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V. ☆ Los errores de Ray ☆

Le di a Gris recién entró un vaso con agua porque al parecer había llegado casi corriendo a mi casa desde la suya. Se le veía nerviosa, no de un modo obvio sino de un modo que yo como mejor amigo pude vislumbrar. Luego de que bebiera el agua fue hasta la sala y se sentó en el sillón de un solo lugar, dejándome a mí en el grande a unos metros.

—¿Qué ha sucedido? Y a propósito, sé que saliste hoy temprano con Raymond... ¿por qué demonios saliste con Raymond?

No fui para nada sutil comenzando la charla, pero lo que menos quería era darle a Gris la oportunidad de mentirme o no contarme su amistad con el amigo de Karma, solo esperaba que no me diera evasivas como cierta bruja que de seguro estaba escuchando todo.

—Es una larga historia...

—¿Por qué lo conoces?

—Karma me lo presentó.

—¿Por qué? —enfaticé—. Yo lo conocí porque me llevo bien con Karma, ¿y tú?

Gris tragó saliva intentando aparentar indiferencia, como si la conversación fuera de lo más trivial, pero con su lenguaje corporal —sentada con rectitud, sin mirarme a los ojos y pasando más de lo normal la mano por su cabellera— me dejaba claro que para ella era algo importante.

—No me agrada Karma —soltó, sorprendiéndome por el cambio de tema—. Hay algo raro en ella, algo muy raro y pensé que Ray podría decirme qué era.

Quise reclamarle en primer lugar su confianza como para llamarlo Ray, pero al final solo guardé un silencio culpable porque yo conocía el secreto de Karma, solo que no sabía si esa era la rareza a la que Gris se refería.

Karma en Midwest no era lo que se dice muy popular, refiriéndome a que solo pasaba tiempo largo con Beth o conmigo, de resto hablaba con muchos compañeros de clase, pero no compartía en la cafetería o fuera de ella con nadie más, sin embargo, en ese momento me pregunté si Gris sospechaba de algo anormal en Karma porque pasaba también mucho tiempo con ella por mera correlación conmigo. Me pregunté si cualquier persona que estuviera mucho tiempo con Karma empezaría a cosechar dudas por su misteriosa forma de ser.

—¿Qué esperabas que te dijera? Es su amigo.

—No sé. Pero no sé nada de Karma y tiene una energía negativa, quizás Ray sabía salgo.

—¿Y sabía?

Por dentro me dije que Ray no sería capaz de revelarle algo íntimo a cualquier persona, menos a una recién conocida como Grishaild. Me parecía improbable.

—No mucho —admitió. Emitió un hondo suspiro y finalmente me miró a los ojos—. Te seré sincera, ¿vale? No te enojes. Deberías alejarte de Karma, ella no te hace bien.

En reflejo me puse a la defensiva.

—Me has dicho eso mil veces, pero ni una sola vez con una justificación más allá de "no me agrada". Ya hemos hablado de esto, Gris, no sé qué te sucede con ella, pero no puedes obligarme a sentirme igual que tú. Ya pareces una amiga loca que quiere controlarme las amistades. —Procuré por todos los medios no levantar la voz pese a que sentía que mi pecho se acaloraba porque ese tema de Karma ya me sonaba a discurso de madre sobreprotectora fastidiosa—. Escucha, yo te quiero más que a nadie, pero tenemos límites, ¿de acuerdo? Y uno de ellos es no decirme con quién puedo o no ser amigo.

—Siento la energía de laspersonas —dijo apresurada. Blanqueé los ojos por un segundo pensando que no serendía y seguiría insistiendo; yo ya estaba evidentemente enojado, pero Gris no sedetuvo—. Y es literal, no metafórico. Nunca te lo conté, lo siento. Hay unacualidad en mí que me permite saber del aura de las personas, las siento dentrode mí como propias. Cuando tengo a alguien cerca sé cómo se siente, soy empática. 

Me quedé mirándola con fijeza y admito que no supe qué responder de inmediato. Dentro de mí batallaba la sensación de que se inventaba todo para justificar su odio con Karma, pero luego de conocer la existencia de la magia me quedaba difícil hacerme el escéptico. Desprevenido sí me tomó. Gris era mi amiga desde hacía varios años y nunca insinuó siquiera algo así... ¿era empática?, ¿era eso algo como magia?, ¿todos en el mundo tenían algo sobresaliente y yo no?

—¿Es... es tu manera de justificar que no te agrada Karma? Porque es muy creativo.

—No me crees —declaró, frustrada—. Es complicado, ¿sí? Sé que suena a locura, pero es cierto. He lidiado con ello un par de años y si no te conté es porque sabía que me verías como si estuviera loca.

Mi mente se inclinó más a creerle porque recordé que Karma me dijo que era un tema personal de Gris y eso más o menos tenía sentido. Aun así, la miré con los ojos entrecerrados. 

—¿Y por qué me lo cuentas ahora?

—Porque me pides justificación. Es eso. Karma tiene una energía pesada y oscura, es algo muy raro que jamás he percibido en nadie más... y cada día que pasa tu energía cambia y no puedo sino culparla a ella. Es como si te contagiaras de su oscuridad.

Si Gris no hubiera dicho todo eso con tanta seriedad en su semblante y tono, yo me habría echado a reír por la elección de palabras usadas. Todo sonaba como un misterio fantástico de sombras y magia negra o algo así. Demasiado melodramático para mi amiga.

—La verdad no sé qué responder a eso.

—¿Tienes algo con Karma? Es que no me explico por qué tu energía cambia si la respuesta es no.

—No tengo nada con ella —dije lleno de una convicción que me sorprendió. Me cuestioné en qué momento me había vuelto tan buen mentiroso, hasta yo me creería al decir algo con ese tono—. Pero asumamos que dijera sí, ¿qué harías entonces?, ¿prohibirme algo con Karma? Lo que me lleva al punto principal: no puedes exigirme ese tipo de cosas. Sinceramente sí te creo eso de tu empatía y la cosa, no lo comprendo, pero no te lo cuestiono de modo alguno, sin embargo, mantengo mi posición de que no puedes prohibirme nada. No hay nada malo con Karma, te lo juro, que sea alguien a quien no entiendes no implica que sea mala.

Para ese momento realmente le creía a Gris, pero también tuve la única explicación de que Karma era una bruja, Gris no lo sabía y que ese era el motivo de que su energía fuera algo "que jamás había percibido en otra persona". Obviamente, Karma no era una persona normal. Asumí que lo de mi energía era algo ligado a que pasaba mucho tiempo con Karma, o a que me estaba enamorando de ella y por eso "me contagiaba" de su peculiaridad, pero eso era otro tema que Gris no sabía así que solo me quedaba tranquilizarla e intentar que dejara el tema de lado. 

—No sabemos nada de ella.

—Tú no sabes —maticé—. Yo sí. La conozco y todos los días un poquito más y me gusta y ya está, Gris. Te repito que no quiero conflictos entre tú y yo, así que te ruego que jamás me digas de nuevo que me aleje de ella porque no lo haré mientras ella misma no me dé razones. Y de todas maneras si fuera alguien malvado o algo así, no necesito que me protejas, yo ya estoy grande y asumo las consecuencias de mis decisiones, ¿de acuerdo? No tengo cinco años ni le voy a abrir la puerta a extraños.

Gris medio sonrió, pero la tensión entre los dos era palpable. Cuando ella inició su relación con Diego no me agradó ni poquito, pero jamás insinué que debía alejarse solo porque él tenía un aspecto de hombre malo; por fortuna todo salió bien con Diego, pero de no haber sido así, Gris no me habría escuchado al yo decirle que lo dejara.

Mi amiga asintió y de repente soltó el motivo real de que hubiera ido a visitarme a esa hora:

—Besé a Ray.

Creí que había escuchado mal, pero al recapacitar en que no, casi me atoro con el aire que tomé. No ha existido una cara de sorpresa más exagerada que la mía en ese momento, de haber estado bebiendo algo lo habría escupido.

—¿Qué...?, ¿es una broma? Porque es de mal gusto.

A Gris se le aguaron los ojos y de nuevo apareció esa angustia desmedida en su gesto.

—No sé cómo pasó. No sé, Marco, no sé. Ray me habló para que charláramos un rato porque me dijo que quizás tenía ideas del motivo del aura negativa de Karma...

—¿Él sabe del aura y eso?

—Sí. Por eso Karma me lo presentó. Yo hablé con ella y le dije de su energía oscura y ella me dijo que nos presentaría a Raymond porque quizás con su ayuda sabríamos más. Entonces hoy Ray me habló y como Diego no estaba pues aproveché para salir y buscar respuestas. Diego es un impulsivo y ya lo conoces, les hace mala cara a todos, así que supuse que era mejor que él no estuviera cuando hablara con Ray. No fuimos lejos, solo a una cafetería a unas calles. Él me decía que conoce a Karma hace poco, pero que no tiene nada raro, me habló vagamente de ella y de que tenía dos hermanos... y no sé, de repente sé que lo besé. 

La pregunta aleatoria de si Karma desde mi habitación estaba tan confundida como yo se me presentó en la mente... luego mi imaginación tomó otro camino a la posibilidad de que Karma ya lo supiera, que quizás hubiera arreglado con Ray para que Gris hiciera eso solo porque odian a Diego. Sería muy bajo de su parte y no quería creerla capaz de algo así, sin embargo, era una posibilidad que me brillaba en luces neón tras los ojos.

—¿Por qué...? Tú no harías... no harías algo así...

Gris empezó a llorar con sollozos suaves pero audibles, creo que si hubiera matado a un vecino no se sentiría tan mal como se notaba ahora de saberse infiel.

—No lo sé... —llorisqueó—. Yo jamás le haría eso a Diego, no lo pensaría siquiera, lo sabes. Amo a Diego más que a nadie en este mundo, no sé qué ha pasado. Raymond ni siquiera me gusta...

Me levanté de mi lugar para llegar a su sillón y atraerla en un abrazo. Gris lloró más y me pareció extraño pensar que desde hacía demasiado no la veía llorando por nada, por lo que era fácil calcular lo mal que se sentía. Me gustara o no Diego era un complemento tan suyo que ya era como una extensión de ella misma y el temor que debía sentir en ese momento de tener problemas con él era desmesurado.

—¿Ya hablaste con Diego?

—No. Le dije que vendría a verte así que con eso evadí que pasara a mi casa. Me odio, Marco, me siento muy estúpida, es como si la que besó a Ray fuera otra Gris, te juro por Dios que no lo hice a conciencia.

No supe qué decir para consolarla así que solo le sobé la espalda mientras lloraba otro poco; quise sugerirle que no le dijera nada a Diego y asunto resuelto, pero la conocía y esa no era una posibilidad.

Cuando bajé de mi habitación había llevado mi teléfono y ahora lo había dejado sobre el sofá en que me senté, en ese momento sonó un mensaje con el tono que tenía designado para Karma. Me estiré para tomarlo sin soltar del todo a Gris y leí el texto.

Karma: Creo que sé que ha pasado. Hablaré con Ray cuando me vaya. Dile a Gris que no se preocupe, convéncela de que no es su culpa, tranquilízala.

Aunque me odié por ello, todavía tenía la semilla de duda sobre su parte de culpa. Con una sola mano escribí en el teléfono para responder.

Marco: Aún estás en mi habitación?

Karma: Sí. Y te voy a esperar.

Marco: Está bien

—Cálmate, puede no ser tan terrible.

—Engañé a Diego —enfatizó—. ¿Cómo no va a ser terrible?

—Fue solo un beso.

—¡Solo un beso! —repitió en tono alto—. Tú no entiendes lo que yo tengo con Diego. Solo de pensar que la situación pudiera ser al revés me lastima todo por dentro. El día en que ames a alguien como yo lo amo a él, podrás saber que cuando esto pasa no es "solo un beso" y ya; es más.

Bien, para ese momento me di cuenta de que "tranquilizarla" iba a ser imposible con mi falta de buenos argumentos así que mejor me callé y dejé que se desahogara en silencio.

Al poco rato Gris no estaba calmada, pero al menos no lloraba más; mi padre llegó del trabajo cuando ya estaba entrada la noche, Gris de inmediato se limpió las mejillas y se levantó a saludarlo. Se dijeron los cordiales "¿cómo has estado?" y "hace mucho no te veía" pues Gris hacía semanas que no me visitaba, luego Gris se excusó para irse prometiendo volver pronto, posiblemente sin ganas de que mi padre la viera llorando.

Cuando salió le pedí que descansara, que no se preocupara tanto y aunque asumo que no me obedeció, al menos se notaba menos tensa al irse; desahogarse por un par de horas le había servido.

—¿Qué le pasa a Gris? —preguntó mi padre cuando estuvimos solos.

—Nada. Problemas de novios, es todo.

Mi papá se dio por bien servido con mi explicación y agradecí eso porque no quería quedarme hablando más, tenía a Karma en la habitación y subí casi disparado, argumentando tareas por hacer.

Nada más entrar cerré la puerta y casi de forma coordinada, Karma puso su truco del silencio en ella pues sabía que ya no estábamos solos en la casa. Me recosté sobre la madera de la puerta y me crucé de brazos mirándola.

—Yo no tuve nada que ver —dijo de inmediato, como si supiera leer mis sospechas—. Te juro que no sabía. Incluso hablé con Ray más temprano y no me contó nada. Acabo de escribirle preguntándole y me respondió solo con emojis estúpidos así que tengo que hablar con él cuando pase por mí.

—Dijiste que creías saber qué había pasado. Te escucho.

—Ray está contra Diego, simplemente lo odia. Odio a primera vista, ya sabes. Yo creo, aunque es solo una teoría, que Ray le hizo creer a Gris que lo había besado, pero no pasó realmente, lo hizo solo para crear discordia.

—¿Puede hacer eso? —desdeñé.

Karma se encogió de hombros.

—No es complicado. Bastaría con que Gris lo mirase a los ojos y que él le dijera algo como "me besé contigo, me has besado" y ya. Ella lo creería.

Mi percepción de Ray cayó hasta el subsuelo con esa posibilidad. Sé que solo lo había visto una vez, pero en mi mente era un tipo amable y genial porque ayudaba a Karma a cubrir su relación conmigo, pero de solo imaginarlo usando a alguien, especialmente a Gris, lo desprecié.

—Gris no le hace daño a nadie, si eso fue así, Ray se ha pasado mucho. O incluso si Gris fuera mala persona, eso no se hace. Manipularla como si no fuera nada, qué bajo es eso.

—Aún no es seguro —musitó Karma en tono más bajo. Era evidente que mis palabras también la tocaban a ella de cuando me contó de su manipulación conmigo; no era mi intención, pero pues seguía viéndolo como algo terrible—. Solo es mi teoría porque Gris dijo que "no sabe cómo pasó". Pudo ser eso o que solo lo besó y se siente tan mal que se autoelude la culpa. 

Guardamos un raro silencio por varios minutos en que ni ella ni yo nos dirigimos la mirada, cada uno cavilando en cosas distintas. Entonces el segundo tema reapareció en mi mente.

—Sabías lo de tu energía —dije y sonó casi a reclamo—. Gris te contó a ti lo de su empatía.

—Sí. Hace un par de semanas. Por eso no te lo quise decir yo, ese es un tema suyo y no me incumbía contarlo. Puede que no me agrade mucho, pero tampoco voy por la vida revelando secretos ajenos.

—Lo de tu energía es porque eres bruja, ¿verdad?

Karma se mordió el labio inferior, negando con la cabeza y sin verme.

—No. Yo también lo pensé y por eso llevé a Ray a conocerla. Supuse que si Gris sentía de Ray lo mismo que de mí, era solo que sus sentidos humanos no toleraban los nuestros. Pero no fue así, a Ray lo percibió normal, es decir que el problema soy yo.

Pensé en las palabras de Gris "su energía es oscura y te está contagiando" y arrugué la frente. Yo me sentía física y emocionalmente bien, así que no comprendía mucho a qué se referían... Y Karma lucía muy bien siempre, ¿por qué sería oscura su energía?

—¿Y cuál es exactamente el problema?

—No lo sabemos, he ahí el lío. Solo sé que Gris sigue sintiéndome de forma negativa, pero no tenemos explicación todavía... y dice que tu energía se pudre cada vez que estás conmigo.

Su tono salió afectado, como si la idea de estar dañando algo intangible de mí la lastimase en demasía. Me despegué de la pared para llegar a ella que ya se había vuelto a sentar en la orilla de la cama, me acomodé entre sus rodillas frente a ella, subiendo con mis dedos su mentón para que me mirara.

—¿Qué crees que significa?

—Ni idea, te lo juro. Admito que me inquieta, no quiero que nada en ti cambie por mi culpa.

—Yo me siento normal.

—Si te sintieras mal no me lo dirías —acusó, sonriente—. Eres demasiado noble.

—¿Tú sientes algo raro?, ¿algo por lo que Gris pudiera decir que tu energía es mala?

Karma me regaló una mirada de tres latidos antes de responder, aunque no a lo que yo le había preguntado.

—¿Sabes qué más dijo? Que mi energía, al contrario, mejora cuando estoy contigo. No sé de qué va todo lo de mi aura, pero me haces mejor persona. —Karma enredó sus manos tras mi cintura, sus ojos plateados me dieron la impresión de que se aguaban, pero al final creo que lo imaginé—. No te puedes hacer a una idea de lo afortunada que me siento ahora... pese a todo.

Algo que amaba de Karma era su falta de preocupación para decir lo que pensaba o lo que quería. Respecto de sí misma era más reservada, pero cuando de los demás se trataba, no le importaba decir las cosas claras... y en ese caso era curioso porque cuando yo la veía tan bonita o hablaba con ella para tener su lado carismático o la escuchaba conociendo su lado dulce, era yo quien me sentía muy afortunado. Karma podía literalmente tener a cualquier persona que quisiera a su lado y por motivos diversos yo le había gustado al mismo nivel que ella a mí.

El amor, incluso uno temporal como el nuestro, era una joya preciosa cuando era correspondido así que me sentía privilegiado de tenerla a mi lado.

Me incliné lo justo para tocar sus labios con los míos y absorber su suspiro en la mayor de las cercanías. Todos los besos del mundo son distintos, pero podría jurar que no había un deleite más grande que recibir uno suyo. Mis dedos acariciaron tras su oreja en el inicio de su cabello el tiempo que duraron nuestros labios juntos hasta que su teléfono nos interrumpió. Yo ya conocía el tono destinado a Ray y sabía que era su momento de irse.

Esta vez blanqueé los ojos con fastidio al pensar en él.

—Ya no me agrada mucho tu reloj de medianoche.

—Si las cosas se dieron como supongo haré que pida disculpas.

—Te veré mañana, Karma...

De nuevo se me atoró un te quiero en la garganta y tuve que tragármelo contra mi voluntad.

Como mi padre ya estaba abajo en la cocina Karma solo podía salir por la ventana que por fortuna estaba en el lado opuesto de la casa así que mi papá no la notaría por la ventana. La acompañé hasta allí y con dificultad pasó una pierna, luego la otra para quedar en el techo sobresaliente de ese lugar. Me asomé también y vi a Ray justo abajo, ni siquiera lo saludé. Karma se giró antes de bajar y sin soltarse del marco de la ventana me besó suavemente. 

Por un momento sentí que a ella también se le atoraban dos palabras en la garganta, pero me pareció muy imprudente preguntarle, compartimos una mirada, un suspiro y entonces se dio media vuelta tras sonreírme. Dio dos pasos adelante como si solo estuviera bajando un escalón y el corazón se me aceleró un segundo por miedo a que se lastimara, pero luego noté que cayó lentamente y no con la fuerza de gravedad normal. Ray le controló la caída.

Me complace decir que Karma lucía también molesta con Ray pese a que él traía su gesto de superioridad bien puesto. Karma lo pasó de largo sin saludar en voz alta —al menos yo no escuché— y enfurruñada siguió hasta donde supuse estaba su moto, eso me descartó la idea de que ella tuviera su parte de culpa, suspiré aliviado y esperé hasta escuchar la moto irse para cerrar la ventana.

Me dispuse a bajar a la cocina para ayudar a mi papá con la cena, antes de salir de la habitación vi sobre el escritorio mi cuaderno de historia y mis apuntes. Fruncí los labios, pero también sonreí; otro día más de postergar el trabajo.

Hola ♥

Mil gracias por seguir acá con mis bebés Karma y Marco ♥ Amo crear discordia jaja, pobre Gris si las cosas fueron así :'v

¿Qué les ha parecido el capítulo?

Nos leemos pronto ♥

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