El Verdadero Poder
Apocles, el Príncipe de las Amazonas, y Zod, el General del extinto Kryptón, estaban en medio del desierto de Utah, un lugar donde la luz del Sol cubría todo el lugar y por ende, les daba en todo el cuerpo a ambos kryptonianos, pero a diferencia de Apocles, que lleva 120 años absorbiendo la luz solar, Zod solo lleva menos de una hora expuesto al sol, al igual con respecto al entrenamiento marcial, siendo el general el más experimentado de los dos.
Pero Apocles no carecía de ello tampoco, desde su niñez en la isla, tanto su madre cómo las demás amazonas le han enseñado varias tácticas básicas de combate, tal vez sean para principiantes, pero esos movimientos junto con la enorme fuerza del príncipe, lo hacían alguien extremadamente hábil en combate, después de todo, no sólo su fuerza es superior al de cualquier mortal, sino también su velocidad y sus reflejos, y ahora eso se comprobará.
Zod se lanzó directamente con un puñetazo directo a la cara, pero Apocles lo esquivó rápidamente y contraatacó también con un puñetazo, sólo que este logró impactar en el blanco mandando al general kryptoniano varios metros atrás, el príncipe voló hacia su oponente y le brindó una patada justo en el momento en el que Zod se trataba de cubrir con su brazo derecho sin conseguir bloquear dicho ataque volviendo a ser mandado a volar.
Sólo que esta vez aterrizó en una colina y la usó para impulsarse hacia Apocles de un salto en horizontal y lanzar un derechazo, pero para su sorpresa, Apocles atrapó su brazo y de un giro rápido lo mandó contra el suelo, al aterrizar, el general intentó inmovilizarlo intentando atrapar a Apocles, pero este lo bloqueó con su mano izquierda, luego la derecha, y así siguieron por varios minutos comenzando a frustrar al General.
Zod: *enojado* ¡¡Deja de bloquear mis ataques!!
Pero Apocles le respondió con un puñetazo certero en el rostro mandando al general a volar de nuevo.
Apocles: Muy bien, si no quieres que te bloquee *sonríe* entonces sólo te atacaré.
El general kryptoniano se reincorpora pero recibe un golpe en el abdomen, otro en el rostro y por último una patada para luego comenzar a lanzar una lluvia de golpes a gran velocidad obligando a Zod a cubrirse poniendo sus brazos en forma de X, pero es sorprendido por un Uppercut elevandolo del suelo y de una patada lateral estrellarlo contra una colina agrietándola por completo solo para después de un puñetazo hacerlo atravesarla del todo.
Cualquiera diría que Apocles le estaba dando una paliza, pero la realidad es un tanto distinta a ello, después de todo, Zod también es un kryptoniano, uno muy experimentado en el combate cuerpo a cuerpo, sólo es cuestión de tiempo, sus células estaban intentando absorber la luz solar del ambiente, es sólo que su mente de guerrero no sólo hace que sus puños y patadas actúen, fue entrenado para que todo su cuerpo sirva para el combate.
En todos sus años siendo General, su cuerpo siempre actuaba ante una pelea, no importaba si recibía daño, su cuerpo seguiría pidiendo luchar, no se concentraba en nada más, y ahora, eso también estaba pasando en esta pelea, las células de Zod están concentradas en golpear, bloquear y patear, no se enfocan en absorber la luz solar que se le está dando, su propio entrenamiento le está dando su mayor debilidad, por otro lado...
Apocles, al sólo haber aprendido técnicas de combate básicas, su cuerpo pudo aprender a enfocarse en absorber el poder que le daba el sol al mismo tiempo que luchaba, no se restringe, no sigue estrictas normas del pasado, esa es la mayor diferencia entre ambos, uno se limita a lo que ha aprendido y para lo que fue creado, el otro nació sin propósito, eso le da una amplia lista de opciones, ser rudo y directo, o relajado y compasivo, puede ser cualquiera de los dos.
Su amplia gama de poder le permite pensar más allá de su zona de confort, eso es lo que le da la ventaja ante el General. El poder de ambos se puede representar con una gráfica, con una diferencia notable entre la cima de ambas líneas, aunque van en aumento al mismo ritmo, hasta ahora no logran igualarse, o al menos, uno de las dos líneas no logra igualar a la otra aunque se esté esforzando por hacerlo, no está en su naturaleza pensar fuera de la caja, y a menos que lo haga, jamás podrá superar sus límites.
Esa es la debilidad de Zod, una debilidad que su propia crianza creó, lo que el control de incubación de Kryptón le provocó a varias generaciones durante mil años, ser encacillados en un solo papel y no dejar que los nuevos bebés pudieran elegir lo que querían ser, al quitar el libre albedrío a los Kryptonianos, les quitó sus propios potenciales, eso es lo que los hace tan similares a los humanos, que son ellos mismos los que se ponen sus propios límites en busqueda de la perfección y supremacía de su raza.
