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Redención


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—¡Katsuki!—.

Aquello fue lo ultimo que había escuchado de parte de la castaña. Aun después de que la puerta callara los llamados de Ochaco, quedo de pie ahí, tratando de asimilar lo que acababa de hacer, acababa de darle una negativa a Ochaco.

El karma al fin había alcanzado a esa mujer que tanto daño le había hecho a él y en algún momento a Izuku.

—¿Se encuentra bien?—. Uno de los guardias del lugar se acerco extrañado, el rubio le miro por un momento aun sin decir nada.

—Ahora lo estoy—. Contesto finalmente, Katsuki le asintió a manera de saludo al hombre y siguió su camino. Tenia mucho trabajo que hacer, llego hasta la recepción del edificio, donde ya se encontraba el encargado de la prisión.

—Sr. Bakugou—. Dijo. —¿Pudo hablar con su cliente?—.

—Si, ella rechazo mis servicios—. Contesto desinteresado. —Le pido que no me contacten nuevamente, por favor—. El hombre le miro extrañado.

—¿Hubo algún problema?—. Katsuki negó.

—Ninguno, la sra. Uraraka no puede pagar mis servicios—.

—Uy, entonces esta metida en un serio problema—. Se lamento. —La Sra. Uraraka enfrenta graves cargos de fraude y abuso de confianza—.

—Lo entiendo, tristemente ya trabaje mis pro bono—. Mintió. —No puedo ayudarla—.

—Bien, llamare a la firma asociada para ver si ellos pueden ayudarla, pase buena tarde—. El rubio asintió y siguió hasta la salida. No miro ni una vez atrás, no quería saber nada de la castaña.

Subió a su coche y saco su teléfono, necesitaba hablar urgentemente con Toshinori y con Kirishima, ya va siendo hora de cancelar cualquier acuerdo pensionario que tuviese con Ochaco. 

—Hey, Pelo picho, reúne todo lo que sepas sobre pensiones a ex esposas—.

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Katsui acomodaba algunos documentos en carpetas para futuros casos, había leído todos los expedientes que el rubio mayor tenia en su escritorio y los había organizado, solo esperaba la opinión de Katsuki para ver como iba su progreso en la firma.

Estaba acomodando la ultima carpeta cuando Yagi Toshinori entro de imprevisto en la oficina. —Buen dia , joven Midoriya—. Saludo. —¿Bakugo?—. 

—El señ...—. Se corrigió. —Katsuki ha tenido que salir de emergencia, ha dicho algo de un cliente en la prisión estatal—. El mayor se lo pensó.

—Entonces por eso han mandado esto aquí—. Comento mientras le entregaba una carpeta al menor. —Dijeron que era de la prisión y como Katsuki es uno de mis abogados que trabaja pro bono, pensé que le interesaría—.

Katsui tomo la carpeta y comenzó a leer el archivo, su cara de sorpresa no paso desapercibida por el mayor. —Ochaco Uraraka—.

—¿Que?—. Toshinori tomo de regreso la carpeta y comenzó a leerla.

—Es ella ¿No?—. Pregunto el menor, el rubio no dijo nada aun. —La mujer por la que Katsuki dejo a papá—.

—Si, es ella—. Confirmo el rubio mayor. —Joven Midoriya, escucha—. Toshinori tomo del hombro al menor. —Bakugou ha cometido muchos errores desde antes de que esa mujer entrara a su vida, ella fue el detonante, pero tus padres ya tenían problemas—. El silencio perduro hasta que el mayor continuo. —Tu padre era arrogante, engreído y egoísta, tuvo que recorrer un duro y largo camino para ser la persona que es ahora—.

—Pero tal vez si ella no...—

—Si ella no hubiera entrado en la vida de tu padre, tal vez Katsuki lo hubiese dejado por alguien mas, tal vez tu padre no hubiera aprendido las lecciones que ha vivido y seguiría cometiendo los mismo errores una y otra vez—. Katsui lo pensó por un momento, suspiro. 

—Tiene razón—. Acepto. —Tal vez ni siquiera yo estaría aquí—.

—Lo pasado al pasado, joven Midoriya—. Toshinori pensaba retirarse con el expediente en sus manos, pero el menor lo detuvo.

—¿Le importaría si le hecho un vistazo?—. Pregunto. —No he trabajado en un caso de desfalco, me gustaría aprender lo mas posible—. el mayor dudo por un momento, pero termino aceptando y dejándole a Katsui el expediente de Ochaco. El rubio mayor le dijo que si tenia alguna duda fuera a buscarlo, Katsui asintió y comenzó a analizar el expediente. —Mmm... ¿Dónde demonios viniste a terminar, Sra. Uraraka?—. Pregunto al aire y sonrió. —El tío Shinsou tenia razón...—.

"El Karma existe"

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Iba de regreso al buffete cuando recibió una llamada, como iba manejando, activo sus manos libres sin ver el numero. —¿Si?—. Pregunto distraídamente.

—Amm... ¿Katsuki?—. Piso el freno repentinamente, esa voz... el claxon del auto de atrás lo hizo reaccionar y seguir avanzando. —¿Katsuki?—. Escucho que preguntaron, en ese momento cayo en cuenta que no había contestado.

—¡Si!—. Contesto. —Si, soy yo—.

—Hey—. Saludo dudosamente la voz al otro lado. —¿Tendrás libre esta tarde?—. Pregunto el peliverde. —Lo he pensado mucho... debemos hablar—.

—Cla-claro—. Titubeo.

—Pero si estas ocupado...—.

—¡No!—. Contesto rápidamente. —No, no lo estoy—. Respiro. —¿Dónde te veo? estoy libre ahora si quieres hablar—.

—Oh—. Escucho. —Bien, ahora estoy en la cafetería, donde nos vimos la ultima vez—.

—Voy para allá—. Dijo sin mas y colgó, su estomago estaba comenzando a revolverse, no sabia si podría tratar con el asunto de Ochaco y con lo que fuera a decirle Izuku en unos minutos, pero por si acaso... —Llamando a la Doctora Shield—. Agendaria una cita con su terapeuta.

No tardo en llegar, el lugar estaba medianamente saturado, una de las meseras le dio la bienvenida y le ofreció una mesa. —Estoy buscando a Izuku—. Dijo.

—Bien, si gusta tomar asiento en la barra, lo iré a buscar—. Le dijo con una sonrisa la chica y desapareció detrás de una puerta, al poco rato la misma chica apareció y le pidió que la acompañara a la trastienda, Katsuki pudo ver todo el ajetreo en la cocina hasta que llegaron a la que era la oficina de Izuku.

La chica abrió la puerta y lo invito a pasar, en ese momento el peliverde se encontraba a mitad de una llamada telefónica. —Claro, el pedido lo recibirá Denki Kaminari en el Karuma—. Izuku espero respuesta. —Muchas gracias—. Dijo finalmente para colgar. —Katsuki—. Saludo. 

—Izuku—. Contesto el rubio, Izuku lo invito a tomar asiento frente a su escritorio.

—Me disculpo si mi llamada resulto repentina...—.

—¡No, no!—. Se apresuro a decir Katsuki. —No te preocupes, estaba libre y fuera de la oficina—. el peliverde noto cierto nerviosismo en el rubio, algo que no era muy común en él.

—Bien—. Dijo Izuku. —Como sabes, habíamos quedado en algo la ultima vez que nos vimos—. Katsuki paso saliva. —Hable con Izumi y Kaoru sobre el tema de conocerte—. Izuku le miro, podría ver sus manos temblar a la espera de su respuesta, el tic en el ojo del rubio se hizo presente e Izuku no pudo dejar de notar que ese hombre que se encontraba frente a él, no era el mismo que hace diez años le había pedido el divorcio tan fríamente. —Ellos quieren conocerte—. Dijo finalmente.

Katsuki pudo volver a respirar de alivio. —Pero si vuelves a intentar comprarlos—. Le miro duramente. —Te alejare de ellos inmediatamente—. Aquellas palabras dibujaron expresión asustada en Katsuki.

—Pe- pero...—. Titubeo. —N-no, ¡No lo hice con esa intención!—. Se apresuro a decir. —Lo siento—. Se disculpo, aquella reacción y las palabras se Katsuki le sorprendieron de sobremanera a Izuku.

—Se que no lo hiciste con esa intención—. Le dijo con comprensión. —Pero no lo vuelvas a hacer y no lo digo por ti, lo digo por ellos—. Izuku suspiro. —Créeme, conozco a mis retoños, si les das la mano, te tomaran del pie—. Dijo con una media sonrisa. —No les des las armas para manipularte—.

—Hablas de ellos como si fuesen maestros de la manipulación—. Izuku soltó una ligera risa.

—Si te contara—. Susurro el peliverde. —En fin, las cosas serán así—. Comenzó. —Izumi y Kaoru pasan la semana conmigo, tu los tienes 2 fines de semana al mes, y una semana durante sus vacaciones, o sea, invierno, pascua y verano—. Izuku comenzó a sacar un par de hojas de uno de los cajones de su escritorio. —Estas son las alergias de Izumi...—. Señalo una de las hojas—...si llegas a olvidarlas pregunta antes de darle cualquier alimento—. La otra hoja la leyó antes de tendérsela también al rubio. —Kaoru es interactivo, así que cuidado con las golosinas—.

—Okey—. Contesto Katsuki. —¿Y que pasa con Katsui?—. Izuku le miro extrañado. 

—Bueno, como se ven en el trabajo a diario, no considere necesario incluirlo en el itinerario—. Se encogió de hombros. —Pero puedes incluirlo en los planes de visitas que quieras cuando vengas por los mellizos—. El rubio asintió.

—¿Podría verlos entresemana?—. Izuku se lo pensó por un momento.

—Claro, yo trabajo durante las tardes/noches, así que a veces se me dificulta conseguir niñera—. Sonrió, pero Katsuki no parecía querer replicar.

—Genial—. Sonrió ligeramente el rubio. —Algo mas que necesite saber—. Fue en ese momento que Izuku se puso mas serio de lo normal, la tensión en la oficina podría sofocar a cualquiera.

—Como te lo dije hace unos días, ellos son mis hijos, tu nombre no figura en sus actas de nacimiento—. Dijo. —No tienes autoridad para decidir que es mejor para ellos, cuestionar las decisiones que tomo sobre su educación o pedirles que te rindan cuentas—.

Katsuki paso saliva de manera nerviosa, en toda su vida jamás llego a ver tal seriedad en el rostro del peliverde, Izuku siempre había sido todo sonrisas y nerviosismo andante y que ahora le hablara con tal autoridad... le sorprendía.

Aquel hombre frente a él no era el mismo joven que se caso con el, no era la misma persona a la que le pidió el divorcio, Izuku había cambiado. 

—Si llego a entrarme que intentas pisotear mi autoridad para con ellos, créeme...— El tono de advertencia se hizo notar. —Te juro que no los volverás a ver en lo que te quede de vida—. Katsuki sonrío.

—Bien—. Dijo, aceptando todas las condiciones del peliverde, Izuku asintió.

—¿Cuándo quieres comenzar?—. La sonrisa del rubio era demasiado grande que incluso había hecho latir el corazón de Izuku.


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Mientas tanto en el otro lado de la cuidad...


Ochaco Uraraka maldecía mil veces a Katsuki por negarse a ayudarla, ella pensaba ciegamente que el rubio seguiría dándole lo que quiere para no lidiar con ella, pero se equivoco y ahora estaba ahí, en su celda con una carta en las manos de un tal Kirishima Enjiro, avisándole que Katsuki había retirado su demanda de pensión.

Claro, al haberse casado con Tomura, ya no era obligación del rubio seguir manteniéndola, pero Katsuki se encontraba tan hundido en una depresión en ese momento que ya no le importaba lo que hiciese la castaña, si dándole dinero ella lo dejaría en paz, con gusto se lo daba.

Pero ahora se había quedado sin nada, sin el dinero de Tomura y sin el dinero de Katsuki. Furiosa rompió la carta en tantos pedazos como pudo, gruñendo su desgracia y maldiciendo a los que consideraba los culpables de su situación.

Porque claro, ella jamás tendrá la culpa de nada.

—Sra Uraraka—. La castaña aparto furiosamente las lagrimas de sus ojos y miro al guardia con enojo.

—¿Que?—. El hombre rodo los ojos, ya acostumbrado a la actitud infantil de la castaña.

—Alguien ha venido a verla—. El guardia abro la celda, para así escoltarla al área de visitas, Ochaco se extraño, pues ya no esperaba visita de nadie, ni siquiera sus padres quisieron ayudarla cuando se enteraron de su situación.

Al llegar, la sala de visitas controladas estaba vacía, salvo por un espacio en donde ya se encontraba un joven, no mayor de quince años, la castaña le miro con confusión.

El joven, un rubio de ojos verdes, se le hacia extrañamente familiar, intrigada tomo el asiento frente a él y levanto el auricular para hablar. —¿Quien eres tu?—. El rubio le miro con seriedad.

—Buenas tardes, Sra Uraraka—. Saludo. —Mi nombre es Katsui Midoriya y estoy aquí para ofrecerle asesoría legal de parte del bufette All Migth—.

—¿Mi... Midoriya?—. Pregunto sorprendida. —¿Eres el hijo de ese...?—.

—... ¿Abogado estrella de nombre Bakugo?—. Pregunto cortándola. —Si, lo soy—. Sabia que si la dejaba hablar, la castaña terminaría de cavar su propia tumba, pues nadie había querido tomar su caso. —Pero no estoy aquí para discutir mi parentesco con Katsuki Bakugo—. Continuo. —Estoy aquí para ofrecerle asesoramiento legal, claro si esta interesada—. Ella sonrió ligeramente.

—PfffJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA—. Entonces comenzó a reír de manera desquiciada, Katsui no se inmuto en lo mas mínimo y espero con paciencia a que la castaña dejara de reír. —¿Tu, brindarme asesoría legal? ... si como no—. Dijo con burla. —¿Qué tienes, quince años?—.

—Catorce en realidad—. Dijo de manera seria, comenzando a sacar unos cuantos papeles de su portafolios. —Pero veo que no esta interesada en lo mas mínimo—. el rubio llamo al guardia para que le pasara los papeles que tenia.

Una vez que estos estuvieron en manos de la castaña, Ochaco comenzó a leerlos, la sonrisa burlesca se borro de su rostro. —¿Qué demonios es esto?—. Pregunto.

—Eso, es la realidad de su situación—. Respondió el rubio. —Shigaraki Tomura en conjunto con su cliente, Touya Todoroki, están tratando de obtener las penas máximas a sus respectivos cargos—. Informo. —Eso significa una temporada que ira desde los 10 hasta los 16 años en prisión, sin libertad condicional, mas aparte la multa por daños que el Sr. Todoroki esta solicitando—. El rubio se puso en pie pasa salir del lugar. —Buena suerte en los tribunales, Sra Ochaco—. La castaña le miro asustada.

—¡Espera!—. Grito y el rubio paro de caminar. —Yo-...—. Se reusaba a continuar, no quería ser humillada de esa manera, no por el bastardo de ese peliverde que era culpable de todo lo que le había pasado en la vida. 

¿Pero acaso.... le quedaba de otra?

La respuesta era no, no le quedaba de otra.

—No tengo dinero para pagar tus servicios—. Dijo con reprimido enojo, frustrada. 

—No se preocupe—. Le dijo e rubio. —Usted será mi primera clienta pro bono—.


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—Por el cago de abuso de confianza—. La jueza miraba al jurado. —¿Ha llegado el jurado a un veredicto?—. Uno de los miembros se puso en pie y asintió.

—Por el cargo de abuso de confianza, declaramos a la Sra Ochaco Uraraka, Inocente—. La jueza asintió.

—El cargo de estafa—. Siguió la jueza.

—Por el cargo de estafa declaramos a la Sra. Ochaco Uraraka, Inocente—. Sentencio el jurado, ante las palabras, la castaña había quedado en shock, aun sin creérselo.

—Bien, pero no cante victoria Sra. Uraraka—. Dijo la jueza con ceño fruncido. —Entiendo las cosas por las que ha pasado, pero creo que Ud. ya esta demasiado grande y ha vivido lo suficiente como para saber que alguien no puede ir por la vida haciendo cosas en beneficio propio y esperar que no haya consecuencias—. El rubio suspiro, la juez Usagiyama no los iba a dejar limpios. —Estará bajo libertad condicional hasta que se haya pagado cada centavo gastado  de las cuentas del Sr. Touya Todoroki—. Habiendo dicho eso, la jueza cerro el caso con un golpe de mazo.

La castaña miro indignada a la jueza y después al rubio a su lado. —Pudiste haber dicho algo—. El rubio suspiro. 

—La juez Usagiyama es una jueza implacable—. Dijo mientras recogía todos sus papeles. —Si reclamo en favor tuyo, lo mas seguro es que alargaría tu sentencia, agradece que no debes hacer servicio comunitario—. La castaña bufo. —En fin, disfrute de su libertad condicional y por favor, no me busque si vuelve a meterse en problemas—. Habiendo dicho eso, el rubio menor se alejo de la castaña, saliendo de la sala de juzgado.

—Vaya, al estirpe Bakugo se multiplica—. Katsui paro a escuchar esas palabras, Tomura le mira con cierta arrogancia. —Pero debo reconocer que tienes agallas, niño—, El hombre se acerco al menor tendiéndole una de sus tarjetas de presentación. —Si quieres crecer en este negocio, necesitaras contactos—. Dijo con una sonrisa. —Avísame si quieres dejar de lado la caridad y poner en verdadera practica esas habilidades tuyas—. Y sin mas se alejo.

Katsui miro por un momento la tarjeta, negó severamente, rasgo el cartoncillo y después lo tiro en el bote de basura mas cercano.



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Y al final Ochaco se libro, pero no realmente Jasjasjasjasjasjasjas

Y ya no sabremos de ella, es momento de pasar a la convivencia de Katsuki con los mellizos :v

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