Capítulo 9: It's a long way to the top
Luca llevaba al hombre de la barba tras su espalda, más cerca de lo que hubiese considerado correcto, incluso en esas espantosas condiciones. Podía sentir el filo del cuchillo apoyado en uno de los huesos que le sobresalían de la columna y la respiración caliente del tipo penetrándole la polera.
Quizás fue el shock del momento o un recurso defensivo de su cuerpo para evitar más estímulos negativos, pero el asunto es que Luca Manns comenzó a experimentar una sensación de automatismo que no había experimentado nunca. De pronto la situación se volvió irreal para él, como si estuviera dentro una película de la que no tuviese control. Su mente pareció desconectarse de su cuerpo y del ambiente, y ahora todo lo sentía ajeno.
¿Podía tratarse Kancer de un mal sueño? ¿Sería todo esto una alucinación?
Una fuerte punzada le apretó el estómago.
"Me estoy volviendo loco", pensó. "Esto no es real"
Continuó caminando por el pasillo del piso 259 y escuchó que el hombre le susurró unas palabras al oído, pero fue incapaz de comprenderlas bien. Toda su atención estaba puesta en la incómoda sensación que experimentaba y en sus intentos por volver en sí.
"Baja, baja, baja", se repetía dentro suyo, refiriéndose al acto de descender de la altura en la que se había perdido su mente y desde la cual no podía controlar sus movimientos.
"Tengo que bajar" "No quiero sentir esto", se decía angustiado, pero su mente seguía ida. Contrario a lo que hubiese deseado, la sensación se volvía más intensa con el pasar del rato. Como cada vez que el terror de perder los estribos lo invadía, intentó repasar mentalmente su nombre completo, pero no lo logró. Todo lo que sabía había desaparecido. Su cabeza se volvió liviana y la sintió flotando encima de los hombros.
El hombre presionó el cuchillo con más fuerza al llegar a la entrada del ascensor, para obligarlo a ingresar, y Luca -o el cuerpo de Luca que se movía solo- obedeció la instrucción.
"Mi nombre es Luca... y... Luc..."
Los recuerdos no volvían a su mente. Y mientras más intentaba recuperarlos, más difícil le era pensar. La cara le ardió. Una gota de sudor frío rodó por su mejilla. En un movimiento violento el estómago se le contrajo e hizo una arcada, pero no tenía nada que expulsar. El hombre del cuchillo al ver que se aproximaba el vómito, lo golpeó con fuerza en la cabeza usando la palma de su mano y lo obligó a descender del ascensor cuando las puertas se abrieron.
-¡Camina, novato! -le gritó fuerte y sonrió a los espectadores.
Algunos habitantes que transitaban por la calle parecían disfrutar la escena. Se reían al verlos pasar y golpeaban amistosamente un brazo del hombre de la barba, en señal de aprobación. Otros, en cambio, apresuraban el paso y evitaban mirar hacia el lado. El ritual era llamado "el traspaso del novato".
Luca no se dio por enterado. Continuaba ensimismado, perdido en la agonía de no sentirse dueño de sus acciones. Pensó en zambullirse en el agua que corría al lado del camino para salvarse, o quizás aprovechar la ancianidad del hombre y golpearle las canillas con un pie hasta romperle un hueso. Era un hecho que existían opciones de salida y Luca tenía conciencia de ello, pero estaba completamente inhabilitado para enviarle órdenes a sus extremidades. Ahora, no le pertenecían. ¿Cómo defenderse cuando no se tiene la capacidad de gobernar el cuerpo?
Mientras caminaba con el viejo a sus espaldas por las calles de Kancer, la visión del entorno se le tornó difusa. Comenzó a percibir los edificios que lo rodeaban de una altura abismante, muy superior a la que realmente tenían. Las personas se achicaban y estiraban, como si estuvieran hechas de chicle. Y él, se había vuelto del tamaño de una hormiga. Sentía el suelo encima, a la altura de los ojos.
Una escalera subterránea apareció en el camino a lo lejos, cuando giró la cabeza hacia su derecha, debido al mareo que sentía. Otra, a su izquierda. ¿Hacia dónde llegarían? Era imposible averiguarlo bajo el estado en el que se encontraba. La realidad sufría alteraciones y por más devastador que sonara, este primer recorrido por Kancer no era para conocer el lugar. Luego de caminar varias cuadras -también la percepción del tiempo y las distancias resultaron perturbadas- se topó con una majestuosa cúpula hecha de vidrios triangulares, ubicada justo al centro de Kancer. Millones de cristales parecían formar el cielo y las paredes de la bóveda. Desde dentro de ella emanaba una luz celeste tenue, que iluminaba la noche. A través de los vidrios podían verse cosas. Miles y millones de cosas apiladas unas encima de otras. De todos colores, de todos tamaños, de todas las texturas. Desgraciadamente para Luca, en ese momento de embriaguez solo podían ser llamadas "cosas".
En algún minuto el hombre le gritó que subiera, que no lo pensara demasiado y simplemente saltara cuando él se lo ordenara. Así lo hizo. Cuando el viejo de la barba le grito: ¡salta ahora, novato!, el cuerpo de Luca reaccionó instantáneamente. En un segundo se halló encima de un vagón sin techo que seguía la línea curva de unos rieles de metal.
"¿Qué es esto?, ¿un tren?, pero no lo parece, no tiene asientos"
"¿Qué mierda me pasa?, ¿estaré soñando?", continuaba cuestionándose el joven, a medida que el vagón avanzaba y en su movimiento le sacudía levemente el cuerpo.
-Ya verás cómo pronto dejarás de sentirte tan mal -le dijo el viejo de la barba mientras recorría con el filo del cuchillo la nariz de Luca-.Nunca pensé que sería tan fácil encontrarte. Los muy bastardos decían que pillar a un novato era un trabajo que podía demorar semanas. Pero ya lo ves, hoy es mi día de suerte. ¡Nadie me lo va a creer! -soltó extasiado y comenzó a reír de manera desenfrenada, con ese chicharreo que Luca no soportaba incluso cuando su cerebro se había dividido en dos.
-¡Cállate! -exclamó con la cabeza gacha.
El hombre cesó de pronto las burlas y continuaron así el viaje, en silencio.
Hasta que el viejo lo tomó del hombro y lo empujó hacia abajo del vagón, Luca no había erguido su cabeza. Durante todo el trayecto había mantenido los ojos cerrados, sintiendo el viento volándole el cabello y contemplando las manchas luminosas en su retina.
Cayó de golpe al piso, tras el tirón, y se rasmilló las palmas de las manos al apoyarlas primero en el piso para evitar golpearse el rostro.
-¡Ya ponte de pie, novato! -gritó con excesiva fuerza.
Luca se incorporó y siguió avanzando delante del cuchillo que el hombre había apoyado ahora en su nuca.
Otro camino con agua a los costados. Se podía sentir el sonido de las olas chocando suavemente contra la orilla del cemento.
De pronto el hombre comenzó a vociferar soltando todo el aire que le cabía en los pulmones:
-¡¡¡Traigo un novato, señores míos!!! ¡¡¡Tiene solo veintidós!!!
Los gritos casi reventaron los tímpanos del joven Manns.
-¡¡¡Lo he encontrado en su panal!!! ¡¡¡Ha llegado hoy!!! -continuaba gritando el hombre.
Luca no distinguió más que una reja eterna llena de puntas de metal. Algo decía la entrada del tétrico sitio. Unas letras en un idioma que desconoció. Sabía que aún ahora podía hacer algo para liberarse, quizás sería esta su última oportunidad, pero las neuronas no hacían conexiones, sus movimientos eran controlados por algo o alguien más. ¡Estaba horrorizado!
"Deja de caminar", se decía, "detente, vamos", detente, maldita sea". Pero las piernas le seguían caminando, llevándolo despacio hacia su lecho de muerte.
Unos hombres vestidos entero de negro salieron desde dentro del sector y entre pasos largos se dirigieron a Luca y su victimario. No parecían impresionados ni tampoco muy apurados. Ambos eran altos y fornidos, de no más de cuarenta y seis años. Uno adelantó al otro y cruzó antes la reja de las puntas filosas.
-¡Señor mío, mire lo que le traigo! -exclamó el viejo de la barba, feliz.
-¿De dónde lo sacaste? -preguntó el guardia desconfiado- ¿no estarás queriendo jugar el juego del engaño, verdad? Sabes en lo que terminaría eso.
-¡Claro que no, señor mío! Sería un inepto si me ensuciara las manos así. Este es un novato de verdad. Puede comprobarlo cuando lo lleven dentro. Si quiere no me voy hasta que estén seguros. ¡Este tiene solo veintidós!
El guardia miró a Luca de arriba hacia abajo y luego le preguntó:
-¿Cuándo llegaste?
Pero Luca no respondió. Seguía luchando consigo mismo, desesperado por no conectarse de una vez con su propia piel.
-¡Te pregunté que cuándo llegaste, malnacido! -le gritó el guardia y estiró su mano para agarrar el brazo en el que Luca tenía puesto el Macchiato . Pero justo antes de que el "traspaso del novato" pudiera llevarse a cabo, Luca sintió una presión fuertísima en el tobillo derecho y antes de que pudiese reaccionar su cuerpo, o su mente, la cadena que alguien enganchó en su extremidad lo jaló con tal fuerza que salió volando desde donde estaba, golpeándose la cabeza estruendosamente contra la orilla del pasillo. Luca perdió el conocimiento instantáneamente y su cuerpo se sumergió a toda velocidad dentro de la fría corriente del Pacífico. El hombre de la barba y los guardias, en un acto reflejo intentaron agarrarlo en el aire, pero fue en vano. La succión de Luca al agua no había tardado más de un segundo en suceder.
Pasadas cuatro horas de estar disuelto en un sueño negro, Luca abrió los ojos. Estaba recostado en un colchón parecido al que había en su panal, pero éste estaba cubierto con una colcha lila y olía a algodón de azúcar. El dulzor del aroma lo trajo de vuelta a su actual realidad: estaba vivo, pero seguía en Kancer. Se revisó las manos y vio las huellas del aterrizaje al saltar del vagón. Se tocó la frente y notó que sobre ella tenía pegado un paño húmedo. El pelo todavía estaba mojado y su ropa también. Cuando rotó la cabeza hacia el lado, sintió un dolor agudo que le cruzó desde la frente hasta la oreja, por dentro.
-¡¡Ahhh!! -gritó acongojado.
Desde la entrada del panal escuchó unos pasos acercándose y luego el aroma a algodón de azúcar se intensificó.
-Hum, ¿estás bien? -preguntó una voz suave.
Luca la miró.
Era una chica de contextura gruesa que parecía tener más o menos su edad.
¿En serio ella lo había rescatado? ¿Cómo podía ser eso real? ¿Cómo podría ocurrir que una mujer le hubiese salvado la vida? No podía ser posible. Decidió no confiar.
Intentó levantarse del colchón a duras penas.
-¡Espera, espera! -exclamó la chica y lo ayudó a tomar asiento- ¿por qué tan apurado? -sonrió-. Acabas de azotarte la cabeza y a viajar debajo del agua a más de veinte kilómetros por hora.
-¡¿Qué?!
La joven se puso a reír.
-No seas exagerado y agradece que estás vivo -recalcó.
-Tengo que irme.
-¿Para dónde quieres ir?
-Me devolveré a mi casa. No quiero seguir aquí -respondió e intentó, sin éxito, ponerse de pie.
La chica comenzó a reír otra vez.
-¿No pudiste defenderte de ese pobre vejestorio y te piensas devolver? ¡Estás loco, rockerito! Ya estás en la mira de varios.
-¿De varios? ¿De quiénes?
-Ay, rockerito... -suspiró con una sonrisa.
-¿Por qué me dices así?
-¿Te gusta el rock, no?
-Sí, ¿cómo sabes eso tú?
-Y te crees rudo por escuchar metaaaaaaaaal -alargó la palabra en la "a" y puso un tono de boba, ironizando sobre los gustos de Luca Manns.
¿Qué le pasa a esta idiota?, pensó en automático.
-Lo siento. Es que es chistoso. Pero pese a todo, me alegra que haya vuelto a entrar alguien de mi edad. Estoy cansada de ver tantas cabezas blancas.
-Oye, ¿puedes explicarme lo que pasó?
-¿A qué te refieres?
-¡A toda esta mierda! -gritó ya sin paciencia- ¿De qué se trata? ¿Por qué me atacaron? ¿Por qué sentí esa maldita sensación de irrealidad? ¿Es por el tónico que me hicieron tomar? ¿Estoy drogado? Y ¿Quién eres tú? ¿Por qué me dices "rockerito"? ¡Es ridículo! ¿En serio me salvaste la vida? ¿Por qué? ¡No entiendo, maldición! ¡No entiendo nada!
-¡Oye, rockerito! Bájale al volumen -dijo y luego se quedó callada poniendo una sonrisa picarona- ¡Apuesto que esa frase es típica de tu mamá! ¿Sí o no? ¡¡¡Bájale el volumen a tu ruda música de rockerito!!!
Se largó a reír otra vez. Luca la miró atónito. Ya no sentía esa horrible sensación de despersonalización, pero aún le costaba creer lo que sus ojos veían. ¿Qué le pasaba a esa mujer?
-¡Okay! -dijo la joven- no me mires así. ¿Para qué tan grave? Debes tener veinti... ¿tres?
-¿Me vas a ayudar o no?
-Claro, para eso estoy.
-Entonces explícame.
-Eso no sería ayudarte.
-¡Es que necesito saber! ¿Acaso no lo ves?
-Claro que lo veo, pero tienes que descubrirlo tú mismo. Ya sabes lo que dicen -dijo y armó el signo de la mano cornuta- ¡IT'S A LONG WAY TO THE TOP IF YOU WANNA ROCK AND ROLL!
Luca la quedó mirando un segundo y luego se volvió a echar en el colchón.
****************
Si este capítulo fuera parte de una serie en Netflix llamada "Kancer", estoy segura que terminaría con los créditos y esta canción...
🤘 ¡¡¡YEEEEEEEEEAH!!! 🤘
¡Qué les pareció el capítulo? Déjennos aquí sus impresiones.
¡Estoy tan feliz! No sé cuántos de ustedes supieron. Pero Kancer está dando que hablar en la presa chilena :')
Hasta ahora ya va una nota en el diario Emol, una entrevista escrita en El mostrador y una en la radio de la Universidad Católica. Les dejaré los links de las dos entrevistas escritas en mi perfil de Wattpad, para que les sea más fácil llegar. Debo destacar que la mejor entrevista que me han hecho hasta ahora es la de el mostrador... TIENEN QUE LEERLA.
Aquí la entrevista de la radio UC (¡les mandé saludos al final! 💙):
De corazón me alegro de que los medios nacionales estén poniendo sus ojos en novelas que aún no salen en físico y sólo están en Wattpad. Quizás, y sólo quizás... esto hable de un minúsculo progreso en nuestra cultura (déjenme perderme en mi positivimo).
Como sea, muchas gracias a todos por leer. Con Jota gozamos leyendo cada comentario :)
Les pediré que nos ayuden a seguir difundiendo Kancer. Pueden compartir la novela en sus redes, hacer reseñas, videos, poleras (okno). Nos cuesta mucho trabajo llevar a cabo cada capítulo y la recompensa final es esa, ver que más gente llega, lee y disfruta de nuestro arte. ¡Eso le da todo el sentido a las horas de esfuerzo!
Hablé -escribí- demasiado, lo siento :c.
Los amo con el corazón.
¡Abrazos apretados!
-Cat.
**DATOS FREAK:
- ¿Sabían que el trastorno de despersonalización es real? Suele desencadenarse como consecuencia de un alto grado de ansiedad y estrés. También puede aparecer en el trastorno de estrés postraumático, depresión,o en la esquizofrenia (terror).
- La mano cornuta se le llama, básicamente, al gesto que hacen los rockeros con las manos. Así 🤘🤘🤘🤘🤘🤘🤘🤘
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