Es de suponerse que ese es el destino de toda gran civilización, caer por su propio poder y confianza, Roma, Babilonia, Rusia, Alemania, Vietnam, Japón, Corea, todos cometieron errores por querer avanzar y extender sus territorios, grandes imperios y reinos que cayeron por querer ser más de lo que ya son, la ambición, el deseo, todo eso lo puede tener cualquier especie lo suficientemente inteligente cómo para tener esos pensamientos egoístas.
Desde ese punto, los kryptonianos son más mortales de lo que quisieran aceptar, se condenaron por supremacía y control, lo que los llevó al fin de su mundo, y luego querían acabar con otra raza para reemplazarla por la suya, por suerte, alguien de su misma raza se dio cuenta del ciclo de destrucción de las civilizaciones, y se dio a la tarea de ser el símbolo que terminaría con ese ciclo de autodestrucción, empezando por su raza natal.
Zod se estaba reincorporando tras esa combinación de golpes, sus músculos estaban que gritaban de frustración, sentía que todo su entrenamiento fue para nada, que tal vez Jor-El tenía razón, que Kryptón perdió algo valioso, la capacidad de elección. No, no, no, no, él se negaba a creer eso, su orgullo no se lo permitiría ni en un millón de años, debía ganar esta pelea, debía hacerlo, por su orgullo, por su pueblo, por su planeta.
Apocles se lanzó directamente con un puñetazo estrellando a Zod contra el suelo para luego levantarlo del cabello, lanzarlo por los aires y de otro puñetazo mandarlo varios metros atrás dejando un rastro de destrucción tras caer al suelo a lo que el príncipe simplemente se le estaba acercando sin prisa al tener bajo control la situación a este punto.
Apocles: *aterriza frente a Zod* ¿Ya terminaste? Esto no tiene que terminar con tu muerte.
Zod: *Cof* Ni se te ocurra sentir lástima por mí.
El general se levantó de inmediato, un guerrero siempre debe luchar hasta el final, ya sea con sus brazos, sus piernas, o incluso sus dientes, no aceptará la derrota a menos que haya gastado todas sus cartas, y Zod iba a hacer eso, no importaba cuanto lo golpeara su oponente, hasta que lo haya dejado en el suelo y no se pueda levantar, jamás aceptará la derrota, pero también sabía que si sigue en el mismo plan, jamás podrá ganarle.
Por lo que, para la poca sorpresa de Apocles, Zod comenzó a relajarse, respiró hondo y soltó un gran suspiro, en eso, el pulso de su corazón comenzó a ser más lento llegando al punto de relajarse por completo, en eso, unas chispas de color rojo comenzaron a rodear de manera tenue el cuerpo del general kryptoniano, pero sobre todo en sus ojos, que comenzó a abrirlos de manera lenta y al hacerlo, Apocles pudo ver claramente su mirada.
La mirada de un guerrero...tal cómo uno de sus enemigos más poderosos que jamás haya enfrentado en toda su vida, sus ojos eran iguales a los de...Ares.
Esa mirada, la volvió a ver después de casi 100 años, ya no debía tomarse a la ligera la pelea, no ahora, pero a pesar de ello, no podía evitar sonreír por la emoción, la emoción de poder ir al límite de su poder, lo mejor es que su oponente realmente solo lo podría igualar en su mismo campo, ya lo había hecho antes después de todo, ya había enfrentado un rival que igualara su fuerza, lamentablemente no podía ir con todo esa vez, pero ahora, no había necesidad de contenerse como esa vez.
Zod comenzó a levitar mientras el brillo de sus ojos desaparecía, Apocles también comenzó a levitar hasta que ambos estaban a un kilómetro del suelo, ahí fue donde comenzó el segundo round. Zod se lanzó con un puñetazo que fue bloqueado por el brazo de Apocles, quien admite que esta vez pudo sentir el aumento de la fuerza de su oponente, en todo caso, podía responder de la misma manera, con un potente puñetazo.
Pero el general atrapó el golpe y contraatacó con un rodillazo en la quijada y una patada horizontal mandando a Apocles hacia la izquierda, pero este se reincorporó en el aire gracias a su vuelo yendo tal cual cómo un misíl hacia su objetivo, Zod hace lo mismo y ambos conectan un choque de puños tan fuerte que generó una onda de sonido que despellejó la poca vegetación que tenían debajo al mismo tiempo que empezaba un forcejeo entre ambos.
Finalmente la tensión se rompe haciendolos retroceder a ambos, Apocles se le lanzó directamente con un puñetazo a gran velocidad, pero Zod lo bloqueó con la palma de su mano sin ni siquiera moverse sorprendiendo al príncipe de las amazonas, quien recibió un Uppercut, un derechazo, un izquierdazo y una patada vertical hacia abajo generando un gran cráter al impactar fuertemente contra el suelo yendo rápidamente a golpearlo.
