Capitulo 24: "La única y primera vez..."
(Reproduzcan la canción de arriba)
Torpe, insoportable, alegre e inegablemente hermosa, esa es Rin, a pesar de toda mi vida negar la superficialidad, debía reconocer que lo era, pero si me hubiera demostrado, estos sentimientos antes de conocer a Sumi, tal vez si los habría aceptado o conociéndome en un principio no lo haría, pero se cómo es ella, no se habría rendido. Ella siempre me reconocía.
-Bueno trabajo Satochin-
-Estas que ardes Satochin jeje-
-Anda no te rindas lograrás ser un artista, yo te estoy observando-
-Bien hecho te esforzaste-
Me sentía asqueado al pensar eso, terriblemente enojado conmigo mismo, parecía que solo justificaba la respuesta que iba a dar, pero era verdad, tal vez si hubiera sido un poco antes... Tal vez.
-Rin yo... lo siento, a mi...-
-Lo se... Lo se todo- interrumpió con una cálida sonrisa.
Sato estaba asombrado, casi sin palabras desvió la mirada a un lado mientras apretaba los dientes junto a una angustiada expresión.
-Aww, Daiki...- soltó al ver su expresión. Rin puso su mano en la mejilla del castaño.
-Lo siento... Realmente-
Rin alejo su mano del rostro del muchacho y las llevo detrás de su espalda mientras se alejaba.
-Incluso ahora te duele rechazarme, enserio, eso... ¡Es lo que más amo de ti!-
Rin puso la en frente en alto grito.
-¡Yo te amo Daiki! ¡Te amo muchísimo!-
Dolía cada vez que lo decía, ella me reconoció, siempre lo hizo, ella me veía, siempre estaba viéndome, ella me necesitaba... Pero ahora hay alguien más que reconoce mi existencia, no sé si me necesita, pero yo la necesito a ella.
Sentí un nudo en mi garganta, otra vez sentí ganas de llorar pero no lo hice, ya lo había hecho demasiado, además sería como insultarla, ella ya debía sentirse mal por mi rechazo quien debería llorar es ella, así que lo menos que podía hacer era...
-¡¿Eh?!-
Rin se asombro al ver que Sato la rodeaba con sus brazos.
-En verdad lo siento... Lo siento-
-No me hagas esto... Daiki...-
Aquella tarde me aferré fuertemente a aquel abrazo, arrugando las ropa de Sato enterre mi rostro en su pecho finalmente dejándo salir todo.
Cada parte de mi gritaba "¡Te amo, Te amo tanto!" Aunque una parte de mi lloraba al saber que no era yo la que estaría a su lado, me sentía terrible por lastimarlo con mi confesión, ya lidiaba con mucho, nosotras marchandonos, lidiando con sus padres, pensar en ella... Pero quería hacerlo...
Finalmente había llegado la hora de irnos, por suerte el se despidió con una sonrisa, era real, no era falsa como las que demostraba anoche.
-¡Wah! ¡No puedo Sato-kun!-
Mamá no quería dejarlo solo, gritaba mientras lo abrazaba, Mashiro también quería abrazarlo una vez más, así que yo también lo hice, las tres los abrazamos fuertemente, esperaba que al menos mis sentimientos lo alcanzarán en ese abrazo tal vez si fue así pero pero su corazón ya había decidido a quien amar. El abuelo también abrazo a Sato y le regaló una bolsa con caramelos de sabor a café, los mismo que el recogía cada vez que llegaba a casa.
-¡Nos vemos! ¡No olvides escribirnos!- exclamé mientras saludaba por la ventana del auto.
-¡Ran te escribiré todo los días!-
-¡Si!-
Todo en mi decía hasta pronto, hasta pronto, eso quería decirle, pero... Lo único en que pensaba era "Sayonara"
-Sayonara...- murmuró Sato.
Una vez se marcharon Sato y Ran se quedaron un rato ahí.
-Natsuo...- dijo Ran.
-¿Eh?-
Sato observo a su alrededor buscando al ya nombrado amigo de ellos.
-¿Natsuo?- interrogó regresando su vista a Ran.
-Hace un momento... Cuando abrazaste a Rin... Te parecias a Natsuo, ja... Supongo que has crecido un poco Sato, nos vemos luego y no olvides el cumpleaños de Natsuo no faltes tarado-
-S-Si...-
Una vez Ran se marchó el celular de Sato vibró, el muchacho lo tomo de su bolsillo y lo observo, al segundo se sobresalto.
-¡Ah, cierto casi lo olvido!-
Sato se colocó una chaqueta tomo su mochila y un bolso en el cual tenía su cosas para mudarse, ya que el restaurante ya había sido cerrado, el castaño tomo dirección a la estación.
Mientras corría a toda prisa la mente de Sato era inundada por unos cuantos recuerdos.
Hace un año atrás...
-Hola abuela-
-Oh, Chizuru bienvenida, no tenías porque faltar a tus clases estoy bien-
-No digas tonterías, si hago eso no me quedaré tranquila sabiendo que estás sola aquí-
-Ah no estoy sola, las enfermeras me tratan muy bien y me cuidan mucho-
-Ahh, lo que digas te traje tu postre favorito-
-Aww, gracias, pero antes que nada...-
-¿Mmm?-
-¿Quien es el?- interrogó observando que por el marco de la puerta un muchacho se asomaba y al ver que se percataron de su presencia se escondió.
-Ah, ¡Oye Daiki! ¡No pasa nada puedes entrar!- aclamó Chizuru.
Segundos después de haber entrado, el muchacho se quedó de pie mostrando algo de incomodidad.
-Bueno, ella es mi abuela Sayuri Ichinose-
-¿Y este apuesto jovencito?- preguntó observando al muchacho que tenía el cabello menos largo que actualmente.
-Mi nombre es Sato Daiki encantado de conocerla-
La abuela al ver la apariencia del joven y su dócil y bien cuidado cabello se sonrojo, llevo su mano a la boca y preguntó.
-¿Es tu novio?-
-¡Cl-Claro que no!- contesto en voz alta Chizuru muy roja.
-Oh ya veo, que pena...-
-Lo conocí hace un par de meses, hubo una colaboración entre universidades en ciertos módulos y pues nos tocó en el mismo grupo, así que... Ahí lo conocí-
-Oh, ya veo, eres muy apuesto, ¿Que shampoo usas?-
-¡Abuela!-
-Ya, ya, solo bromeo, su cabello es hermoso deberías dejar que te crezca más-
Ante la aclaración el muchacho se tocó el cabello algo indeciso.
Esa fue la primera vez que conocí a la abuela de Chizuru, al principio no le preste mucha atención, para mí, solo era otra persona más en el mundo pero...
-Sato-kun... Chizuru-san me ha hablado sobre tí, y la relación que tienes con tu familia-
Sato solo se quedó en silencio mientras observaba por la ventana del hospital.
-¿Ah si?-
-Si, bueno que puedo decir cada vez me hago más vieja y llegará el día en que yo no esté aquí-
-Ya, no diga eso-
-Es cierto, lo trato de decir es que vivas, sin arrepentimientos-
El castaño se asombro al oír esas palabras.
-¿Eso que tiene ver con mi familia?, ¿Siquiera sabe cómo son?- preguntó molesto.
-No, pero el como lo explico Chizuru no parecen nada agradables jeje... Daiki-kun, en este mundo hay personas que si pueden cambiar... Siempre las hay, pero también está esa parte que decide no hacerlo y lo mejor es alejarse, ya que ellos lo decidieron, aunque suene cruel y duela, las cosas son así-
El castaño solo observo a la abuela y nuevamente se apoyó sobre su brazo a observar por la ventana.
-¡Ya traje la comida!- aclamó Chizuru felizmente entrando a la habitación.
Cuánto tiempo ha pasado desde que me dijo eso, no lo recordaba pero algo en mi tenía ciertas ansias de volver a verla y preguntarle ¿Que debo hacer?.
El tren se había detenido en la estación en la que tenía que bajar, nuevamente pude ver a esa muchacha, tapada hasta el rostro con una bufanda mientras usaba un gorro de lana rosa, con un pompón, al igual que la anterior vez la ignore, al salir del tren un vapor salió de mi boca, así que subí el cierre de mi chaqueta para manteneme abrigado, el clima ya estaba algo frío. Cargando mis cosas me dirigí hasta el punto de encuentro.
Caminé un par de calles hasta finalmente llegar al centro de Nerima y cruzando la calle llegué al parque y me senté en la banca en la que siempre nos sentamos con Chizuru.
-¡Daiki!- escuché con el pasar de unos minutos.
-Al fin llegas, te tardaste-
-Perdón, tenía un cliente, además pase a comprar algo para que comamos mientras hablamos-
Lo sabía, algo no andaba bien con ella, me dije a mi mismo, esa sonrisa la conozco, sé cuándo estaba mintiendo o reprimiendo algo en su corazón.
Solté un suspiro e hice una señal para que Chizuru tome asiento, ella accedió con una sonrisa, al sentarse busco en su bolso unas golosinas.
-Son chocolates, se que cuanto te gustan, yo también me compré uno-
-No debiste, ¿Cuánto te debo?-
-Ah no, no lo permitiré tómalo como un obsequio- declaró sonriente.
-Oh, un obsequio de la gran novia de alquiler Mizuhara Chizuru debo ser la envidia de todos los hombre ahora mismo-
Ante lo que dije Chizuru solo rio, y me percate de ello, que ella sonriera ante mi sarcasmo, mostraba que algo no andaba bien.
-Bueno en fin iré al grano- tras decir eso mordí un poco del chocolate.
-Adelante...-
-¿Cómo está la abuela Sayuri?-
Un silencio intenso fue lo que dejó aquella pregunta.
-E-Ella bueno, está bien, ¡Súper genial!-
-Chizuru...-
La castaña se quedó asombrada al ver la mirada que tenía Sato, cerró los ojos observo a un lado, cómo diciendo "supongo que se dió cuenta", esta vez miro a Sato y preguntó.
-¿Kazuya te lo cont...-
-No he visto a Kazuya desde nuestra pelea... Lo descubrí por mi mismo...-
-Sato yo no quiero que...-
-Ya dímelo de una vez... No quieres herirme, pero me va a herir aun más no saber nada-
Los labios de Chizuru temblaban, mostraban que quería decirlo de una buena vez, pensé que esto tal vez no sea bueno que lo diga me enteraría de algo que tal vez no querría pero aún así prefería que lo dijera, así que extendí mi mano y tomé la suya intentando calmarla, lo único que podía ver era expresión de angustia que apenas se veía de entre sus cabellos.
-Mi abuelita... Ella... Ya no está-
Un silencio los volvió a invadir, silencio que puso nerviosa a Mizuhara, más aún cuando vio que Sato soltó su mano para así llevárla a su bolsillo, agachó su cabeza dejando que su dócil cabello le cubra los ojos.
-Lo sabía...- el castaño abrió su boca y le dió un morisco al chocolate.
-Este sabor del chocolate si que es amargo...-
Mientras tanto en otro lugar...
El resto del camino Sumi y Kazuya jugaron felizmente, el viaje fue largo así que fue una buena manera de entretenerse.
Ambos iban muy emocionados pensando en que podrían ir a nadar a la playa, pero desafortunadamente...
-¡¿No me digas que realmente tenía un traje de baño?! ¡¿Ya había venido preparada?!- penso Kazuya algo nervioso.
"Pero... Recuerdo la vez que Mizuhara vino a la playa, y solo le cause problemas..."
"Parece que dios puede ser cruel a veces"
El recuerdo de aquellas palabras invadian la mente de Kazuya.
Nuevamente en Nerima, Chizuru solo observaba que Sato se había enviado hacia adelante en el asiento mientras enterraba su cara en sus brazos.
-Daiki...-
No hubo respuesta por parte del muchacho, pero pasado unos segundos levanto la cabeza, debido al largo cabello del castaño Chizuru no lograba ver su cara, además de solo ver qué el llevaba su mano al rostro.
-Muestrame...-
-¿Huh?-
-Quiero ver dónde está... Su... Ya sabes- dijo parándose de la banca.
La muchacha se asombro al oír aquellas palabras, luego de eso ella asintió y extendió su mano para tomar la de Sato, ya que el muchacho tenía su vista clavada totalmente en el suelo.
-Tranquilo... Ven-
En el camino volvió a suceder, mi mente se inundó de otro recuerdo.
-Mmm, que lluvioso está el día, pero esta brisa es tan fresca y tranquilizante-
-Mmm- contesto con un sonido el muchacho.
-Sato-kun ¿Cómo va la universidad? ¿Has logrado fortalecer los lazos con tus amigos?-
-No es necesario, ya son los suficientemente fuertes...- expresó sin despegar su vista de la ventana.
-¿Y el de tu familia?-
Ante la pregunta Sato dejo un silencio.
-Esos no me importan-
-¿Odias a tus padres?-
-¿Eh? No, nunca dije eso...-
-Mmm... A veces uno no se atreve a disculparse por orgullo- intuyó con una sonrisa.
-¿Orgullo? No se trata de eso, ellos son los que me dejaron... Fui inútil, una herramienta que se quebró, y una vez que se dieron cuenta de eso, decidieron desecharme- respondió molesto.
-Ese es el punto, esa manera en la que te trataron, es lo qué hace que pienses que eres una carga para los demás, te fijas tanto en como se sentirán los demás, que no te fijas como tú te sientes, en cuanto eso te está dañando-
-¡Eso no es cierto! ¡Yo jamás he pensado eso! ¡Si los demás piensan mal de mi que lo hagan!- dijo en voz alta parándose de la silla.
-Jojo, al fin y al cabo tu también tienes tu orgullo-
Sato soltó un quejido y muy enojado se dirigió a la puerta, al salir casi choca con Chizuru quien se llevó un susto al verlo.
-¡¿Eh?! ¡Oye Daiki! ¡¿A dónde vas?!-
El muchacho no contestó, al ver esto Chizuru puso una expresión de fastidio y se adentro en la habitación.
-¿Ahora que le dijiste abuela?-
-Ah nada no te preocupes, volverá-
-Ahg... Tu y tu bocota, toma ahora solo te daré tu almuerzo, te quedas sin postre-
-Oh pero que cruel Chizuru- expresó desilusionada la anciana.
-Sabes... Es como dijiste, Sato-kun es tan adorable como un ciervo bebé, es como tú Chizuru-
-¿Eh?-
-Te preocupas tanto por mi y por los demás al igual que el, que no se fijan en como se sienten ustedes mismos, son igual de orgullosos, pero con la diferencia de que sabes que puedes contar conmigo y con tus amigas, Sato-kun desconfía de sus amigos, incluso de tí-
Ante aquella declaración Chizuru se sorprendió.
-Pero no lo malentiendas, lo hace porqué te quiere, y no quiere que tú lo odies-
-¿Tu crees que es así abuela?-
La tierna ancianita sonrió mientras asentía.
-El es muy afortunado de tener a una chica como tú siendo su amiga, y además Chizuru quiere mucho a Sato-kun-
-Ah, abuela ya deja de decir esas cosas...- comentó Chizuru algo roja.
Ella no se equivocó en parte... Nunca me fui esa tarde me quedé escuchando lo que ella decía sobre mi.
Sabía que era así y esa tarde huí porque ella decía la verdad.
Después de un rato de viaje Chizuru y Sato habian llegado a un pequeño cementerio con lapidas que estaban bien cuidadas y decoradas.
-A-Aqui está...-
Sato camino y se puso de pie de frente a la lapida de aquella abuela que una vez se preocupó por el y mucho. Solo se quedó con su vista clavada en el nombre que estaba escrito sobre el mármol.
-¿Oh? Sabía que volverías-
Sato esta vez entro a la habitación, en esta ocasión su cabello estaba mucho más largo, con una molesta expresión en su rostro, la cual cambio a una que mostraba indicios de tristeza y dijo...
-Abuela Sayuri... ¿Que debo hacer?-
-Al fin lo preguntas, y la verdad es que no hay una respuesta clara, pero si tuviera que decir algo, es que confíes en tus amigos, si están a tu lado a pesar de todo lo que has pasado es por algo, para mí no eres carga Sato-kun, es más has hecho mis días en este hospital muchos más divertidos y también he visto como has hecho sonreír a mi nieta Chizuru, si ella sonríe significa que no eres una carga para ella, eso quiere decir ella te necesita, así que creeme no es malo perdir ayuda de vez en cuando-
Aquella tarde el rostro de Sato Daiki se alumbró como nunca.
Era la primera vez, la única y primera vez que alguien me dijo que yo era necesario, lo había olvidado, bloqueé ese recuerdo para no salir de mi burbuja, a pesar de las palabras que dije frente a su lapida, en mi mente lo único que dije fue un fuerte y claro "Gracias..."
-Esa anciana, diciendo esas cosas y yéndose así como si nada...- murmuró mientras apretaba los dientes.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro