Narra Yukina
—Tiempo sin verte Nai— dijo el niño de cabellera azul, Yanari, según lo que alcancé a oír, miró a Karoku —Tu eres Karoku ¿verdad?— me sorprende de que supiera su nombre

—Si, soy yo— dijo asintiendo con la cabeza —Veo que Nai te contó sobre mí— Nai lo mira

—Si, le pedí a Yanari-kun que buscara algo acerca de ti para encontrarte— le dijo con una sonrisa

—¿En serio? Gracias por ayudar a Nai— miró a Yanari y luego él me miró

—¿Quién es ella?— me señaló con la mirada

—Ella es Yukina— Nai me presentó

—Es un gusto, soy Yanari— extendió la mano

—Si, el gusto es mío— dije de forma sarcástica

—Parece que tienes mala actitud ¿sabes? me hiciste recordar al chico de cabello negro que venía acompañado de Nai y el tipo que se disfrazaba de Nyanperona— me dijo serio

—¿Te refieres a Gareki-kun?— preguntó Nai con inocencia

—Diría que sí— dijo Yanari estando pensativo

—Como siempre, comparándome con ese tipo— dije con sarcasmo

—Es que te pareces a él— dijo Yanari viéndome —En primera, tu sarcasmo— alzó su dedo índice —Segunda, eres seria y no sonríes tanto— alzó su dedo medio

—Otra es que es buena en las armas para disparar— agregó Nai con su sonrisa

—¡Ya dejen de compararme con él!— grité algo bajo, todos se me quedaron viendo —¡No sé por qué siempre tienen que decir el nombre de ese tipo cuando me conocen!¡No me gusta!— alcé el volumen

—Lo siento— dijo Yanari, luego sentí algo en el hombro

—Tranquila, yo no conozco mucho de Gareki, solo lo ví por Nai— dijo Karoku teniendo su mano en mi hombro

—No me convecerás tan fácil— dije de nuevo con sarcasmo

—Pero lo intentaré— me miró de nuevo con su sonrisa, volviendo a sentir esta sensación misteriosa

—Como quieras, pero no resultará— desvié la mirada

—¿Qué tal si vamos a caminar todos juntos?— preguntó Yanari

—Por ahora no quiero— recordé que aun tenía dolor de pies

—Si que eres como él— dijo Yanari mirándome molesto

—¡Que no me compares!— le grité en la cara, al parecer no se asustó

—Como digas, pero yo quiero caminar— empezó a sostener la mano de Nai —Vamos Nai— le sonrió

—Si— dijo Nai devolviendo la sonrisa y empezaron a alejarse

—Tendremos que seguirlos— dije sin opción

—Si, vamos— Karoku me tomó de la mano pero rápidamente lo separé

—¡¿Pero qué haces?!— me puse en defensa

—Tomándote la mano— dijo tranquilo, esto es una broma

—¡No quiero que lo hagas de nuevo!— grité un poco con enojo y señalándolo

—De acuerdo, vamos, hay que seguir a Nai— Karoku empezó a seguir a Nai y Yanari mientras yo me sentía confundida ante la acción de Karoku, nadie; después de la pérdida de mis amigos, bueno, a excepción de la persona amada; fue capaz de hacerme algo así como él o abrazarma y consolarme.

Recuerdo que una vez fue así, que fui a un pueblo desconocido y conocí a una chica de cabello castaño y un chico de cabello color morado, un poco idéntico a ella, todo eso fue cuando tenía 10 años más o menos.

No olvidé sus caras pero si sus nombres, quisiera verlos de nuevo, solo estuve con ellos una vez, es por eso que no recordé sus nombres, pero me decían que tenían a alguien más con ellos, un varón, que tampoco recuerdo su nombre y nunca lo ví.

—Yanari-kun ¿Has ido a ver a tu madre?— la voz de Nai me sacó de los pensamientos

—Si, voy a visitarla dos veces al mes— contestó Yanari

—Eso es genial, tu madre debe de estar feliz de que la visites— dijo Karoku

—Lo sé— Yanari se quedó mirando a Karoku —Ahora que lo recuerdo, Erisyuka me dijo de que la persona que más quería desapareció y creo que dijo tu nombre— así que tenía a alguien que lo quería

—¿Te dijo eso?— preguntó él algo molesto

—Si— asintió Yanari con la cabeza

—Por ahora no volveré a Kafka, ya estoy junto a Nai— abrazó a Nai

—Nada más te decía, ella está muy preocupada, hay días en que se pone a llorar por ti— le dijo como si nada pero de forma serena

—No pienso volver, ya tengo a Nai— Karoku ya se vio más molesto

—De acuerdo, ya no hablaré— seguimos caminando, no sé por qué sentía esto pero siento algo de preocupación, quisiera saber lo que le pasó a él y Nai, que desee que los conocí, ellos son muy unidos.

Narra Karoku
No sé por qué me tenían que recordar a Erisyuka y a Kafka, admito que si me gustaba la vida de allá, pero no me gustaban tanto las fiestas de allí ni conocer chicas, solo me importaba volver a encontrarme con Nai, hasta estaba feliz de que me hablara o gritara, como aquel día en que dijo el nombre de Tsukumo, ese día me sentí feliz de oír su voz, que quería oír más pero no recibí ninguna respuesta.

Siempre tuve la esperanza de estar junto a Nai de nuevo, tal como era en el bosque Niji, en el que vivíamos en esa cueva, donde teníamos lo suficiente para sobrevivir.

—¿Hola?— oí un chasquido que me hizo salir de mis pensamientos, era de Yukina

—Hey, estuviste mucho tiempo en las nubes, hemos llegado a un restaurante— señaló el lugar

—Si, ya voy— dije tranquilo que parece que la hice enojar, aunque haga eso todo el tiempo, no puedo evitar sonreír enfrente de ella, era una sensación maravillosa.

Entramos al restaurante, empezamos a buscar una mesa para cuatro personas, encontramos una en la parte izquierda del restaurante.

Nos repartimos los lugares, Yanari se sentó junto a Nai y yo junto a Yukina, que creo que se enojó de nuevo, eso me hacía reír, ella si que me llama la atención que hace que no quite la mirada de ella.

Narra Yukina
Me senté en el lugar menos apropiado, al lado de Karoku, eso me pone muy molesta ¿por qué siempre tiene que pasarme esto? ¿por qué siempre me tiene que tocar cerca de él? quiero que este día acabe para no tener que estar cerca de él.

Llegó la mesera y pedimos lo nuestro, Nai pidió un jugo de manzana, Yanari agua, Karoku naranjada y yo lo mismo que él, es una de mis bebidas favoritas, no creí que fuera a pedir lo mismo, para comer, pedimos una ensalada para todos, esta contenía pollo, lechuga, manzanas y algunas bolas de arroz, como somos cuatro, una para cada uno, la mesera escribió todas nuestras órdenes y se fue.

—Si se me antojaba algo vegetariano— dijo Yanari

—Yo igual— dije yo

—Todos en realidad— dijo Karoku

—Me gusta la ensalada— dijo Nai

—Más bien a todos— corregí con algo de sarcasmo

—En eso tienes razón— dijo Karoku viéndome con una sonrisa ¿pero qué le pasa? aparte de ser un pervertido, por lo que pasó ese día, no para de mirarme, él es más raro que Nai.

Pasaron minutos y la mesera nos trajo las bebidas

—No sabía que también te gustaba el jugo de naranja— dijo Nai y después le dio un sorbo a su jugo de manzana, utilizando un popote, yo hacía lo mismo que él

—Es una de mis bebidas favoritas— dejé de beber mi jugo

—Karoku suele beber eso en las mañanas— me sorprendí de ello

—Eso quiere decir que tienen algo en común— dijo Yanari y luego empezó a beber un poco de su agua

—No es cierto— crucé mis brazos

—Gracias por el cumplido— dijo Karoku, ahora si que se está pasando.

Pasaron otros minutos y la mesera llegó con un plato grande y hondo lleno de ensalada, todo fue como decía el menú, lechuga, pollo, manzanas y cuatro bolas de arroz, todos juntamos las manos y agradecimos por la comida para empezar a comer.

Le piqué el tenerdor a un pedazo de pollo y lo puse en mi boca, estaba muy delicioso, hice lo mismo con las bolas de arroz y toda la ensalada, todo estaba bueno, tal vez un poco mejor que la comida de la segunda nave

—Delicioso— dijo Nai con una gran sonrisa

—Si que lo es— afirmó Yanari y seguimos comiendo.

Terminamos de comer, pagamos la cuenta y salimos del restaurante

—Si que la comida me dejó lleno— Yanari soltó un suspiro mientras se tocaba la panza

—Si, todo estuvo delicioso— al ver la sonrisa de Nai, me hizo escapar de mí una sonrisa pequeña

—Asi que tu también sonríes, eos es nuevo en ti— oí la voz de Karoku, quien me dio un buen susto

—¿Eso a ti que te importa?— lo miré indiferente

—Es la primera vez que te veo sonreír— me mira con su sonrisa, sentí un ligero rubor en mis mejillas, no, no debo pensar en eso, ya amo a alguien como para ser infiel y estar con otro, maldita sensación, quitate de encima; sacudí mi cabeza para tratar de quitarme el rubor

—Quiero seguir— dijo Yanari alejándose junto con Nai

—Esperate niño— detesto que me dejen atrás, me echarán la culpa si algo les llegara a pasar a estos dos.

Seguimos y seguimos caminando sin parar, viendo tiendas de compra, lugares grandes y espaciosos, también viendo a la gente caminar.

Ya se hizo tarde, el sol se va a ocultar pronto.

Llegamos a un lugar vacío, donde aterrizó una nave

—Muchas gracias por todo— me calmé cuando esa nave le pertenece a Yanari, estaba a unos cuantos escalones de entrar

—De nada Yanari-kun— dijo Nai moviendo su brazo de un lado a otro, de repente empecé a sentir algo, algo que se estaba moviendo, luego fue... me llegó a la mente muy rápido, era el sonido de un arma recargándose, miré de reojo a todos lados y al parecer encontré al sospechoso, era un hombre vestido de negro y al parecer le están apuntando a ¿Nai? ¿por qué él?

—¡Nai!¡CUIDADO!— corrí hacia él y saqué mi arma para tratar de apuntar y dispararle al hombre pero todo fue rápido, no alcancé a disparar, pues me habían dado en el brazo, el que sostenía el arma, sentí que mi vista se iba a nublar pero usé fuerza de voluntad y le disparé al hombre, logré matarlo, luego de eso caí de rodillas, agarrando mi brazo herido, dolía mucho

—¡Yukina!— Nai se acercó a mí

—¿Pero qué?— Yanari hizo lo mismo —Esta bala— me inspeccionó —¡Rápido!¡Suban a mi nave, no resistirá mucho!— la vista se me empezaba a nublar, que suerte que tenía el parche puesto para no liberar ese yo Varuga, lo tengo puesto en la espalda

—Si— sentí los brazos de alguien, hice esfuerzo para ver quien era, es Karoku, no otra vez, él no, no tengo tiempo para pensar en estas cosas, la consciencia se me está yendo, sentí como corría hacia la nave de Yanari, ya no puedo más, cerré los ojos, empezando a sentirme atrapada en el oscuro abismo.

Estando en un lugar donde todo es blanco, alcancé a ver a la persona que amaba, él cabello de él es rojo, como siempre, con ojos color oro

—Yukina— se acercó a mí —Que bueno es verte de nuevo— me sonrió pero la presencia de él no duró mucho tiempo, empezó a desvancerse

—¡No!¡Regresa!¡No me dejes!— traté de tocar su mano pero no se sentía

—Nos veremos pronto, ya lo verás— fue lo último que dijo antes de desaparecer

—¡¡NOOOOOOOO!!— grité a no poder y después ya no supe nada.

Desperté con un dolor de cabeza, estaba en un hospital, acostada en una camilla

—¡Yukina!— Nai se acercó a mí
—Chicos, ya despertó— en ese momento todos entraron, Yogi, Tsukumo, Iva, la chica de cabello azul rey, Jiki, Yanari y Karoku

—¿Qué me pasó?— me senté

—Te dispararon con una bala que contenía veneno— respondió Yanari

—Al parecer Kafka se está volviendo a levantar— dijo Iva estando pensativa

—Y de lo tanto que nos costó vencerlos— dijo Yogi

—No los vencimos, simplemente huyeron— dijo la chica de cabello azul rey

—No me lo recuerdes Kiichi— dijo Jiki

—Pero es verdad— afirmó Tsukumo

—Investigué todo— apareció Hirato junto con Tsukitachi —Trataron de disparar a Nai porque él fue quien se llevó a Karoku— dijo serio

—Con suerte tu lo salvaste— dijo Tsukitachi

—Ya veo— bajé la mirada un tanto seria

—Akari vendrá a revisarte— dijo Hirato, provocando que Yogi se sobresaltara

—Yo me voy— salió corriendo como loco, había olvidado de que él le teme a ese doctor, con suerte me sé el motivo

—Te dejaremos, vámonos— dijo Tsukitachi y todos se fueron a excepción de Karoku

—¿Qué quieres?— pregunté seria

—No vuelvas a asustarme— me dijo un poco serio

—De acuerdo, no lo haré, simplemente bajé la guardia en ese momento, no es nada de qué preocuparse— desvíe la mirada

—Está bien— se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla ¿pero qué? —Yo también me tengo que ir, él vendrá pronto— se dio la vuelta y se fue, dejándome confundida, él me besó ¡Me besó! sentí una pequeña ira salir de mí pero al mismo tiempo sentí calma, no sé por qué, pero pasé lo que pasé, debo de ser más fuerte.