Orígenes 2
Apocles descubrió la nave en la que su especie visitó la Tierra hace 20,000 años en el pasado, donde su padre, Jor-El y su madre, Lara Lor-Van, le comenzaron a explicar la razón por la cual fue enviado a la Tierra.
Jor-El: Eres de Krypton.
En eso, una serie de imágenes fueron proyectadas en un tipo de metal sobre una pared de la habitación.
Jor-El: Un mundo con un ambiente más hostil que el de la Tierra, hace mucho, en una era de expansión, nuestra civilización viajó hacia las estrellas buscando nuevos lugares donde asentarse, esta nave fue una de las miles que enviamos al espacio, construimos puestos en otros planetas usando máquinas para decorar ambientes para nuestras necesidades.
Lara: Durante 100,000 años nuestra civilización floreció logrando maravillas.
Apocles: ¿Qué fue lo que pasó?
Lara: Un control de población artificial fue establecido, los puestos de exploración espacial fueron abandonados, agotamos nuestros recursos naturales, cómo resultado, el núcleo del planeta se volvió inestable, *pone una cara seria* finalmente, nuestro líder militar, el General Zod, intentó un golpe de estado.
Jor-El: Para entonces era muy tarde, tu madre y yo previmos aquella calamidad y tomamos medidas para asegurar tu sobrevivencia.
En eso, los cinco se dirigen a una habitación diferente, en un tanque lleno de un líquido similar a la placenta del vientre materno solo que de un color similar al agua.
Jor-El: Esta es la cámara del Génesis, todos los kryptonianos fueron concebidos en cámaras cómo esta, cada niño fue diseñado para cumplir un rol predeterminado en la sociedad, cómo trabajador, guerrero, líder, y demás.
Diana: No tenían libertad para elegir que querían ser, eran como armas fijas sin tener la capacidad de ser algo más.
Jor-El: Exacto, por eso mi esposa y yo sabíamos que Krypton perdió algo valioso con este avance, la libertad de elección, usando tu ejemplo, ¿Qué tal si una espada soñaba con ser un martillo? ¿O una lanza soñando ser una bandera? soñar y aspirar a algo mejor *mira a Apocles* tú representas esa creencia, Kal, eres el primer nacimiento natural en siglos, por eso arriesgamos tanto para salvarte.
Mientras iban saliendo de la habitación, Apocles comenzó a preguntar nuevamente.
Apocles: ¿Porqué no vinieron conmigo?
Lara: *con pesar en su voz* No pudimos, Kal, sin importar cuanto lo quisimos, sin importar cuanto te amábamos, no pudimos ir contigo, no logramos alistarnos a tiempo.
Jor-El: *abraza a su esposa con un brazo* Tu madre y yo fuimos producto del fracaso de nuestro mundo tanto cómo Zod, atados a su destino.
Apocles: ¿Estoy solo aquí?
Jor-El: No, ahora eres tanto un hijo de la Tierra, como un hijo de Krypton, representas lo mejor de ambos mundos, un sueño que tu madre y yo dedicamos la vida para preservarlo.
Diana: "Kal-El, Hijo de Themyscira" que curioso título.
Jor-El: *mira a Lois Lane* Los Humanos son diferentes a nosotros, es cierto, pero al final creo que eso es algo bueno, no necesariamente cometerán los mismos errores que nosotros, no si los guías, Kal.
Diana: Jeje, que curioso que lo mencione, señor, ya que, desde hace casi 100 años, Apocles y yo hemos estado cuidando a los humanos para que no se destruyan a si mismos.
Jor-El: *se sorprende* ¿De verdad?
Apocles: Así es padre, creo que ya estaba cumpliendo con lo que era mi destino sin saberlo.
Jor-El: Bueno, al menos no creo que sepas que significa esto *muestra la S en su uniforme*
Apocles: Supongo que no es una letra del lenguaje.
Jor-El: No, el símbolo de la Familia El, es "Esperanza", la esperanza que le das a los humanos de que pueden corregir sus errores para tener la creencia fundamental en el potencial de cada persona para ser una fuerza del bien, es lo que puedes darles, es lo que ambos pueden darles.
Lois Lane, que había estado callada escuchando la historia de origen, se dio cuenta de la importancia y deber casi divino de la pareja, Apocles y Diana estaban destinados a guiar a la humanidad a un mejor futuro cómo especie, ser buenos por naturaleza, enseñarles, escucharlos, hablarles, todo para que jamás vuelvan a cometer ataques a su misma gente por egoísmo y orgullo, eran los encargados de proteger a los humanos de sí mismos.
Apocles: ¿Y porqué soy tan diferente a los humanos?
Jor-El: El Sol de la Tierra es más joven y brillante que el de Krypton, tus células absorben su radiación fortaleciendo tus músculos, tu piel y tus sentidos a niveles prácticamente ilimitados, la gravedad de la Tierra es más débil, pero su atmósfera es más nutritiva, has crecido más fuerte aquí de lo que jamás imaginamos, la única forma de saber que tanto...es continuar probando tus límites. Tú le has dado a la gente un ideal al que podrán aspirar, te seguirán, tropezarán y fracasarán, pero con el tiempo, se unirán contigo en el Sol, Kal, con el tiempo, los ayudaran a lograr maravillas.
Apocles: Gracias padre, lo aprecio mucho.
Jor-El: Un placer hijo mío, ahora, con respecto a su tema de fertilidad, creo que podemos ayudarles ahora mismo.
Lois: Esperen, ¿Y que hay de los militares?
Apocles: Es verdad, todavía están en la base.
Lara: Ah no, hace minutos que nos fuimos.
Lois: *se sorprende* ¿Qué cosa?
Jor-El: La nave tiene un sistema de equilibrio muy eficaz, tanto que aún cuando el motor emana una gran cantidad de energía, los pasajeros no sienten la más mínima turbulencia cuando la nave despega.
Lois: *sorprendida* ¿O sea que hace mucho que la nave voló del sitio hasta otro lugar?
Lara: Así es, estamos en la parte fría del sur del planeta.
Lois: ¡¿La Antártida?!
Apocles: Si quieres puedo regresarte a tu ciudad.
Lois: Créeme, te lo agradecería mucho.
Luego de un corto viaje en vuelo y de hablar con Lois para que no revele nada de lo que oyó en su estancia en ese lugar por el momento, Apocles regresó a la nave para seguir hablando de dicho tema.
Jor-El: Pues siguiendo con el tema, la razón principal por la cual no pueden tener hijos es por las miles de generaciones artificiales de Krypton, por lo que la compatibilidad genética de hombres y mujeres se fueron atrofiando demasiado rápido, por suerte, tu madre y yo pudimos ayudar a nuestros cuerpos para que pudiéramos concebirte Kal, por lo cual creemos que podemos ayudarlos a ustedes para que puedan concebir un hijo sin problemas, solo si quieren y están dispuestos.
La pareja se miró con dudas, pero realmente no había razones para dudar de la tecnología de Krypton, después de todo, no había influencia de Dioses ni nada por el estilo en ello, por lo cual, pueden confiar en los padres biológicos del príncipe, por lo que la pareja se tomó de las manos y miraron a los dos que tenían en frente y dijeron...
Apocles/Diana: Lo haremos.
Los progenitores asintieron en respuesta y llevaron a la pareja a la sala del Génesis, donde activaron un mando del centro dejando ver una especie de camilla, a lo que le pidieron a Apocles que se acostara sin ninguna prenda encima, al quedarse completamente desnudo, Diana no pudo evitar mostrar una sonrisa pícara, mientras que su marido se sonrojaba un poco, al acostarse, una especie de escáner junto a dos brazos como barras de ultrasonido paseaban por todo su cuerpo analizando su genética en una pantalla de metal líquido.
Jor-El: Hmmm, esto es extraño.
Apocles: ¿Qué sucede?
Jor-El: Detectamos claramente tu genética de Kryptoniano puro, pero también hay una especie de energía dorada por todo tu cuerpo, una energía que fluye con naturalidad junto con todos tus sentidos y funciones fisiológicas, no parece afectarle a tu genética, pero cómo que la recubre por completo, ahora debemos ver la genética de Diana para ver su mitad Diosa.
Apocles se bajó de la camilla siendo Diana la que ahora estaba sin ropa, al acostarse, la máquina al analizarla detectó la misma energía que en Apocles, pero no cubría su ADN, sino, que estaba dentro de cada cadena de ADN de la mujer, como si fuera parte de la misma genética de cualquier ser vivo, de cualquier forma, los dioses griegos eran más mortales de lo que parecían.
Jor-El: Efectivamente, *a Apocles* la misma energía en tu cuerpo está dentro de ella, pero a diferencia de ti, su energía no cubre su ADN sino que fluye dentro de él, por lo que es posible que los espermatozoides que tú sueltas, al estar cubiertos por esa energía, como si fuera un campo de fuerza, no permite interactuar tu ADN con el de ella, impidiendo que el espermatozoide y el óvulo puedan juntarse para crear un embrión.
Diana: ¿Y qué se puede hacer?
Jor-El: Dime algo Diana, ¿Tu gente manipula algún tipo de energía poderosa?
Diana: Pues...no, pero si que es verdad que cuando nos presentaron de bebés ante toda la tribu, la estatua de Apolo, el Dios del Sol, reflejó la luz solar hacia él, provocando que Apocles flotara por unos segundos de las manos de mi tía.
Lara: Eso lo explica, tal parece que de alguna manera, ese dios pudo enviar esa energía al cuerpo de Kal provocando que tenga esa barrera en su ADN.
Diana: Pues la única energía que conozco de mi pueblo es la magia.
Jor-El: Magia, por supuesto.
Apocles: ¿Qué pasa con la magia?
Jor-El: En el pasado, cuando los primeros kryptonianos pisaron la Tierra, aprendieron sobre como funciona la magia, incluso se dieron cuenta de que esta puede destruir las células de hasta los más fuertes del Universo, ya que la Magia no sigue las leyes de la naturaleza, y tanto nosotros como algunos otros seres, nos regimos por las leyes de lo natural, por lo que cualquier cosa que sea sobrenatural nos puede dañar, pero de alguna forma, esa magia logró combinarse en tu cuerpo de tal forma que funciona como un escudo, una barrera que impide que las fuerzas naturales de la Tierra te puedan hacer daño, sin tener en cuenta claro tu ya mayor resistencia debido a tu origen kryptoniano.
Apocles: Entonces si queremos tener un hijo, debo enviar esa magia dentro de mi ADN para que ya no lo cubra.
Jor-El: Exacto, de esta forma ambas células no se repelerán y podrán juntarse, así que empecemos.
En eso, la pared de la sala del Génesis se abre sin dejar salir el líquido en su interior dejando pasar a la pareja manteniéndose sin prendas dejando que unos cables se inyecten en sus pieles mientras un tipo de respiradores mantenían el oxígeno estable. Mientras tanto, en una ciudad de mala reputación de crímenes, con algunas fotos de Apocles y Diana tachadas y grafiteadas, es de las pocas ciudades que no aprecian a la pareja por el estándar de dioses que tienen, siendo muy sucia y llena de criminales. Un agente del gobierno estaba esperando a alguien en un callejón, y en un parpadeo, dicha persona apareció en escena.
Agente: Gracias por venir, señor.
???: *voz ronca* Habla ahora, ¿Qué buscas?
Agente: *muestra unas fotos* Un objeto no identificado desapareció de una base hace unas horas, creemos que pueden ser seres más antiguos que los Humanos.
???: ¿Ya pensaron en Superman y Wonder Woman?
Agente: Así es, pero no hemos podido contactarlos, por lo que sugerimos que tu equipo se encargue de investigar lo que sucede, según nuestros satélites, el objeto no ha abandonado el planeta, por lo que esperamos que puedan ayudarnos a resolverlo.
???: Hmmmm, bien, tomaremos el caso, pero nosotros tomaremos las decisiones.
Agente: Es justo, después de todo, es lo mejor que la Tierra puede ofrecer ante seres tan fuertes como esos dos.
???: Los seres que se creen "Dioses", pues esos dioses conocerán el poder de los humanos si se rehúsan a cooperar.
Agente: Cuento con ello señor.
En eso, el misterioso hombre usa una especie de gancho para desaparecer del callejón mientras se situaba encima de una gárgola de uno de los edificios mientras llamaba a alguien.
??? (T): ¿Si señor?
???: Alfred, prepara al equipo, diles que tenemos una misión.
Alfred (T): Entendido, señor Wayne.
Finalmente, el hombre salta de donde estaba mientras un rayo de la tormenta de la ciudad caía cerca suyo.
Volviendo con nuestra pareja protagonista, ambos terminaron saliendo de la cámara del Génesis, cuando de repente, Apocles comenzó a sentir una potente corriente eléctrica recorriendo por todo su cuerpo asustando a su esposa.
Diana: *preocupada* ¿Qué sucede, cariño?
Jor-El: La energía en su cuerpo pasó de cubrirlo a introducirse dentro de él, debe adaptar su cuerpo para aceptar esa energía, de lo contrario terminará lastimado.
Apocles comenzó a invocar sus dones, empezando a flotar y a hacer brillar sus ojos dejando ver como chispas eléctricas circulaban por todo su interior a través de su sistema nervioso, entonces la energía empezó a perder potencia dejando al príncipe respirar con normalidad para recuperar el aliento por el cansancio, Diana lo ayudó a reincorporarse para luego ambos abrazarse sin tener en cuenta que todavía seguían desnudos.
Apocles: *Apenado* Emmm...
Lara: Jeje, es tierno ver que te da pena verte así ante nosotros Kal, eres un hombre fuerte, sano y muy bien desarrollado.
Diana: Eso lo puedo confirmar jejeje.
Jor-El: Bueno, si quieren pueden probar el resultado en la habitación de al lado, ahí hay una cama para dos si gustan probarla.
Sin decir nada, Diana tomó a su marido de su brazo y se lo llevó a ese cuarto dejando a los dos señores detrás de la pared.
Lara: ¿Crees que la nave resista su acto?
Jor-El: Por supuesto, ha soportado impactos más grandes que esos.
Tras unas horas de acción, la pareja finalmente descansó en esa cama, realmente estaba hecha para ese tipo de actos, este en particular, ambos lo disfrutaron como si hubiera sido la primera vez, tal vez porque sabían que esta vez si podrían tener la oportunidad de tener un hijo de manera natural.
Apocles: *respirando agitado* Wow, eso fue intenso.
Diana: *abrazándolo* Jeje, si, también estuvo muy bueno, hace mucho no lo hacíamos de tal forma.
Apocles: Jeje, es verdad, cómo cuando eramos jóvenes.
Diana: Jejeje *le da un beso* te amo Apocles.
Apocles: Yo también te amo Diana.
Ambos se dieron un apasionado y romántico beso tras terminar y empezar a vestirse y volver con Jor-El y Lara.
Apocles: Padre, madre, tengo una petición si me lo permiten.
Jor-El: Claro Kal.
Apocles: Quisiera ir a donde se encuentra mi familia, la que me crió, quiero que las conozcan.
Lara: Claro hijo, comenzaremos a despegar la nave, no podemos abandonarla, así que tendremos que llevarla, solo dinos donde se encuentra el lugar.
La pareja sonrió mientras la nave despegaba y se dirigía a Themyscira, la Isla de las Amazonas, donde dichas guerreras estaban en su día a día entrenando, pescando y cultivando como cualquier día de sus vidas, las hermanas más antiguas de todas las Amazonas, la Reina Hipólita y su hermana, la General Antíope, estaban en la sala del trono con la primera sentada en su sitio real mientras la otra se mantenía a su lado cómo las otras guardianas de la reina.
Hipólita: *suspira melancólicamente*
Antíope: ¿Qué sucede, hermana?
Hipólita: Es que, hace unos meses que no los vemos a ninguno de los dos, sé que son fuertes, pero cómo madre no puedo evitar preocuparme por ellos.
Antíope: Si, también me pasa lo mismo, no puedo dejar de extrañarlos cada vez que se van.
Amazona: No son las únicas, todas nosotras sentimos la ausencia del Príncipe y la Princesa, majestad.
Todas las amazonas presentes estuvieron de acuerdo con esas palabras, durante todos estos años, Apocles y Diana han visitado la isla con frecuencia, contando anécdotas del mundo del hombre y cómo para los dos era realmente increíble, mientras que las amazonas siempre se detenían a escucharlos, tal cómo en el pasado, las guerreras ya querían a Apocles como una más a pesar de ser hombre, a hecho tanto por ellas, incluso arriesgando su vida para salvar a Diana de Ares, ha hecho que se gane la admiración de la gente que lo vio crecer.
Y ahora, él iba a regresar con una sorpresa. Unas amazonas avisaron la existencia de un extraño objeto de gran tamaño estaba por encima de la isla casi tapando el sol, por lo que todas se pusieron en alerta para disparar, pero en eso, notan como de una compuerta estaban los herederos al trono de esa isla, por lo que bajaron sus armas al mismo tiempo que la nave descendía sobre la llanura de la isla, donde todas las amazonas se acercaron entusiasmadas por el regreso de Diana y Apocles.
Los cuáles al bajar fueron recibidos por múltiples abrazos de parte de sus compañeras guerreras, donde entonces también vieron a sus madres.
Hipólita: *feliz* Diana...
Diana: *igual* Madre...
Antíope: *alegre* Apocles...
Apocles: *igual* Mamá...
Ambas parejas de madre e hijo/a se abrazaron enterneciendo a todas las mujeres a su alrededor, en eso, las hermanas se dieron cuenta de dos siluetas que estaban justo en el borde de la nave observando la escena.
Antíope: ¿Quienes son?
Apocles: Mamá, ellos...son mis padres biológicos.
Antíope: *se sorprende* ¿Qué?
Amazonas: *igual* ¡¿Qué?!
Diana: Vengan a conocerlos.
Las amazonas siguieron a las hermanas hasta llegar a la entrada de la nave, donde pudieron ver a Jor-El y Lara con más claridad.
Hipólita: Entonces...son los padres de Apocles.
Jor-El: Así es, aunque su nombre es en realidad Kal, no nos molesta que le digan Apocles.
Antíope: Pues yo fui quien le puso ese nombre.
Lara: Entonces *se le acerca y abraza* gracias por haber criado a nuestro hijo, no sabes cuanto lo apreciamos.
Antíope: Jeje, no hay problema pero, ¿Porqué no vinieron con él?
Jor-El: No pudimos hacerlo, nuestra conciencia fue lo único que pudimos salvar antes de que nuestro mundo fuera destruido, nuestra tecnología es capaz de proyectarlas en cuerpos físicos.
Lara: De haber podido ir con él lo hubiéramos hecho.
Hipólita: Les creemos, nosotras vimos crecer a Apocles desde que llegó, lo apreciamos cómo una amazona más, nos cambió nuestra perspectiva con respecto a los hombres por completo.
Lara: ¿Qué problema tienen con los varones de su especie?
Apocles: Los hombres de hace miles de años les causaron dolor y sufrimiento ya que ellas no se podían defender, hasta que Hipólita, la Reina de todas ellas, libró una guerra que las liberó de la esclavitud.
Jor-El: Mis condolencias majestad.
Hipólita: *asiente de acuerdo*
Las amazonas comenzaron a hacer algunas preguntas que claro eran contestadas por la pareja de kryptonianos, las guerreras tenían mucha curiosidad sobre la cultura de su campeón, pero en eso, una de ellas notó en la lejanía cómo una nave estaba acercándose a la isla advirtiendo a todos los demás, Hipólita organizó la formación en caso de un ataque de esa nave, al verla, Apocles y Diana se dieron cuenta de a quien pertenecía esa nave.
Continuará...
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