Pero Apocles reacciona rápidamente y de una patada aleja a Zod de él, ambos se vuelven a lanzar el uno contra el otro chocando otra vez sus puños, pero esta vez destruyendo el suelo en el proceso generando un enorme cráter por tal impacto, ahora, la línea de poder de ambos ha comenzado a emparejarse, los límites ya comenzaron a ser superados, y también a igualar sus fuerzas cómo si ambos hubieran crecido igual.
Mientras tanto, en Metrópolis...
Diana Prince, la hija de Hipólita, la Reina de las Amazonas, y de Zeus, el Rey de los Dioses, siendo también la esposa de Apocles, acababa de liberar todo su poder Divino tras romperse sus brazaletes que sólo servían para proteger a la Tierra del verdadero poder de la Guerrera, cuyo potencial estaba apunto de ser descubierto por Faora, la soldado kryptoniana de Zod, quien en este momento no podía creer el poder que estaba frente a sus ojos.
La alien no sentía que tuviera las fuerzas de antes, cómo si toda la confianza que tenía en un principio se hubiera esfumado en un instante con tan sólo la presencia de un ser muy superior a ella en poder puro y bruto. Diana alzó su puño y en lo que fue un parpadeo para Faora, la amazona le dio un puñetazo tan poderoso recargado de energía mágica que mandó a volar a la alienígena cómo si nada sorprendiendo a los ciudadanos de Metrópolis detrás de ella, quienes sólo pudieron gritar de alegría por ver que alguien los estaba defendiendo de su posible final.
Green Lantern, Aquaman y Flash, que estaban a un lado viendo la pelea, se quedaron en shock al ver como esa mujer había mandado a volar a su rival de un simple golpe, Flash incluso pudo ver a la velocidad a la que se movía gracias a su poder, pero también pudo ver que parecía más fluido que el poder de Barry, en eso, Diana se les acerca demostrando un aura intimidante pero al mismo tiempo tranquilizante, era una sensación muy extraña para los tres héroes.
Diana: ¿Se encuentran bien ustedes tres?
Green Lantern: Si, sólo debemos descansar.
Diana: Les puedo pedir un favor? Quisiera que ayudaran a las personas que están en la carretera.
Aquaman: Por supuesto señora, déjenoslo a nosotros.
La gente que habían visto la escena no tenían palabras para expresar lo que sentían en ese momento, pero cómo si fuera un reflejo muscular, todos se arrodillaron de golpe, incluso los ancianos y las personas con problemas en las rodillas lo hicieron cómo si no tuvieran ninguna complicación, tal vez es cómo si el espíritu de sus ancestros les hicieran arrodillarse, después de todo, lo que tenían en frente claramente no era una mujer mortal. Faora había recuperado el aliento tras el golpe de Diana, al salir del edificio sintió el poder de la mujer en el suelo con sólo verla, a lo que la alien solo pudo pensar...
Faora: *pensando* ¡¿QUE CLASE DE MUJER ES ELLA?!
Diana la vio y de un saltó la embistió atravesando el edificio comenzando a pelear nuevamente, Green Lantern comenzó a crear canastas elevando a los ciudadanos evacuados llevándolos al hospital que estaba unos kilómetros delante mientras que Flash rápidamente recorría todo el planeta en busca de alguna amenaza a parte de los kryptonianos, enfocándose simplemente en ayudar a limpiar la ciudad de Metrópolis recogiendo los gigantescos escombros que, gracias a su velocidad, es cómo si pesaran cómo una pluma.
Y finalmente, Aquaman se comunicaba con los animales marinos del mar para que les avisara en caso de que algo se acercara a ellos por mientras arreglaban todo el campo de batalla. Faora había sido empotrada contra el suelo de un pisotón de Wonder Woman, quien la miraba no con arrogancia, sino con autoridad, reconocía a la mujer cómo una fuerte guerrera, pero no esperaba realmente que ella pudiera superarla ahora mismo, después de todo, ella posee ahora el Poder de su padre, Zeus, y él para nada era alguien débil cuando aún reinaba en el Olimpo.
Diana: Ya fue suficiente, rindete si aprecias tu vida,
Faora: ¡¡Jamás!!
La alien daría un giro e intentaría darle una patada a la diosa, pero esta con solo su mano detendría la patada mirándola con decepción. Afuera del lugar se vio cómo varios rayos impactaban en esa zona junto con un grito de fondo al terminar se pudo ver cómo Faora estaba en el suelo boca arriba con una gran herida en su pecho, no había muerto, pero si Diana le daba otro ataque en ese mismo lugar, seguramente la kryptoniana no viviría para contarlo mañana.
Diana: Te lo advertí, kryptoniana.
Mientras tanto, con Apocles y Zod...
Varias explosiones se escuchaban por todo el desierto dejando varios cráteres por todo el suelo siendo los responsables Apocles y Zod, quienes seguían estando parejos en poder bruto gracias a que el general dejó de lado su crianza en su mundo lo que le permitió absorber mejor la luz solar que cubría todo el medio ambiente. El General entonces cambió de la ofensiva a la defensiva bloqueando y desviando los ataques de su oponente sin mucha dificultad sorprendiendo al Príncipe, por lo que le lanza una patada pero Zod la bloquea al instante.
Para después darle cómo respuesta una patada haciendo retroceder a Apocles varios metros atrás, el campeón de Themyscira se lanzó rápidamente contra su oponente, pero este le golpearía la barbilla a tanta velocidad que sus ojos no pudieron percibirlo a tiempo por lo que al recibir el impacto el cerebro de Apocles se volvió loco perdiendo la percepción del equilibrio recibiendo de lleno un golpe en su estómago estrellándolo contra una colina, debido al golpe directo y el mareo cerebral, Apocles terminaría vomitando tras ese ataque, jamás había sentido asco en su vida.
Ni siquiera de bebé había vomitado, ni una sola vez, al tener sus sentidos tan centrados y potenciados, su cerebro fácilmente puede diferenciar cuando está quieto o cuando está en movimiento, cuando algo se acerca a él o cuando no, es por ello que a veces los humanos se marean en un viaje en cualquier vehículo, pero para Apocles, incluso siendo un niño, gracias a su poder, no se sentiría mareado en ningún momento, por lo que lo que le hizo Zod con ese golpe, sería equivalente a viajar en un cohete espacial que gira sobre si mismo en todas las direcciones posibles sin descanso.
Esto fue lo que lo dejó mareado al príncipe de las amazonas y le causó que vomitara, en otras circunstancias se sentaría y esperaría hasta que su estado mejorara, pero no tuvo tiempo para ello ya que Zod le propinó un puñetazo tan potente que hizo que Apocles atravesara la colina por completo, seguido de ello, el general lanzó una gran lluvia de golpes y patadas al cuerpo de su oponente, que para sorpresa del príncipe, todos esos golpes comenzaron a ser cada vez más fuertes hasta que llegó a un punto que Apocles jamás pensó que ocurriría ni en unos miles de años más.
Zod de un certero golpe en la cara...le hizo sangrar de la nariz a Apocles, el príncipe retrocedió unos metros, decir que estaba sorprendido era decir poco, nunca, nadie, jamás alguien le había causado daño con solo fuerza bruta, Ares, el Dios de la Guerra había usado su magia para lastimarlo, Majestor tenía habilidades extras cómo rayos de energía, pero Zod...Zod simplemente usó su fuerza pura, bruta y natural para causarle daño, su fuerza había aumentado a tal nivel que simplemente con su propia fuerza era capaz de dañar a su oponente.
Zod se encontraba sonriendo, finalmente la balanza se inclinaba a favor del general.
Zod: Mírate, tienes una cara que demuestra tus nervios, sientes miedo, es la primera vez que alguien te supera en un intercambio de golpes ¿Verdad?
Apocles por un momento vio en Zod a Ares, después de todo, ambos son los únicos que lo han hecho sangrar con un solo ataque, pero el general era especial, no tenía habilidades especiales, tenía la misma fuerza que Apocles, o mejor dicho, ahora era superior a la suya. Apocles se puso en posición de combate, esto no era normal, él jamás se había puesto en esa posición, ni siquiera con Ares, simplemente actuaba en ese caso, pero ahora, Zod le hizo tener la guardia muy alta, después de todo, su rival ya no estaba dispuesto a ser menospreciado por Apocles.
Pero este tampoco estaba dispuesto a perder, si lo hacía, el Planeta Tierra volvería a estar en peligro nuevamente, sobre todo su esposa, no tenía que ser un genio para saber que si Zod le ganaba iría a por Diana por haberlo ayudado contra él y el resto de su gente, eso es lo que lo motivaba a seguir peleando, proteger a la persona que ama con todo lo que tenga, y por si no lo saben, Apocles todavía no había demostrado todo su poder ¿La razón? No ha habido un rival que lo haya llevado a su máxima capacidad y para bien o para mal, Zod puede ser el primero en lograr dicha hazaña.
Zod: Oh, eso es nuevo, estás a la defensiva *se pone en posición de combate sonriendo confiadamente* ahora estamos hablando el mismo idioma, hijo de Jor-El.
Ambos se lanzaron al ataque conectando un golpe directo el uno contra el otro generando un cráter debajo de ellos soltando una corriente de aire detrás de cada uno de los dos, Apocles le atinaría una patada en un costado a Zod pero este con su pierna izquierda logra mantenerse en el mismo sitio conectando un golpe en el abdomen a lo que Apocles le responde con un potente cabezazo, se suponía que eso mínimo le haría sangrar a Zod de su nariz...pero este le lanzó un golpe cómo si no fuera nada, el príncipe iba a responder pero el general lo derribó con su pierna.
Para después pisotear la cara de Apocles múltiples veces enterrando la cabeza del campeón en el suelo, al quitar su pie, Zod pudo ver cómo la sangre de su oponente había aumentado junto con un notable hundimiento de su nariz por todos esos pisotones, Zod lo tomó del cabello mirándolo a los ojos para después darle un rodillazo en la cara mandando a volar a Apocles para luego ponerse detrás del príncipe y golpearle la nuca enviándolo en la dirección contraria para nuevamente volver a ponerse detrás de su oponente volviendo a golpearlo en la nuca.
El general comenzó a aumentar su velocidad sin dejar que el cuerpo de Apocles cayera al suelo por los múltiples golpes de Zod, quien no dejaba de atacar, de repente, este lo toma del cuello, se acerca a su oído y le dice...
Zod: *susurro* No eres digno de tu poder, Kal.
El General le dio un potente puñetazo que mandó a volar a Apocles varios kilómetros llegando a la frontera de Utah hacia el Este, Zod llegó flotando tranquilamente, la ironía de la vida, ahora era Zod quien miraba a su oponente desde arriba, ahora, la línea de poder de ambos mostraba resultados opuestos, ahora la línea de poder de Zod era la que estaba en mayor aumento superando a la de Apocles a un ritmo acelerado, si seguía de este modo, la pelea podría terminar con la victoria definitiva de Zod, a menos de que Apocles haga algo para cambiar su situación.
El general tomó del cabello al príncipe, a lo que este da un giro dando un rodillazo a un lado de la cara de Zod pero este ni se inmutó y golpeó el estómago de Apocles con tanta fuerza que le hizo vomitar algo de sangre para después recibir también una devastadora lluvia de golpes, con cada minuto que pasaba, la fuerza de Zod aumentaba cada vez más de manera devastadora, finalmente el gran General Kryptoniano le dio un puñetazo certero a Apocles rompiendo por completo su nariz estrellando al príncipe fuertemente contra el suelo sin contar que el impacto creó un gran cráter debajo de ellos junto a una gran corriente de aire que incluso movió algunas nubes.
Zod: En todos mis años de lucha en los que tuve que acabar con otros para defender a mi mundo, nunca fue personal, simplemente hacía lo que sabía hacer mejor por mi creación...
Apocles intentaba levantarse, su cuerpo le decía que no lo intentara, que si lo hacía su rival lo iba a destruir por completo, quería huir tan rápido cómo pudiera de ese lugar.
Zod: Pero te diré algo...lo que le voy a hacer a tu persistente planeta, a tu esposa y a su gente...lo voy a disfrutar, cómo no lo puedes imaginar, después de todo, tú eres el culpable por traicionar a tu propia raza.
El príncipe abrió los ojos ante lo dicho por el general, ¿Realmente era el culpable de todo esto?
---Themyscira, hace 98 años atrás (1916)---
Apocles y Diana se habían entregado ante el corazón y el cuerpo del otro, por primera vez su amor había sido consumado bajos la influencia de "Los 12 Tomos del tratado del Placer Corporal", ambos lo disfrutaron cómo nunca, los dos habían tenido su primera vez con el amor de sus vidas, tal vez no sean humanos, pero sin duda con eso pueden decir que ya cumplieron una meta en su vida: Encontrar el amor verdadero. Diana se cubría el cuerpo con la sábana de la cama mientras Apocles sólo cubría de su cintura para abajo mientras abrazaba a su amada.
Diana: *embobada* Jeje, eso fue increíble Apocles.
Apocles: *igual* Lo mismo digo querida.
Ambos se dieron un beso apasionado y cariñoso, en eso, Diana agacha la cabeza a lo que Apocles lo nota.
Apocles: Tienes miedo por lo que podrían pensar las demás ¿Verdad?
Diana asintió apenada por preocupar a su amado, pero este simplemente le besó la frente y la abrazó con fuerza.
Apocles: Escucha Diana, por más que me juzguen, por más que me odien, por más que me digan que no debo estar contigo, que mis acciones fueron un error, jamás, en ningún momento dudaré en amarte, siempre protegeré nuestro amor ante cualquier adversidad, ni siquiera todos los hombres del mundo detendrán mi convicción para protegerte y a nuestra unión.
Diana lo miró con un brillo en sus ojos, su corazón comenzó a latir, la determinación en las palabras del joven con que entregó su primera vez avivaron más el amor que sentía por él.
Diana: *alza su mano* Lo prometes por el meñique?
Apocles: *entrelaza su meñique con el de Diana* Lo prometo.
Ambos se besarían teniendo un sonrojo en sus mejillas y una sonrisa en ambas caras para después dormir los dos abrazados, una promesa de tal calibre había sido puesta sobre la mesa, la promesa de proteger su amor pase lo que pase, en el Cielo y en la Tierra, nada podría hacer que Apocles tuviera que romper su promesa por Diana, su asombrosa, hermosa y genial Diana.
---El Presente---
Apocles se pudo reincorporar viendo directamente a Zod limpiando su nariz de la sangre que tenía todavía, a lo que este ahora colocó su mano en su corazón escuchando su propio latido para inhalar y exhalar con tranquilidad, entonces cerró sus puños para después mirar a su oponente, quien simplemente se le acercaba poco a poco, ya tenía ganada la pelea, pero quería escuchar lo que sea que tuviera que decirle.
Apocles: No, nada de esto es por mi culpa, simplemente cumplo con una promesa, una promesa inquebrantable, ni siquiera tú podrías hacerme romper esa promesa.
Zod: ¿Y de que es esa tonta promesa?
Apocles: La promesa de proteger al amor de mi vida.
Acto seguido, el príncipe salió volando al mismo tiempo que el general lo seguía comenzando un intercambio de golpes en el aire, nada había cambiado, Zod lo seguía superando.
Zod: Eres patético, los sentimientos y el amor no te harán ganar.
Apocles: *pensando* Lo sé.
En eso, Apocles ya no podía bloquear ni un solo golpe de Zod, todos le llegaban a impactar comenzando a elevarse cada vez más, de repente, el General le dio un certero Uppercut que elevó al príncipe varios metros arriba, pero para su sorpresa, su oponente no cayó, al contrario, salió volando afuera de la atmosfera comenzando a abandonar el planeta a varios kilómetros de distancia de Zod, en eso, este se dio cuenta de su error fatal, Apocles...estaba volando hacia el Sol. Zod salió disparado, sabía que si Kal tocaba aunque sea la superficie de la Estrella Amarilla, no podría ser capaz de derrotarlo, sin embargo, no lograba acercarse mucho a él a pesar que iba a máxima velocidad.
Apocles aumentó su velocidad mientras que en su interior comenzó a pasar algo, cada una de sus cadenas de ADN comenzó a brillar, ya no era el aura de magia que protegía sus células, sino, las propias células habían empezado a iluminarse de un color dorado, de repente, la velocidad de Apocles aumentó de repente tras superar la barrera del sonido en medio del espacio exterior dejando en shock a Zod, notando cómo el príncipe...llegaba al Sol cómo si fuera un misil. El Príncipe de Themyscira, el último hijo de Kryptón, el Campeón de las Amazonas y heredero al trono de la isla y el legado de las guerreras más fuertes de todas.
Ese mismo hombre ahora mismo estaba haciendo algo que ningún mortal sería capaz de igualar, Apocles...estaba caminando por encima del Sol, pero no le estaba haciendo daño, al contrario, se sentía bien, calmado, tranquilo, y muy, muy, MUY poderoso. Apocles entonces juntó sus manos y en un instante, una explosión se hizo presente frente al mismísimo Sol Amarillo dejando ver cómo un círculo de dicha estrella se hacía presente expandiéndose a tal punto que la gente de la Tierra en todo el planeta pudo ver semejante espectáculo, todas las razas lo vieron, Humanos, Amazonas, Atlantianos, todos vieron y presenciaron el día en que un solo hombre hizo una explosión en frente del Sol.
Zod no podía creer lo que estaba viendo, cuando de pronto, dos rayos de luz dorada impactaron en su pecho haciendo que este gritara del dolor ya que ese ataque le causó quemaduras de tercer grado en su pecho calcinando la ropa de esa zona, al volver a mirar, Zod simplemente pudo dar un grito ahogado por el shock, lo que tenía en frente de él ya no era ni un mortal, ni un alíen, ni un príncipe, ni un campeón.
Lo que tenía en frente...era un Dios.
Apocles: *voz imponente* Yo soy Kal-El, Hijo de Themyscira y de Kryptón, pero yo respondo ante el nombre de Apocles...
"La Gloria de Apolo"
El General kryptoniano estaba paralizado, jamás pensó llegar a ver a alguien con tanto poder, ni siquiera Rao, el Dios de la Mitología Kryptoniana podía comparársele, y mucho menos porque en un parpadeo de Zod recibió un puñetazo tan potente que mandó al general de nuevo a la Tierra generando un gran temblor por tal impacto tanto que las personas del estado de Utah así cómo los cercanos llegaron a sentirlo cómo uno de los sismos más fuertes que habrían sentido jamás en toda la existencia de la raza humana. Zod se reincorpora lentamente dándose cuenta de que tenía la marca de un puño quemando el lado izquierdo de su cara junto a unos cuantos dientes rotos por la misma razón.
Apocles llegó al suelo en un santiamén asustando al kryptoniano, quien por impulso lanzó una patada que fue detenida simplemente por la mano izquierda del Campeón que no se movió ni un centímetro de donde estaba para luego darle una patada frontal en el abdomen al general quien escupió sangre tras ser mandado a volar destruyendo varias colinas con su cuerpo, Apocles voló tan rápido que parecía teletransportarse, pero simplemente había volado a tanta velocidad que llegó antes que Zod terminara por caer al suelo sólo para después de un golpe volverlo a mandar a volar, así comenzó el patrón.
Apocles golpeaba a Zod en una dirección y después aparecía antes que este cayera volviendo a golpearlo mandarlo a otra dirección y hacer lo mismo durante unos momentos que podrían resumirse en minutos, pero para Zod, eso se sintió por horas, horas de sólo recibir y sufrir golpes por aquel que había sido la razón de venir a este planeta, aquel que era hijo del que antes fue su mejor amigo, en eso, Zod recuerda las palabras que le había dicho Jor-El antes en la nave.
"Mi hijo es más de lo que tú fuiste y terminará lo que tú y yo empezamos."
No quería admitirlo, no quería aceptarlo, pero era la realidad, Apocles, Kal-El, era más de lo que el General Zod alguna vez fue, y nunca podrá superarlo, jamás, porque a diferencia de él, el príncipe ya había encontrado a alguien por quien luchar, tal vez su propósito de reconstruir kryptón era razonable, pero el propósito de Apocles de proteger a la única mujer que ha amado y conocido desde la niñez y haber crecido junto a ella y desarrollar un profundo amor y aprecio el uno por el otro, eso le dio más fuerzas a Apocles. El general estaba recibiendo la paliza de su vida hasta que al fin lo dejan caer al suelo generando un rastro de destrucción.
Apocles desciende hasta estar frente a él, Zod lo mira desde el suelo, todo su cuerpo estaba lleno de quemaduras en forma de puños, su oponente, finalmente lo miraba desde arriba, no con arrogancia, sino con autoridad, ya demostró ser superior a él tanto en poder cómo en convicción, no hubo trucos, solo astucia absoluta sobre el ambiente exterior, Apocles simplemente hizo lo mejor que sabía hacer, pensar fuera de su zona de confort, su libre elección fue lo que le dio la victoria en esta pelea, Zod se comenzó a intentar levantar, ya no podía ni siquiera volar, así que ya debía admitir la derrota.
Pero este, con lo último que le quedaba de energía, comenzó a hacer brillar sus ojos de un color rojo lanzando dos rayos láser de gran tamaño de sus ojos impactando en los de Apocles, pero para el horror del general...el príncipe lo miraba sin ganas, en eso, lo último que pudo ver Zod fue un gran destello que lo cegó y dejó inconsciente en el suelo, sus retinas habían sido quemadas por los rayos láser dorados de Apocles, quien se contuvo a propósito para no perforar el cráneo del general.
Apocles: *voz potente pero serena* Fuiste un líder despiadado, usando todo tu poder y experiencia simplemente para someter a los demás, mataste a mi padre, y causaste la de mi madre al no escuchar a mi padre, amenazaste a mi planeta, a mi gente, a mi esposa, a mi familia, pero...ya recibiste todo el castigo necesario, no mereces la muerte, mereces el encierro y la humillante derrota, en todos los años que te esperan en la cárcel, vivirás con la humillación de que yo fui el único capaz de vencerte, General.
Apocles acumuló todo su poder en su mano derecha, se puso en posición y al instante un rayo solar salió de su mano abandonando todo ese poder de su cuerpo enviando toda esa energía al Sol, quien debido a su masa pudo absorber todo ese calor para después tomar a Zod y cargarlo sobre su hombro, en eso, nota cómo Cyborg y Batman aparecieron en la escena, había olvidado que ellos habían llegado casi al inicio de batalla contra Zod en el desierto.
Apocles: ¿Qué tanto vieron?
Batman: Todo, absolutamente todo.
Cyborg: Y vaya que fue asombroso.
Apocles: Jejeje, gracias.
Batman: Tanto poder que posees, y a pesar de eso te comportas cómo un simple humano.
Apocles: Ellos me enseñaron a no dejarme llevar por lo que poseo, sino a aprovecharlo para ayudar a quien lo necesite.
Batman: Yo...lo siento, por todo lo que te dije.
Apocles: No hay de qué, después de todo, la Liga de la Justicia son los humanos más poderosos que el Planeta tiene, es normal que fueras precavido conmigo y con Diana, por lo que también me disculpo por mi terquedad.
Batman: Acepto tu disculpa...Superman.
Apocles: Por favor, llámame Apocles...Bruce Wayne.
Batman/Cyborg: *se sorprenden*
Apocles: Jeje, tengo visión de rayos x.
A los dos héroes se les salió una gota de sudor ante la escena, para después dirigirse los tres de regreso a Metrópolis donde se sorprendieron de todo el caos en la ciudad, pero sobre todo, Apocles notó cómo Diana tenía a Faora inconsciente en el suelo, sin sus brazaletes y con un gran aura junto a las nubes de lluvia que cubrían a toda Metrópolis.
Apocles: *sorprendido* Diana...¿Qué te pasó?
Diana: *voz poderosa* Mi poder divino fue despertado tras perder mis brazaletes, pero creo que también liberaste todo tu poder, todo el planeta pudo ver el círculo de fuego que salió del Sol.
Apocles: Jeje, es verdad.
Ambos entonces se dan un beso, cosa que provocó que el poder de Diana se relajara comenzando a hacer levitar los trozos de brazaletes que habían quedado reconstruyéndolos con un aura marrón, al parecer era la manifestación del poder de Hefesto, el Dios de la Forja. Los brazaletes fueron reconstruidos y cubrieron las muñecas de Diana regresando el clima mundial a la normalidad al desactivar el poder divino de la heroína, quien se sintió algo cansada luego de eso.
Diana: Jejeje, eso fue intenso.
En eso, la pareja se acuerda de Zod y Faora, que estaban en el suelo inconscientes al lado de ellos.
Diana: ¿Qué haremos con ellos?
Batman: *acercándose* Matarlos espero que no.
Apocles: Claro que no, ya sufrieron bastante con las peleas y la derrota aplastante...pero aún no sé donde podría dejarlos.
Batman: Yo tengo una idea.
Unas horas más tarde...
Se puede ver cómo los cuerpos de Zod y Faora eran llevados en cápsulas hechas de metal kryptoniano gracias a las conciencias de Jor-El y Lara Lor-Van que se habían quedado en la nave exploradora, esas cápsulas son las mismas que usaron para encerrarlos en la zona fantasma hace más de un siglo antes de que Kryptón fuera destruido. Ambos seres fueron llevados a la prisión más segura de todo el Planeta, donde se contienen a los peores villanos de todos.
Asilo Arkham - Ciudad Gótica
Apocles, Diana y Batman se encontraban acompañando a los militares que llevaban las cápsulas cómo precaución, ya que ahí también habían otros villanos fáciles de temer, y uno de ellos, se había dado cuenta de la presencia del trío de superhéroes.
???: Hace mucho que no traes amigos nuevos, Batman.
Joker
Joker: ¿Y cómo está el pequeño petirrojo? *sonríe sádicamente* ¿Le gustó la palanca que le di de regalo? Jajajajaja.
Batman: *se detiene y lo mira serio*
Joker: *finge miedo* Uy, el señor de la noche está enojado conmigo, por favor Batman, deja de estar taaaan serio todo el tiempo, no te vendría mal hacer una sonrisa de vez en cuando.
Batman: El único día en que sonreiré será cuando ya hayas sido mandado al infierno.
Joker: No lo creo, no me gustaría ser el nuevo gobernante, jejeje, ah, de paso le dices a la chica murciélago que me llame luego, Jajaja, me gustó la noche que pasamos juntos.
Batman de una patada casi rompe la puerta de la celda de no ser porque Apocles lo detuvo.
Joker: Jajajajajajaaaaa, ¡Jamás podrás matarme! ¡Estamos destinados a este ciclo sin fin! *diría girando en una silla con ruedas a su lado*
Apocles: Vamonos ya, no debes dejarte influenciar.
Batman: *suspira* lo sé.
Así dejaron al payaso reírse solo mientras los demás criminales lo miraban con algo de temor, aunque ese tipo no tuviera poderes, con sólo su personalidad bastaba para causar miedo en todos lo que lo rodeaban. Habían encerrado las dos cápsulas en lo más profundo del lugar, donde ni siquiera los criminales más peligrosos pudieran llegar, por mientras buscaban que hacer con esos dos, los iban a dejar criogenizados hasta que encuentren una solución a ello. Al día siguiente, Metrópolis estaba celebrando la victoria del planeta ante los alienígenas.
Ahí en una tarima, la Liga de la Justicia junto a la pareja recibían las gracias del presidente de Estados Unidos y del Alcalde de Metrópolis, sin duda se ganaron el cariño de todos los humanos.
Flash: Oigan ustedes dos, ¿Qué tal si se unen a la Liga?
Green Lantern: Oye, eso no lo acordamos.
Batman: Pero es buena idea, *los mira* después de todo, somos solo unos mortales no? *diría en "broma" el caballero oscuro*
Apocles: Jeje, claro, nos encantaría.
Diana: Pero deberán dejar que haga remodelaciones en la sala de control.
Aquaman: Meh, lo puedo soportar.
Así, la pareja se unió oficialmente a la Liga de la Justicia, encargada de proteger a todos los humanos del Planeta Tierra de desastres tanto naturales cómo artificiales, sacando mucha mercancía de ellos, sobre todo de Apocles y Diana, conocidos cómo Superman y Wonder Woman, siendo la inspiración de hombres y mujeres al rededor de todo el globo. La Cámara apunta a un lugar secreto, parecía un pasillo de algún calabozo medieval.
Y en el final del pasillo, parecía una sala con muchas sillas, una mesa y varios símbolos hechos de plata y oro, y en medio de todo, estaba una pintura, una pintura con siete figuras similares a dioses antiguos, con el detalle de que...se veían muy, muy, muy familiares, junto con un lema.
Amazonismo
"La Llegada de los Nuevos Olímpicos"
???: Cómo lo predije, ya están reunidos los Siete Dioses Amazonicos, es momento de seguir pintando más retratos, quien sabe que tipo de seres son los que habitan encima o debajo de nosotros.
Diría la misteriosa figura comenzando a comenzar a pintar, tal vez no se notaba del todo, pero se podría ver que la silueta de la próxima pintura dejaba ver a un ser alto con cuernos y una especie de hacha, junto a varios seres que por lo que parecían alas, volaban arriba suyo, teniendo también la silueta de dos ojos rojos detrás de todo lo anterior.
---Fin de la Segunda Temporada---
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