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Parte de la misión

Narra Yukina
Ando esperando la llegada de Yogi y Tsukumo, estuve encerrada aquí todo el día, no me daban ganas salir pero cuando lleguen les daré un golpe por no llevarme, no espera ¿qué estoy pensando? ¿por qué siento que quería ir con ellos? no, yo solo quiero ir con ellos para escapar pero también quiero venganza contra Kafka por lo que me hizo pasar.

Me quedé acostada en la cama de la habitación de esos dos, que también es mía, pero no tanto, ellos estaban afuera, pues no quería salir, con solo estar en este lugar me recordaba tanto mi infancia, algo que me desagrada, espero que nadie se de cuenta, oí la puerta abrirse

—Umm...Yukina, te traje algo de comer, no comiste todo el día—Nai se acercó a mi con una bandeja en sus manos, tenía una buena comida que se diga

—Si, ponlo allí—señalé a un lado de mi cama

—Si—no vi nada pero supuse que lo hizo

—¿Estás bien? Te ves extraña— Nai me miró con su inocencia

—Si, no te preocupes por mí, siempre estoy así—contesté de manera fría

—Yo quiero ayudarte, quiero ayudarte en lo que sea— volteé a verlo y vi su rostro inocente, sus ojos rojos que me llaman la atención, él es raro

—Solo deja la comida—desvié de nuevo mi mirada —Quiero estar sola—bajé la mirada

—Si—pasa de largo —Iré con Karoku, puedes ir con nosotros si quieres— oí el sonido de la puerta cerrarse.

Hoy no quería hablar con nadie, este lugar es de lo peor, quiero salir y dar mi venganza, ellos no se merecen vivir, esos tipos que lo único que hacen es hacer sufrir a las personas, sin mostrar una pequeña gota de arrepentimiento, a ellos me refiero a los tipos que pertenecen a Kafka.

Agarré la bandeja que Nai me dio y la puse encima de mis piernas, empezando a comer, tratando de no hacerlo a gran velocidad.

Narra Nai
Ella ha estado encerrada desde la mañana, no ha querido salir ni para comer, estoy preocupado, cuando la veo me recuerda mucho a Gareki, a pesar de que él nunca sonríe, él me ayudó a escapar, me protegió de los Varuga y me ayudó a encontrar a Karoku, algo que en verdad estoy muy agradecido, yo no quería que se fuera pero él tenía que hacerlo, tengo la esperanza de que pronto volverá para contarle lo que ha pasado en este lugar.

Ella es amable aunque no lo demuestre, puedo verlo en sus ojos, como si ella ocultara algo, de nuevo siento esta tristeza, esta pequeña opresión en mi pecho, puse mi mano en él, quiero ayudarla.

—Nai ¿estás bien?—salí de mis pensamientos y me encontré a Karoku enfrente de mi

—Karoku ¿cómo ayudamos a Yukina? Ella no ha salido de la habitación desde que llegó— volteé a ver el camino por el que había pasado

—Yo también quiero ayudarla, aun no sé el por qué, pero no es bueno estar encerrado por mucho tiempo—volteé a verlo

—Tienes razón ¿pero cómo?—

—No lo sé—bajó su mirada

—Yo...—fui interrumpido por uno de los conejos

—Yogi y Tsukumo llegaron—

—Que bueno—dije con una sonrisa

—Pero esto es malo—me quedé confundido, en las misiones de Yogi junto a Tsukumo-chan y los otros de Circus nunca salen mal —Yogi está muy herido, al parecer dio lucha contra alguien llamado Uro— oí el suspiro de Karoku, volteé mi mirada hacia él, se vio sorprendido, Uro, ese nombre se le hacía conocido, hice memoria para recordar quien era.

Una imagen me llegó a la mente, de que Gareki y yo ibamos al rayo de arcoiris pero eramos impedidos por muchos Varuga, recuerdo la cara del hombre que los enviaba

Recordando esos momentos, le daba mucho miedo su rostro cuando trataba de evitar que fueramos hacia Karoku, lo logré pero oí de que escapó, si, de seguro era él

—¿Qué hacemos?—pregunté muy preocupado

—Sin Yogi será difícil, necesitamos a alguien que sepa empuñar bien la espada para que lo reemplace como el guerrero de la segunda Nave— dijo el conejo

—Que Yukina lo reemplace— apareció Hirato-san por detrás del conejo

—¿Está seguro?— preguntó el conejo

—Si, será una manera de poner a prueba las habilidades de Yukina, para saber si en verdad es buena con el manejo de la espada, ya que la espada que tiene no es una común—me sorprendí de ello, Yogi es el único que tiene espadas con magia, pero no creí que Yukina fuera a tener algo como eso

—Hay que decirle—dijo Karoku

—Yo lo haré, fui yo que la reclutó, asi que me hago responsable si debe participar o no en nuestras misiones— Hirato inicio su camino hacia la habitación donde se encuentra ella, yo solo me quedé viendo y pensando en el estado de Yogi, espero que no haya sido algo grave.

