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La Guerra vs El Amor

Apocles salió volando hacia donde estaba Diana, Ares se dio cuenta de ello por lo que levantó dos vigas de metal estampando al príncipe contra el pavimento, Diana corre hacia él a gran velocidad lanzando su lazo, pero el dios crea una corriente de viento que impide que el lazo lo alcance, a lo que la amazona atrapa una viga de metal y se la lanza, pero Ares simplemente se eleva a los cielos dejando que la viga creara una explosión a sus espaldas, Apocles se libera del suelo y va contra él, a lo que el dios detiene su puño con algo de esfuerzo.

Ares: Oh niño, no olvides que yo te bendije con mi fuerza.

El dios entonces golpeó la cabeza del hombre estampándolo contra el suelo, Diana corre hacia él pero Ares levanta el trozo de tierra donde estaba la amazona dejando sorprendidos a Steve y al grupo, quienes al ver eso solo pudieron pensar en ese Ares del que tanto hablaba la pareja, Diana entonces de un impulso lo alcanza y lo golpea mandándolo contra el suelo, quien comienza a generar electricidad de sus manos, tal parece que absorbió el poder de su padre y el de otros dioses más, Apocles se reincorpora, la pareja se miran y asienten determinados.

Diana lanzó una caja de explosivos mientras Apocles la atravesó lanzando un trozo de metal con toda su fuerza, explotando justo en la cara del dios quien retrocede un poco, pero en eso, este comienza a atraer el metal destruido a su al rededor comenzando a cubrir su cuerpo y haciendo que se vuelva más grande y alto, incluso más que Apocles, creándose una armadura similar a la que tenía antes de su exilio, caminando entre las llamas de la explosión creando dos espadas a cada mano con el metal de al rededor.

Ares: *desafiante* Veamos que clase de Dioses son en realidad.

Apocles se iba a lanzar contra él pero Ares le lanza una de sus espadas...haciéndole un corte en su brazo derecho, este soltó un quejido de dolor, la herida no era profunda pero si lo suficiente como para provocar un sangrado notable tras cortar también su antes irrompible traje blanco y dorado, el príncipe nunca había sentido el dolor de una cortada, ni siquiera cuando era un niño llegó a sentirlo, pero ahora, lo sentía demasiado, Ares se lanza contra ellos y ambos lo esquivan, el dios intenta cortarles con sus espadas pero los dos amazónicos lo golpean de forma sincronizada.

Por lo que Ares creó una cadena atando a ambos, haciéndolos volar y estampándolos contra un camión.

Ares: Me ayudarás a destruirlos, Diana, también si acabas con tu esposo primero.

Diana: ¡Eso jamás, lo amo demasiado como para lastimarlo!

Ares: ¿Después de que te dejara por los humanos?

Diana: ¡Él no eligió a los humanos, eligió a la justicia! Y yo respeté eso, ahora lo entiendo, debí apoyarlo en vez de estar resentida con los alemanes.

Apocles: Jeje, nuestro primer desacuerdo ¿no?

Ares: *hartándose* Suficiente.

El dios golpea su espada contra el suelo generando una grieta cortando el camión por la mitad siendo esquivado por la pareja de un salto lateral de ambos, quienes se impulsan atrapando al dios cayendo los tres encima del tejado de uno de los grandes almacenes de la base alemana, Ares se los quita de encima pero Apocles comienza a intercambiar golpes rápidos y potentes con él terminando en un forcejeo de un agarre de manos, para sorpresa del príncipe, Ares estaba ejerciendo más presión en el agarre, por lo que lo aparta de una patada mientras Diana saltaba quedando detrás del dios tomándolo del cuello con su lazo para luego lanzarlo fuertemente al suelo.

Pero este se aferra al borde y de un impulso toma a Diana saliendo volando con Apocles siguiéndolos para luego el dios estampar a Diana contra el suelo y con las orugas de un tanque atrape a la amazona contra el pavimento sin poder moverse. Apocles golpea a Ares pero este le responde igual, a pesar de que la armadura del dios esté hecha de metal humano, parecía estar imbuido con algo más que metal que impedía al príncipe de las amazonas atravesar al dios con sus golpes, Ares entonces lo golpea con movimientos rápidos, a la cara, al abdomen, incluso al estómago.

Todo para tomarlo del cuello y empotrarlo contra el piso, acto seguido, el dios creó una daga en su mano...y atraviesa el pecho de Apocles con esta haciendo que el hombre de un grito de dolor, su esternón fue atravesado como si fuera de papel.

Diana: *aterrada por él* ¡¡APOCLES!!

Ares: Qué lástima, eres una decepción para tu gente, de seguro otros hubieran dado más pelea.

Apocles: *tose sangre* Mal-Maldito seas...

El dios entonces lo toma del cuello alzándolo quitándole la daga dejando ver a Diana la lamentable situación de su amado.

Ares: si tú no lo acabas...lo haré yo.

La daga se convirtió en una espada...y atravesó el estómago de Apocles.

Apocles: *grita de dolor* ¡¡¡AAAAAAAARGGHHH!!!

Diana: *casi llorando* ¡¡NOOOOOO!!

Ares entonces lanzó al hombre varios metros, quien aparentemente se quedó sin fuerzas para levantarse y respirando...muy lentamente. Diana estaba angustiada y al borde del colapso, lo conocía desde que ambos eran niños, incluso se enamoraron sin haberlo previsto, compartían la angustia, la alegría, la emoción, y ahora, ella compartía su dolor, no soportaba verlo así, aún después de su resentimiento por los humanos, él volvió para ayudarla, y por eso ahora él estaba al borde de la muerte, la amazona entonces concentró su ira en Ares ocasionando una explosión que destruyó el suelo donde estaba contenida levantándose después de soltar un grito de guerra.

La energía que irradiaba de su cuerpo era tan intensa como el calor del fuego al rededor de todo el lugar, Ares pudo sentir ese poder, a lo que intenta acercarse pero Diana se lanza en un segundo hacia él para su sorpresa dando un golpe tan potente que abolló la armadura pectoral del dios mandándolo a volar. Steve Trevor estaba dentro del avión que llevaba el gas, tenía temporizador por lo que no podía detener su activación, tampoco podía destruirlo en tierra, si lo hacía mataría a todos en un rango de varios kilómetros.

Por lo que decidió tomarlo y volar lo más alto posible para hacerlo explotar notando un poco como la amazona estaba peleando con Ares mientras Apocles lo miraba desde el suelo con su gran vista que estaba un poco distorsionada por sus heridas.

Steve: Lo siento chicos, tengo que hacerlo.

El espía se elevó unos minutos más, el oxígeno comenzó a descender por la altura, a lo que decide apuntar con una pistola a los tanques del gas cerrando los ojos...y presionando el gatillo, como tenía cerrados los ojos, pudo oír como el gas se extendía en llamas hacia él, por lo que solo respiró para aguantar el dolor y aceptar su muerte...solo que volvió a escuchar otro sonido, uno como de metal rompiéndose sintiendo de repente la brisa del aire en su cara...al abrir los ojos, pudo ver el avión explotando en mil pedazos iluminando todo el lugar por el fuego.

Viendo también como Apocles lo había tomado antes de que la explosión lo alcanzara comenzando a caer ambos hacia el suelo debido a que las heridas del príncipe no le permitían mantenerse elevado como solía hacer, obligándolo a planear hasta caer en el césped del campo.

Apocles: *tosiendo sangre* N-Nunca... *cof* vuelvas... *cof* *cof* a hacer eso...

Steve: *reincorporándose del suelo* Auch, eso dolió.

Diana, iracunda, golpeaba sin parar a Ares, quien lograba bloquear los ataques de la amazona pero aun así seguía siendo arrastrado hacia atrás.

Ares: ¡Mira este mundo Diana, la Humanidad provocó esto, yo no! Es atroz y débil, tal como tu marido, a fin de cuentas él era tan hombre como ellos.

Diana: *furiosa* ¡¡MIENTES!! ¡¡Él ES MUCHO MÁS QUE ESO!!

La amazona tumba al dios y comienza a rematar con golpes cargados de ira hacia Ares golpeando su casco con golpes que hacían grietas en el suelo.

Diana: ¡¡ÉL *golpe* ES *golpe* EL AMOR *golpe* DE MI VIDA!!

La amazona alza ambos puños pero Ares la aparta de un golpe y atrae un vehículo con sus poderes, haciendo que la Doctora Maru, la que diseñó el Gas, saliera de este cayendo frente a la guerrera.

Ares: Mírala a los ojos y dime si estoy equivocado, ¿Acaso esas vidas no importan para ti, Diana?, si quieres vengarte ¡Hazlo, acábala! Ella no merece tu compasión, ninguno de ellos.

Diana miró a la doctora a los ojos mientras ella hacía notar el miedo en sus ojos, la amazona no había olvidado lo que pasó en el pueblo a sabiendas que esa mujer era la mano derecha de Ludendorff, pero algo le vino a la mente en ese momento, un pequeño recuerdo, una frase, cuya respuesta que la dio su propio marido.

Hipólita: Tengan cuidado en el mundo del hombre, ellos no los merecen.

Apocles: Pero si nos necesitan.

También recordando las palabras de su amigo Steve que les ayudó a adentrarse en este mundo.

Steve: ¡¡No se trata de merecer!! ¡Tal vez no los merezcan! Pero no importan ellos, es en lo que ustedes creen ¿Creen que no lo entiendo después de todo lo que he visto? No crean que no quisiera decirles que la culpa la tiene un hombre malo, pero no es así, todos somos culpables.

Todo esto, juntando las palabras correctas, solo pueden significar una sola cosa:

"La Humanidad no merece recibir ayuda de nadie, pero si la necesitan para vivir mejor, porque para que el mal triunfe, el bien no debe hacer nada"

Diana: *inhala y exhala* Te equivocas sobre ellos.

Ella se le acerca a la doctora y la aparta del camino lanzándola contra una pared dejándola inconsciente.

Diana: *se acerca a Ares* Son todo lo que dices, pero mucho más también.

Ares se le abalanza molesto, su plan se estaba yendo a la borda, crea unas estacas de metal junto a dos espadas para cortar en pedazos a Diana, pero ella juntó sus brazaletes con sus brazos en forma de X provocando una onda de choque que mandó a volar a Ares desintegrando sus armas y provocando que su casco sea destruido dejando expuesta su cabeza. El Dios se levanta cargando un gran rayo en su mano derecha hacia la amazona.

Ares: ¡¡Ellos no merecen tu protección!!

Diana: No se trata de merecer.

A lo que ella se cubre con sus brazos absorbiendo el rayo con sus brazaletes.

Diana: Es sobre lo que crees, *mira a Apocles y luego a Ares* y yo creo en el Amor.

Ares: ¡¡ENTONCES YO VOY A DESTRUIRTE!!

De repente, una gran tormenta se crea encima del campo de batalla y dos rayos caen en las manos de Ares quien al juntarlas lanza un rayo de gran magnitud hacia la princesa, quien iba a bloquear ese ataque, pero de repente, Apocles se puso en frente de ella recibiendo el ataque de lleno.

Diana: *preocupada* ¡¡Apocles!! ¡¿Qué estás haciendo?!

Apocles: *aguantando el rayo* Solo...un viejo truco.

De repente, el rayo se termina introduciéndose en las heridas del príncipe, quien se reincorpora dejando ver como las descargas eléctricas pasaban de tener un color azul claro a uno amarillo dorado iluminando sus ojos y sus heridas para luego este lanzar dos rayos láser dorados de sus ojos atravesando los dos pulmones del Dios quien con sorpresa y miedo en sus ojos, comenzó a escupir sangre de su boca y heridas, en eso, Apocles toma una de las manos de Diana y la mitad de la energía eléctrica de su cuerpo se transfiere al de su amada tornándose de su color azul original en el cuerpo de la mujer teniendo el mismo efecto en sus ojos ahora iluminados de color celeste.

Apocles: Empezamos este viaje juntos, debemos terminarlo.

Diana: *le sonríe* Muy bien, hay que hacerlo.

Entonces ambos se ponen en posición generando electricidad amarilla y celeste en sus manos en puño lanzándose hacia Ares conectando Apocles su puño derecho y Diana el izquierdo en ambos lados del pecho del dios quien gritó de dolor para después ser calcinado por las grandes descargas de ambos amantes, Steve se les acercó luego de que la energía se disipó en el aire.

Steve: Wow, que buen show de luces.

Diana: Jeje si *mira a Apocles* perdóname amor, debí ir con ustedes.

Apocles: Descuida, solo...

En eso, el príncipe comenzó a sentirse mareado, la energía del rayo comenzó a disminuir, permitiendo que la sangre de sus heridas volviera a brotar, por lo que llevaron al hombre a un lugar seguro junto con el resto del grupo mientras los Alemanes escapaban de la base. Apocles fue llevado de nuevo a Themyscira siendo acompañado solamente por su mujer, Steve y el resto del grupo, al llegar, Sameer, Charlie y Jefe se sorprendieron al notar como las amazonas estaban esperándolos en la costa mientras el sol mañanero se alzaba al cielo.

Steve tuvo que detener a Sameer y Charlie de coquetear con Myrto y Philippus antes de que cometieran suicidio, al cargar a Apocles, todas las amazonas se sorprendieron de sus heridas, por lo que lo llevaron rápidamente a la sala de curación de la isla, solo estos medicamentos y tratamientos podrían ayudar al príncipe de las amazonas, cuya madre, Antíope, estaba preocupada por su estado, llorando de preocupación por ver a su único hijo de esa forma, rogando en silencio al Olimpo para que él pudiera curarse.

Unas semanas después...

Han pasado algunas semanas, Apocles no ha salido de la Isla, todavía necesitaba reposar, mientras tanto, Diana, Steve y los demás han estado combatiendo contra los Alemanes que quedaron, terminando en la rendición de Alemania firmando el armisticio que se tenía planeado desde un inicio, realmente no estaban controlados por Ares, Diana lo sabía ahora, la Humanidad es autodestructiva por naturaleza, pero también abierta a negociaciones para poder vivir de manera pacífica, simplemente era cuestión de tiempo para que eso pasara.

Debido a su apoyo en la guerra, se les otorgó a ellos una medalla de honor por su valentía, y también le dieron una a Apocles, pero como no podía ir todavía, la guardaron en una caja para dársela luego de que este pudiera levantarse luego de su reposo. Podemos ver en la sala de enfermería antigua de Themyscira como el marido de Diana estaba con varias vendas en su abdomen, pecho y brazo derecho, las heridas finalmente se habían sellado después de tantos días, por suerte pudieron atenderlo a tiempo, él hombre abrió los ojos notando en donde se encontraba.

Por lo que, al no ver a nadie ahí, decidió ponerse una toga para luego salir, donde pudo sentir los rayos de sol golpeando todo su cuerpo, como si Apolo, el Dios del Sol le estuviera dando parte de su poder para que se recuperara, ya que luego de eso, sin que nadie se diera cuenta, Apocles subió a la colina más alta de Themyscira, donde él mismo había construido un pequeño altar donde estaba la figura de Apolo, ahí, le hizo algunas reverencias y oraciones debido a su bienvenida al exterior después de tanto tiempo.

Al instante él escuchó varios gritos de preocupación, ya que notó como en la ciudad, Epione, la curandera de la isla, estaba avisando de que Apocles ya no estaba en la enfermería, por lo que decidió bajar. Las amazonas no tenían ni idea a donde se había ido, hasta que una de ellas notó al príncipe descender de los cielos dejando ver la parte superior de su cuerpo como sus heridas en el abdomen, el pecho y el brazo derecho ahora eran cicatrices medio difusas, ya se notaba la diferencia del color de las cicatrices con el resto del cuerpo.

Diana salió de la multitud y abrazó a su marido con gran alegría de verlo recuperado para luego reclamarle del porque se había ido de la enfermería, cosa que también hizo Antíope, haciendo que el príncipe tuviera que explicarles entre risas nerviosas. Las amazonas hicieron una fiesta de celebración ese día por la recuperación del príncipe de Themyscira, dándole algunos regalos como espejos o utensilios de cocina de plata y oro, luego de eso, la pareja pudo dormir el uno con el otro después de todo ese tiempo separados.

Diana: *abrazando a Apocles* Cariño, ganamos la guerra, los humanos encontraron la paz tras el conflicto.

Apocles: *suspira aliviado* Es bueno saberlo, ellos siempre pueden superarse así mismos, pero les conviene que sea para bien y no para mal.

Diana: Si jejeje *nota su mirada* ¿Tienes algo que decirme? Has tenido una mirada extrañamente pensativa.

Apocles: Es sobre el mundo del Hombre, quisiera...vivir allá.

Diana: *se sorprende* ¿En serio?

Apocles: Si, no es que no me guste estar en la isla, es solo que, quiero vivir en ese mundo, aprender a ser un humano.

Diana: ¿Y eso porqué?

Apocles: Porque ellos nos necesitan Diana, tengo el presentimiento que esta no será la última vez en que ellos entren en conflicto por ambición y poder.

Diana: Así que, ¿Quieres estar ahí para protegerlos de si mismos?

Apocles: Si, no tienes que venir si no quieres, después de todo, soy yo el que tuvo la idea.

Diana: *le da un beso* Claro que voy contigo *bromeando* no quiero que estés rodeado de otras mujeres que no sean yo.

Apocles: Jejeje, sabes que jamás lo haría.

Ambos comenzaron a besarse hasta dormirse por completo, la decisión ya estaba puesta sobre la mesa, irse a vivir al Mundo del Hombre para así tener vigilados a los humanos para que no cometan otro conflicto, solo tendrían que hablar con Hipólita y Antíope para que no se preocuparan por lo que pueda pasarles a ambos, pero con el reposo de Apocles sería difícil convencer a su madre para dejarlo ir, aun con todos esos años de entrenamiento, ella actuaba tal cual como cualquier madre preocupándose por su hijo.

Pero al final, tendrán que aceptarlo, porque ellos dos son los únicos capaces de controlar a los humanos guiándolos para que no cometan más errores en el futuro, el increíble futuro que les depara, la Princesa y el Príncipe de Themyscira serían los encargados de traer el bien mayor al mundo del hombre, después de todo, estaba predicho desde el día en que ambos llegaron a este mundo, ser el puente del saber de las dos razas, las amazonas y los humanos, tal vez, solo tal vez, esta decisión pueda salvar a miles de vidas en el futuro.


---Fin de la Primera Temporada---

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