Kunugigaoka.

La escuela conocida como lamás prestigiosa de Japón, buena educación, estudiantes con futuros prometedores.

Grandes expectativas se tienen de todo el que asiste allí, a excepción de la Clase E.

La Clase E, también conocida como la clase "del End" se encuentra fuera del campus principal, en una colina alejada.

Se cuentan cosas para nada buenas de este lugar.

Todos los alumnos con los promedios más bajos de la escuela y que hayan roto las normas son enviadoas a este lugar.

De ellos nadie esperaba nada.

Se les trataba como escoria, eran la vergüenza de la escuela, siendo siempre humillados por las demás clases en todos los aspectos.

Solté un suspiro y me detuve. Había estado mirando al piso mientras recorría todo el camino hasta el lugar, que no fue fácil en absoluto.

Aún un poco cansada, levanté la vista.

No era muy diferente a lo que siempre había escuchado, a lo que siempre me habían dicho, de lo que siempre me había reído.

Y sobre todo, se me había advertido.

Ahora tendría que empezar desde cero nuevamente, pero esta vez con más dificultades, con toda la escuela en contra mía, al igual que con ellos, de quienes no esperaba recibir apoyo, pero...

Tal vez sea tiempo de borrón y cuenta nueva.

Empecé a caminar hacia la construcción algo insegura, evitando las ventanas en todo momento, aunque muy probablemente ya hayan sabido sobre mi transferencia.

El corredor no era extenso, de inmediato localicé la puerta del salón de clases, dentro del cual escuchaba a alguien explicando un tema a los estudiantes.

Nerviosa por lo que pudiera pasar y por las reacciones, tomé aire antes de tocar a la puerta, la cual no tardó mucho en abrirse.

Desde que di el primer paso dentro del salón, tuve el ligero presentimiento de que aquella deteriorada construcción de madera me esperaba con algo más que sólo estudiantes considerados fracasados, clases, tareas y exámenes.

Tal vez estudiantes no tan fracasados.