasta enfocar bien el lugar donde me encuentro.

Es una habitación de color gris, no entra luz puesto que las cortinas están cerradas. Dos muebles blancos, una televisión apagada; adornan el lugar. Dos puertas una debe ser el baño y la otra no tengo idea, la puerta de salida parece cerrada. Hay una mesita de Luz al lado de la cama en donde yacía  recostada, sobre esta se puede observar una lámpara y un reloj. Definitivamente ésta no es mi habitación.

Comienzo a asustarme porque no estoy en mi casa. ¿Dónde mierda estoy?

Con desespero traté de encontrar mi móvil para llamar a la policía pero no estaba por ningún lado.

De un salto salgo de la cama y fuí corriendo a la puerta de salida, como lo supuse, estaba cerrada con llave. Cambio mi opción y salgo corriendo a las ventanas pero éstas están selladas. Mierda. La puerta que suponía era la del baño, no me equivoqué; al entrar dentro me fijo en sus tonos de paredes blancas, está todo ordenado. Debo buscar un escape rápido.

Busqué una ventana o alguna salida pero por más que lo hacía no hallaba ninguna. Comencé a ponerme nerviosa por no poder encontrar nada. Me ponía ansiosa estar encerrada en un lugar tan pequeño y desconocido. Al menos mi ropa estaba intacta, tenía el pijama de anoche, una remera en color morado larga y un pantalón corto celeste, la campera ya no la traía puesta.

Al ver el espejo se me ocurrió algo. Me acerqué al objeto, saqué mi remera quedándome en sostén, la enrolle en mi mano derecha y di un fuerte puñetazo haciendo que el espejo se rompa en fragmentos pequeños.

De la nada escuché la cerradura de la puerta así que me coloqué rápidamente la remera y tomé un pedazo del espejo destrozado. Lo guardé en el bolsillo del pantalón, gracias a dios escogí uno que los tenía. Dios, él debía estar preso. Era un loco suelto.

Me tense al escuchar abrirse la puerta por completo y al escuchar la voz de el extraño. Retrocedí por inercia y me senté en silencio sobre la bañera, cerrando con cuidado la cortina. No quería verlo, no podía. No sabiendo que era la persona que menos pensé. Fui tan estúpida al caer de esa forma.
Quería irme de aquí, desaparecer, dejar Karsson cuanto antes.

—¿Dónde estás, pequeña? — Preguntó, escuché los pasos cada vez más cerca del cuarto de baño y eso me hizo tragar con dificultad.

Podía sentirlo, sus pasos, estaba dentro. Caminaba sigiloso hasta que cuando estaba a punto de abrir la cortina me dije a mi misma; vamos tu puedes, mujer. Me di ánimos.

Toda la valentía se fue al carajo al momento en el que destrozó la cortina del baño con fuerza. Nuestras miradas se cruzaron y ahí, al ver su rostro me di cuenta de que no podía hacerle daño alguno.

—Aquí estas...

Su voz, esa voz que escuché desde el día uno. Desde que me amenazó. Su rostro, ese rostro que me observó siempre, en la oscuridad y a la luz del día sin darme cuenta. Los labios, esos labios que había probado. Pero entonces al recordar ese beso me di cuenta de algo.

—¿Ustedes son dos, cierto?— Me atreví a preguntar.

—¿Por qué lo dices? — Cuestionó divertido, pero de un momento a otro su rostro se contrajo, estaba confundido. En verdad me dolía que fuera él, no quería creerlo porque a pesar de ser un hijo de puta era uno de mis compañeros.

No Evelyn, él no es tu compañero y lo sabes.

—¿Esa pelea fue falsa no?. Es decir, golpeaste al extraño para que no haya sospecha de que trabajan juntos. ¡Eloy, estás cubriendo a un asesino!— Grité descolocada. El pecho comenzó a arder de sólo recordar cómo mataron a Erin. Y aquel cadáver... Ese ataúd. Dios santo.

Mis ojos desbordaron lágrimas. Él me observó con un brillo muy particular. No lo descifraba.
Él sin poder si quiera defenderme me sacó del cabello a la fuerza de la bañera. Le golpeé el brazo para zafarme pero hizo más presión.

—¿Por qué haces tantas preguntas, Evelyn?. Ya estás fastidiando y  paciencia, no tengo. — Me sacó del baño y me lanzó con dureza al piso de la habitación. Se empezó a acercar a paso lento hacia mí.

—Por favor detente...— Supliqué nerviosa.

—¿O qué? — Fue su simple respuesta

Aún así siguió acercándose peligrosamente, como último método de salida tuve que arrastrarme hasta estar detrás de la cama. Volvió a sonreírme. No se detenía. No sé que quería.

—Por favor, ya. — Supliqué entre sollozos.

— No.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca utilice la poca fuerza que tenía empujándolo, su espalda chocó contra el mueble y aproveché esa pequeña oportunidad para salir lo más rápido posible, me dirigí hacía la puerta de salida pero cuando estaba apunto de llegar me jaló del cabello y me empujó fuertemente hacia la pared. Mi espalda dió un golpe seco.

Caí al suelo. Traté de levantarme pero no fue necesario ya que me levantó del cabello y me hizo mirarlo a sus ojos color café.

— Fui muy paciente contigo Eve. Pero yo necesito a Eva no a una estúpida como tu.— Gritó en mi rostro, sentí miedo y lágrimas de impotencia se formaron en mis ojos.

—¡¿Quién mierda es Eva?! — Le grité exaltada. —¡Desde que viniste a mí no paraste de decir aquel nombre pero no entiendo!

— Al parecer has perdido la memoria. Déjame que te la refresque.— Me empujó a la pared y presionó mi cuello. No podía respirar, me quedaba sin aire. Mi rostro ardía y mis pulmones estaban sufriendo.— Necesito que dejes salir a tu otra yo, porque ésta no me sirve.

— Por favor  no puedo... respirar — Intenté apartar su mano pero su agarre se hizo más fuerte. Entre todo eso se me vino una idea a la mente y no lo pensé dos veces, levanté el pie, acordándome de mi movimiento secreto y golpeé su entrepierna. En fracciones de segundos me soltó y cayó de rodillas al suelo.

Nunca tenía suerte en la vida, al parecer la desgracia me perseguía. No llegué ni a dos centímetros de la puerta, él me golpeó la pierna de atrás y caí dándome el rostro contra el frío suelo. Auch.

Se levantó y con su pié presionó mi espalda. Mierda.

—¿Te duele?— Asentí sollozando.

Empezó a caminar hacía la puerta, no quería rendirme, si moriría lo haría luchando hasta el final. Me levanté, saqué el fragmento de vidrio que tenía guardado. Me abalancé sobre él e intenté clavárselo pero esquivó el ataque, aún así no me rendiría, me tomó de la cintura, quedando con mi espalda contra su pecho.

—¡Quieta maldita perra!— Gritó fuera de sí.

—¡Vete a la puta mierda idiota!— Agarré el vidrio y llegué a hacerle un corte no tan profundo en su brazo, él me soltó y en eso aproveché a salir de ahí corriendo, abrí la puerta. Mire para todos lados; habían muchas puertas y pasillos. Observé las escaleras así que fui para allí, comencé a bajarlas apresurada, podía sentir los pasos de él por detrás de mí. Entonces me puse muy nerviosa, tenía mucha presión y estaba cansada.

Mi tobillo se dobló causando que pierda el equilibrio y caiga por las escaleras. Al llegar al final de ellas mi cuerpo dolía como la mierda. Traté de levantarme pero no podía.

Escuché su voz ronca.

—Eres tan estúpida...

Me levantó en sus brazos, pataleé, grité pero él de todas formas subió conmigo las escaleras. Me llevó nuevamente a aquella habitación horrible y me depósito bruscamente en la cama.

—Tienes fuerza, maldita hija de puta... —Farfulló agitado.

La cama estaba llena de sangre y el piso tenía gotas, estaba perdiendo sangre sin parar gracias al corte que logré hacer. Agarrándose del brazo lastimado salió de la habitación. No podía escapar, me dolía el pie, me costaba respirar, me dolía la cabeza ... Todo el cuerpo dolía. Joder.

Quería volver a casa, con mis padres. Con mis hermanos y olvidar todo eso. Irme de éste pueblo para siempre y tener la vida que siempre soñé. Llena de tranquilidad.

Al cabo de unos minutos volvió; su brazo ya estaba vendado. Visualice que consigo traía unas esposas de policía y una jeringa que contenía un líquido desconocido para mí.

—¿Qué harás? — Murmuré horrorizada. Vi como se abalanzó sobre mí con la jeringa en mano, empecé a forcejear. Lo rasguñé por todo el rostro.

—¡No!¡Por favor, ya basta! —Grité desesperada.

—¡Cierra la boca! — Su mano impactó en mi mejilla izquierda, un dolor apareció en mí oído. Un sabor metálico se sintió en mi boca y luego sentí el pinchazo de la jeringa en mi cuello, empecé a ver borroso.

—Duerme pequeña traviesa.

—¿Qué me has hecho?

— Cuando despiertes no recordarás nada porque ya no serás tú.

Por último sentí cuando cerró las esposas en mi muñeca y la enganchó en la cama. Se escucharon sus pasos alejarse y después la puerta cerrarse con llave.

Andrei... Killian — Susurré débil, luego todo se oscureció otra vez.


—Evelyn... — Murmuré mientras me dirigía a su habitación. Ya era de mañana. Al llegar a su puerta toqué pero no hubo respuesta. — Hay que desayunar, dentro de un rato tenemos instituto..... — Tampoco hubo respuesta alguna.

Ushhh ¿Qué hace ésta niña?

Voy a pasaaaaar— Canturreo. A ella no le gusta que pasemos sin tocar su puerta, es entendible, es su privacidad. Al notar que no se opuso abrí la puerta, no estaba durmiendo, su cama estaba desordenada.

Quizás esté en la ducha.

Me apresure a ir al baño pero tampoco estaba allí.

—¡Killian! — Grité desde acá. Esperé paciente unos minutos pero no vino —¡Killian!

—¡Ya voy! — Se escuchó de pronto a lo lejos. Mi paciencia se estaba agotando pero justo cuando iba a gritar nuevamente apareció por la puerta. —¿Queeeeeeeeee?

—¿Has visto a Evelyn salir? — Él negó rápidamente para darme una mirada confusa.

—¿Por qué.....?

—Porque no está ,Killian, Evelyn no está. — Me rasqué la parte de atrás de mi cabeza en un gesto de alteración. Mis padres no estaban, no volvían hace días. Todo era muy estresante.

—¿Quieres que la salgamos a buscar...? — Le di una mirada de ¿es en serio?,  a lo que él respondió con un encogimiento de hombros.

—Si quieres nos sentamos a esperar... ¿qué opinas? — Dije sarcástico— Obvio idiota ¿y si le pasó algo?

—La primera y última vez se fue a White Garden.  Quizás esté allí ¿llamaste a su móvil ya? — Me acorde en ese instante así que pedí su móvil y le marqué. Sonó una vez y no hubo respuesta, sonó otra vez y tampoco.

La tercera es la vencida.

Suspiro y marco por última vez, con suerte en esta atiende... el contestador.

¡Ushhhh niña!

Escuchamos que algo vibraba en la habitación, nos acercamos y seguimos la vibración. Nos llevó hasta su almohada. Toqué debajo de ésta y ahí encontré su móvil.

Okey, ésto es raro.

Le marcamos a Jasper pero él dijo que la última vez que la vio fue ayer en el instituto y estaba teniendo una pequeña discusión con Eloy Andrews. Mathias tampoco sabía de ella. Eso nos resultó raro.

¿Por qué tendría una discusión con él?

Nos cambiamos y fuimos a la casa de Eloy a preguntar, desgraciadamente no teníamos su número telefónico.

Su casa era la mansión más grande y lujosa de Karsson. Era obvio ya que era el hijo del dueño y único nieto de Karsson Andrews, el fundador del pueblo.

Tenía un pequeño camino de flores, mas bien dicho de rosas azules, que se terminaba en la puerta de entrada de la casa. La mansión era blanca, desde mi punto de vista se podía ver la cantidad de pisos que tenía. De seguro más de 15 habitaciones.

Con Killian nos miramos y asentimos.
Al llegar a la puerta, él apoyó sus nudillos sobre ella y golpeó dos veces. Nadie atendió. Volvimos a insistir pero nada, cuando nos estábamos dando vuelta para marcharnos se escuchó la puerta abrirse.

Dejó a la vista a un señor, aparentaba tener la edad de mi padre, casi 40. Para esa edad estaba bien cuidado. Tenía los brazos formados, seguro hará entrenamiento. De ojos azules que denotaban frialdad, era alto y de cabello oscuro.

Él al vernos habló primero.

—Hola ¿Necesitan algo?

—Hola— Killian fue el primero en hablar, podía ver en su rostro una mirada fría. —Buscamos a Eloy.

El señor ya nombrado se aclaró la garganta y dijo lo siguiente — Él no está en casa.
¿Se puede saber para que lo necesitan?

—Mi hermana no está en casa, por eso vinimos a preguntarle a él. — Respondí sincero.

—¿Qué tiene que ver mi hijo en ésto? — Su tono de voz no me gustó para nada. Al escuchar las palabras mi hijo me di cuenta de que él era el dueño del lugar.

—Señor Andrews, mi hermana no está en casa, al instituto no fue porque siempre vamos juntos. Sus amigos no saben nada de ella excepto por Jasper, dijo que Evelyn estuvo discutiendo con Eloy.

— Ah, ustedes son los Hill Smith. — Sentenció por mí parte hice un gesto de asentimiento— Lo siento, Eloy no vino a casa desde ayer.

¿Qué?

—¿Cómo puede ser?... Ayer lo vi entrar aquí. — Dijo un Killian muy confundido. Ésto me parecía raro. Presentía que algo andaba mal y él lo sabía.

—Lo siento chicos, se habrán confundido.— Murmuró perdiendo su paciencia.

—Pero ¿Cómo es posible?, yo sé lo que ví señor y si digo que lo ví entrar aquí... — Insistió mi hermano pero el señor Andrews justo lo interrumpió.

— Disculpen pero tengo trabajo y no puedo estar perdiendo el tiempo... Adiós — Estaba por cerrar la puerta pero Killian la detuvo en un movimiento rápido.

—Le llega a pasar algo a Evelyn y su hijo se las verá conmigo.. — El señor Andrews salió por completo afuera y tomo del cuello a mi hermano, estampadolo contra la pared. Mi instinto se activó y empujé con fuerza al señor. No me gustaba que tocasen a mis hermanos.


El señor golpeó su brazo con la puerta y me observó furioso.

— Mira chico, si tu hermana no está es problemas de ustedes. No me amenaces y si digo que mi hijo no tiene nada que ver en éste estúpido juego de adolescentes es porque no tiene nada que ver. — Soltó al borde de la cólera.

— Espero que así sea. — Me planté frente a la puerta y lo observé durante unos segundos.

— ¿Mi hijo salía con esa tal Evelyn?— Preguntó de la nada.

—¡No!— Gritamos casi al unísono con Killian.

— Entonces mi hijo está fuera de sus problemas. Váyanse, niños.

De inmediato ayudé a mi hermano a levantarse y nos fuimos de ahí. Todo era tan extraño. El señor cerró la puerta.

— Ésto... puede que lo estemos dramatizando Killian. Quizás esté en aquél jardin. — Murmuré y ésta vez fue él quién me dió una mirada de ¿es en serio?.

—Vamos a fijarnos.

—Vamos.

¿Por qué tengo el presentimiento de que algo está mal?

¿Y por qué Eloy estaría implicado en ésto?

¿Estará Eve allí?

Sólo no quiero que termine como ella.

¡Holassss!

¿Qué tal, pequeñas personitas?

Aquí les dejo el capítulo 10 de Karsson❤

Sin más, ¡saludos!

Besos oscuros de SadG

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro