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Había pasado una semana desde que Geno llego a la ciudad y aun no tenía noticia alguna de su hermano o de sus sobrinos, estaba comenzando a impacientarse y a desconfiar, creía que Reaper lo había engañado, además del hecho de que tenía prohibido salir solo, siempre era acompañado por Doguard, el jefe del equipo de seguridad de Reaper , un monstruo perro humanoide con una apariencia nada amigable, parecía un Doberman con esteroides e infundía miedo en quien lo viera, todo ello representaba una gran molestia para Geno, se sentía frustrado al estar todo el día vigilado, no había ni un solo momento que tuviera algo de privacidad. Ahora Geno se encontraba en el auto de Reaper, recorría la ciudad con la esperanza de ver a su hermano, pero todos los lugares a los que era llevado eran de clase alta, no tenía permitido ir a los lugares más populosos (en donde posiblemente pudiera vivir su hermano).
-- ¿No podemos ir otro lugar? Ya hemos dado vuelta en esta misma zona como cincuenta veces hoy. Me estoy hartando – Pronuncio Geno cruzando sus brazos.
-- El señor Reaper ordeno que no salgamos de esta zona hasta que él regrese – Contesto Doguard que estaba sentado junto a Geno.
-- No iríamos muy lejos, solo quiero ir a la siguiente zona, nos hemos pasado días por aquí, ya me se las calles de memoria.
-- Eso es bueno, el señor Reaper quiere que usted memori-
-- ¡Estoy harto de esta tontería! – Interrumpió Geno muy frustrado - ¡Dile al chofer vaya a otro lado!
-- Eso no ocurrirá ¿No prefiere mejor descansar? Pronto será hora de almorzar.
-- ¿Cuándo regresara Reaper?
-- Debe estar regresando en unos días, tuvo que atender un asunto de suma importancia.
-- Ese maldito viejo me mintió. Quiero irme a mi casa.
-- Bien, entonces regresemos al departamento.
-- No. Llévame a la estación de bus. Me regreso a mi casa.
-- Lo lamento, pero no puedo hacer eso.
-- ¡Me importa una mierda!
-- Tiene que calmarse. Regresaremos a su departamento y comerá un poco.
-- Estúpido Reaper… ¡Estúpido yo por creerle!
Después de un rato más en el auto, Geno fue llevado nuevamente al departamento que Reaper le asigno para que viva mientras estuviera en la ciudad. Reaper no vivía con Geno, el tena su casa en una zona más alejada y desde que llegaron a la ciudad no tuvo oportunidad de hablar con Geno ya que tenía que atender su trabajo y otros asuntos de su interés.
Por fin esa tarde Reaper regreso con Geno, este lo recibió con una fuerte bofetada y exigió irse si o si sino cumplía su palabra, realmente el más joven estaba muy enojado y no dudo ni un segundo en hacérselo saber al mayor. La pelea le causó gran sorpresa a Doguard, era la primera vez desde que empezó a trabajar con Reaper que veía algo así, nunca ningún amante que su jefe tuvo lo trato de esa manera, se quedó muy impresionado, pero sabía muy bien que su jefe solo mantendría el interés por poco tiempo, ninguno de sus anteriores amantes duraron más de tres meses, aunque si era la primera vez que él era asignado personalmente para el cuidado y protección de uno de sus compañeros de cama.
-- ¡Eres un puto mentiroso!
-- A mí también me alegra verte cariño – Respondió Reaper sobándose la mejilla sin perder la sonrisa.
-- ¡Me mentiste!
-- No te mentí… Bueno, tal vez si en cierta forma… Recibí mal la información.
-- ¡Me quiero ir! ¡Dile a tu gorila que me deje en paz!
-- No es un gorila aunque parezca, en un perro.
-- ¡Reaper!
-- Tranquilízate – Menciono Reaper mientras tomaba asiento en el sofá – Tengo hambre, no he comido nada en todo el día ¿Qué te parece si ordeno algo de comida china? No espera ¡Mejor pizza!
-- Maldición – Dijo Geno mientras caminaba hacia su habitación.
-- Doguard, ordena algo quieres, para ti también. Avísame cuando llegue la comida, mándame un mensaje si no te contesto, estaré en la habitación.
-- Entiendo.
Reaper ingreso al cuarto, Geno estaba sentado en el marco de la ventana, veía el exterior con una expresión de melancolía. El mayor no pudo evitar sentirse un poco mal, con el apuro no leyó bien la información que le enviaron sobre los hermanos de Geno y cometió una equivocación, estaba tratando de corregirse, pero tampoco podía descuidar su trabajo ni otras responsabilidades sociales.
-- Hace un poco de frío… Puedes resfriarte si sigues aquí recibiendo todo el viento. No he podido estar aquí contigo por unos asuntos pendientes, pero ya me desocupe. No estés enojado cariño – Pronuncio Reaper mientras colocaba sus manos sobre el hombro del menor.
-- Me mentiste, me dijiste que habías encontrado a mi hermano.
-- Admito que ese fue una terrible equivocación de mi parte, leí mal la información. Lo siento mucho.
-- ¿Cuándo voy a poder regresar a mi casa?
-- ¿Quieres volver a ese pueblo? ¿No has visto todo lo que tienes aquí? Este departamento es hermoso y la ropa que de di es muy fina, también el vecindario es impresionante.
-- Heh… Qué estupideces estas diciendo – Pronuncio Geno mientras giraba hacia Reaper - ¿En serio crees que estas mierdas me interesan? No estoy aquí por ti ni por tu dinero, ni mucho de tu flácido pene.
--… Realmente sabes cómo hacerme sentir mal.
-- Como si me importara.
--… Iremos a cenar esta noche. Ponte algo lindo, tengo una sorpresa para ti.
-- Si no es un pasaje para mi casa no me interesa.
-- Estoy seguro que si te interesara, te lo garantizo. Ahora, creo que es hora de comer ¡Muero de hambre!
-- Come tu solo, no voy a comer.
-- No puedes seguir así, estás muy pálido y me han dicho que apenas comes algo durante el día.
Geno no dijo nada, solo se sentó en la cama y procuro ignorar totalmente a Reaper, realmente estaba molesto, había dejado todo lo que le conocía atrás con la falsa promesa de ver a su hermano y conocer por fin a sus sobrinos, estaba totalmente decepcionado de sí mismo por haber sido tan ingenuo y estúpido, solo quería volver a su casa y olvidarse de todo.
Por más que intento, Reaper no logro hacer que Geno comiera, parecía que nada era del gusto del más joven. Reaper se quedó en el departamento avanzando algunos documentas hasta el atardecer, eran casi las siete de la noche cuando Reaper y Geno salieron hacia un restaurante. Geno vio el lugar al que llegaron no era muy elegante, en realidad era un centro comercial y estaban ocupando una mesa del patio de comidas, habían muchos restaurantes de comida rápida y también había un área donde los niños podían jugar. Geno estaba más que confundido, no entendía por qué Reaper había querido ir a ese lugar tan bullicioso.
-- Parece que está algo retrasado, pero llegara en cualquier momento – Pronuncio Reaper mientras jugaba con su celular.
-- ¿Retrasado?
-- Ya lo veras cariño, es la sorpresa que tengo preparada para ti.
Después de algunos minutos más, Geno se percata que alguien se acerca a su mesa, se quedó totalmente petrificado cuando lo vio; de apariencia muy similar a su hermano Error, pero mucho más alto y con una actitud muy jovial.
-- Estábamos comenzando a impacientarnos ¿Por qué no te sientas? Además ustedes ya se conocen ¿No es así? – Pronuncio Reaper con una amplia sonrisa al ver la cara de sorpresa de Geno, aquello le complacía mucho.
-- Geno ¿Verdad? Ha pasado mucho tiempo ¡La ultima ver que te vi apenas me llegabas a las rodillas! Sí que has crecido… Parece que no te acuerdas de mí, puedo entenderlo, eras un niño pequeño cuando conocí a tu madre. Me presentare, soy PorFerror y es un verdadero placer volverte a ver… Geno – Pronuncio ProFerror mientras besaba la mano de Geno y Guiñaba el ojo, posteriormente tomo asiento frente al más joven e ignoro por completo la existencia de Reaper.
-- ¿Señor ProFerror…? Usted... Usted es…
-- Por favor Geno, nos conocemos desde hace mucho como para que me llames de “usted”. Me haces sentir tan viejo, puedes tutearme sin ningún problema.
-- ¿Viniste solo? Me dijiste que los traerías – Dijo Reaper cansado de ser ignorado.
-- Están en los juegos. Están muy emocionados de conocer a su hermanito mayor.
-- ¿Hermanito?
-- Esa es la sorpresa, mi amor… Pero ¿Por qué no vas por ellos?
-- ¿Y por qué no vas tú? Ellos están divirtiéndose con tu Fido, te prometo que te lo devolverán entero… o la mayor parte al menos.
-- N-no entiendo… ¿Cómo que hermano? ¿Alguien puede explicarme por favor? ¿Mis hermanos están aquí? ¿Viven con usted?
-- Voy a llamar para que los traigan – Dijo Reaper recuperando su humor al sentir como Geno rodeaba su brazo – Tranquilo amor, pronto veras de los que estamos hablando.
Unos pocos minutos apareció Doguard con dos pequeños en cada brazo. Geno no pudo evitar sentirse aturdido al ver a aquellos dos pequeños niños, el parecido con Error era increíble, ambos pequeños se soltaron y fueron corriendo hacia ProFerror, no dejaban de reír mientras trepaban a los hombros del más alto.
-- Bueno, los voy a presentar, quédense quietos niños, tenemos que dar una buena impresión. Estos son mis hijos, Ella es Circuit y tiene 5 años y el pequeño de aquí es Chispa de 4 años. Ellos son mis hijos.
-- ¡Hola! – Grito el más pequeño, se podía ver que le faltaban los dos dientes superiores de adelante.
-- ¿Tú vas a ser mi nueva mami? – Pregunto la pequeña viendo directamente a Geno.
-- ¡Wow! ¡Calma mi niña! Debemos ir más despacio o se nos escapara.
-- ¿Ma-mami?...
-- Tranquilo, es cosa de niños.
-- No puedes ser la mami de esos niños si ya eres la mía – Dijo Reaper besando la mejilla de Geno.
-- ¡No soy hembra!
-- Claro que no – Pronunciaron los dos mayores a la vez y estallaron de risa al ver el rostro ruborizado.
La comida llego pronto, los niños devoraron a sus papas fritas y alitas picantes como si fueran lobos hambrientos, tenían kétchup por toda la cara y la ropa, su padre los limpiaba con una gran sonrisa en el rostro mientras que Geno los veía con mucha confusión, tenía varios sentimientos encontrados, aquellos pequeños le recordaban mucho a sus hermanos menores, el verlos solo hacía que el sentimiento de nostalgia y arrepentimiento dentro fuera mucho más grande y no era capaz de ocultar su pesar.
ProFerror se dio cuenta de que algo no andaba bien con Geno, se veía retraído y apático, creyó que quizás conocer la existencia de esos niños y su presencia fue un golpe demasiado duro para él, por lo que propuso reunirse otro día para conversar con más tranquilidad y sin los pequeños corriendo de un lado a otro, además que el lugar no era el mejor para ponerse al día de todo lo ocurrido durante esos años. Geno acepto la propuesta del mayor para verse otro día y hablar con más calma.
-- Bueno, creo que es mejor que me lleve a los niños antes de que se haga más tarde, se vuelven verdaderos monstruos cuando no duermen a su hora. Te doy mi tarjeta, llámame cuando quieras hablar. No vemos Geno – Pronuncio ProFerror mientras le entregaba una tarjeta a Geno y después fue hacia sus hijos que jugaban a saltar sobre la espalda del cuerpo tumbado de Doguard que no tenía ni idea de cómo comportarse con niños.
-- ¡No quiero irme sin mi nueva mamá! – Grito Circuit sin dejar de saltar sobre el personal de seguridad de Reaper.
-- ¡Y yo no me voy sin más papas fritas!
-- Nada de eso niños. No más carbohidratos para ustedes que se me enloquecen – Pronuncio el mayor tomando a los niños - ¡Nos veremos pronto!
-- Hasta luego… - Pronuncio Geno.
Finalmente ProFerror y los niños se retiraron, fue un encuentro corto pero dejo en Geno muchas dudas, su cabeza era un lio, aquel hombre era el padre biológico de Error, lo sabía muy bien y eso hacía que se sintiera más enmarañado, sería que acaso ahora tenía una nueva oportunidad, quizás sus hermanos ya se habían olvidado de él, quizás ahora tenía una oportunidad de comenzar otra vez.
-- ¿Estás bien cariño? – Pregunto Reaper acercándose a Geno y acariciando su espalda.
-- ¿Me veo bien acaso?
-- Apuesto que si te sorprendí.
-- Claro que si lo hiciste – Pronuncio Geno mientras observaba la tarjeta en sus manos, al parecer el padre de Error era abogado.
-- Me alegra escuchar eso ¿Quieres ir a casa o prefieres quedarte aquí e ir de compras?
-- Esto ha sido agotador… ¿Qué estas tomando?
-- Un jugo de frutas dietético alto en fibras ¿Quieres un poco?
-- No gracias, vámonos de una vez que eso apesta a mierda.
No paso mucho tiempo para que se pusieran en marcha de regreso al departamento. Geno ingreso a su cuarto y se acostó en la cama, ni siquiera se molestó en quitarse los zapatos, las fotografías de sus hermanos y sobrinos adornaban todo su cuarto, se sentía confundido, había tenido una impresión muy fuerte y no lograba procesarlo bien, ni siquiera comprendía como debía sentirse.
-- ¿Te encuentras bien? – Pregunto Reaper mientras le quitaba los zapatos al menor.
-- ¿A esto te refrías cunado dijiste que los habías encontrado?
-- Si… Mis hombres entendieron mal la información que les envié, cuando lo encontraron me informaron… Supongo que fue una coincidencia que también tenga dos hijos.
-- Si… Definitivamente es una gran coincidencia.
-- Sera mejor que descanses, te ves muy cansado. Mañana Doguard te llevara al centro comercial para que te compres un celular, te será muy útil para mantenernos comunicados, podrás escoger el modelo que más te guste, también puedes comprar ropa y otras cosas más que quieras, aun no has usado la tarjeta de crédito que te di.
-- No necesito esas cosas… Mi cabeza me duele mucho.
-- No digas más cariño, debes descansar. Doguard se quedara aquí por si necesitas algo, no dudes en pedirle lo que sea, tengo que irme, estaré fuera el país por un tiempo, quizás tarde un poco en volver.
-- Solo quiero dormir.
-- Bien, te dejare descansar entonces. Nos veremos pronto amor – Dijo Reaper mientras besaba levemente la mejilla del menor.
En realidad Reaper no entendía la razón de su propio actuar, no era propio de él sentirse tan preocupado por otro, ni mucho menos por uno que se mostraba tan arisco y cortante con él, generalmente era amado u odiado, nunca ignorado. Reaper se retiró del departamento y dio indicaciones para que todas las necesidades y pedidos de Geno sean cumplidos, a excepción de ir más lejos de la zona o salir solo, debía estar acompañado en todo momento, Reaper tenía un extraño presentimiento. Finalmente el mayor se va de camino al aeropuerto, tenía que viajar a la brevedad para atender unos negocios importantes y ya no podía quedarse más tiempo, su vuelo partiría en una hora, no sabía cuánto tiempo estaría fuera, confiaba que solo fueran un par de días, pero conociendo la situación podía extenderse a varias semanas o incluso meses, decidió ya no pensar en ello y se encamino a su viaje.
A la mañana siguiente, Geno y Doguard se dirigieron al centro comercial para comprar un celular, fue una visita rápida, Geno escogió el primer celular que le ofrecieron, un modelo básico que era solo para llamadas y mensajes de texto, ni siquiera tenía acceso a internet, hizo que su acompañante lo habilitara y que llamara a ProFerror para coordinar verse y charlar con más calma en algún lugar que él crea conveniente.
Al parecer el padre de Error estaba algo atareado con el trabajo y tenía que encontrar a alguien para que cuidara de sus hijos mientras él no estaba, pero lograron concretar una cita para la próxima semana, había un cafetín muy cerca de donde él trabajaba y era tranquilo, perfecto para conversar.
Geno no salía del departamento, tampoco intercambiaba palabra alguna con su “niñero”, era como si ignorara por completo su existencia y eso era precisamente lo que hacía, no quería entablar una conversación o amistad con nadie, en realidad no tenía ningún plan en concreto, no sabía que pensar sobre esos niños o si debía considerarlos también sus hermanos, pero si eran hermanos de Error, eso lo hacia sus hermanos también. Después de cinco días, la fecha tan esperada por fin llego y Geno fue al lugar acordado en compañía de Doguard. ProFerror llego casi media hora tarde de lo acordado, se disculpó indicando que había tenido algunos problemas para dejar a los niños con la niñera.
-- Me alegra poder hablar contigo, nunca magine que me contactarías.
-- Para ser sincero, yo tampoco lo imagine.
-- La primera vez que te vi eras tan pequeño como mis niños y mírate ahora ¿Cómo está tu madre? ¿Sique tan alocada como siempre?
-- No sé nada de ella desde hace varios años… Ella... Supongo que rehízo su vida en otro lugar.
-- ¿Es en serio? ¿Te dejo?
-- Me dejo a mí con mis hermanos.
-- Oh… Entonces tuvo más hijos ¿Se casó?…
-- Ella nunca se casó, estos son mis hermanos menores… Creo que puede reconocer a uno perfectamente.
-- Gracias… Vaya… Es tan guapo como yo… Maldición… ¿Y el otro niño?
-- También es mi hermano, pero no sé quién sea su padre.
-- Vaya, realmente me tomas por sorpresa.
-- ¿No sabía acerca de mi hermano? ¿De su hijo?
-- Es un poco complicado. Tu madre siempre tuvo un carácter… Bueno, podríamos decir que siempre estuvo algo loca y eso era fascinante en ella ya que es muy raro ver algo así en el lugar de donde proveníamos. La conocí en una fiesta, yo acababa de obtener mi título y estaba celebrando con unos amigos, nos emborrachamos y cuando despertamos… Bueno… Ninguno recordaba cómo llegamos a su casa ¡Estábamos muy lejos de donde fue la fiesta! Así fue como conocí a tu madre, después de eso volví a mi pueblo, pero de alguna forma tu madre logro encontrarme, claro que encontrar a alguien tan guapo como yo no fue nada difícil si consideramos cuanto resalto.
-- Jejejejeje…
-- Es bueno hacerte verte reír…
-- ¿Qué paso? Recuerdo que vivió con nosotros y un día simplemente se fue.
-- ¡Si lo recuerdo! Tu madre era incontrolable. Cuando me dijo que estaba embarazada me quede muy sorprendido, la verdad no sabía cómo reaccionar, lo único a lo que a atine a pensar fue que era una trampa y más cuando supe que tenía otro hijo… Era muy joven y verdaderamente estúpido, cuando la lleve al hospital y se confirmó el embarazo no sabía cuál era la mejor opción, ni siquiera sabía si el niño era verdaderamente mío, pero sí lo era… Pensé que mudarme con ella ayudaría a su embarazo, fue ahí cuando te conocí, eras muy tímido, te escondías detrás de las piernas de tu madre. Las cosas no marchaban bien, ella insistía en seguir saliendo a fiestas y continuar con su vida algo alocada, vivíamos juntos pero no éramos una pareja… Un día ella despareció por casi tres días, cuando regreso me dijo que había abortado y que ya no tenía que quedarme… Estaba tan enojado que… Que simplemente me fui. Al parecer eso era una mentira para deshacerse de mí.
-- Si, lo era...
-- Pero el pasado es pasado. Dime más bien ¿Cómo está él?
-- Se casó.
-- ¿Qué? Espera ¿No está muy joven? ¿Hace cuánto se casó?
-- Hace tres años… Ahora tiene dos hijos.
-- Espera… Lo que estás diciendo no tiene ningún sentido.
-- Él… Él ahora tiene dos hijos – Pronuncio Geno mientras mostraba la fotografía de los hijos de Error – Estos son los hijos de mi hermano.
-- Wow… Es Increíble ¡Soy abuelo! ¡Eso en increíble! ¡Son tan guapos como yo! ¡Tengo que verlos! ¿Vinieron contigo? ¿Dónde están?
-- No lo sé…
-- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Están en el pueblo?
--… Me fui del pueblo hace dos años… Me fui para trabajar, pero cuando volví al pueblo, ya no estaban.
-- ¿Se fue? ¿No te comunicabas con ellos? ¿Y su pareja? ¿Qué fue de ellos? No dijiste que tenías otro hermano ¿Tampoco está contigo?
--… Error se casó sin mi permiso… Se casó en secreto con mi… Con un compañero de la universidad que yo lleve a casa… Supe de su relación cuando no les quedo otra opción que decirme que mi hermano estaba preñado… Eso me enojo y… Y deje de hablarle.
-- Más lento por favor… ¿Me estás diciendo que mi hijo fue el que pario? ¿Pero cómo? La verdad no estoy entendiendo nada ¿Era un humano u otra clase de monstruo? Tiene que haber sido un humano porque esos niños no son híbridos.
-- Su esposo es un esqueleto como nosotros.
-- ¿Qué edad tenía el tipo ese?
-- Él tiene mi edad…
--… Me imagino que mi hijo ya había completado su desarrollo para…
--… Estaba iniciando su desarrollo.
-- ¿Cómo se llama él? me refiero al tipo que se casó con mi hijo. Estoy seguro que puedo encontrarlo, tengo amigos investigares, ellos pueden…
-- Él abandono a mi hermano…
--… ¡Genial! ¡Eso es genial! – ProFerror dio un profundo suspiro y se quedó en silencio por algunos minutos.
-- ¿Se encuentra bien?
-- Sí, es solo que… Realmente no tengo derecho a enojarme contigo o con alguien.
-- Es su padre, es natural que se sienta enojado.
-- No, no lo es… Cuando tu madre me dijo que lo había perdido, me sentí… Me sentí bien, estaba contento… Fue algo que pasó solo una vez, un error de una noche de copas y nada más… La verdad nunca imagine que… Cuando me contactaron y me dijeron que querías hablar conmigo, Fue increíble, no creí que me recordaras, eso me emociono mucho, pero… Saber que tengo un hijo ¡Y nietos! Eso es algo que no me esperaba… Es algo bastante fuerte.
-- En verdad yo tampoco esperaba encontrarlo… Estoy buscando a mis hermanos.
-- Imagino que debes estar muy angustiado por ellos ¿Crees que estén bien?
-- Yo creo que si… Sé que no están solos, una persona de confianza los estaba cuidando y se fueron con él… Estoy seguro que están bien…
-- Es bueno saber eso ¡Con todo esto olvidamos ordenar algo de comer! ¿Qué se te antoja? – Pronuncio el mayor mientras devolvía las fotos a Geno.
-- Yo solo quiero agua.
-- Bien, yo si pediré algo sustancioso porque tengo hambre ¿Dónde está el mesero?
Geno guardo las fotografías, continuaron hablando por un largo rato, Geno se enteró que aquellos niños pequeños que él llevo en su primer encuentro no eran realmente sus hijos biológicos, ni siquiera sabía si esos niños realmente compartían algún lazo sanguíneo, los adopto hace un par de años, al parecer los niños fueron abandonados en un hospital y como eran de la misma especie y de rasgos similares el personal del hospital supuso que eran hermanos, un cliente de ProFerror vio a los niños y de inmediato se puso en contacto con él, los niños habían sido llevados a una casa hogar, cuando ProFerror fue a verlos, todo el mundo supuso que él era el padre y se los entregaron sin mucho papeleo, solo basto que el afirmara ser el padre para que aceptaran entregárselos.
-- No entiendo… Por qué acepto cuidar a dos niños pequeños que no eran suyos – Pregunto Geno después de escuchar la historia del mayor.
-- Bueno… Cuando recibí la llamada de mi cliente me dio mucha curiosidad ver a los niños, ver a monstruos esqueleto como yo es muy raro de ver… Quería saber si era verdad, averigüe a donde fueron llevados y cuando los vi… Solo pude decir que si cuando me preguntaron si yo era el padre de los niños… Eran muy pequeños… Supongo que podríamos decir que fue amor a primera vista.
-- Entonces ¿los adoptó por puro impulso?
-- Supongo que podríamos llamarlo así, pero amo a esos niños, son mis hijos y ahora Circuit quiere una “mamá”, por eso cuando les dije que les presentaría a alguien asumió eso, es una niña muy curiosa e imaginativa.
-- Fue muy gracioso… ¿Una niña?
-- Si, Circuit es niña. Ahora mismo mis niños deben estar haciéndole la vida imposible a su niñera.
-- Había escuchado que también nacen hembras de nuestra especie, aunque nunca creí que fuera verdad.
-- Sí. Yo también me sorprendí, es la primera vez que veo a una hembra de nuestra especie. Bueno, creo que ya es hora de irme, hemos hablado bastante. Me alegro mucho que te hayas puesto en contacto conmigo. Espero que esta reunión se vuelva a repetir ¿Quizás te gustaría pasar algo de tiempo con mis hijos? Ellos son muy traviesos, pero son unos buenos niños.
-- Muchas gracias, pero… No creo que eso sea posible.
-- ¿En serio?
-- Ellos no son mis hermanos y usted… El parecido que tiene con mi hermano es tal que me… Me confunde. Me alegro verlo y saber que está bien, pero no puedo reemplazar a mis hermanos con esos niños, no sería justo para nadie.
-- No entiendo, pero lo respeto. Igual tienes mi número por si en algún momento necesitas mis servicios, te haré un buen descuento.
-- Lo tendré en cuenta.
ProFerror se retiró, Geno se quedó un poco más de tiempo. En realidad no sabía que debía hacer ahora, quizás no volvería a ver a sus hermanos nunca más, pero después de un rato pudo ordenar sus ideas, quizás lo mejor era que ni Error ni Fresh supieran de él, sería muy egoísta buscarlos solo porque está muriendo, no soportaría dejarles esa huella en sus corazones, quizás el no volverlos a ver era lo mejor para todos, al menos tenía la tranquilidad de que sus hermanos estaban siendo bien cuidados. Tampoco pensaba volverse a contactar con ProFerror, no le veía el caso, era más que obvio que aquel hombre ya había hecho su vida y que Error no representaba nada para él, aun siendo su hijo biológico, no había preguntado por su nombre ni una sola vez, eso le hizo a dar cuenta a Geno que él no estaba interesado ni en Error ni en sus bebés.
Geno sale del local, afuera lo esperaba Doguard con el auto, se subió y este se puso en marcha nuevamente al departamento, lo siguiente en hacer seria esperar a que Reaper regresara, no tenía idea de cuánto tiempo estaría fuera, pero sin duda ya no iba a desperdiciar más tiempo, ahora sabía que sus hermanos no estaban en la ciudad y tampoco creía que volvieran al pueblo, había decidido dejarlos vivir felices, al menos podía hacer eso por ellos, sería su ultimo sacrificio.
Algunos días pasaron después de su encuentro con ProFerror, Geno haba recibido varias llamadas de Reaper indicándole que estaría de regreso en unos cuantos días. Durante esos días Geno ordeno sus ideas, pronto moriría y sabía que no había vuelta atrás, aunque estaba en duda si contarlo o no a Reaper de su enfermedad, finalmente decidió no decir nada, no había necesidad de que aquel hombre supiera lo que tenía, seguramente se aburriría de él rápido y lo devolvería a su pueblo en cualquier momento.
-- Buenas tardes ¿Tiene hambre? Puedo ordenar algo si quiere – Dijo Doguard entrando a la sala en donde Geno se encontraba descansando.
-- Oh… claro.
-- ¿Desea algo en especial?
-- Hace unos días te vi comer unos tallarines de una casa de cartón, olía muy bien ¿Qué era?
-- Comida china. Si gusta puedo ordenarle eso.
-- Si por favor y no me llames de “usted”, mi nombre es Geno.
-- Pero…
-- No tienes que ser tan formal conmigo, ambos sabemos que solo estaré aquí hasta que a Reaper se le pase la calentura.
--…
-- ¿Sería mucho pedirte que me llamaras por mi nombre?
-- No puedo hacer eso, si el señor Reaper se entera yo…
-- Pero Reaper no está aquí. No sabemos cuándo regrese, quizás me mande a volar por teléfono ¿No crees que sería más cómodo para ambos si nos llamamos por nuestros nombres? Además no es como si yo fuera alguien importante o algo así para Reaper, prácticamente solo soy un trabajador más para él.
-- ¿Estás consiente que te estas refiriendo a ti mismo como una puta?
-- Al menos ya no me hablas de “usted”
--…
-- Tu nombre es Doguard ¿Verdad? Me llamo Geno, mucho gusto – Dijo Geno extendiendo su mano hacia el contrario.
--… Bien, pero solo mientras el señor Reaper no este. Mucho gusto Geno ¿Quieres que pida comida china para ambos? – Contesto Doguard correspondiendo el gesto.
-- Si, nunca he probado esa comida china ¿Siempre viene en una cajita de cartón?
-- No siempre, depende del restaurante ¿Quieres que te prepare algo mientras esperamos?
-- Solo tengo sed.
-- Hay gaseosa y té con limón.
-- Voy a probar ese té con limón.
-- Genial. Hay un par en el refrigerador, coge una mientras llamo al restaurante… ¿O prefieres ir a comer allá?
-- ¿Ir al restaurante? ¿Y ahí también te sirven la comida en esas cajitas de cartón?
-- Nunca has ido a un restaurante de comida china ¿Verdad?
-- No. Tampoco he visto nunca a un chino.
-- Eso sonó ofensivo, pero no importa, ponte los zapatos y vamos al restaurante.
-- Está bien, suena divertido.
Ambos salieron a comer, aquello se volvió rutina, era divertido para Geno escuchar hablar a su acompañante sobre su familia y pasatiempos, fue así como se enteró que aquel individuo de aspecto intimidador era un amante de la poesía y que su escritor favorito era cesar vallejo, incluso le regalo a Geno un libro de poesía “Los heraldos negros”, para que conociera un poco de la obra de este fabuloso escritor, a veces salían en las tardes a un parque cercano a leer, a Doguard le gustaba mucho el ruido de los niños al jugar y disfrutar del sol mientras leía. Geno intentaba apreciar la poesía, pero no estaba acostumbrado a leerla y no lograba entenderla, le gustaba más cuando Doguard recitaba los poemas en voz alta. Pero no era poesía lo único que leían, también disfrutaban de novelas de ciencia ficción antiguas, otro libro que le gustaba mucho a Doguard era la novela “La planète des singes” (El planeta de los simios) del escritor francés Pierre Boulle. Doguard siempre se preguntaba el por qué debían ser simios ¿Por qué no perros? Eran más abundantes que los monstruos tipo momos, aquellos debates causaban mucha gracias a Geno, podía pasar días escuchando las razones del porque los perros eran mejores que los monos y Doguard siempre tenía algo nuevo que decir.
Reaper regreso de su viaje al extranjero casi un mes después, lo primero que hizo fue ir a ver a Geno, quería saber cómo estaba y ver si lo había extrañado, cuando llego al departamento vio a este sentado en el sofá, estaba leyendo un libro y se veía de muy buen humor.
-- ¡Oh! Hola Reaper, veo que volviste – Dijo Geno al percatarse de que Reaper había ingresado al departamento.
-- Hola cariño… ¿Estás solo?
-- Si ¿Esperabas que este con alguien?
-- No exactamente, creí que estarías con amigos o en alguna fiesta ¿Y Doguard?
-- Supongo que trabajando. No le veo el sentido a que este aquí conmigo todo el día, si quiero salir lo llamo para que me acompañe.
-- Y dime amor ¿Cómo te fue con ese tipo? El padre de tu hermano ¿Te divertiste?
-- Espera ¿Estabas esperando que pasara algo entre él y yo?
-- Congeniaron muy bien cuando los presente – Menciono Reaper mientras tomaba asiento al lado de Geno y le daba un beso – Pero la verdad es que me alegra saber que no seguiste en contacto con él… O con alguien más… Eres tan lindo por haberme estado esperando…
-- ¿Dónde crees que estas tocando? – Pronuncio Geno mientras empujaba a Reaper al sofá y se sentaba sobre él.
-- Tan agresivo como siempre. Es bueno ver que no has perdido tu toque de encanto.
-- Cierra tu puta boca, ahora… ¿Por qué no me dices más sobre eso de los intercambios que mencionaste antes?
Reaper reía mientras el más joven se quitaba la bufanda e inmovilizaba sus manos con ella, adoraba esa intoxicaste sensación de sentirse domina, era tan electrizante como la primera vez que lo hicieron. La espera había valido la pena, aquel joven cuerpo pronto se encontraba más que dispuesto a brindarle de sus favores, disfrutaría de él y lo seguiría manteniendo mientras sea capaz de hacerlo sentir esa oleada de adrenalina a la que se había vuelto adicto y disfrutaría de él hasta romperlo por completo, hasta devorarlo por completo, hasta que aquel muchacho fuera totalmente dependiente de él.
Lo que deseamos no es siempre lo que necesitamos y lo que necesitamos no siempre está a nuestro alcance, nuestra perspectiva cambia constantemente, por ello lo que deseamos y necesitamos siempre varía. Eso hace que nunca nos sintamos totalmente satisfechos y siempre queramos más.
Arte xharient
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