capítulo 3
Hoy vamos con Milo a la casa de Rena, cada uno llevará algo de su parte, Milo lleva gaseosas y algunos snacks y yo las mascarillas que uso siempre para mis granitos. No tengo tantos, pero si me han quedado cicatrices en la piel y trato de eliminarlas como sea.
Es lo más común a esta edad, pero a veces estos me traen algún tipo de inseguridad con mi autoestima, pero ya lo estoy trabajando, ojalá algún día termine de aceptar mi cuerpo de una vez y pueda vivir en paz con el.
Rena tiene una sala con una pantalla y varios sillones, siempre lo usa para ver películas y no tener que gastar en el cine, gracias a la tecnología, ahora las películas podemos verlas en paginas y conectarlas a la pantalla.
Últimamente me estoy cuidando mucho con el dinero, soy un comprador compulsivo y todo lo que veo o me guste, lo quiero tener... ojalá funcionara así con Taylor Swift, o los de Coldplay, pero tendría que vender todos mis órganos para ir a un concierto de ellos, lo bueno es que las veces que puedo ir, voy, son momentos que me gustan disfrutar y desconectarme del mundo.
Me acabo de poner muy profundo, pero sostengo todo lo que dije, la música te ayuda a desconectarte del mundo, de las personas, te distrae de los problemas, la música es sagrada, mi vida seria muy aburrida sin ella, la vida de todos sería muy aburrida.
🎸🎤
En mi riñonera ya tengo mis mascarillas y mis otras pertenencias. En mi mochila solamente traigo mi ropa de dormir y mi toalla para poder bañarme porque literalmente la habitación de Rena tiene dos baños,dos camas y otra que contiene una abajo de la misma, en total son 4 camas, en la mía entro yo y ya esta, aunque a veces mis pies quedan muy afuera, las desventajas de ser alto.
Llego a lo de Rena y estoy por golpear la puerta cuando Milo aparece por atrás llegando al mismo tiempo que yo. Siempre creí que yo era la persona más puntual, pero no, el también llega a horario y faltan tres minutos para las 20hrs.
-Ey, llegamos juntos. Dice Milo estrechando su mano para saludar.
-Si, siempre me gusta llegar a horario. Le respondo después del saludo de manos.
-A mi también, excepto cuando tengo mucho sueño, ahí puedo faltar a donde sea y no me va a importar.
Ambos nos reímos al mismo tiempo por unos segundos hasta que la puerta de la casa de Rena se abre y esta ella al otro lado con una sonrisa de oreja a oreja, me duele la cara de verla sonreír tanto.
-Muchachos, bienvenidos a mi casita. Dice ella y se hace a un lado.
-Casita la de mi perro. Suelta Milo mientras con sus ojos hace toda una vista panorámica de la casa.
-Yo todavía no me acostumbro a ver semejante casa. Digo.
-Pueden dejar sus cosas en mi habitación, mientras tanto voy a preparar la sala de cine. Dice Rena y desaparece rápidamente del living.
Milo y yo subimos a la habitación Rena y el otra vez vuelve a mirar por todos lados. Mi casa tampoco es tan grande, pero al lado de la de Renata, es diminuta.
-Hay como tres departamentos en esta habitación. Dice el mientras apoya sus cosas en la cama.
-Todavía no viste las camas. Le digo a Milo y el me mira con los ojos bien abiertos.
-¿Estas dos no son las únicas?. Pregunta impactado.
Yo niego con la cabeza y aprieto el botón que hace que las otras camas salgan. Milo se quedó analizando unos segundos, miró por abajo de las camas y después se puso de pie nuevamente para seguir con la misma cara de sorpresa que tenía antes.
-Las camas me dijeron pobre en mi propia cara.
Suelto una risa y asiento.
-Nos dijeron pobres, Rena nos dijo pobres al invitarnos, hay que denunciarla. Digo y Milo también suelta una risa.
Pasando el rato, fuimos a la sala de cine y empezamos a elegir alguna película para ver mientras yo traía las bebidas de la heladera, la cocina de Rena queda en la otra punta de la casa, me canso fácilmente.
-Veamos alguna de terror. Propone Milo y Rena y yo le dirigimos la mirada con una ceja levantada.
