Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

oo9. un dia de partit?

oo9. ❝ so why'd you have to rain on my parade? i'm shaking my head, i'm locking the gates ❞

¿UN DÍA DE PARTIDO?




































































🏟 ━━━━━━ LOS DÍAS COMENZARON A PASAR MÁS RAPIDO de lo que Antonia pensó cuando ya se vio a sí misma avanzando progresivamente en sus terapias de recuperación. No era muy fanática de que le dijeran qué hacer pero había estado siguiendo al pie de la letra todas las indicaciones de su fisioterapeuta y asistiendo a las sesiones con rigurosidad.

Aún no le gustaba todo el asunto, debía confesarlo. Estar viviendo en otro país y haber hecho que su familia la siguiera aún era algo a lo que tendría que acostumbrarse, y no quería echarse la culpa de todo eso tampoco. No era justo.

Pero bueno, había que seguir adelante.

Lamentablemente sus amigas habían perdido y, como para hacerla llorar aún más, la habían ido a visitar a su departamento provisional con el fin de darle su apoyo. No obstante, ese mismo día todo el equipo terminó derramando lágrimas por su fallida travesía para llegar al Mundial.

Cada una ahora estaba en completa libertad de hacer lo que quisiera. La temporada para ellas había acabado y tendrían un pequeño parón de verano —ya que en Chile estaban en pleno verano— en donde aprovecharían de descansar, quizás entrenar, recargar baterías, meditar y, en el caso de Antonia, recuperarse.

Sin embargo, una decisión quedarse en España con ella.

Tiare.

—Hermana insisto, no tienes porqué hacer esto. Me voy a sentir culpable.

Su mejor amiga se volteó y la observó ladeando la cabeza.

—Anto, te lo juro, si me vuelves a decir algo así me tiraré por la ventana —apuntó.

Ambas estaban en la cocina del departamento de Montt con Castillo cocinando una ensalada para ella y su amiga. Aquel instante había servido para que la joven le comunicara a la morena su decisión de quedarse en España para acompañarla.

—Es que es verdad —alzó las manos—. Puedes volver a Chile y descansar. No te quedes con esta pobre lisiada.

—Ay, no seas llorona. Tú sabes bien que yo hago lo que quiero y punto, y lo que quiero es quedarme contigo —le sonrió de lado—. Tampoco es que te vaya a molestar con un lugar donde quedarme. Mi tía Carolina vive aquí así que me quedaré con ella.

—¿Y tus papás? ¿Qué piensan de esto?

—A ver, no es que mis papás sean los más estrictos del mundo tampoco ¿Eh? Al final del día les da lo mismo lo que haga o no —se encogió de hombros—. Les conté y les parece buena idea. Dicen que sirve para que me despeje, tome vacaciones y evite caer en una depresión después de quedar eliminadas.

Abrió los ojos—Chuta, qué tiernos.

—Sí —volvió a trabajar en la comida—. Sea lo que sea, me da igual. Quiero estar contigo en el proceso y...De paso, tomarme unas merecidas vacaciones.

—Aquí es invierno.

Le hizo una mueca agotada por su actitud negativa—Me da igual. Sólo quiero descansar ¿Ya? Estar contigo y...Quién sabe, de paso conocer a algún español guapo. ¿Tu amigo Pedri no tendrá alguno que me presente? —le guiñó un ojo sabiendo que su comentario la iba a molestar.

Antonia gruñó con fastidio y se levantó de la silla para irse a mirar por la ventana.

—No me vuelvas a mencionar a ese gil. De verdad que me hierve la sangre cada vez que me acuerdo de él —sacudió la cabeza—. Mejor no busques ningún español. Confórmate con un flaite o un huaso chileno.

—Hermana, es que a ti te tocó la mala suerte de toparte con un español desagradable —se acercó a ella—. No creo que todos sean así.

—Ay, es la típica frase de no todos los hombres son iguales —hizo comillas en el aire—. Si todos son iguales a este que conocí dejaré de creer en la eficacia del género masculino.

—Creí que ya lo habíamos hecho —rieron—. ¿Te tinca si armamos algún panorama ahora? Desde acá oigo los ronquidos de tu papá y tu hermana tiene que estar full estudiando.

—¿Ir a algún lugar con esto? —levantó su brazo en el cabestrillo—. Uy sí, qué divertido.

—Yapo, tengo una idea —se alejó un poco de ella para buscar algo dentro de su mochila. Segundos después llegó con dos trozos de papel en le mano—. Esto.

Montt frunció el ceño mirando la que la chica tenía en sus manos pero no lo entendía del todo.

—Wow amiga, papel —aplaudió—. Mejor explícame qué es. Me cargan las adivinanzas.

Puso los ojos en blanco—Son tickets, tonta. Para ir a ver un partido...Del Barça.

—¿¡Qué!?

El grito fue tan fuerte que obligó a Tiare a cerrar los ojos unos segundos.

—Qué pulmones, amiga.

—¿Por qué, en la Tierra, yo querría ir a ver un partido del Barcelona? ¿Eh? —alzó los brazos—. Ese equipo y su pequeña estrella me tienen como estoy ahora —frunció el ceño—. A todo eso, ¿Cómo los conseguiste?

—Eh...Me los dieron.

—¿Quién?

—Creo que el equipo administrativo del club, o al menos eso decía la carta —la contraria abrió los ojos como platos—. Nos lo dieron como compensación por el mal rato que nos hicieron pasar. Creo que soy la única que los puede cobrar ya que las otras chiquillas se volvieron a Chile. Son dos. Uno para mí y un acompañante.

—Me estás webeando.

Nop.

Puso sus brazos en jarra. Bueno, uno de ellos—A mí no me llegó nada.

Abrió la boca sorprendida—Broma.

Negó—Absolutamente nada. Ni una carta de disculpas ni nada —soltó una risa sarcástica—. Club culiao. Yo soy la mayor afectada en todo esto y me ghostean. Me parece una falta de respeto.

—Sí —hizo una mueca—. Tienes razón, esto es una vergüenza. Mejor no vamos a ninguna parte —Castillo estuvo a nada de romper los boletos a la mitad.

—No, no, no, no —su amiga la detuvo al instante—. No hagas eso.

—¿Por qué?

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro—Porque cambié de parecer...Vamos a ir y espero que todos los del club me vean ahí y se les resuelva el estómago.

—¿Estás segura? —luego de su historia su amiga no se veía tan convencida.

—Obvio que sí. Amo armar un buen escándalo —chasqueó los dedos cuando se le ocurrió una idea—¿Y sabes algo más? —sonrió—. ¿Me acompañas a comprar una polera?

No, no se compró una del Barcelona.

Se compró una del equipo rival.

Ese día el Barça tenía un partido en el Camp Nou contra un equipo que siempre era muy agresivo en el campo con ellos: El Getafe. Entonces ¿Qué hizo Antonia? Buscó por todas partes en el centro de la ciudad a alguien que pudiera venderle una camiseta de dicho equipo y así se presentaría al estadio. No tenía la menor idea de quién era el dueño de aquel nombre y ese número en el estampado. No le importaba. Lo único que quería era no verse como alguien que apoyaría al conjunto azul-grana.

A Tiare le pareció una mala idea e inmediatamente se arrepintió de haberle propuesto aquel panorama a su amiga. Para colmo, sus asientos estaban en la barra del Barça, y si la veían aparecer con una polera del equipo contrario podía generar conmoción, cosa que ella no quería pero a Montt parecía no importarle.

Cuando llegaron al instante la gente se dio cuenta de que había una infiltrada en su barra. No dijeron nada, sólo la analizaron con disgusto y desprecio y mirándola de reojo en ocasiones. ¿A la chilena le importó? Ni un poco.

—Oye ¿No te puedes quitar la polera? Media barra del Barça nos está haciendo el criminal offensive side eye —le murmuró Tiare sobre el ruido de las barras.

Se encogió de hombros—Me importa bien poco, qué decirte.

—Pues a mí sí. Nos están mirando feo.

—Amiga esta gente ni nos conoce. Realmente me da lo mismo. Relájate, tampoco es que vaya a gritar si este equipo llamado... —se miró la camiseta buscando su respuesta—. ¿Tenafe? ¿Mapache...? ¡Getafe! —le atinó—. Meta un gol o algo. Aunque de seguro le ganan a este club inútil.

Mentira.

Porque perdieron.

El Barcelona se había llevado la victoria en su casa ante el Getafe, por la cuenta mínima, pero lo habían hecho.

Y adivinen quién había hecho el gol...

El partido estaba aburrido —bueno, obviamente Antonia lo iba a describir de esa manera—. Pero cuando llegó el minuto 35 las cosas comenzaron a cambiar. Montt no entendía mucho de tecnicismos sobre el fútbol, sólo cosas básicas. Pero cuando vio a uno de los jugadores correr por la cancha y pasarle el balón a otro llegó hasta a ahogar un suspiro por la sorpresa ante tan buena jugada que terminó en un espléndido gol.

La afición se volvió loca, y por un segundo esa euforia la asombró. Todo aquel enorme estadio vitoreaba, tocaba tambores, hacía sonar bocinas, agitaba banderas, saltaba, bailaba y mucho más. Era una verdadera fiesta de colores azul-grana que realmente había llamado la atención de la chica.

Tiare a su lado celebró el gol sin importarle que su mejor amiga a su lado, usando la camiseta celeste del Getafe, se mantuviera estática en su posición viendo toda aquella celebración.

Sólo podía pensar en una cosa: Cuánto desearía que el voleibol fuera apreciado de esa manera.

No sabía bien quién era el futbolista que había ganado la victoria para el equipo ya que de su posición —y constante miopía— no veía claramente. Además, no conocía a ninguno y mucho menos los reconocería por el número en su espalda.

Hasta que todo el Camp Nou comenzó comenzó gritar:

—¡Pedri, Pedri, Pedri, Pedri...!

Antonia tardó unos segundos en reaccionar pero cuando lo hizo abrió los ojos como platos.

—¿¡Qué!? —se puso de pie de repente ya que había estado sentada todo ese tiempo—. ¿¡Quién hizo el gol!?

—No tengo idea, pero estuvo bueno, muy bueno —dijo su amiga aplaudiendo.

La sacudió—¿Que acaso estás sorda? —le reclamó apuntando a los aficionados.

Castillo comenzó a poner atención a lo que gritaban las personas.

—¿Pedri? —frunció el ceño hasta que la mirada seria de su amiga la hizo recapacitar—. ¡Oh! Pedri —se llevó una mano a la boca.

—¿Me trajiste aquí para ver como el hombre que odio es feliz haciendo su deporte y para colmo hace un gol que vuelve a toda esta gente loca? —alzó los brazos.

—¡Qué iba a saber yo que el tipo era tan bueno como para anotar gol! —Montt le jaló el pelo—. ¡Oye! ¡Ya perdón! No debí decir eso. Pero en serio que no es mi culpa. Sólo ha sido...Coincidencia.

Regresaron su vista al campo y vieron como sus compañeros dejaban de abrazarlo y felicitarlo para regresar a jugar. El canario se giró hacia el público y se llevó ambas manos a los ojos, como si estuviera imitando unos lentes o binoculares. En resumen, hizo su celebración.

El gesto le pareció muy curioso a las chilenas. Pero a una de ellas le tembló el ojo de furia de sólo ver a aquel hombre triunfando.

—Coincidencia mi trasero —volvió a sentarse enfadada—. No puedo creer lo que acabo de ver ¡Sácame los ojos!

—Pero ha sido un gol muy bueno...

—¡Y a mí qué!

El resto del partido transcurrió sin más goles pero con mucha acción dentro de la cancha. Finalmente el Barcelona se llevó la victoria en su casa gracias al acto salvador de su número 8: Pedri.

Por supuesto que todos estaban felices. Jugadores, técnicos, aficionados...Todos menos una chilena enojada con el camiseta del Getafe que se había ido en busca del baño a través de las enormes instalaciones del Camp Nou.

Había que decirlo, la chica era de vejiga pequeña y no aguantaba mucho tiempo sin ir al baño. Por ese motivo, se vio en la obligación de tener que ir en busca de los sanitarios dentro de tremenda estructura mientras su amiga la esperaba a la salida. Tiare le había ofrecido su ayuda pero, por supuesto, ella se negó, afirmando que no era una completa inválida —o una inútil— como para hallar un baño.

Pues, quedó como estúpida cuando se perdió en medio del inmenso lugar.

Le parecía insólito que tan famoso estadio no tuviera tan claras las señalizaciones y no hubiera nada que indicara donde estaba el baño —a menos que ella lo hubiera pasado por alto—. Estuvo alrededor de 15 minutos caminando sin rumbo y a la vez sin encontrar nada. Solamente se estaba dejando guiar por su instinto y sus propios pasos.

A cada paso que daba menos gente comenzaba a ver y eso no le gustaba del todo. Sentía que comenzaba a llegar a áreas en donde no debía estar. Pero bueno, si había baño en ellas debía de ser suficiente para sobrevivir.

O no.

—Eh ¿Estás perdida, turista?

Antonia se quedó congelada en su posición cuando oyó una voz a sus espaldas.

Ella era lista, buena para reconocer rostros y, ahora, eficaz para reconocer ciertos acentos.

Cuando es acento español con el suave toque isleño llegó a sus oídos, su mente no tardó en conectarlo con su dueño y todas las imágenes que le recordaban a él.

Gruñó en su posición y se negó a darse la vuelta para verlo. Sabía que era él.

—Venga, sé que eres tú. Me costó un segundo darme cuenta...Pero lo hice —volvió a oírlo.

Sabiendo que no podía huir porque se vería como una cobarde, la chilena comenzó a girarse poco a poco hasta hasta quedó a tan sólo unos metros de él; viéndolo a la cara.

Pedri frunció el ceño y la observó de pies a cabeza—No sabía que eras fan del Getafe.

Montt recordó que aún llevaba la camiseta color celeste de aquel equipo y se examinó a sí misma.

—Claro, obvio que sí. Cualquier equipo en el que no estés tú es mejor —escupió cruzándose de brazos.

Soltó una risa nasal y se acercó—Hoy les ganamos —recién allí Antonia se dio cuenta que estaba usando ropa común y no su kit deportivo. Se notaba que su pelo estaba levemente húmedo así que quizás había tomado una ducha, listo para volver a su casa.

—Felicidades por el gol, por cierto —la aplaudió con falsedad—. Al menos uno de nosotros está sano como para jugar su deporte.

Cerró los ojos—Si no querías ver ¿Para qué viniste?

—Disculpa, no sabía que tenía acceso restringido a todos los lugares de España —él puso los ojos en blanco—. Una amiga me invitó y sorpresivamente todas mis compañeras recibieron de regalo una invitación para hoy menos yo —rió sarcásticamente—. ¿Tu club arruina mi vida y ahora yo soy la mala?

—Antonia, tú y yo sabemos que maldad sí tienes —dijo con seriedad.

Abrió los ojos sorprendida—¿Qué? ¿Qué te pasa? ¿Acaso tú no te has visto al espejo? Ridículo.

—Di todo lo que quieras. Este día ha sido tan bueno que ni siquiera tú con tus insultos lo podrían arruinar —se encogió.

—Claro, ya que hiciste un gol. Maravilloso, te felicito —dijo con sarcasmo.

—De haber sabido que estabas en la teibuna...Te lo hubiera dedicado —comentó con una sonrisa burlona sólo para molestarla.

Gruñó —¡Púdrete! —pegó media vuelta.

—Después de ti.

—¡Yo paso! —gritó a la distancia.

—¡El baño es por el otro lado! —el anuncio la hizo quedarse estática en su posición.

—¡No necesito tu ayuda! —siguió con su camino.

—Si sigues hacia allá entrarás a nuestro vestuario, que es de donde yo vengo. A menos que quieras ver a futbolistas sudorosos medio desnudos no te lo recomiendo —rió.

Montt volvió a detenerse y apretó su único puño libre al lado de su cadera. No quería darle la razón pero lamentablemente no tenía otra opción o terminaría viendo cosas que no le apetecía ver en ese momento.

Giró sobre sus talones y empezó a caminar en la dirección que Pedri le había dado.

Cuando le pasó por el lado le dijo—Imbécil.

—¡También te deseo un buen día, Antonia!

















































HOLA, YA SABEN QUE DIA ES? JUEVES DE FÚTBOOLLLLLLLL. cómo están?

qué les pareció el capítulo?? primera vez de Antonia yendo a ver un partido del barça y para colmo pedri hace gol JSJDBSJD qué les parece? me tinca que estos dos, aunque quieran, no podrán evitar seguir encontrándose 👀

además, falta muy poco para el giro importante de esta historia!!! (cagaste pedri)

35 votos para actualización ✨

muchísimas gracias por todo su apoyo, les adoro! nos vemos próximamente!

(pd: estoy preparando una fic nueva de Pedri así que prepárense🤭)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro