Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

32

Geno se encontraba revisando la maquina fotocopiadora, alguien había colocado hojas engrampadas en la bandeja y la maquina se había atascado, justo el día que todos estaban como locos en el trabajo por la llegada de un inversionista muy importante del extranjero. El jefe de Geno y su supervisor gritaban como desequilibrados a la gente para que estuvieran en sus puestos y tuvieran todo listo, a Geno le encargaron reparar la maquina atascada, todo debía estar perfecto e impecable.

Todos en la empresa habían ido con sus mejores ropas, las mujeres se encontraban maquilladas y arregladas para lucir más atractivas, el hombre que vendría era muy rico y estaba soltero (aunque si estuviera casado les hubiera dado igual), los hombres no se quedaban atrás, todos lucían sus mejores ropas y perfumes. Para Geno todo aquello le parecía una total desfachatez, el maquillaje exagerado hacia ver a las mujeres ridículas y el horrible olor de colonia barata hacia que el ambiente apestara de forma desagradable, al punto que tuvieron que abrir las ventanas para que entre un poco de aire.

-- ¡Crayon! ¡¿Qué haces con esas fachas?! ¡Te dije que hoy teníamos una visita muy importante!

-- Lo se señor. Esta es mi mejor ropa.

-- ¿Qué? ¡¿Yo podías comprarte ropa nueva?!

-- Señor, mi ropa está limpia y planchada – Pronuncio Geno mientras se acercaba a su supervisor y ato el nudo de su corbata que estaba hecho un desastre – Debería hacer algo mejor con su camisa, está muy arrugada – Finalizo Geno mientras terminaba de ajustar la corbata.

-- Ah… Gracias… ¡T-termina con eso de una vez antes que llegue el tipo ese! – Pronuncio el supervisor mientras se alejaba para seguir gritando al resto del personal que se movía de un lado a otro sin saber qué hacer.

-- No me pagan lo suficiente para aguantar esto – Pronuncio Geno mientras volvía a prestar su atención en la fotocopiadora.

Aun cuando Geno siempre se mostraba frio y cortante sobre su trabajo, la verdad es que le agradaba mucho. Había tenido suerte en conseguir un puesto como practicante administrativo en esa fábrica de cuero y al año de estar ahí consiguió que lo contrataran como asistente, el sueldo no era mucho, pero al menos le alcanzaba para pagar el cuarto que compartía con otros 3 compañeros de la universidad, pagar sus gastos diarios y enviar religiosamente dinero para sus hermanos menores todos los principios de mes a una cuenta de banco a nombre de Gerson.

Geno aun recordaba como si fuera ayer el día que dejo a Fresh con Gerson después de que se enterara de que su hermano había regresado al pueblo, ni siquiera había visto a su sobrino ni una sola vez, pero después de lo que ocurrió con Error y ese accidente, no era capaz de mirarlo a la cara, lo único que pensó fue en irse a buscar un trabajo y tratar de ayudarlo económicamente. También recuerda como Ink intentaba hablar con él, como lo buscaba y siempre era para hablar de Error, al parecer había algo que su hermano menor le encargo decirle, pero Geno no quería escucharlo, le daba miedo escuchar lo que Error le quería decir, temía que le reclamara por algo o enterarse de que el niño nació con algún problema a causa de la caída, prefería mantenerse al margen. Después de un tiempo Ink dejo de buscarlo y también dejo de ir a la universidad. Afortunadamente Geno no tuvo que dejar los estudios, logro hablar con sus profesores y explicarle la situación por la que estaba pasando, al ser un estudiante modelo no dudaron en apoyarlo para que no perdiera su beca. Ahora que estaba de vacaciones podía concentrarse más en el trabajo y estudiaba en sus ratos libres.  

Después de una mañana totalmente agitada, por fin aquel importante inversionista extranjero se presentó, todos se quedaron asombrados al verlo, su elegante vestir y porte distinguido hacia dar cuenta que no era de ese lugar y su rostro no ocultaba su desagrado al estar en ese ambiente tan ajeno a él, aunque no se podía negar que aun así se veía muy bien e impecable, daba una imagen se superioridad indiscutible.

