Día 1 - Risas
Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, solo el amor que les tengo.
Todos los días van a estar conectados, formando parte de la misma historia.
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El sonido de sus risas
Kaminari se encontraba sentado en el suelo, con la espalda apoyada contra la cama de Jirou que; al contrario que a él, le salía la pieza a la perfección.
—Espera —dice el chico pasando los dedos por las cuerdas de la guitarra, intentando recordar el orden que debía tocar— ¿Me vuelven a decir cómo era?
—No —responde la chica con prisa, volviendo a tocar la pieza que le estaba enseñando al chico— Diez veces Kaminari, tengo un límite.
—Pero... —dice el rubio dejando la guitarra en el suelo y girando su cuerpo, para sostenerse de la cama y poder observar a su amiga con ojos de cachorro herido—. Por favor.
—No —vuelve a decir la chica y el contrario resopla— intenta recordar, no te ayudara que a cada momento yo te lo esté repitiendo. Eso parece que no funciona con cerebros especiales como los tuyos —Kaminari la tomo del tobillo y atrajo su cuerpo hacia él, Kyoka comenzó a reír— necesitas una educación especial —continuo riendo.
—¿Por qué tienes que ser tan mala? —pregunta aún sosteniendo el pie de su amiga que comenzaba a tranquilizar las risas. Observo el pie, pequeño y pálido. Justo se había cruzado con la chica cuando esta salía de darse un baño, y ahí le pidió que le enseñe; como hacia todos los días, un poco de guitarra.
Jirou, que mantenía una posición recostada, puso la guitarra a un costado he intento sentarse. Kaminari la atrajo de nuevo hacia sí y sonrió, decidido a recibir venganza. Llevo el dedo índice hasta la planta del pie de su amiga y lo deslizo suavemente de arriba hasta abajo, observando las expresiones de la chica. Ella contuvo una sonrisa e intento acercar sus manos para detenerlo, el comenzó a moverse más rápido.
—Kaminari, basta —dice la chica, con una sonrisa surcando sus labios.
—No —se levanta y se arrodilla en la cama, sobre la chica— ha llegado la hora de que pagues por decirme idiota tantas veces.
Esta vez lleva las manos al delgado estomago de la chica y lo recorre incesantemente con cosquillas, ella no puede más de la risa e intenta apartarlo empujando su cabeza. Pero la fuerza que hace es débil y él sigue con lo suyo. Luego lleva las manos hasta sus axilas y en ese momento la chica comienza a soltar carcajadas, cayendo a su merced. Kaminari se contagia de las risas y sube la mirada, para observar la expresión contraria. Y BAM, sus manos se detienen en el lugar al verla. Esa risa que intenta tapar con una mano, una lagrima que se resbala de su rostro. Su rostro hermosamente sonrojado. Las mariposas se pelean en su estomago cundo Kyoka finalmente comienza a tranquilizarse y levanta la mirada. Lo empuja y él cae sentado, ella se levanta para quedar en la misma posición.
—Eres un tonto —él, perdido en el fuerte golpeteo en su pecho; solamente puede afirmar con la cabeza sin saber bien cuáles fueron las palabras dichas por la chica. Ella comienza a reír nuevamente, ahora en son de burla. Kaminari solo puede ver su risa, extasiado.
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