-Ni en chiste. Digo yo.
-No, de ninguna manera. Suelta Rena.
Milo quedó confundido.
-¿Por qué no?, son las mejores. Dice el intentando convencernos.
-Cuando eramos chicos, Rena y yo vimos el conjuro, desde ese día no vimos ninguna otra película de terror. Le comento y Milo frunce el ceño.
-Yo quemé todas mis muñecas, mi mamá me castigó un mes. Agrega Rena.
-Pero ya somos grandes, tenemos edad para verlas.
-Bueno, esta bien, elegí una. Le digo no tan convencido.
Unos minutos después, Milo ya tenía la película elegida.
-La horca. Dice señalando la pantalla.
-Milo, ¿Acaso quieres matarnos?. Pregunto indignado.
-Vamos, escuché reseñas, es muy buena. Responde Milo.
-Cuando alguien dice que una película de terror es buena, significa que da muchísimo miedo. Comenta Rena mientras toma un sorbo de coca cola.
-Bueno, miremos esa, así dejamos de buscar porque la noche va a pasar volando. Digo y Milo le pone play.
Genial, es grababa con cámaras por los protagonistas, ¿qué puede salir mal?. La película arranca con una grabación de una obra de teatro donde un joven que hacía del ahorcado, murió en serio. Todavía falta hora y media y recién arrancó.
Intenté distraerme tomando coca cola pero terminé volcandome un poco en la ropa por el susto que me dio una escena. Milo y Rena empezaron a reírse y yo los miré fulminante. Si, la película por ahora da miedo, estoy contando los minutos para que terminé pero se hace eterno.
En este momento el verdugo está persiguiendo a una de las chicas, se siente desesperante como esa cosa aparece en cualquier lado y los atrapa. Esta misma escena logra que Milo y yo saltemos del susto al mismo tiempo y nuestras manos se juntaron sobre el apoyabrazos del sillón.
Su piel es suave, demasiado suave, tiene los nudillos rojos y las venas bastante marcada, aunque una pequeña cicatriz sobre el dedo índice. okey, parece que analicé toda su mano, pero no, no fue así, o quizás si pero al ponerme nervioso, mi mirada bajó hacia nuestras manos que seguían pegadas.
-Lo siento.
-Lo siento.
Decimos al mismo tiempo y corremos las manos de donde estaban. Rena se habla quedado dormida y le pusimos pausa a la película para salir hacia la terraza de la habitación de ella. La vista es hermosa, tiene cactus por todos lados y una planta de aloe Vera sobre la baranda.
-La noche es mi momento favorito. Dice Milo abriendo paso a una conversación.
-El mío también, siempre miro las estrellas desde mi ventana.
-A mi me ayuda a componer, es mi inspiración para escribir canciones. Dice el con la mirada en el cielo oscuro.
-¿Hace mucho escribís canciones?. Le pregunto curioso.
-Desde los diez años, en ese momento solo eran puros versos de como era el mejor y todos los chicos de mi escuela me tenían envidia. Responde el con tono divertido.
-Adivino, la canción se llamaba tengo el ego por las nubes. Le digo y el suelta una risa.
-Algo así, pero mis letras ya eran más profundas a los doce, desde ahí y hasta ahora, tengo tres álbumes terminamos.
Abro los ojos sorprendidos, tiene tres álbumes terminados, ¿Como hace?, es un trabajo difícil hacer una canción, un verso o un acorde, pero el ya tiene tres álbumes de quizás doce canciones cada uno.
-¿Por qué no tengo ninguno de los tres en mis manos?. Le digo simulando indignación.
-No los tengo en físico, solamente en mi notebook. Responde el.
-Me gustaria escuchar algo, si no te molesta.
-Hoy terminé un cover, en eso si tengo más confianza, aún no me ánimo a cantar mis canciones propias a los demás. Responde el.
-Soy todo oídos.
Te pido que en mis ojos creas,
Que para mi no hay nadie más,
Que solo quiero que me creas,
Cree en mi
Cree en mi
Cree en mi, hey.
-Wow. Le digo seguido de aplausos auque no tan fuertes para no despertar a Rena.-Tu voz es genial. Agrego.
-Me falta mucho aún, pero me defiendo. Dice Milo mientras pone su mirada en el cielo.
-Yo ni en cien años podría tener una voz así.
-Yo no nací con esta voz, fui a clases de canto casi toda mi vida, algo aprendí. Dice entre risas.
-ojalá yo con aprender algo pudiera cantar así.
-El otro día lo hiciste muy bien, tenes la voz. Me dice Milo intentando alentarme.
-Tengo voz solamente para el karaoke.
-¿Siempre tuviste ese miedo al exponerte a los demás?. Me pregunta el mirándome esperando a una respuesta.
-Si, para mi los exámenes orales son la peor tortura que alguien me pueda dar. Respondo asustado.
-si nos hubiésemos conocido en la escuela, yo sería el que te alentaría a que puedas hacerlo. Dice Milo con una sonrisa.
Le devuelvo el gesto y nos quedamos mirando la noche estrellada. En varias ocasiones tuve que tapar mi boca ya que Milo me hacía reír bastante. Tiene un humor divino, muy parecido al mío, por eso me río tanto de las cosas que dice o hace.
-No puedo creer que tu abuela te descubrió en pleno acto manual.
-Ni me lo digas, aún me da mucha vergüenza eso, pero para mi suerte, ya no entran a mi habitación sin golpear antes. Dice el mientras hace un esfuerzo por no ponerse rojo como un tómate.
-Mi madre nunca entró en nuestras habitaciones sin golpear antes, ella siempre dice que los demás deben respetar el lugar de los otros.
-Tu madre debe ser la mejor, que le dé clases a la mía. Dice Milo soltando una risa.
Su dentadura es perfecta, cada uno de sus dientes están colocados perfectamente en su lugar y más blancos que la leche.
Que comparación rara.
El color del cielo es profundo, las estrellas brillan más cuando no hay tantas luces prendidas en la ciudad y algunas nubes pasan por arriba nuestro y ambos las señalamos. En ella se puede ver una figura de un ave, no podríamos decir que tipo, pero sus alas están bien plegadas, sintiéndose en libertad.
Les prometo que no nos drogamos. Aún no.
-Oye Carlos- dice Milo mientras su mirada no se despega de la figura del cielo que va desapareciendo.-¿Estas estudiando el profesorado de Teatro?.
-Si. Respondo sin más.-¿Por qué?.
-Y tienes pánico escénico,¿ verdad?.
-Es ilógico, lo sé, pero es el profesorado, yo daré clases, mis alumnos van a actuar. Le respondo y el asiente.
-Estaba pensando...- dice mientras se rasca al costado de la cabeza.- yo di muchas clases de canto, ¿te gustaría que...
-No, de ninguna manera. Suelto sin pensarlo.
-¿Por qué no?. Cantas bien, y para el teatro te puede servir, es como un 2x1.
-¿La parte en que tengo pánico escénico, la olvidaste o que?. Pregunto poniendo los ojos en blanco.
El suelta una risa mostrando su sonrisa perfecta, si, ya entendimos Milo.
-Cantaste adelante de todos, es un gran paso. Comenta el.
-Fue por fuerza mayor. Le respondo.
No podría nunca aceptar que Milo me de clases de canto, me moriría de vergüenza y cantaría como una gallina siendo ahorcada. O más bien como Ariel sin su voz, ya que no saldría ningún sonido de mi boca. Sin duda es algo que jamás haré.
-Esta bien. Digo con dudas.
-Gracias por confiar, vamos a lograr que seas la envidia de Pavarotti.
-¿No estaba muer...
-No importa. Dice Milo levantando la voz.
Eso hace que Rena se despierte y mire hacia su ventana que da a la terraza. Ambos giramos a verla y ella suelta una sonrisa de oreja a oreja, nunca entenderé porqué se despierta tan alegre siempre.
-¿Qué hacen los noviecitos?. Pregunta ella y Milo gira a verme confundido.
La voy a matar.
🎤📚
Holaaa, bueno ah, voy a intentar actualizar más seguido, lo prometo. Eso me pasa por tener tantas historias y a veces me pierdo jeje.
Disfruten el capítulo, les amo💞💫.
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