-- ¡Señor Death! Bienvenido. Es un placer tenerlo aquí.

-- Si… Mucho gusto. Supongo que usted es el dueño de esta planta… Muéstreme las instalaciones y los equipos empleados por favor. Quiero terminar con esto rápido.

-- Eh… N-no preferiría primero revisar los reportes…

-- Si quisiera ver reportes y papeleos no habría venido hasta aquí. Rápido, quiero ir a revisar la planta, no tengo todo el día.

-- C-claro que sí señor. Por aquí por favor.

Death Reaper era el nombre de aquel individuo que con su sola presencia hacia que hasta el más rudo de los hombres mojara sus pantalones. Pero ¿Qué hacia un importante hombre de negocios y dueño de una de las más grandes corporaciones transnacionales en ese pequeño e insignificante pueblo y revisando una pequeña y minúscula fábrica de cuero? No lo hacía por placer, eso está claro, lo hacía porque no tenía otra opción.

Reaper era sumamente importante e influyente, un genio en los negocios y con amistades muy poderosas políticamente, sin embargo como todos, poseía un punto débil, su hermano menor.

El segundo hijo de la familia Death era totalmente opuesto a su hermano mayor, le gustaba lo simple y sencillo, amable con todos y muy blando de corazón, era manipulado fácilmente y había perdido gran parte de su fortuna en negocios nada rentables. La situación había llegado a tal punto que el propio Reaper se dedicó a verificar cada empresa en la que su hermano había invertido o prestado dinero, eso con la intención de recuperar parte de lo invertido y desaparecer a aquellas empresas que estaban usando el nombre de su familia como estandarte para sus negocios de manera indebida. El nombre  “Death” tenía un gran peso en el ámbito empresarial y político, pero para Reaper todo ello le estaba causando un fuerte dolor de cabeza, no por el dinero perdido, sino por tener que soportar las múltiples burlas de cierto socio con el que mantenía una revalidad saludable (Por así decirlo).

Pero tampoco es que Reaper se ofreciera a realizar esa labor tan tediosa, al principio envió a un representante para que se hiciera cargo, pero el personal que enviaba era convencido por su hermano menor para que no ejerciera las órdenes de embargo cuando estas ameritaban, por ello el propio Reaper tuvo que meter sus manos en el asunto y encargarse de todo. Una verdadera pérdida de su tiempo.

Reaper se encontraba caminando junto con el dueño del lugar, intentaba concentrarse para no vomitar por la desagradable sensación que le producía aquel sujeto, fue entonces cuando no muy lejos de donde se encontraban se escuchó un fuerte ruido y el olor a cables quemados inundo el lugar.

-- ¡Crayon! ¡¿Qué diablos estás haciendo?! – Grito furioso el supervisor.

-- ¡Cof! ¡Cof! Le dije que no soy técnico señor ¡Cof!

-- ¡Pero lo arreglaste el otro día!

-- No lo arregle, solo le cambie el tóner que se había acabado.

--… Oh… ¿Y ahora no era lo mismo?

--… Déjeme ver qué puedo hacer.

Reaper miro con detenimiento al muchacho que estaba al lado de la fotocopiadora humeante, se quedó sorprendido al ver que era un ser de su misma especie y clase, aunque al verlo bien supo de inmediato el por qué no se dio cuenta de su presencia, se veía totalmente insignificante, no tenía nada que resaltara, se veía sobrio y sin brillo, pero viendo bien el lugar, esa sobriedad en realidad lo hacía resaltar del resto. Pero Reaper no tenía tiempo para perderlo en un muchacho sin gracia como ese, tenía mejores cosas que hacer y quería terminar cuanto antes, reviso la planta de procesado, todo era trabajo manual, muy rudimentario, un verdadero desperdicio de dinero según él, aunque no podía negar que hacían un buen trabajo.

La revisión de la planta termino rápido, realmente no había mucho que ver o rescatar, para Reaper con eso era más que suficiente, quería irse y ponerle punto final a los tratos que tenían con aquel lugar ejerciendo, pero la insistencia de aquel sujeto para revisar su “crecimiento” lo hizo volver a las oficinas.

Al volver se sorprendió ver la maquina fotocopiadora funcionando perfectamente, el muchacho seguía por ahí, parecía que no se detenía y Reaper no era nada discreto en su mirar.

-- Parece que le llamo la atención, señor.

-- ¿Eh? ¡Ah! Si, si… Es raro ver a alguien de mi especie por estos lugares, no recuerdo haber visto otro… La mayoría se concentran en las ciudades ¿Qué función cumple?

-- Es un asistente, señor.

-- Un asistente eh… ¿Podría hacer que ese asistente nos trajera algo de café?

-- ¡Por supuesto que sí señor!

A los pocos minutos Geno entraba a la oficina con una bandeja con dos tazas de café y azúcar para que se echen al gusto, también algunos dulces que Reaper ni probo. Y así como vino, se fue, ni siquiera miro a Reaper, un “buenas tardes” y un “con permiso” fueron las únicas palabras que Geno pronuncio.

No está de más decir lo insultado que se sintió Reaper al ser ignorado de esa manera “¿Cómo te atreves a ignorarme muchacho estúpido? ¿Qué no sabes quién soy?” Se decía a si mismo Reaper al ver que lo único que recibía era una simple mirada de desprecio.

--… Sabe qué. He recordado que tengo que hacer algunas cosas, pero volveré mañana.

-- ¿M-mañana?

-- ¿Hay algún problema con eso?

-- ¡No! ¡No señor!... Solo que mañana es domingo y…

-- ¿Y eso qué?

-- ¡T-tiene razón! ¡No se preocupe! ¡Le diré al personal que venga!

-- La parte operaria no es de mi interés, pero quiero que todos del área administrativa estén presentes.

-- Oh… Claro…

-- Y por todos me refiero a absolutamente todos, hasta el asistente.

-- Sí señor. Lo que usted diga.

Reaper se retiró en el acto sin ni siquiera probar su café.

Después de aquello las visitas de Reaper a aquel lugar se hicieron diarias, incluso hiso que le acondicionaran una oficina para él. Todos en aquella empresa vivían para complacerlo, todos menos aquel muchacho que se la pasaba arreglando la vieja máquina fotocopiadora ¿Qué podría ser más irritante que ser ignorado completamente por alguien tan insignificante? Incluso lo saludaba con su mejor sonrisa y llamándolo por su nombre, pero nada parecía impresionar a Geno, aquel muchacho seguía tan frio como siempre “Maldito frígido” se repetía una y otra vez Reaper al no tener la atención que sentía merecer.

Finalmente Reaper decidió dejar las sutilezas y ser más directo, y nada era más directo que una buena palmada en las pompas. Reaper aprovecho que Geno se encontraba entretenido nuevamente en la maquina fotocopiadora para acercarse a él por detrás y darle una palmada en el trasero. Geno que se encontraba cambiando la tinta de la impresora se quedó tan sorprendido que tiro todo al suelo, haciendo que sus manos y el lugar se quedara manchado del polvo negro, se giró rápidamente y con su mano derecha propino una sonora bofetada a quien se había atrevido a tocarlo de esa forma.

La mirada de todos fue de pánico total al girar hacia dónde provenía el sonido y ver a tan importante inversionista con la huella de una mano en su mejilla. Inmediatamente el supervisor de Geno se disculpó e hizo que Geno se disculpara, Reaper pudo ver claramente que el más joven no tenía ni una pisca de arrepentimiento “Esto será divertido” Pensó el mayor mientras sujetaba un extremo de a bufanda de Geno para limpiarse el rostro y se retiraba a su oficina sin pronunciar palabra alguna.

-- S-señor… lamento mucho lo sucedido. Despediré a ese muchacho tonto en el acto – Dijo el dueño de la fábrica mientras entraba a la oficina de Reaper.

-- No hace falta que lo despidas, me conformo con que me dé una disculpa sincera, eso será más que suficiente. Tampoco es que debamos darle importancia a algo tan tonto como esto.

-- Oh… Claro, claro señor. Hare que se disculpe ahora mismo.

-- No. Envíenlo a su casa para que reflexione y que mañana temprano venga a mi oficina a disculparse. Estoy seguro que después de consultarlo con la almohada lograra entender la tontería que hizo.

-- ¡Claro que sí señor! No se preocupe.

-- Y no le llames la atención, solo has que vaya a su casa y que mañana venga temprano.

El jefe de Geno hizo exactamente lo que se le indico y envió a su joven asistente a su casa. Reaper estaba seguro que con esto lograría hacerlo tan sumiso como el resto de los lugareños, su orgullo jamás le permitiría soportar que alguien lo mire por encima del hombro y menos que ese alguien sea tan inferior a él.

Al día siguiente, Geno fue a la oficina de Reaper muy temprano e inmediatamente le ofreció disculpas, se podía ver la preocupación en su mirada, realmente se veía asustado, aquello complació más de lo que hubiera imaginado al mayor, al fin había logrado someterlo como al resto, aunque las cosas no fueron tal y como se las había imaginado, ahora ya no era solo ignorado totalmente, sino que era evadido de una forma magistral, no daba con Geno por ningún lugar.

-- ¿Y el muchacho? ¿Lo despidieron? – Pregunto Reaper al no ver a Geno en varios días.

-- ¡No señor! El… Él está realizando sus trabajos y no siempre está en la oficina.

-- ¿Y dónde está?

-- Bueno… Él se encuentra realizando trabajos en la planta de producción…

-- ¡Que coincidencia! Precisamente tengo que ir a supervisar los trabajos en la planta ¿En qué área está él?

-- Lo llevare de inmediato.

Los tocamientos indebidos continuaron, el acoso cada vez era mayor por parte de Reaper, le era muy divertido ver la cara de incomodidad y de frustración al no poder hacer nada para defenderse. Tocamientos inapropiados, palabras sucias, incluso caía sobre él fingiendo tropezar y terminar en una pose muy comprometedora, todo aquello ante la vista de todos, nadie decía nada, nadie se atrevía a decir algo que pudiera enojar a alguien tan importante, ni siquiera Geno.

La diversión termino más pronto de lo que hubiera querido para Reaper, aquel muchacho salió de vacaciones una semana, pero durante ese tiempo Reaper no dejo de ir a aquella fabrica, ya se había vuelto rutina realizar sus trabajos desde ahí. Aunque estaba algo triste, el objeto de su diversión regresaría a trabajar un día después de que él se fuera del pueblo, tenía que regresar al extranjero a verificar sus empresas, pero estaba tan de buen humor que había decidido perdonar la deuda que aquella fabrica tenía con su hermano, a cambio de que dejaran de usar el nombre de su familia con logo publicitario.

Reaper alistaba sus cosas, debía recoger todo para irse a la brevedad, su vuelo saldría en unas cuantas horas, ya era tarde, la mayoría de los empleados ya se habían ido a sus casas y solo quedaba el personal de seguridad en el área administrativa. Fue entonces que sintió unos pasos en el pasillo, sin verlo siquiera podía reconocer ese caminar, se paró al lado de la puerta y espero a que estuviera cerca. Con un rápido movimiento tomo del brazo a Geno y lo hizo entrar a su oficina, cerrando la puerta, ni se molestó en ponerle seguro, quería ver el terror en el rostro de aquel joven antes de irse, sería un genial recuerdo si lograba hacerlo llorar.

Sin embargo todos sus planes se fueron al desagüe, de un momento a otro su mente se puso en blanco cuando sintió el torpe chocar de dientes del contrario. Geno lo había sujetado de la corbata y lo había jalado hacia él, haciendo que ambos se besaran, luego el más joven comenzó a dar pequeños empujones para que Reaper retrocediera hasta caer sentado en su silla. El mayor estaba muy confundido cuando vio como el más joven comenzaba a desvestirse delante suyo y ya desnudo se acomodaba sobre su pelvis, ni siquiera se percató en que momento aquel muchacho le bajo el cierre de su pantalón y dejo su miembro expuesto.

Reaper fue sorprendido con la inexperiencia del menor, el cual se movía de arriba a abajo de forma torpe, ni siquiera se había lubricado, pero a pesar de lo doloroso que podría ser, ese muchacho no se detenía y seguía, aun a pesar de que su rostro reflejaba perfectamente el dolor que estaba sintiendo en ese momento, cada vez aumentaba la velocidad, cada vez era más intenso. Reaper intento tocarlo en varias ocasiones para guiarlo, sin duda él podría hacer que aquello dejara de ser doloroso y se volviera más placentero, pero Geno lo detenía siempre y sujetaba sus manos con fuerza para que no lo tocara.

Un mar de sensaciones inundo a Reaper, fue indescriptible, podía sentir como la adrenalina recorría su ser al ser sometido de esa forma tan placentera, escuchaba los gemidos del menor y cada vez eran más fuertes, el placer que sentía lo nublo y llego al clímax mucho antes de lo que él hubiera querido, dio un fuerte gemido que no pudo contener y sintió como su cuerpo temblaba al llegar al orgasmo, un profundo deseo de tocar al contrario se apodero de su ser y el hecho de que esto no se le fuera permitido hacia que lo deseara aún más.

Le tomo varios minutos recobrar el aliento y el sentido, vio como aquel joven se separó del el sin ni siquiera dejarle darle un beso, Geno tomo el pañuelo blanco de seda que llevaba en su saco y se limpió el líquido lechoso que escurría por sus piernas, dejando caer ese sofisticado pañuelo al suelo como si de un trapo viejo se tratara. Aquel joven desnudo tomo sus cosas, se vistió y simplemente se fue, sin decir ni una sola palabra.

Reaper aun atontado deja que su cuerpo resbale de su asiento para acabar acostado en el suelo, intentaba procesar lo ocurrido “¿Qué acaba de pasar?” Se repetía una y otra vez sin dar crédito a lo ocurrido. El llamar de la puerta interrumpió sus divagaciones existenciales, era uno de sus hombres, se suponía que estaría de regreso hace horas a su hotel para llevarlo al aeropuerto.

-- ¡Señor! ¿Se encuentra bien? – Preguntaba el hombre se seguridad de Reaper desde el otro lado de la puerta.

-- ¡Lárgate! ¡No me molestes!

-- Pero señor…

-- ¡He dicho que te largues! ¡Te pago para que hagas lo que te digo y no se te ocurra entrar! – Pronuncio Reaper muy molesto por ser interrumpido en sus pensamientos.

Finalmente Reaper se quedó en silencio, había perdido la noción del tiempo, habían pasado horas desde que Geno lo dejo solo en esa oficina y para el mayor apenas habían pasado unos minutos, aun podía sentir su aroma a pasto recién cortado sobre él, aun podía ver esos ojos llorosos y suplicantes que lo hipnotizaron. Finalmente Reaper se pone de pie, miro la hora en su celular, realmente era muy tarde, acomodo su ropa y se preparó para salir, no sin antes dar un último vistazo a ese lugar, necesitaba un recuerdo de aquella grata experiencia y el pañuelo no le era suficiente.

-- ¿Y eso señor? – Pregunto el hombre de seguridad de Reaper que se quedó ahí esperándolo.

-- Me encariñe con esto, me lo llevo como recuerdo. Llévalo al auto y asegúrate que no se maltrate. Lo voy a poner en el estudio de mi casa ¿A qué hora sale mi vuelo? – Pronuncio Reaper jalando la silla de su oficina.

-- Lo perdió señor, pero conseguí para usted un helicóptero del ejército que lo lleve a la ciudad.

-- Bien, has que suban esto también.

-- No creo que eso se pueda señor…

-- Tu solo hazlo.

-- Si señor…

Reaper se fue ese día, pero sin duda el recuerdo de lo ocurrido lo seguiría sin piedad, haciendo que aquel muchacho no salga de su mente y jurándose a sí mismo que volvería por una revancha.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.


Arte xharient
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro