Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 22: "Siempre puedes volver" (Parte 1/2)

Cómo fue... Que las cosas terminaron así, ahora mismo una chica menor que yo está en mi habitación.

-O-Oye ¿Puedes apartarte?, esto...- exprese algo nervioso intentando apartarla poniendo mi mano en su hombro, pero ella se la quito al instante.

-¡Ah! ¡Oye!- grite viendo como se abalanzaba sobre mí.

Jamás pensé que las cosas acabarían de esta manera, y sobre todo, creo que seré abusado por una muchacha menor que yo, diría que esto es un golpe de suerte o ¿Tal vez no?.

Horas antes...

Las puertas de un gran camión que cargaba los ingredientes del restaurante de Rita-san se cerraron frente a mi.

-Bueno creo que eso es todo- dijo Rin-san secando el sudor de su frente.

Ayude en lo que pude para que su mudanza no fuera tan pesada, aunque solo estoy de pie como un idiota, viendo como guardan el resto de las cosas en el automóvil de Rita-san.

-Bueno partiremos en la tarde, así que por el momento, disfrutemos el tiempo que nos queda juntos-

-¡Si!- exclamó Rin-san emocionada.

-Okay... ¿Entonces que dices cuñado?- me preguntó Rin-san con un tono gracioso.

-Si bueno supongo que no me molesta...- contesté rascando mi cabeza, al rato del restaurante salió Mashiro con el último bolso, que cabe destacar era enorme.

"Es obvio que son sus cosas" pensé tras ver el bolso.

-Dejame te ayudo...-

Tomé el bolso y cuidadosamente lo cargue hasta dentro del auto.

-¿Seguro que estarás bien?- expresó Mashiro algo dudosa y preocupada.

-Si, creo que lo estaré, no importa, si decides serme infiel debido a la distancia, no me importará...- comenté despreocupado pero ella me observó con algo de pena.

-¡Jamás haría eso!... ¡Además no está tan lejos!-

Bueno eso era verdad, pero no me extrañaría que las cosas terminarán mal, así son la relaciones a distancia.

-Si, eso lo sé, pero... Supongo que voy a echarte de menos-

En las mejillas de Ran se pintó un color rojizo, mientras observaba a Mashiro de reojo.

-Ran...- en la cara de Mashiro se dibujo una tierna sonrisa.

-Deja eso-

-¿Eh?-

-Ven aquí- dijo mientras tomaba las manos de Ran para que soltará el bolso.

-¿Q-Que haces? Oye...-

Mashiro tomó mis manos y las llevo a su cintura, luego ella llevo sus manos detrás mi cuello.

-Dimelo de nuevo, pero está vez de frente, fuerte y claro-

Solté un suspiro y desvíe la mirada.

-No, nop, mírame a mi- expresó llevando su mano a mi rostro haciendo que vuelva mirarla.
Solté un suspiro y la acerqué más a mí.

-Te voy a extrañar Mashiro-

-No me iré por siempre, pero... Yo... también te voy a extrañar Ran- dijo con la voz algo quebrada enterrando su rostro en mi hombro.
Sabía que iba pasar, hace mucho que no sucedía, no desde aquella noche en la que nos unimos más que con besos y abrazos, nos separamos por un momento, ambos nos observamos fijamente y finalmente después de mucho tiempo...

Al separarse Mashiro estaba como un tomate, la falta de oxígeno y el frío clima hizo que al separarnos soltaramos algo de vapor.

Me di cuenta de que aquel día, en el día que ella dijo "Te amo más de lo que te quiero" yo nunca le conteste nada, simplemente le dejé en claro que ella me gustaba por medio un beso.

Ella se ve que no logro resistir más y volvió a besarme, no sentía lujuria ni nada en su beso, solo amor, como si quisiera besarme lo suficiente como para guardarlo por un tiempo y entre beso y besa finalmente lo dije...

-Te amo...-

-¿Eh? ¿P-Podrias decirlo una vez más?- preguntó sorprendida.

-Lo que oíste... No lo diré de nuevo, lo repetiré...-

Lleve mis manos a sus mejillas y la acerqué a mi rostro.

-Cuando nos volvamos a ver, Mashiro-

-Aww, son tan tiernos mis tortolos- comentó Rin-san.

-Me hace feliz a mi también, tu también deberías Rin-chan- recalcó Rita-san.

-¡¿D-De que hablas mamá?!- exclamó sonrajada.

-Decirle al menos, si te rechaza... Dale uno bueno para que no se olvide de tí, dile a Sato-kun todo lo que sientes de una sola vez- expresó Rita-san con cariño.

-Tu madre tiene razón, aunque no se a que se refería con lo de "Dale uno bueno" pero al menos dile a Sato lo que sientes-

Ante lo que dije Rin-san se quedó pensativa, pero luego hizo una sonrisa y levantó su pulgar, mostrando su personaje de siempre.

-Aunque las probabilidades de que te rechace son de un ochenta y cinco porciento así que ya sabes...-

Rin-san bajo la cabeza con un aura depresiva.

"Supongo que hable de más" pensé que al instante de eso, recibí un codazo de Mashiro.

-¡Oye!- exclamó enfadada.

-Perdon se me escapó-

Rin-san sonrió nuevamente, aunque esta vez su sonrisa expresaba algo de tristeza y en esta ocasión fijo su mirada y su pulgar levantado en mi.

-¡Aún así! ¡Lo haré gracias!-

-De nada-

-Le enviaré un mensaje a Satochin, para que estemos todos juntos, está será la última vez que nos vamos a ver, al menos por un tiempo jeje-

Realmente podía ver que ella ama Sato y pensar que a simple vista ese idiota iba tras esa rosadita, pero quién soy yo para hablar de sentimientos, el amor sigue siendo un misterio para mí.

-Aun cuando el te rechace, tienes a tu madre, a Mashiro y bueno tal vez yo, para escuchar quejarte y llorar toda la noche, nadie te juzgará, después todo el dolor de uno es el dolor de todos, eso decía...-

Detuve el motor de mi voz un momento al darme cuenta de lo que iba a decir, dejando un silencio en la conversación.

-¿Eso decía quien?- pregunto Mashiro, ante la pregunta no sabía que responder, sabía la respuesta pero...

-Yo creo... ¡Que lo olvidé! Jaja-

Ante la sonrisa de Ran, todas se quedaron asombradas. Está era la primera vez que lo veían reír.

Era obvio que nadie me creería, aquella frase, "El dolor de uno, es el dolor de todos" solía decirla yo, antes de que cambiará, jamás pensé en que volvería a decirla... Supongo que fue todo gracias a ella y su familia...

-¿Saben que? Deberíamos ir a buscar a Sato todos juntos, el ha estado deprimido, tal vez podamos levantarle el ánimo, al menos querría hacer eso por el...-

Después de todo el siempre...

A la mente de Ran venían varios recuerdos.

-El no irá... Y ya sabes por qué no- afirmo con determinación mientras se ponía frente a Ran, para protegerlo.

Luego otro recuerdo vino, era de Sato volcando un gran vaso de soda sobre una chica.

-Vuelve a hablar así de el, y lo próximo que mojara tu ropa será pura mierda...- expresó con una mirada aterradora.

-¿Porque?- preguntó Mashiro.

-Supongo que se la debo...- conteste mientras que acomodaba mi capucha.

-Vayan ustedes, yo quiero estar un rato a solas, quisiera despedirme del restaurante jeje, tal vez después no pueda-

Al instante me di cuenta de lo que sucedía, yo... Conocía esa expresión, era misma que tenía Natsuo cuando perdió a sus abuelos.

Ran nuevamente volvió a sonreír, esta vez mostrando algo de dulzura.

-Pero... Mamá...- Rin fue interumpida.

-Esta bien, entiendo Rita-san, Mashiro, Rin-san y yo iremos buscar a ese cabroncito-

Las dos hicieron caso sin queja alguna, mientras nos íbamos voltee a ver qué Rita-san me sonrió con una sonrisa algo melancólica, fue ahí cuando me percate de...

El abuelo salió del restaurante acomodándose una boina en su cabeza.

-Rita saldré un momento para hablar con unos amigos, cuida que nadie toque mis cosas-

-Si papá, tranquilo, tomate tu tiempo con ellos-

Una vez el abuelo se fue Rita observo hacia dentro de su restaurante y sonrió felizmente.

-Supongo que tengo un rato a solas con el...-

Tras decir eso la mujer castaña tomo camino dentro del restaurante.
Seguido de eso subió a su habitación y cerró las cortinas para que haya algo de oscuridad, se acercó a un pequeño mueble, con una vela y unas flores, en el cual también podía verse la foto de un hombre de cabello negro, ojos color gris, con una expresión sería en su rostro.

Rita se arrodilló frente al pequeño altar y junto sus manos para rezar.

Fue allí cuando me di cuenta, de que en ningún momento que he estado aquí, ví al hombre que mantenía a esta familia.

Mientras tanto Sato parecía caminar sin rumbo o eso al menos parecía pero en realidad, el muchacho estaba buscando un lugar donde comenzar a a quedarse.

La cosa era simple, necesitaba un lugar habitable y barato, obviamente debía ser un departamento, pero donde, necesitaba uno que no esté muy lejos de la universidad, pero tampoco muy cerca.

-Oh, marca unos departamentos no muy lejos de aquí...- murmuré viendo mi teléfono celular.

Toque un par de veces la pantalla para dar con el dueño de los dichosos apartementos.

Luego de un rato de haber caminado finalmente llegué a la zona que marcaba en el mapa pero...

-Esto no puede ser...-

Estaba frente a aquel lugar, debido a que entre por otra calle no me percate de que... ¡Estaba parado justo en frente al departamento de ella!.

-Mierda...- pensé viendo hacia todos lados esperando a que ella no apareciese al igual que miraba la puerta de su departamento.

-¿Debería irme? Si tal vez sea lo mejor...-

-Ohh, ¿No serás tú el que ha venido a observar mis departamentos?-

Sato volteo a ver una tierna ancianita que venía hacia el caminando con un bastón.

-Ah bueno, yo... Aún no se si voy a quedarme aquí así que... Jeje-

-¿Seguro? El precio es bueno...-

-¡¿Eh?!- pensó Sato al ver que la anciana le mostraba un celular con el precio de los departamentos que estaban libres y uno llamo su atención que valía ochenta mil yenes mensuales.

-Ya entiendo porque ella está tan cómoda aquí...- murmuró.

-¿Mm? Bueno... Tu decides-

Sato se puso a pensar, hasta finalmente pidió ver el departamento de ochenta mil yenes, el cual de pura casualidad...

-Esto debe ser una broma... ¡Es demasiada casualidad!- pensó viendo que justo al lado estába el departamento de Sumi.

-Tiene un dormitorio un baño, ah y tiene aire acondicionado para el verano y buena calefacción-

Sato se quedó inmóvil ante la aclaración de la anciana, realmente no podía creerse lo perfecto que era el servicio del departamento.

-Sep, definitivamente ella está muy cómoda aquí- repitió nuevamente.

-Supongo que eso suena muy convincente señora...-

-Jojo, mis departamentos no son poca cosa, los jóvenes universitarios siempre eligen mis departamentos-

-Ya veo... Supongo que volveré luego a confirmar si realmente me quedaré aquí-

Tomé camino a casa tras haber visto aquellos departamentos, muchas cosas pasaban por mi cabeza, lo primero era el hecho de que si yo me decidía por esos departamentos, tendría que buscar una forma para que ella no me viera, despues de todo la lastime, es obvio que no querrá volver a verme.

En un par de cuadras cerca de el restaurante de Rita escuché pasos detrás de mi, volteé disimuladamente, era obvio que era ella.
Tal como pensé ella no daría la cara, pensaba cuando sería el momento indicado para que ella saliera, y diera la cara, desde un principio estaba en el tren, pensé que se iría pero aún me sigue, esto ya parece acoso.
Aquella reflexión que tenía fue interrumpida ya que en el calle de en frente, alguien me estaba llamando.

-¡Sato-kun!-

Era ella Mami, es como si siempre desapareciese, pero aparece en el momento justo. Diría que nuestros encuetros son algo cortos, pero a veces es así con las personas más cercanas a tí, diría que ella está antes que Chizuru, la conozco mucho mejor y confío en ella.

-Hola...-

-¿Ahora que te pasa?-

-¿Eh?- hice al ver su expresión confundida.

-A mi no me pasa nada-

-Es obvio que algo paso, tienes unas horribles ojeras, además te conozco mejor de lo que crees- expresó con algo de confianza.

-¿Tan mal me veo?-

-Sip-

-Bueno pasaron muchas cosas...- antes que eso en mi mente paso el hecho de preguntarle el porque está aquí.

-¿Que haces por aquí?-

-Vengo de estudiar con una amiga-

Ella lo dijo me conoce mejor de lo que creo, pues va lo mismo para mí, yo la conozco mejor de lo que ella cree, sabía perfectamente que estaba mintiendo al menos en algunas cosas.

-Oye... ¿Tienes tiempo para hablar?- pregunto con timidez.

-No te hagas la Sumi, si, si quieres puede ser un caf...-

-¿Sumi?-

Detuve el paso al darme cuenta de que ella recalcó lo dicho por mí, "¿Que acabo de decir?" Me interroge a mi mismo.

-Y-Ya sabes, la sumisa, que no te hagas la inocente y tímida- conteste algo nervioso.

-Ya veo... Podría jurar que ese era el nombre de...-

-¿Vamos a ir tomar ese café o no?-

Preguntó Sato con el cabello caído sobre el rostro y alzando la voz.

Rato más tarde ambos no encontrabamos en un café y conversando de varios temas. Hasta el punto de llegar a quedarnos sin temas de conversación, así que decidí sacar un tema algo gracioso para mí, pero delicado para ella.

-Asi que... "¿Tu ocúpate de tus asuntos y nosotros de los nuestros?"- comenté con una mueca.

Sus ojos se agrandaron de asombro al oír lo que dije, rápidamente se puso de pie y puso con fuerza sus manos sobre la mesa llamando la atención de la gente a nuestro alrededor.

-¡¿De dónde sacaste esa frase?!- exclamó enojada.

-Pues, de la película de Terminator-

De pronto una gran cantidad de bollos de pan comenzaron a lloverme sobre la cara.

-¡¿Pero que dices?!- exclamaba mientras me arrojaba los panes.

Yo comencé a reír, me sentía como cuando éramos niños molestandonos mutuamente.

-Jajaja ya cálmate es broma Mi-chan-

De pronto ella detuvo su ataque y yo me puse... Algo colorado...

"Pero que mierda, la llamé al igual que antes, ella va a matarme"

Eso fue lo que pensé, pero, cuando levanté la vista vi que ella se había sentado nuevamente y estaba roja como un tomate.

-Parece que no olvidaste el apodo que me pusiste-

-Podria haberte llamado "Inoawa"-

Cuando íbamos a la guardería, Mami y yo habiamos entrado a un coro, y en una pausa que era parte de la canción, el estómago de Mami sonó, no era por hambre si no, que su estómago pedía ayuda por haber desayunado tres barras de chocolate. Todos los niños incluyendome escuchamos ese sonido y comenzaron a llamarla "Inoawa" (Burbuja estomacal).

-¡Eres un idiota! ¡¿Como es que aún lo recuerdas?!- exclamó enfadada y avergonzada.

-Jamas olvido lo que realmente me hace feliz- contesté rascando mi cabeza.

-¿Te hace feliz mi sufrimiento?-

-Me hace feliz recordar que eras una cura entre tanto dolor, en un sentido completamente amistoso claro...- contesté rascando mi cabeza.

-Eres un... ¿Porque no puedo enojarme contigo?...-

-Porque no olvidaste lo que pasó después... ¿Lo recuerdas?-

Mami se encogió de hombros con timidez, al parecer lo recordó.

-Me defendiste...-

Ante lo dicho los dos nos sonreímos.

Minutos más tarde no encontrábamos caminando por el parque, esta vez conversando sobre cosas del pasado.

-Entonces... ¿Cómo es que conocías esa frase?-

-Kazuya, bueno... Me contó como le partiste el corazón, digo es un idiota por espiar pero ya sabes eso dolió-

-Se lo merece es un imbécil...- expresó con algo de molestia.

-No seas así, el es buen chico, hasta cierto punto claro...-

-¿Porque hablas así de el? Escuché de una conversación entre el y Kibe-chan que ustedes dos tuvieron una pelea-

-Bebí de más es todo, aún no logro disculparme-

-Le hubieras dado una por mi...-

Detuve el paso y ella se volteo algo extrañada, pero más se extrañó cuando lleve mi mano a su cabeza y le sonreí con ternura.

-Realmente te lastimó con eso ¿No es así?-

-No es que me haya lastimado, ni siento dolor por eso, el asunto es que... ¿Acaso yo... No le importé en lo absoluto? Acaso... ¿Solo era para el una máquina de placer?-

Mami luego de terminar con Kazuya hizo lo mismo que el, siguió adelante pensando que habría alguien mejor, que realmente la valorará, pero... No tuvo suerte.

-Ese idiota solo buscaba en mi el quitar su virginidad, pero luego aparece con una novia y dice que realmente la ama y todo eso... Pero ahora se que Chizuru-chan es solo una novia de alquiler, aún así actua como si realmente la amara, es tan molestó...-

No dije nada para no parecer que lo estaba defendiendo, su corazón estaba bastante sensible.
Era obvio que Kazuya había logrado cambiar.

-Esperabas a que el realmente fuera diferente ¿No es así?-

-¡Si, exacto! ¡Al fin alguien lo entiende!- exclamó corriendo adelantándose.

-Ahora lo que quieres es que sufra por el daño que te hizo, pero... ¿Porque en vez de eso?... No buscas hombres diferentes-

Ella me sonrió dulcemente y me tomo la mano y comenzó a correr provocando que yo también haga lo mismo.

-Jeje-

Ella me soltó y corrió hacia una banca y se subió sobre ella de un salto, para así gritar con todas sus fuerzas, como si quisiera liberarse, liberarse de algo de lo que uno no se puede escapar... El orgullo.

-¡¿DÓNDE ESTAN?! ¡OH, HOMBRES DIFERENTES!-

-Pareces una niña en busca del amor verdadero- comenté mientras le sonreía.

Ella me miró con asombro, para luego sonreírme con dulzura.

-Tu eres diferente...- dijo pero yo no logré escucharla ya que el sonido de la brisa y las risas de los niños jugando cubrieron su voz.

Pero aún así acto seguido ella bajo de la banca y corrió hacia mi, acercó su mano a mi rostro y aparto mi cabello llevándolo detrás de mi oreja de paso acariciando mi rostro, su sonrisa y con la ternura con la que me miraba me decían un mensaje que no capté en ese momento "Tu... Podrías gustarme".

Ella río como siempre solia hacerlo, corrió un par de pasos parandose frente a mi.

-Oye ¿Que te parece si vienes a mi casa? A mamá le sorprendería verte, me encantaría ver su reacción, no creerá que eres tú jeje-

-No me molestaría... De hecho, tengo curiosidad... Han de haber cambiado mucho, también querría ver al idiota de tu hermano- contesté algo nervioso y ansioso a la vez.

Realmente no es que haya estado mucho con la familia de Mami pero a veces, solía escapar a su casa a comer algo y jugar, su hermano era un molesto de mierda pero era un buen tipo, su madre siempre me trataba bien y siempre llegaba ese pensamiento a mi mente cada vez que veía a Mami o a su hermano lastimarse, su mamá siempre corría en su ayuda y surgía ese pensamiento "Supongo que hay madres que se preocupan por su hijos".

Solté un suspiro y comencé a caminar, mientras ella me esperaba para así caminar a la par, a la distancia veía cómo lentamente llegaba la tarde, al ver el sol la recordé a ella, y al recordarla a ella, también me acordé de Ruka.

"Me preguntó cómo le estará yendo ¿Estará en la casa de Haru?" pensé.

Mientras tanto en la casa de Haru...

-Bien... ¡¿Estás listo papá?!- exclamó Haru.

Ambo estaban de pie frente a dos platos enormes repletos de hamburguesas y dos vasos grandes de cerveza.

-¡Ya sabes las reglas hijo, el primero que paré de comer, paga la cena de está noche!-

-Si lo entiendo-

Haru cerró los ojos y junto sus manos mientras murmuraba

-Todo mi entrenamiento, preparado para este momento...-

Mientras Haru se mentalizaba su padre se colocaba una cinta en la cabeza.

-Hijo, colocate tu cinta-

-No es necesario, porque no lograrás hacerme ni un rasguño en la frente- decía mientras se señalaba la dichosa frente.

-Ah, ya veo con que te haces el mamoncito, ¡Bien que así sea! ¡¡Que comience la vigésima primer batalla de comida de la familia Hoshino!!-

Tras lo exclamado por su padre, Haru agarro una pequeña maza y golpeo un mini gong, para así ambos al mismo tiempo comenzar a devorar las cincuenta hamburguesas que habían en cada plató, la batalla era intensa hasta fue interrumpida por el sonido del timbre.

-¡Tiempo!- grito el padre, haciendo que Haru se quede con media hamburguesa en la boca.

-¡Eresh un viejo tramposho!- exclamó él castaño enfurecido y con la boca llena.

-¡¿Eh?! ¿Crees que yo planeé esto?-

-No me extrañaria sabiendo que soy mejor que tú- contestó mientras se dirigía a la puerta.

-¡Si claro!-

Caminé hasta la puerta llevé mi mano al picaporte y lentamente abrí la puerta.

-Si, sigue hablando viejo baboso... Si que se le ofre...-

-Buenos tardes Haru-kun- saludo Ruka muy contenta e inocente.

Al instante de ver quién era cerré de un azote la puerta y me apoye de espaldas a ella.

-¡¿Ehhhhhh?! ¡Haru-kun soy yo Ruka!-

Lo primero que pensé fue "¡¿Qué mierda hace ella aquí?!".

-¡¿Acaso eres una especie de acosadora?!-

-¡¿Que?! ¡No! ¡Sato-kun me dió tu dirección!-

-¡¿Porque?!-

-¿Porque? Pues porque... Porque yo... Por...-

La voz de ella se fue reduciendo hasta casi no escucharse, con eso pude darme cuenta de que no era una visita casual de amigos o algo parecido.

-No importa, supongo que me iré, perdón por molestar...-

Escuché que sus pasos se alejaban, así que abrí un poco la puerta.

-Ruka...-

Ella se detuvo y se volteo a verme, pude notar que sus ojos brillaban como si estuviera a punto de llorar.

-Vienes en un mal momento- expresé limpiando un trozo de carne de mi mejilla.

-¿Entonces?...-

-Adelante pasa...-

Abrí la puerta por completo y la dejé pasar, ella dijo lo que diría cualquiera al entrar a una casa.

-Perdón por la intromisión-

-Oye Haru quien era un vende...-

"Hay no" pensé al ver la cara de mi padre sabría como se pondría, cada vez que estaba con una chica, yo la llevaba todo los lugares menos a casa, porque se cómo se pondrían al verme con una chica.

-Ah esto...-

Mi padre comenzó a ver hacia todos lados es como si no supiera que hacer, aunque tampoco era tan complicado.
Solté un suspiro y tomé de la mano a Ruka y comezamos a caminar hacia las escaleras.

-Vamos a estar en mi habitación, y...-

Solté a Ruka un momento, metí mi mano a mi bolsillo y saque un billete de cincuenta mil yenes y me acerque a susurrarle a mi padre.

-Declaremos esto un empate, pago la mitad de la cena y tú la otra, vayan tu y mamá a solas-

-Okay... Pero... ¿Oye Haru ella es tu nov...?-

-No, no lo es... Pero algo no anda bien así que hazme un favor y esfumate-

-Claro hijo, no olvides usar protección-

-¡No digas estupideces!- exclamé, pude sentir como mi rostro se tornaba rojo.

-Haru-kun ¿Que estaban haciendo?- pregunto tras haber visto los platos con hamburguesas.

-¡Nada s-solo vamos arriba!-

Mientras subía las escaleras ví como mi padre me miraba "mi muchacho se convertirá en un hombre" pero lo que el no sabía es que ya lo era de hace mucho y además esta chica es menor.

Era obvio que también Ruka no venía a eso, se perfectamente que ella vino aquí para hablar o buscar consuelo, si Sato le dió mi dirección es por algo.

-Adelante siéntate-

Ruka tímidamente caminó hasta la mesa en el centro de mi habitación y se arrodilló, yo cómodamente y sin preocupacion alguna me recosté sobre mi cama.

-Bien entonces ¿Que sucede?-

Su expresión me decía que algo le había pasado, mostraba como si le hubieran roto el corazón, me he acostado con varias chicas con el corazón roto, se cómo se ven.

Mientras tanto en la casa de Mami Nanami...

Ambos nos encontrabamos en la puerta, no voy a negar que me sentía algo nervioso, el hecho de pensar que no me reconocerían sería algo incómodo para mí.

-Ah este... Sabes si no te reconocen, yo haré que lo hagan tranquilo, pero mamá, papá y mi hermano, ellos te van a reconocer créeme, se sintieron devastados cuando tú no volviste a aparecer...-

-Si, entiendo...-

Una vez entramos nadie nos recibió, Mami se volteó a verme para luego hacer señal con su mano para que esperará allí. Hubo un rato de silencio hasta que se escuchó...

-¡Ahí estás pedazo de mierda! ¡Mueve el culo! ¡Hay alguien que quiero que veas!-

-¡Que haces estúpida! ¡Ahg! ¡Oye!-

Entre el griterío, Mami salió de lo que parecia ser la sala de estar con un muchacho tomado por la oreja.

-¡Anda míralo idiota!-

El se me quedó viendo, me vio de pies a cabeza con una expresión de incomodidad, como si estuviera viendo mierda.

-Ojos verdes, pelo castaño claro, se ve en forma, te elegiste un buen semental-

-¡¿Que?! ¡No! ¡No es eso!- exclamó enojada y sonrajada.
Ella camino hacía mi izquierda y llevo su mano a mi frente despejando el cabello de mi rostro.

-¿No ves quien es? ¡Es Sato, Sato Daiki!-

-¿Eh?-

El hermano de Mami rascaba su cabeza algo confuso, dió un par de pasos y se acercó a mí y camino a mi alrededor, tomo un mechón de mi cabello, luego pellizco mi mejilla, agarro mi nariz hasta que finalmente.

-¡No puede ser es cierto!-

-Hay al fin se dió cuenta- murmuró Mami.

-Eres tú Daiki, quien diría que ese pequeño bribón se convertiría en un galán de primera-

-¿A quien llamás pequeño bribón? Pedazo de mierda con piernas- dije mientras una vena sobresalia de mí cabeza.

-¿Ah? Veo que tú bocota sigue siendo igual de sucia que siempre-

Ambos nos miramos con desprecio hasta el punto de que parecía que nuestras miradas disparaban rayos.

De pronto el sonido de unas bolsas cayendo al suelo distrajo nuestra enfrenta.

-¡¿Mamá?!- exclamaron Mami y su hermano al mismo tiempo.

-Daiki... Sato...- dijo soprendida una mujer de pelo castaño largo y bellos ojos azules.

Segundos más tarde...

-Ara, jamás esperé verte de nuevo Sato-chan-

-Este... Si es algo inesperado...- contesté algo nervioso.

-Hay dios, Sato-chan se ha vuelto tan apuesto y yo lo único que he hecho es envejecer-

Ante todo lo que decía la mujer, Sato solo sonreía mientras inclinaba levemente sus cejas.

-Y dime...-

De pronto la mujer puso una expresión sería, Sato y Mami se miraron algo extrañados, el muchacho para quitar un poco la incomodidad que tenía encima tomo un poco de té que amablemente le había servido la madre de Mami.

-¿Cuando te casaras con Ma-chan?-

Sato escupió el té ante la aclaración de la mujer, Mami solo volteo a ver a Sato con el rostro enrojecido.

-Cuando eran, niños no parabas de decir que querías casarte con Sato-chan, ah, eran tan adorables- comentó la mujer mientras se tomaba las mejilla.

-¡¿PORQUE NO TE CALLAS MAMÁ?!-

En la casa de Haru...

-Ya veo... Así que si escuchaste cuando dijo eso-

Ella asintió con algo de tristeza

-¿Por culpa de eso se pelearon?-

-No, solo eso... A él, le gusta Chizuru-san, es como si lo hubiera hecho aproposito, para así al día siguiente decirme de rodillas que termine con el, pero yo...yo-

La voz de Ruka se fue rompiendo poco a poco, hasta terminar en silencioso sollozo.
Yo solo me quedé viendola, ella estaba de espaldas a mi sentada frente a la mesa de centro, yo estaba recostado sobre la cama, no iba a consolarla sería como aprovecharme de su corazón roto, solo me quedé viendo su pequeña y delicada espalda encogerse de la tristeza.

-Ahh, ¿Porque no terminas con el entonces?- pregunté con algo de cansancio.

-P-Pues ya sabes porque...-

-¿Lo amas?-

-¡Claro que sí! ¡Lo amo!-

-¿Cómo estás tan segura de ello?- pregunté con seriedad.

-¿Huh? Mi corazón late muy fuerte cuando junto a el... El es tierno, aunque algunas personas no lo vean, yo veo sus puntos buenos...- explico con un sonrojo en su rostro.

-¿Eso es todo?-

-Ah, bueno...- ella mantenía la cabeza agachada.

-Ruka...-

Cuando yo la nombre ella levanto la cabeza.
Me senté a la orilla de la cama y me acerque a su rostro con la expresión fría que solía tener hace tiempo atrás.

-Ruka... Tu corazón late fuerte para demostrar que estás viva... Mi corazón late cuando estoy con una mujer en la cama, cuando beso una mujer también me late el corazón muy fuerte y a veces no es así, incluso... Cuando Misaka solía abrazarme todo el tiempo, mi corazón latía como siempre, pero aún así yo sentía la necesidad de abrazarla aún más al igual que se sentía la necesidad de besarla, tomar sus manos, besar sus mejillas, esa necesidad... LA HE SENTIDO CON TODAS...-

Aquello último que dije hizo que los ojos de Ruka se agrandaran de asombro.

-Dime Ruka, si tú relación con Kazuya no termina y en un futuro, aparece un idiota y te besa, te late el corazón fuerte ¿Que harás?-

Ruka bajo la cabeza.

-Escucha bien lo que diré, Kazuya no es el único hombre sobre la tierra-

Era duro pero eso era la verdad, ella merecía más, era joven e inexperta, realmente merecía mas, también merecía entender.

Me puse de pie en silencio y camine hasta la puerta, pensaba en bajar a buscar algo para tomar y que reflexiónara en todo lo que ha hecho y todo lo que ha pasado.

-Ruka... Deja de vivir una fantasía de niña... Hazte un favor, Y DEJA DE IMAGINAR UN MUNDO COLOR ROSA...-

Aquellas palabras resonaron con fuerza en los oídos de Ruka, haciendo que unas lágrimas comiencen a caer por sus mejillas.

En la casa de Mami, Sato se encontraba en la habitación de la muchacha rubia, ambos estaban viendo algunas viejas fotos de su infancia.
A pesar de que Mami sonreía cada vez que ella le señalaba una foto dónde estaba el, a este parecía incomodarle, a simple vista parecia que odiaba verse a si mismo, así que la muchacha decidió cambiar de actividad.

-Bueno, sabes me he estado preguntando... ¿Paso algo con esa chica Sumi?-

Al instante de preguntar eso la expresión de Sato cambio de incomoda a depresiva.

-Nada, yo fui lo que pasó... Pero está bien-

Mami soltó un suspiro, se puso de pie y caminó hasta al lado de Sato y se sentó.

-Habla conmigo... Te escucharé-

El muchacho se quedó viendo a Mami, pensando en que si realmente podía contarle algo como eso a ella.

-La lastimé... Con siempre mi falta de empatía y amor hacia los demás me la jugó, y le dije cosas crueles sin darme cuenta, pero sabes está bien...-

-No, no está bien... Sato yo te he visto en un antes y después... Cuando nos encontramos esa tarde en el tren despues de muchos años, era como si estuvieras en un cascarón, pero unas semanas después de que la conociste, tu mirada había cambiado era diferente, parecías, libre... Cómo si te hubieras desatado de algo-

Ante esa sonrisa y lindas palabras Sato bajo la mirada, parecía confundido.

-¿Tu crees?- preguntó con una leve sonrisa.

-Tu... Amas a esa chica ¿No?-

Sato tras una expresión de asombro, cerró los ojos y dijo...

-Mami, para tu tren...-

-Entonces es verdad... Te gusta-

-Mami...-

-Quieres besarla ¿No? Y también abrazarla, tomarla de la mano...-

-Oye...-

-Es así, la quieres ¿no?-

-Tch...-

Sato repentinamente se abalanzó sobre Mami tapandole la boca y sosteniendo sus muñecas para que no se moviera.
A simple vista Mami parecía estar riendo ya que pensó que Sato solo estaba avergonzado pero...

-Por favor... Te dije que te detuvieras...-

Mami se quedó helada al ver el rostro del muchacho, ella lentamente se quitó la mano de Sato.

-Lo digo en serio... Dame un respiro ¿Quieres?-

-Sato...- dijo viendolo con tristeza.

Sato con algo de frustración y brusquedad se quitó las lágrimas de rostro.

-Esta bien...- repitió nuevamente.

Ambos nos quedamos viéndonos, yo aproveché para secar algunas lágrimas que aún caían de su mejilla.

-Lo siento, realmente no sabía que te sentías así-

-No importa... Por el momento dejaré las cosas como están, ella tal vez ya no quiera volver a verme así que...-

Mientras decía eso Sato se quitó la mano de Mami del rostro.

Fui ahí cuando pasó, cuándo el quito mi mano de su rostro no la soltó, seguimos conversando con normalidad hasta que ambos nos percatamos de ello, nos miramos fijamente, el silencio ya lo decía todo y nuevamente el se abalanzó sobre mi pero está vez era diferente, su expresión no mostraba dolor si no algo más.
Y estaba bien, no me molestaba si era el, no me molestaba, si era con tal de calmar su corazón roto y afligido, pero si lo hacía no habría marcha atrás esto no lo decidía yo...

En la casa de Haru, el castaño se encontraba en la cocina esperando a que el agua del té se calentará.

-Ahhh, creo que fue demasiado lejos con eso que le dije, la hice llorar, ¡Ahg soy tan estúpido! ¡Hice llorar a una adolescente!- exclamé pero no tan fuerte, no quería que ella me escuchara.
En mi mente decía "Hice llorar a una adolescente, muy tierna e inocente, esto quedará en mi conciencia"

Aun así, eso era lo correcto, que reflexione, y cuando llegue el momento, se lo diria, le diria el resto de todo lo que le conté, sabía que ella estába aquí para ser consolada, pero hay un proceso antes de eso y era ese.
Aún así me pudo la culpa así que una vez se calentó el agua prepare el té y tomé las mejores galletas que teníamos lo puse todo en una bandeja y subí a mi habitación.
Una vez llegué trate de escuchar si ella estaba llorando o algo pero no oí nada así decidí entrar y...

-Oye Ruka se que lo que dije muy horrible pero... ¿Eh? ¡Ruka! ¿Humhf?-

Cuando entre a la habitación Ruka estaba de pie, parecía estar esperándome, ella camino hacía esperé una bofetada o algo así pero... Ella me tomo de la camiseta con brusquedad provocando que pierda el equilibrio, haciendo suelte la bandeja con las cosas, ella me empujo hasta que quede de espaldas contra el armario, ella se acercó a mi rostro pensé que iba a decirme algo, al igual que como lo hice yo pero...

-¿Eh?... ¡¿Eh?!... ¡¿EEEEHHHH?!-


Continuará...


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro