BAILEY

Mi primer confesión que a veces uso mi apariencia tierna a mi beneficio, sobre todo cuando la gente piensa que por ser tan dulce y lucir así como luzco, no soy alguien de quién cuidarse. Eso lo supieron aquellos matones que intentaron intimidar a esos pobres chicos que no estaban haciendo nada para provocarlos, más que fumar y escuchar música en una cantero que a ellos se les dio la gana por decir que les pertenecía, y yo les demostré a golpes que el cantero es mío y si ellos querían estar ahí podían hacerlo. Aparte mi carácter sociable me hace conocer y ser amiga de mucha gente y claro que conocía a su jefe.

Ahora con Alexa es completamente diferente, sé que ella es sarcástica y muchas veces tiene malos modos de responder, pero conmigo se contiene y es amable, conmigo y solo conmigo es así porque aunque ahora se ha suavizado con Kate, muchas veces la respuesta inmediata es mucho más fuerte y entre las dos se responden mal, porque Katerina por mucho que le guste no se le va a quedar callada, aunque luego se arreglan a besos como Dios manda.

—¿Estás tomando coca-cola? —claro que lo hace, la vi servirse de la botella delante de mí. Me mira y mira el vaso y la botella al lado, vuelve a mirarme, suspira y me responde.

—Sí, ¿quieres un poco? —su compañero la mira con la boca abierta.

—No mames wey, te acaba de hacer la pregunta más estúpida y tú se lo dejas pasar. Ni siquiera a con la dueña tienes piedad.

—Bueno ella es la excepción.

—¿Por qué?

—Porque lo digo yo y me da la gana. Ahora lleva esa caja y guárdala en el deposito —sonrío tomando de su vaso, justo donde ella apoyó sus labios, me mira y sonríe mordiéndose el labio inferior, sé que quiere besarme y yo también quiero.

—¿Me acompañas al baño? —me susurra en el oído.

—Claro.

—Ale ¿guardo esto? 

—No déjalo ahí que se guarda solo —levanta la mano—, sí, te lo acabo de pedir —se pone discutir con nuestro compañero y paso por al lado rozando su mano, pero en vez de ir al baño subo a la oficina de Kate.

Ella me mira de reojo y sonríe negando con la cabeza, luego suspira y muerde un costado de su labio, ya que por el piercing en medio, es la única manera de poder hacerlo. Intenta varias veces querer subir, pero siempre están preguntándole algo y ella está cada vez más irritada, así que Kate interviene.

—Alexa sube un momento a mi oficina —dice seria y todos se callan dejándola ir, ella finge y gira los ojos pero al abrir la puerta tiene una gran sonrisa.

 —Siéntate por favor —le pide seria manteniéndose en su papel mientras yo estoy en su falda y ella me acaricia las piernas. La sonrisa de Alex se va borrando cuando ve que Kate esta de verdad seria—. Andy hablo conmigo sobre tu solicitud de vacaciones.

—Sí, desde que entre a trabajar que no me he tomado días.

—¿Tienes pensado hacer algo? ¿Irte a algún lado? porque tendrás que reservar la habitación con la cama más grande, después de todo estamos saliendo y podrían ser nuestras primeras vacaciones juntas —Kate me mira y me besa con posesión, hasta que Alexa se aclara la garganta.

—Pueden ¿compartir?

—Mmmm si respondes bien, tendrás un pedazo —aprieta mi trasero y le da una nalga que me hace dar un respingo y provoca que Alexa se cruce de piernas y trague grueso—. Te esperamos, cariño.

—No tenía nada pensado, solo quería descansar un tiempo, lo necesito. También pedí días en el restaurante.

—Interesante. Nosotras tenemos algunas ideas —sonríen.

—¿No será demasiado obvio que las tres no vengamos a trabajar? —pregunta curiosa.

Kate y yo nos miramos porque ya hemos pensado en esa posibilidad, por supuesto que sí, por eso yo voy a enfermarme y ella se irá de viaje de negocios entre semana, lamentablemente aunque queramos no es posible que las tres desaparezcamos el fin de semana que es cuando más movimiento hay. Andy ya se está estresando porque Alex no estará por una semana y un solo fin de semana, si las tres no llegamos a estar lo internan por un colapso nervioso.

—Nos iremos por algunos días entre semana, si quieres —le digo y ella dibuja una gran sonrisa.

—¿Ya tienen planeado a dónde iremos? 

Me levanto abandonando las piernas de Kate para ir por la espalda de Alex, colocando mis manos en sus hombros que casi siempre están acumulando tensión mucho más que los hombros de Kate y ella suelta un suspiro cuando deshago con mis dedos un nudo. Si así jadea por deshacerle un nudo me imagino como será cuando la hagamos gemir para nosotras, miro a Kate y ella me entiende porque suspira y sonríe mordiendo su labio inferior, tocándose la boca.

Le hago seña con la cabeza de que se acerque mientras Alexa, tiene los ojos cerrados. Ella me obedece y colocando ambas manos sobre los apoya brazos la besa con la rudeza que la caracteriza, porque Katerina no es muy suave cuando viene juntando ganas, y con Alexa lo que más venimos juntando, es ganas y deseo por ella. Luego de que ella se sacia y la deja respirar tomo mi turno, subiendo su mentón para besarla, mientras Kate ataca su cuello.

—Bueno yo... tengo que.

Se separa de pronto de nosotras, cada vez que siente que llegamos algo lejos ella se aparta de pronto. Lo que no sabe es que la primera vez con ambas no vamos a tomarla en cualquier lado, será algo especial como lo que tenemos preparado.

—¿Por qué tan nerviosa? —le pregunto jugando con falsa inocencia. Kate se ríe y Alex se queda callada.

—Sí, el gato te comió la lengua o fue la leona y la golden retriever —tocan la puerta, salvándola. 

En este tiempo aprendimos que Alexa se muestra segura y sarcástica cuando tiene el control de la situación, pero en momentos como este cuando se siente acorralada, es huidiza e insegura, a veces solo le devolvemos, bueno Kate le devuelve un poco de lo que ella le hace pasar al desafiarla.

—Kate ya está... —Andy nos mira a las tres.

—Voy de bajada.

—Yo también —ella baja rápido y me río— ¿vienes a cenar el martes, cuñado?

—Claro ¿me haces mis galletas favoritas?

—Por supuesto.

Andy, sabe de mi relación rara con su hermana, siempre lo supo desde el principio y pensó que no nos podríamos mantener profesionales, pero se equivoco, con la única que nos cuesta ser profesionales es con Alexa cerca, queremos siempre más de ella y con ella, lo que ha motivado a que los encuentros con Kate sean más largos, intensos y llenos de deseos porque llegue el momento de compartir todas juntas.

Mi segunda confesión es que cuando Kate me dijo que estuvo con alguien, pude sentir como mi corazón se partía, pero no podía reclamarle nada, si la idea de una relación abierta fue mía, por el miedo a enamorarme de ella y que me dejara. En el principio Kate, viajaba con bastante regularidad y nos veíamos poco, mi inseguridad me hizo sugerirle eso, para tener la posibilidad de si ella me dejaba de que mi corazón no se partiera y tener a alguien más a mano a quien aferrarme, pero desde que estuve con ella y antes de eso, desde que me sentí tan cómoda con ella, supe que mínimo caería enamorada y lo hice, caí primero. Por eso cuando recibí aquella llamada, sentí que la perdía y cuando conocí a Alex, supe que también la querría y amaría eventualmente, tanto como lo hago con Kate.

—¿Vienes con nosotras a lo de Kate? —le pregunto en un susurro una vez que estamos afuera y nos despedimos de todos, la jornada fue agotadora y estamos muy cansadas.

—Sí —me responde bostezando—, estoy agotada, solo quiero llegar a dormir —apoya su cabeza en mi hombro y tomo su mano.

—Nos vemos el... —nuestro compañero se detiene al vernos así— ¿están saliendo? —nos pregunta, Alex lo mira y mira nuestras manos.

—Sí —responde segura y besa mi mejilla, da vuelta mi rostro y me deja un casto beso.

—Con razón con ella no eres sarcastica.

—Por eso y porque es un ternura —aprieta mis mejillas— no ves que es una cosita adorable.

—A ti lo que te hace falta es alguien que te tenga cortita y te desafíe —Kate aparece a su espalda y sonríe, ella es su rival.

—Quizás también la tengo —le guiña un ojo, pero no a él, a ella.

—Hasta el martes chicos y hasta el próximo viernes Alexa.

—Descansaras de mí, Kovalenko.

—Tus vacaciones nos vendrá bien a ambas —le responde Kate y se sube a su auto dando un portazo.

—No sé como todavía no te echa.

—Creo que me ama en secreto —sonríe Alexa y no sabe cuanta razón tiene—. Bueno chau, que quiero llegar a acostarme.

Me toma de la mano para subirnos a la moto y marcharnos a lo de Kate, ella se pega a mí y me abraza fuerte por la espalda, me gusta cuando es así de amorosa, cuando con nosotras puede mostrarse afectuosa y recibir afecto de buenas a primeras, aunque de las tres siempre ha sido la más reticente, de a poco va soltándose. 

Al llegar a lo de Kate y cruzar la puerta sentimos el olor a comida y la vemos en la cocina calentándonos algo para cenar ¿tanto nos demoramos? nos sonríe y nos acercamos a dejarle un beso, mientras termina de sacar la bandeja del horno, nos sentamos a cenar y conversamos un poco. Alexa se ve realmente cansada y Kate acariciándola en el brazo no ayuda mucho, es algo divertido ver como intenta no quedarse dormida, me siento del otro lado y la abrazo por la espalda dejándole unos besos en el cuello, Kate le deja unos en el brazo. No sé que tiene Alexa que nos hace querer estar siempre cerca de ella, algo tiene que la fuerza gravitatoria a su alrededor nos atrae a su orbita, por eso desde el inicio lo supe, tal vez de la misma manera que lo supo Kate.

—Cariño —le susurra la rubia y ella abre los ojos con pesadez—, vamos a acostarnos a la cama.

—¿Quieres darte una ducha primero? —ella asiente y bosteza apenas abriendo los ojos.

Ella se baña sola, sale con una bragas y camiseta sin sostén tirándose en la cama, pero antes de que se duerma, le seco un poco el cabello con el secador y luego alcanzo a Katerina en la ducha, tenemos una conversación breve, entre sonrisas y besos.

—¿Crees que ellas nos acepte si le pedimos ser novias? —le pregunto.

—¿Estás en paz con la idea de ser las tres?

—Sí, ella tiene algo, que te hace querer quedarte a su lado.

—Lo sé —sonríe y suspira—, aunque al principio me volvía loca, bueno lo sigue haciendo. Con la única que no es sarcástica es contigo.

—Es que soy una ternura —le hago mi cara de inocencia.

—Una ternura con cuernos y cola, diablita disfrazada —se ríe y nos besamos.

Salimos a la habitación y la vemos profundamente dormida en medio de la cama, ni siquiera se termino de tapar, solo ha quedado dormida con la colcha por la mitad de su cuerpo, abrazada a las camisetas que nos sacamos. Kate se suba y acomoda a su espalda, yo me acomodo frente a ella, la besamos mientras duerme, por el cuello, el rostro y los brazos, la abrazamos y finalmente nos disponemos a descansar.

—Te amo —le digo a Kate—, descansa.

—También te amo, mi amor, descansa —la beso por encima de Alex.

—¿Y que hay con ella? —pregunto— la amamos también ¿Verdad?

—Sí, pero aún no está lista para saber eso.

—Lo sé.

—La esperaremos —decimos ambas.

Mi tercera confesión es que si bien con ambas yo caí primero, como Kate con Alexa, tengo la sensación de que ella con nosotras caerá más fuerte, y espero que lo haga, espero que caiga más fuerte para que se quede con nosotras y no nos aparte, porque a esta altura sé que no puedo ni quiero estar sin ellas, ambas completan mis días y las amo a las dos.