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Encuentro Inesperado

Al anochecer en el pueblo que salvaron, nuestros protagonistas estaban celebrando junto a la gente del pueblo por haberlos salvado de los alemanes, bebiendo cerveza mientras Charlie tocaba el piano y Sameer repartía las bebidas entre sus compañeros y la gente del pueblo bailaba al son de la música del piano.

Apocles: *toma de la cerveza* Hmmm, es más suave que el vino que bebíamos en casa ¿No Diana?

Diana: Si, un poco, pero se nota la diferencia de ingredientes.

Steve: Si...ustedes lograron esto.

Apocles: *lo mira* Lo hicimos todos.

Steve: Claro *mira a la gente bailar* ¿Ustedes bailaban en su isla paraíso?

Diana: Si, bailábamos, pero estas personas solo se balancean de un lado a otro.

Steve: Bueno, *se levanta* puedo enseñarles.

La pareja asiente y se ponen uno frente al otro, mientras que Steve les decía como tenían que ponerse para bailar esta pieza: Con la mano de Apocles en la cintura de Diana, la mano derecha de Diana sobre el hombro izquierdo de Apocles, sus manos izquierda y derecha juntas y moviéndose a ambos lados con un paso, torpemente, ambos aprendieron los pasos perdiéndose en la mirada del otro, ocasionando un pequeño beso romántico entre ambos a lo que Steve simplemente sonríe. En eso, del cielo comienzan a caer copos de nieve.

A lo que la pareja se queda sorprendida y curiosa, ya que nunca había nevado en la isla tropical de Themyscira, casi ni hacía frío en ese lugar, por lo que al tocar los copos sintieron en sus manos el frío del pequeño cristal helado.

Steve: Es nieve, suele caer en lugares muy fríos en vez de gotas de lluvia.

Apocles: *deja caer un copo sobre su lengua* Si, sabe a agua.

Diana: Jejeje.

Más tarde al terminar la fiesta, todos fueron a hospedarse en unas de las casas del pueblo, quienes se las ofrecieron como agradecimiento, en una de ellas, Apocles estaba sentado sobre la cama mientras Diana solo tenía una toga que la cubría pero dejaba ver sus hermosos brazos y hermosas piernas.

Apocles: *respira un poco nervioso* Hace días que no hacemos esto ¿Verdad?

Diana: Jeje, no, por eso ya quiero empezar *se sienta sobre el regazo de Apocles*

Ambos se empiezan a besar apasionadamente para después Diana acostar a Apocles por completo y comenzar ambos a quitarse la ropa para poder disfrutar de un momento íntimo, no hace falta decir que no fueron silenciosos esa noche, teniendo que ir Steve a pedirles que guardaran silencio con la cara llena de vergüenza por tener que verlos en esa posición. Al día siguiente, Steve les fue a pagar a Charlie y Sameer por los dos días que les había prometido por la misión, pero ellos le dijeron que los iban a acompañar hasta la gala, con lo que les ofreció les bastaba, además, temían que Steve no pudiera cuidarse sin tener a Diana y a Apocles todo el tiempo.

Por lo que tomaron unos caballos prestados del pueblo y fueron al lugar, de camino ahí, Steve les contó a los chicos como fue que conoció a Diana y a Apocles.

Charlie: *sin creerlo* Tú debes pensar que nací ayer.

Steve: Sé que parece una locura, pero es la verdad, cada palabra.

Sameer: A ver, A ver, ¿Hay toda una isla de mujeres como ella y solo Apocles es el único hombre entre ellas?........¿Cómo llegamos allá?

Charlie: Jajaja.

Sameer: ¿Y ellos creen que Ludendorff es Ares, el Dios de la Guerra?

Charlie: ¿Y que la guerra terminará si lo matan? Qué estupidez.

Sameer: Tú viste lo que pasó en el campo y en el pueblo, como neutralizaron las ametralladoras y como Apocles volcó ese tanque y descendió del cielo como un dios......quizás sea verdad.

Jefe: Yo creo que es verdad, *a Steve* yo le creo.

Charlie: Realmente no crees esa basura ¿O si?

Apocles: *se gira* Los estoy oyendo ¿Saben?

Diana: Jejeje.

En eso, Apocles se baja del caballo y procede a cargar al animal sobre sus hombros como si de un gato se tratara junto al caballo de Diana con ella incluida.

Apocles: *los mira a todos* Ya me toca a mí cargarlos.

El grupo se quedó sin palabras para después seguir el camino, donde en unos momentos divisaron la torre de la fortaleza donde iba a ser la gala de Ludendorff, por lo que aceleraron el paso escondiéndose entre unos arbustos para idear un plan para infiltrarse, Apocles sugirió que ir volando hacia el General y sacarlo de ahí de una patada era lo mejor pero Steve le dijo que eso era demasiado y que activarían el misil del gas en un segundo, por lo que decidieron infiltrarse vistiéndose como las personas que estaban asistiendo a la fiesta.

Steve se iba a pasar por un comandante teniendo a Sameer de chófer mientras Jefe y Charlie establecían un campamento resguardado por si tienen que hacer una retirada rápida y Apocles y Diana entraban por el patio trasero volando después de tomar "prestadas" las ropas de un cuarto del lugar, al adentrarse a la fiesta, Steve les regañó por no quedarse afuera del lugar pero decidieron seguir con el plan, Steve iba a ir con la Doctora Maru para tratar de sacarle información inventando que es un alto mando mientras que Diana y Apocles vigilaban.

Pero ellos al notar a Ludendorff decidieron acercársele, a lo que este los nota y saluda.

Ludendorff: ¿Se están divirtiendo, señores?

Diana: Debo confesar que no sé que estamos celebrando.

Ludendorff: Por la victoria Alemana, claro.

Apocles: ¿Victoria? Oí rumores de que la paz se está negociando.

Ludendorff: ¿Paz? Solo es un armisticio en una guerra eterna

Diana: ¿Acaso no dijo lo mismo Tucídides?

Ludendorff: Ah, conoces a los antiguos griegos, ellos entendían que la guerra era un Dios, un Dios que requería sacrificio humano, y a cambio, la guerra le da al hombre propósito, significado, la oportunidad de trascender de su simple cualidad mortal sin valor y ser valeroso, noble y superior.

Apocles: *atentamente* Que yo sepa, solo un Dios creía eso, al menos es lo que sabemos, tal vez nos inculcaron en zonas distintas del continente, señor, ya sabe que las historias se moldean dependiendo de quien las gane.

Ludendorff: Eso es...muy cierto amigo mío, porque hoy nosotros ganaremos esta guerra y será nuestra historia, por ahora...disfruten los fuegos artificiales.

El General comenzó a retirarse mientras la pareja iba a atacarlo pero Steve detuvo sus manos casi por completo debido a la fuerza de ambos.

Steve: *susurra* ¡Si matan a Ludendorff antes de que encontremos el gas no podremos detener nada!

Diana: *forcejeando* ¡Detendremos de una vez a Ares!

Steve: ¿Y si se equivocan? ¿Y si no hay ningún Ares?

Diana: ....No nos crees ¿Verdad?

Steve: No dejaré que lo hagan.

Apocles: *serio* Lo que hagamos no depende de ti.

Y como si fuera un saco de papas, Apocles empuja a Steve a un metro a la derecha para ir corriendo con Diana a la salida donde se fue Ludendorff con Steve detrás de ellos. Al salir los tres notaron, aparte que estaba anocheciendo, que un cañón en una de las torres había disparado un misil, por lo que Apocles se quita su disfraz y va volando a detener el misil, al llegar lo toma y lo iba a desviar del pueblo pero al instante explota en sus manos en el aire impidiéndole ver y respirar por el repentino cambio de atmósfera a su al rededor, de repente, vio pasar otro misil...que logró impactar en el pueblo.

Apocles: Ay no...

La pareja se adentró en la niebla causada por el gas después de toser un poco, pero eso no se comparaba a lo que lograron ver...todos los lugareños estaban muertos, mujeres, ancianos...niños, todos habían perecido, y ellos no pudieron evitarlo, ni siquiera con sus poderes pudieron protegerlos.

Steve: *llegando* ¡Diana, Apocles! *tose y se aleja del gas* ¡Chicos!

Entonces los dos amazónicos salen de la niebla de gas con una mirada decaída.

Diana: *voz quebrada* Están muertos...todos están muertos.

Steve: Diana...

Diana: *molesta* ¡Estarían vivos de no ser por ti! ¡Tú impediste que matáramos a Ares!

Steve: Pero...

Apocles: *extiende su mano molesto* ¡No!...no te nos acerques, tal vez Ares no solo corrompió a los Alemanes, también a ustedes, solo para jugar a la guerra como si fuera ajedrez, Diana y yo lo vamos a encontrar...y lo vamos a matar.

Diana asintió de acuerdo para tomar de la mano a su marido y salir volando hacia donde había ido Ludendorff pasando por el campamento de Jefe y los demás con Steve conduciendo una moto detrás de ellos mientras la noche aparecía en todo el país. Apocles y Diana vieron todo el suelo hasta llegar a una base Alemana donde vieron al general en una torre de vigilancia, por lo que aterrizaron en el techo después de mandar a volar a todos los guardias, entrando a la torre donde se encontraron cara a cara con Ludendorff.

Quien no los había reconocido por usar sus trajes de batalla.

(Que serían estos)

Pero tras verles la cara los reconoció por completo.

Ludendorff: Que sorpresa tan...extraña, por desgracia tengo un asunto importante que atender.

El alemán les dispara pero Apocles toma la bala con sus dedos y se la regresa al arma destruyéndola sorprendiendo al general.

Ludendorff: *serio/sorprendido* ¿Qué...son ustedes?

Diana: *seria blandiendo su espada* Pronto lo averiguarás.

El general entonces se gira para abrir una pequeña capsula del tamaño de una pastilla que liberó un gas azul cristalino que comenzó a hacer brillar sus venas y cuando Apocles le puso una mano encima, el hombre de un golpe...lo mandó afuera de la torre, Diana sorprendida esquiva otro golpe del alemán comenzando a bloquearlos con su espada y sus brazaletes, hasta que este toma la espada y estampa a la amazona contra una pared para luego cargarla y estrellarla contra el suelo e intentar apuñalarla con su propia espada, pero Diana la toma y lo aleja de una patada.

Para luego levantarse y darle una patada giratoria que saca al hombre afuera de la cabina de la torre, por lo que el general decide subir al techo, donde lo estaba esperando Apocles flotando en el aire.

Apocles: *aterriza en el techo* Soy Apocles de Themyscira, hijo de Antíope, Príncipe de las Amazonas.

Diana: *saliendo de la cabina* Y yo soy Diana de Themyscira, hija de Hipólita, Princesa de las Amazonas.

El general comienza a retroceder con bastante temor ya que Apocles lo estaba orillando al límite del techo, y la torre no era baja precisamente.

Diana: Y tu ira en este mundo *salta al techo* ha terminado.

Apocles: En nombre de todo lo bueno del Mundo...

Apocles entonces a gran velocidad lo toma del cuello de su camisa, lo lanza al aire y Diana lo toma por su pie con su lazo y lo estampa contra el techo con gran fuerza.

Diana: ...ahora cumpliremos con la misión de las Amazonas...liberando este mundo de ti...

En eso, el amazón le hace una llave al cuello poniéndolo de pie mientras la amazona le apuntaba con su espada.

Apocles/Diana: ...¡¡PARA SIEMPRE!!

Finalmente, Diana atraviesa a Ludendorff desde su pecho hasta su espalda con su espada quien tose sangre para después dejar de moverse, había muerto. Apocles suelta el agarre y deja que el cuerpo caiga al suelo desde el techo de la torre, ambos respiraron como si se hubieran quitado un peso de encima, pero lo raro es por lo que pasó, o más bien, por lo que no pasó, ya que a pesar de que "Ares" estaba muerto, los alemanes dentro de la base seguían trabajando llevando las cajas llenas del gas a diferentes lados del lugar, no había cambiado absolutamente nada.

En eso, Steve sube la torre luego de notar sorprendido el cuerpo de Ludendorff en el suelo, al salir de la cabina vio a la pareja aparentemente confundida.

Diana: Lo matamos...ya lo matamos pero nada cambió.

Apocles: Se supone que sin el Dios de la Guerra se termina la guerra.

Steve: Es justo lo que tenemos que hacer ahora, hay que detener el gas.

Apocles: No lo entiendo, *desciende al suelo de la cabina* todo esto debía terminar, debieron dejar de pelear ¿Porqué siguen trabajando?

Steve: *hartándose* ¡No lo sé!, ¡Tal vez así son ellos! Tal vez...las personas no siempre son buenas con Ares o sin Ares, tal vez es lo que son.

Diana: *sin creerlo* No, no, eso no puede ser ¡No puede ser, no después de lo que vi! Estaban asesinándose, asesinando a personas que no tenían como defenderse, a niños incluso, ¡A niños!, no, ¡Tuvo que haber sido él, ellos no pueden...! *se queda pensando* mi madre tenía razón.

Apocles: *la ve* 

Diana: El mundo de los hombres...*lo mira* no nos merece, no merecen nuestra ayuda.

Steve: ¡¡No se trata de merecer!! ¡Tal vez no los merezcan! Pero no importan ellos, es en lo que ustedes creen ¿Creen que no lo entiendo después de todo lo que he visto? No crean que no quisiera decirles que la culpa la tiene un hombre malo, no es así, todos somos culpables.

Diana: Pues yo no...

Apocles: Pero yo si...

Diana: *lo mira* ¿Qué? 

Apocles: Yo tenía más velocidad para alcanzar el misil, pero solo pude con uno, Steve tiene razón, todos somos culpables.

Steve: Pero ahora, si quieren terminar esta guerra, les ruego que me ayuden a terminarla ahora, porque sino matarán a miles más.

Apocles dio un paso al frente...pero Diana un paso atrás, era la primera vez que ambos tenían un desacuerdo, siempre habían estado el uno para el otro para apoyarse mutuamente, pero ahora debían separarse por motivos distintos.

Apocles: Diana...tenemos que ir.

Diana: *se gira sin mirarlo* ...

Apocles: *asiente triste* De acuerdo, solo quédate aquí.

El amazónico tomó a Steve de los brazos y salieron volando a donde estaban el resto de su grupo sin percatarse que Diana los había visto irse también con pesar en su mirada, viendo ella también como el grupo entraba en cubierto a la base para ver a donde llevaban el gas, de repente, Diana sintió una pequeña brisa detrás de ella y al girarse notó a alguien dentro de la cabina quien se giró para verla, dando ella con la sorpresa de que era...

Diana: *sorprendida* ¿Sir Patrick?

Patrick: *se quita el sombrero* Tienes razón Diana, no merecen nuestra ayuda, tan solo merecen la destrucción.

Diana: *se da cuenta* Tú...eres él...

Patrick: Así es...pero yo no soy lo que tú pensaste que era.

En eso, la Amazona le apunta con su espada.

Ares: No soy tu enemigo Diana, soy el único que te conoce y que además los conoce a ellos como tú ahora, siempre han sido y siempre serán débiles, crueles, egoístas, capaces de los peores horrores, lo único que quería era ver lo perversa que era la creación de mi padre, pero se negaron, así que los destruí.

Diana: *entrando a la cabina* Soy Diana de Themyscira, hija de Hipólita, y estoy aquí para cumplir mi destino.

La amazona lanza un tajo al cuello del dios...pero este con solo poner su mano en medio hizo cenizas la espada dejando en shock a la princesa.

Diana: *en shock* La Matadioses...

Ares: Querida niña, esa no es la mata dioses *se limpia el polvo de su mano* tú lo eres.

Diana: *lo mira sorprendida*

Ares: Solo un Dios puede matar a otro Dios...o en este caso, dos Dioses...Zeus dejó a la niña que tuvo con la Reina de las Amazonas como arma para usarse contra mí, en cambio, tú marido fue permitido entrar en la isla como tu apoyo en caso de que...no pudieras contra mí, pero parece que él prefiere a los humanos antes que a tí.

Diana: No, no es verdad, es solo...

Ares: ¿Qué? ¿Qué prefirió la opinión de otro hombre por encima de la tuya? En este mundo eso suele muy común entre los humanos, tal vez él no sea tan distinto a ellos.

Diana: *negándose* ¡Mientes *lo atrapa con su lazo*  te demando a que digas la verdad! 

Ares: Eso es lo que estoy haciendo, *toma el lazo con su mano* no soy el dios de la guerra, Diana...

En eso, el lazo brilla dejando ver a ambos una zona quemada con árboles chamuscados y suelo estéril con humo saliendo por todos lados como si fueran fogatas.

Ares: ...soy el Dios de la Verdad, los humanos nos robaron este mundo, arruinaron todo día tras día, y yo, el único suficientemente sabio para verlo, fui demasiado débil para detenerlos, durante todos estos años he luchado solo susurrando en sus oídos ideas e inspiración para crear fórmulas, armas, pero no los obligo a usarlas, ellos provocan sus guerras, tienen la oportunidad de elegir si hacer esas ideas o no, pero aún así lo hacen, lo que hago es planear un armisticio que no cumplirán con la esperanza de que se autodestruyan, pero nunca ha sido suficiente...hasta que ustedes dos llegaron, cuando aparecieron los iba a aplastar...

Diana: *lo mira seria*

Ares: Pero sabía que si ustedes se separaban y si tú lograbas ver lo que los demás dioses no vieron...

El paisaje ahora cambió a una pradera floreciente llena de vida.

Ares: ...te unirías a mi y con nuestros poderes combinados...ni siquiera Apocles sería capaz de detener este proceso, finalmente terminaría el dolor, el sufrimiento y la destrucción que ellos causan y lograríamos que este mundo volviera a ser el paraíso que fue antes que ellos para siempre.

Diana: *analizando la situación* Yo...yo no podría ser parte de eso, no si Apocles sale herido.

En eso, la proyección se termina dejando ver la realidad.

Ares: Querida, yo no quiero pelear contigo, pero si debo hacerlo...

En eso, este junta sus manos al rededor del lazo generando una explosión de electricidad que explota la cabina iluminando todo el lugar sorprendiendo a los alemanes que comenzaron a correr por miedo a un ataque militar, pero Apocles, Steve y el resto del grupo que estaba escondido se dio cuenta de que no fue un ataque, al menos no de los humanos, notando a "Sir Patrick" descendiendo lentamente al suelo cómo él lo hacía, dándose cuenta de que era Ares, y que Diana estaba en problemas.

Apocles: *se quita el disfraz alemán* ¡¡DIANA!!


Continuará...

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