Narra Yukina
Sigo acostada en la cama, ya estando de noche, sumergida en mis pensamientos hasta que alguien abre la puerta, me encuentro de nuevo con ese Hirato

—Hola—me saluda con su sonrisa mientras cierra la puerta —Sé que sigues molesta conmigo— es obvio, alguien que me captura y me hace formar parte de este lugar sin preguntarme si yo quería o no —Pero necesito que nos ayudes en una misión— se sentó a mi lado derecho y suspiró —Yogi salió herido por dar combate contra alguien muy fuerte y necesitamos a alguien que lo reemplace mientras se cure, necesitamos tu ayuda, necesitamos que vayas al lygar donde fueron él y Tsukumo, los conejos te darán la ubicación— que molestia

—¿Y por qué yo?—pregunté a casi gritar

—Eres la única espadanchina que queda de este lugar y creo que no hay uno en la primera nave, te veré en ese lugar, Iva y Jiki te acompañarán— es la primera vez que oigo el nombre de Jiki —Tsukumo se quedará a descansar— terminó de decir

—Hay algo que quiero saber ¿Por qué Nai y Karoku no fueron a la misión con ellos?— pregunté enojada, ahora que lo recuerdo, cuando los vi a ellos, tenían cara de que no salían de la nave

—A ellos no los involucramos porque están al cuidado de nosotros, Karoku se fue con nosotros, dejando Kafka, si lo llegaran a recuperar, Nai estaría triste; a Nai no lo llevamos a nuestras misiones por lo mismo, no queremos que salga herido por los Varuga, ya que ellos no tienen piedad de nadie— no pude creer la información que este tipo me acaba de dar, que ese Karoku fue parte de Kafka la organización al que le tengo mucho odio, al que quisiera hacer desaparecer

—Bien— me paré de la cama —Iré— lo volteo a ver —Pero no lo hago por ustedes, sino por mi—

—Ya sé— se para también de la cama —Ya sabía que dirías eso— pasa de largo y se detiene por detrás de mí —No harías cosas por las demás personas, solo por ti— oí de nuevo sus pasos, que iban hacia la puerta, oí que se cerró.

No tengo de otra, por suerte recuerdo un poco la cara del tipo que me causó la tragedia, cuando lo vea, lo mataré.

Pasó un tiempo y ahora estoy aqui con Iva y Jiki en una nave, creo que esos eran sus nombres

(Jiki)

—¿Lista?— pregunta Iva, ella conduce, Jiki es el que se sienta al lado de ella y yo estoy sentada por detrás de él.

Iva vestía de un abrigo y sombrero negro, Jiki también traía el suyo, su sombrero, que era como de magos

—Si, ya vamos, que me estoy arrepintiendo—

—Que fuerte, bueno, en marcha— la nave se encendió y en ese instante comenzamos a despegar.

Vi la vista de la ciudad, las luces iluminaban la oscuridad, la mayoría eran amarillas, otras eran blancas, los edificios altos, las casas en buen estado, a veces los jardines de las casas, la gente pasando por ahí con alegría, pensando en lo suyo.

—No puedo creer de que Hirato reclutara a una espadanchina, contigo aquí, podrás reemplazar a Yogi las veces que quieras— dijo ese chico, Jiki, volteándome a ver

—Yo tampoco creo eso, sigo molesta con él en el que me haya llevado a ese lugar sin ni siquiera presentarse antes, solo raptarme mientras no estoy consciente— dije en brazos cruzados y con una cara de mucha molestia

—Es cierto, eres fuerte, quisiera que me retaras, al menos una vez para ver de que estas hecha, saber si puedes ser mejor que Yogi— yo siempre acepto cualquier reto, pero no las apuestas, es algo que odio

—Solo dime la hora y el día, allí estaré— dije sonriendo un poco

—Esa actitud me gusta, ya me gustas más— idiota, que se fije en el reto y no en mí

—Si, si ¿cuánto tiempo dura el viaje?— pregunté tratando de ver la cara a Iva

—Unos 15 minutos, con su platica llevan como la tercera parte— respondió sin voltearme a ver, tercera parte, eso quiere decir que ya pasó cinco minutos, que rápido para un vuelo que parece eterno.

Pasaron los 10 minutos sobrantes y aterrizamos en una pequeña ciudad, no era rica ni pobre, pero se podía decir que se ve que la gente tiene los recursos suficientes para mantenerse

—¿Qué lugar es este?— se me hacía familiar esta ciudad

—Es la ciudad Luna—contestó Iva, me sorprendí de eso, no puede ser, estoy en el lugar que menos quería estar —Vamos, el lugar esta a algunos metros por aqui— señaló Iva al frente usando su dedo, empezó a caminar, Jiki también inició su paso, yo también empecé a caminar, evitando las sospechas de lo que me está pasando, este sentimiento de nostalgia que está en mi interior.

Caminamos unos cuantos metros y terminamos en una parte pobre de la ciudad, además de que estaba despejado, casi no había gente

—¿Fue aqui no?— pregunté

—Si, nos dijeron que Uro estaba aqui, pero no lo encuentro— dijo Iva y todos miramos a todos lados pero no encontramos a alguien, ni siquiera una silueta —¿Dónde está?— seguimos buscando

—Oigan— oí una voz por arriba de mi, era ese Hirato, aterrizó enfrente de mi —¿No lo encontraron?— su voz se oyó serio

—No, aun no— contestó Iva.

De repente sentí que algo iba por detrás de mi, rápidamente saqué mi espada y lo ataque, corte algo en dos que hizo que muriera

—Tienes buenos reflejos niña— apareció la persona de esa voz, me sorprendí con verlo

—No puede ser— dije en voz baja

—Al fin que nos volvemos a encontrar, Uro—dijo Iva, ella y Jiki se pusieron enfrente de mi

—Eso debería decirlo yo, al igual que a ti niña— oí el aire que soltaba por la boca de Hirato

—Yukina ¿de que está hablando? ¿tu lo conoces?— no respondí, solo me quedé callada en este ambiente tan tenso.

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