17 Ellas, yo, nosotras
Katerina pasó a buscarnos por el departamento de Bailey, al llegar entró y me encontró acostada encima de Bailey abrazadas sobre su sofá.
—¿Hay lugar para mí? —pregunta haciendo puchero. Algo que me causa tremenda ternura.
—Siempre.
Me levanto y nos acomodamos para dejar a Bailey en medio y cada una a un costado bien encima de ella, Kate sonríe nos besa a cada una y se acuesta. Aún me sigue pareciendo tierno que ambas seamos con Bailey un amor y entre nosotras nos vivamos peleando, pero siempre lo solucionamos a besos.
—Las extrañé —nos dice acariciándome y besa el cuello de la ternurita.
—Yo también —le respondo.
—Ay nuestro gatito negro se está domesticando —aprieta mi mejilla y le aparto la mano amenazando con morderla, lo que le causa gracia.
—No me provoques Katerina Kovalenko.
—¿O qué Crowel?
—¿Pueden estar más de una hora sin pelear ustedes dos? —nos llama Bailey la atención— Serán nuestras primeras vacaciones juntas. Deberíamos ir bajando sino se hará más tarde.
Me enderezo y amago con besar el brazo de Kate pero en el ultimo segundo la muerdo y salgo corriendo con mis bolsos, mientras ella grita enojada mi nombre y yo río.
—Alexa Crowel ¡Me las vas a pagar!
Baja la rubia enojada y Bailey se ríe dándome una nalgada, sé que Katerina se va a vengar, pero no sabía que lo haría de manera tan rápida. Me ayuda muy gentil y sospechosamente a subir mi maleta, Bailey muy convenientemente desaparece y antes de que cierre el maletero, me toma de la muñeca sonriendo de manera maliciosa.
—Karma is a bitch, baby.
—Kate, Katerina.
—Consecuencias, Crowel.
—¿Qué vas a hacerme?
—Nada que no te merezcas.
Me toma contra su cuerpo y me besa con fuerza, algo habitual en ella, pero no solo eso me acorrala contra el auto, me toma firme levanta mi mentón y siento su boca bajar a besos salvajes por mi cuello, entonces me marca.
—¡Katerina!
—Y te aguantas. Sube al auto, sino quieres que te empareje el otro lado.
—¿Dejarás de meterte con Kate?
—Ni loca —Bailey se ríe, me acerco y la beso desde el asiento de atrás.
—¿Para mí no hay?
—No.
—Alexa ¿quieres llegar pareciendo una cebra? —me acerco y la beso, la iba a besar igual, siempre quiero besarlas, solo me quería hacer la difícil— Gracias cariño. ¡Ahora de vacaciones!
Arranca el auto y nos dirigimos al destino que ellas han planeado porque no tengo ni idea de a dónde nos vamos solo me dijeron lleva algo cómodo, algo abrigado, algo corto y zapatillas cómoda. Eso hice y empaque algunas cosas más por las dudas. Voy con la gorra que me regaló alguna vez mi hermano y veo nuestro destino, una cabaña en una montaña nevada a cuatro horas de donde vivimos.
—Me dijeron algo cómodo, algo abrigado, algo corto y zapatillas cómodas, no traje ropa tan abrigada.
—Tranquila yo traje por las dos, por eso mi la maleta es la más grande, deja de entrar en pánico —me dice calmada Kate— estamos de vacaciones. Relájate.
Bajamos las cosas en la cabaña y me doy tocando mi oreja de que en algún momento perdí un pendiente, y algo me dice que no va a ser lo único que voy a perder, aunque claro que mi virginidad se la quedó Kate, pero hablo de que sus insinuaciones directas sobre querer estar conmigo, una cabaña en la montaña sin vecinos, en medio de la nieve, es una clara invitación a abrir las piernas y con ellas cerca todo el tiempo, es lo que va a suceder.
—¿En qué piensas?
«En la tremenda cogida que van a darme y vamos a tener».
—En qué hace frío.
—¿Será por la nieve? —pregunta Kate con sarcasmo— eso debió haberte dado una pista, cariño.
—Bueno me pregunto cuanto tardarían en encontrar tu cuerpo también.
—Menos de lo que demorarías tú cuando nos dejes acercarnos —me guiña un ojo y siento el calor apoderarse de mi rostro—. Ponte algo abrigado de mi maleta, iremos a esquiar.
—No sé esquiar.
—Afortunadamente tienes a una experta y ex profesional de saltos mortales aquí —la observo—. Yo, no —se ríe—, no tengo coordinación para hacer deportes, prefiero bailar ¿quieres bailar? —extiende su mano hacia mí.
—No, gracias.
Sí que las apariencias engañan, Bailey parece el tipo de persona que podría vivir en una discoteca y Kate en el gimnasio o haciendo deportes y es al revés. Me pregunto como me ven ellas a mí.
—¿Eres tímida? No te tenía así, cariño.
—¿Cómo me tenías?
—Como una irreverente, sarcástica, de mal humor, amante a los animales que no conoce la vergüenza, y a veces los buenos modales.
—No me halagues tanto —digo con ironía.
—Como una amante de los animales y la naturaleza —se acerca Bailey por un lado acariciando con la punta de su nariz mi mejilla y me deja un beso suave—, amorosa y gentil.
—Contigo porque conmigo es bien combativa —tomo a Kate y la abrazo, llenándola de besos.
—Para que dejes de hablar cosas y para la cosita más tierna y dulce de las tres —tomo el rostro de Bailey y la beso con delicadez—, un poco más de suavidad.
—Si sabes que su apariencia es solo una fachada ¿verdad? —Bailey le da una nalga— te lo dije.
Nos preparamos para salir, por dos días vamos a esquiar y pasear por el pueblo, nos quedan dos días más aquí y en este tiempo como casi siempre, han sido respetuosas de mi espacio personal, aunque Kate me ha invitado a bañarme con ellas varias veces y como siempre declino la oferta, es irónico que tenga experiencia tocando, pero que deje que nadie me toque. Siempre esperando a mi persona ideal, pero no era una, son dos, son ellas.
Me coloco el conjunto de encaje que compré para este momento, porque yo tenía muy en claro que este sería el momento perfecto para estar con ellas, es lo que tanto estuve esperando durante mucho tiempo y hoy es el momento. Salgo del baño con el conjunto blanco puesto secando mi cabello, de repente las voces se callan y tengo dos pares de ojos mirándome.
—¿No tienes frío? —pregunta Bailey.
—No.
—¿Nos estás provocando? porque está funcionando, Alexa —agrega Kate.
—Tal vez, solo quiero dormir con esto puesto.
—Con nosotras en la misma cama —suspira la rubia—. Tengo un pijama para darte, no te acostarás así con nosotras.
—Puedo ir al living, el sofá se hace cama —digo sacándola de quicio.
—De ninguna manera vas a dormir lejos nuestro. Ponte esto —tomo su muñeca y la beso de golpe.
—Si quieres taparlo o quitarlo —levanto una ceja en modo de sugerencia—, hazlo tú misma —miro a Bailey que tiene las pupilas muy dilatadas y no me ha sacado la vista de encima— ¿Quieres un poco también, cariño?
Solo basta eso para que se acerque a nosotras, volteándome para que la vea y me besa con una voracidad que solo había conocido en Katerina. Kate se acomoda a mi espalda tocando mi cuerpo, sus manos viajan de mi estomago a mis senos por encima de la tela, mira a Bailey por encima de mi hombro, y en un acuerdo implícito entre ellas mete las manos en mi brasier tocando despacio mis senos mientras siento su respiración agitada en mi cuello, me besa y cuando menos lo espero mi brasier desaparece con un movimiento de Bailey dejándome expuesta, esto no me pone nerviosa no es la primera vez que estoy desnuda frente a alguien, lo que me mantiene algo ansiosa es la parte donde ellas se encargan de mí, ya que yo he sido la que se encarga de dar placer más que recibirlo.
—Vamos a la cama —dice Katerina devorando mi boca mientras Bailey devora mis pechos.
—Alex, cariño —sé que con toda la fuerza de voluntad que posee Kate se detiene—, si no te sientes segura y en algún momento quieres parar, solo dilo y pararemos.
—Está bien, pero por ahora quiero seguir.
La tomo besándola para luego besar a Bailey que esperaba paciente su turno con una sonrisa al recibirme con su boca. Cada sensación de sus manos en mi piel me saca una exhalación de placer, un suspiro que pide que sigan, que ruega por cada uno de sus besos, por sus caricias, y el tacto de sus labios recorriendo mi cuerpo, como si en la piel suave de su boca estuvieran grabando de memoria cada uno de los poros de mi cuerpo.
—Quiero... yo quiero verlas... desnudas también —ellas se miran y asienten, entre las tres nos ayudamos a desvestirnos y las observo admirando cada partes de ellas— son tan mi tipo, hermosas —suspiro. Me dejan sin aliento.
—¿Acaso te gusta lo que ves? —me pregunta Kate con un tono juguetón.
—Diría que demasiado, me encanta lo que veo.
—Si tanto te gusta, toca.
Es Bailey quien lo sugiere, y con una timidez que no había tenido antes, llevo mis manos a sus cuerpos, toco sus hombros, clavículas, mis manos llegan a sus senos y se me hace agua la boca por probarlos, pero si lo hago la parte dominante en mí querrá más y más de ellas, querrá tener el control a toda costa, así que solo me limito a recorrerlas con la vista y con mis manos, mientras sus pieles se crispan ante mi tacto y ellas solo permanecen ahí como un lienzo a cual pinto, con pinceladas suaves usando mis dedos de pinceles, absorbo y me empapo de cada uno de los retazos de su piel que recorro con mis manos.
Es Bailey que entre sus manos suaves con una caricia delicada quita mis bragas y me observa, toma la mano de Kate para dirigirla entre su cuerpo y el mío, a mi intimidad mientras me besa y jadeo al sentir a Kate en mi centro de placer tocando y explorando cada parte de mí, por instinto cierro las piernas, pero Bailey las toma enroscándola en su cintura para que las abra y darle acceso a la rubia, la mira y Kate sabe que hacer al parecer.
—Está bien, déjanos llevar el control, solo tienes que concentrarte en sentir y disfrutar, no te haremos daño, estás segura con nosotras ¿lo sabes?
—Lo sé —sonríe y la beso.
Con su mano acaricia mi mentón y es cuando siento la boca de Kate y su lengua en mi humedad haciendo estragos en mí, sacando gemidos que no sabía que podía hacer, entonces algunos recuerdos olvidado vuelven a mí de golpe, de aquella noche, de mi primera vez con ella, Bailey baja a besos a mis pechos con mi respiración agitada me aferro a su espalda, clavando un poco mis uñas.
—Amor —le dice a Kate.
—Dime —ella le responde y siento su cálido aliento cerca, demasiado cerca de mi intimidad.
—No te hundas en ella, no aún, la noche es larga y haremos esto de la manera lenta como acordamos, cielo.
«¿Ellas ya habían acordado como iban a cogerme? Bueno admiro ese nivel de detalle con respecto a mi persona».
—Sí, lo siento, me apresuré un poco, es que es deliciosa definitivamente tienes que probarla, va a encantarte ¿cambiamos?
—Claro.
Kate sube y con un beso apasionado, el cual veo que se dan y eso parece humedecerme más, intercambian lugares. Katerina me regala una mirada y sonrisa lasciva, cada gesto de ella siempre me parece tan sexy.
—Sigamos, cariño.
Muerdo mi labio inferior tirando mi cabeza hacía atrás cuando Bailey, me prueba y un gemido profundo sale de mi garganta, la ternurita me come con ahincó y hace sonidos de disfrute, puedo respirar cuando noto que al fin a parado, pero posiciona la pierna de Kate entre las mías y dirige su atención a la rubia encima de mí que suelta un jadeo en mi cuello al sentirla, Bailey la mueve y el roce de Kate con su pierna en mi intimidad demasiado sensible se siente muy bien, hasta que siento la mano de Kate dirigirse a mi entre pierna, entre mis labios, llegando a mi entrada, me pide permiso con la mirada y asiento.
Tal vez será lo dilatada y húmeda que estoy con el tiempo que se han tomado en mí, pero no siento dolor ni molestia, ella es suave y con movimientos lentos pero seguros va adentrándose cada vez más profundo en mí, Bailey se posiciona encima de ella sobre su espalda, y ambas me miran, Bailey atiende a Kate, mientras Kate se sumerge en mí de a poco y pronto el clima en la habitación sube la temperatura, gemidos y jadeos llenan cada rincón, el vaivén de los dedos de Kate se hace seguro y con un ritmo constante, sé que voy a venirme conozco mi cuerpo y muchas veces he visto esto en las mujeres con la que he estado, entonces ellas paran.
—¿Qué, por qué paran de repente? —se quitan de encima de mí.
—Siéntate.
—¿Qué?
—Que te sientes en la cama cerca de la orilla, cariño.
—Pero, yo estaba por...
—Y lo harás, pero ambas queremos verte y sentirte mejor cuando te vengas por primera vez con nosotras.
Le hago caso, Kate se coloca a mi espalda abriendo mis piernas, Bailey me mira con una sonrisa, y baja nuevamente a sumergir su lengua mientras la rubia ataca mi cuello cuando tiro la cabeza hacia atrás en su hombro, toca mis pechos con una de sus manos y baja la otra a mi intimidad, la siento adentrarse en mi de nuevo y los gemidos con mi respiración errática se hacen presentes, no sé de dónde agarrarme y Kate me guía a sostenerme de la cabeza de Bailey entre mis piernas hincada en el suelo para tener una mejor vista, tengo el primer orgasmo que deja mi cuerpo temblando y parece haberme dado una descarga de energía.
—Eso se sintió demasiado bien.
—Nos alegra que te gustara el primero —dice Bailey.
—Por que la noche es larga y cada una de nosotras quiere un pedazo de ti.
—Lo queremos todo Alexa —agrega Bailey— ¿Qué tanto nos dejaras tomar?
—Tomen todo, se los daré todo.
La noche se hace larga, luego del primer orgasmo hay muchos más entre nosotras, las tres nos complementamos para satisfacernos, la saciedad llega de madrugada porque el agotamiento nos alcanza primero. De ahora en más sé que nuestros encuentros van a ser así de intensos, pero me encanta. También caigo en la cuenta de que haber esperado tanto para entregarme a ellas, fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.
Ahora descanso boca abajo recibiendo sus caricias, acostada sobre Bailey con Kate a mi espalda entrelazando sus piernas con las mías, besando mi hombro y sintiendo que me voy quedando dormida. Mi primera vez con ellas es una de las mejores experiencias que hasta ahora he tenido, pero estar ahora entre ellas, entre sus caricias llenas de amor, de cuidado, entre sus mimos suaves, en saber que no tengo que levantarme y huir, en saber que definitivamente acaban de romper mi regla de no volver a repetir con la misma mujer más de tres veces, me llena de alivio, porque ahora en este momento cargado de intimidad y un profundo amor, ellas se han transformado en mi lugar seguro, mi refugio.
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