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Decisiones Difíciles

Un anciano Steve de 90 años, Diana y Apocles estaban volando en un avión rumbo hacia el Cairo en Egipto, para quitarle la piedra de los deseos a Maxwell Lord, un empresario que quiere usar el poder de la gema para obtener poder y riquezas concediéndole deseos a varias personas quitándoles algo a cambio de ello tras concederlos. Podrían haber ido sin avión pero tal parece que los dones/poderes de Apocles estaban desapareciendo debido claro a su deseo de poder tener un hijo con Diana, eso demostraría que esa gema fue hecha como un arma de doble filo.

El avión del viejo estaba volando con normalidad hasta que los tres notan abajo de ellos como había un gigantesco muro de piedra que rodeaba todo el cairo excluyendo a las zonas con bajos recursos mientras el caos abundaba por las calles y justo al frente unos jets escoltando a un avión comercial en medio de ellos, por lo que Apocles usó su supervisión, que, a pesar de que parecía verse borrosa por momentos, pudo notar que Max iba en el avión de en medio, por lo que tras pasarlos decidieron dar un giro para ir a su dirección, pero en eso, dos de los seis jets se giraron y comenzaron a lanzar misiles, a lo que Steve tuvo que maniobrar para esquivarlos, a lo que Apocles abre la compuerta del cargamento y concentra su visión.

Acto seguido, dos rayos de luz dorada salen de sus ojos destruyendo los misiles que habían disparado nuevamente los jets, a lo que Diana sale del avión y usando su lazo de la verdad llega a uno de los jets rompiendo la compuerta lanzando al piloto abriéndole el paracaídas antes de lanzarlo, haciendo lo mismo con el segundo jet y volviendo al avión de Steve siendo ayudada por su marido, dos jets más se lanzaron en combate, por lo que Steve decidió seguir haciendo acrobacias para evitar los misiles que le disparaban los jets.

Apocles se asoma por la puerta al costado del avión y usa sus ojos láser dorados para derribar los jets pero su poder e intensidad comienza como a parpadear, como una linterna casi sin batería, por lo que decide entrar para evitar los misiles.

Steve: *piloteando* ¡¿Porqué no usas tus poderes?!

Apocles: ¡Esa es la cosa, mis poderes están desapareciendo!

En eso, uno de los misiles se dirige directamente a la cabeza del avión, por lo que Steve da unos giros de 360 grados para esquivarlo hacia la izquierda sin darse cuenta que uno de esos misiles logró atinarle al ala derecha del avión comenzando a caer rápidamente, a lo que Diana sale afuera y se sujeta arriba del avión con su espada para luego con su lazo atar la cabeza del avión y con su fuerza jalar hacia arriba para que Steve pueda estabilizarse a falta de un ala, finalmente el avión terminó cayendo en medio del océano, por lo que sacaron un bote inflable para poder llegar a algún lado remando.

Steve: *se acuesta* Ufff, estoy muy viejo para estas locuras.

Apocles: *remando* Si, lo siento.

Steve: Nah, descuida, ¿Entonces porqué perdiste tus poderes?

Diana: Creemos que es por el deseo que pidió.

Steve: ¿Y ese es...?

Diana: Qué pudiéramos tener un hijo.

Steve: *se sorprende* ¿Qué?

Apocles: *suspira* En todos estos 66 años, no habíamos podido tener hijos, por lo que cuando supusimos que la gema podía cumplir deseos...debía intentarlo por lo menos.

Steve: Por todos los cielos... *toma un respiro* ¿Y eso te está quitando tus poderes?

Diana: Eso creemos, un deseo como el de ser capaz de engendrar vida natural puede equivaler a la magnitud de sus dones divinos, obligándolo a ser como un humano.

Apocles: Pero yo no...

No pudo terminar de hablar ya que dejó de remar para cubrirse un costado, al mirar Diana notó en shock como había sangre en el costado de Apocles, quien también se sorprende, incluso su resistencia estaba bajando, normalmente saldría ileso de un choque de avión, pero tal parece que al golpear uno de los asientos este le dejó una marca que poco a poco se transformó en herida, la cual manchaba la ropa blanca del príncipe, Diana decide tomar un trozo de la capa de Apocles para cubrirla como si fuera un vendaje.

Para luego cambiar de lugar para que la amazona comenzara a remar. Unas dos horas más tarde, lograron llegar a una isla donde por suerte había gente, ahí Steve pudo comprar unos boletos para volver a Estados Unidos ya que Bárbara, la amiga del trabajo de la pareja, los había llamado para decirles que la gema había estado en prácticamente toda la historia, ya que todas las grandes caídas de grandes imperios fueron a causa de la presencia de esa gema, tal parece que sus deseos terminaron llevando su reinado a la ruina.

Por lo que van a verse con un chaman de los antiguos mayas que conoce la verdad de esa gema, al llegar resulta que ese tipo, llamado Frank, es el tataranieto de uno de los testigos del poder de esa gema, los pocos sobrevivientes de la destrucción de su pueblo enterraron la gema para jamás exhumarse bajo ninguna circunstancia. Frank les mostró un libro de dicho suceso, donde Diana comienza a leer junto a Apocles, notando en la princesa una mirada asustada.

Diana: *con miedo* "Dechalafrea Ero"

Apocles: ¿Es un dios?

Diana: No cualquier dios, es Dolos, Mendacius, Loki, ha sido llamado de muchas formas, es el Dios de las Mentiras, si él infundió esa roca debía tener un truco si o si.

Majestor: ¿Qué tienen que ver los deseos con las mentiras?

Steve: *se da cuenta* Deseos con truco por supuesto, en mi comunidad le decimos "La Pata del Mono" a algo que te concede tu deseo pero te quita tu posesión más valiosa.

Bárbara y Apocles se miraron y se mantuvieron pensativos, el príncipe deseó poder tener un hijo con su amada, es decir, tener la oportunidad de darle vida a un descendiente, y por otro lado, Bárbara deseó tener a un super hombre valiente y que la ame sin importar que, si para Apocles eso significó quitarle sus poderes/dones...¿Qué se le quitó a Bárbara?

Bárbara: Eso no tiene sentido ¿Qué puede ser más valioso que lo que deseas? Por favor.

Diana: *a Frank* ¿Cómo detenemos esto?

Frank: La Leyenda dice que solo se puede detener destruyendo la gema o devolviendo lo que se obtuvo, mi pueblo no pudo hacer lo primero y se negó a hacer lo segundo, ahora la cultura se destruyó, se borró de la faz de la tierra.

Steve: ¿Nadie renunció a su deseo?

Diana: Entonces lo más sencillo por ahora es renunciar al deseo e ir hasta Maxwell para quitársela y destruirla para eliminar todos los deseos.

Apocles: ¡No! Nuestro hijo no merece eso.

Diana: Apocles, sé que es doloroso, pero es por el bien de todos.

Apocles: No Diana, estoy decidido a dejar vivir a nuestro hijo, es una vida Diana, si destruimos la gema él jamás nacerá ¿Realmente quieres acabarlo?

Diana: ¡Por supuesto que no! Pero en la guerra y la supervivencia de una nación se debe tomar sacrificios.

Apocles: ¿Y si solo le quitamos la gema y la mantenemos guardada por el resto de nuestras vidas?

Diana: No estás hablando en serio ¿Verdad?

Ambos comenzaron una acalorada discusión, hasta que Majestor golpeó la mesa.

Majestor: *serio* ¡Escúchenme! ¡Si esa gema me mantiene con vida entonces hay que resguardarla!

Diana: ¡No tienes derecho, nadie en este planeta debe tener esa gema!

Majestor: Entonces *carga a Bárbara* nos la quedaremos nosotros.

Acto seguido, el alien atravesó el techo saliendo volando hacia el centro del país en busca de Max.

Diana: *frustrada* ¡¿Ves lo que provocas?!

Apocles: ¡¿YO?! ¡Si la que quiere matar a nuestro hijo eres tú!

Diana: ¡¡AH!! *le da una cachetada a Apocles* ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡¿Crees que no buscaría otra forma si la hubiera?! ¡¡Es la magia del Dios del Engaño de la que estamos hablando!! ¡¡Si esa gema continua su curso entonces toda la humanidad será destruida por cumplir sus deseos!! ¡¿En serio quieres sacrificar a la Humanidad por un deseo?! ¡¡Vinimos a ayudar a los humanos, no a destruirlos!! *lo mira furiosa* Ya estás pensando como Ares.

Apocles se quedó mudo, no solo porque la cachetada de su mujer le dejó una marca roja, sino porque le hizo ver que prácticamente iba a dejar que la humanidad se destruya a si misma tal como el dios de la guerra intentó hacerlo hace tantas décadas, sus ansias de tener un bebé y mantenerlo lo nublaron a tal punto de no pensar en las consecuencias de ello con uso de ese deseo, tal vez ese embrión dentro de Diana no tenga la culpa, pero ahora la Humanidad entera corre el riesgo de caer en la destrucción por su posible codicia hacia los deseos.

¿De verdad piensa dejar que una raza de destruya por solo un bebé? será todo lo cruel que quieran que suena, pero este sacrificio...debe ser necesario para salvarlos de si mismos una vez más.

Diana: *suelta unas lagrimas* *snif* Si no me vas a ayudar, solo quédate aquí.

Diana salió furiosa y adolorida del lugar por lo que le había dicho su esposo, estaba decepcionada de él, no quería verlo por ahora.

Steve: *pone una mano sobre el hombro de Apocles* Quieres hablar un momento.

Apocles: *mirando la puerta* ....si....por favor.

La amazona salió corriendo hacia la ciudad donde estaban antes de viajar, solo que al mirar una calle notó a cámara lenta como Max estaba dentro de un coche siendo conducido hacia...la casa blanca, iba a ver al presidente, por lo que Diana usó su lazo para columpiarse por los edificios y llegar más rápido al lugar. Maxwell estaba frente al presidente de los Estados Unidos, iba a hacer que le deseara algo para poder tener control de todos los satélites y así poder cumplir los deseos de todas las personas en el Planeta Tierra.

Siendo el de tener más armas nucleares que Rusia para mantenerlos a raya y que los escuchen, al conceder el deseo, Max comenzó a sentirse muy mal, el poder de la gema lo estaba consumiendo, comenzaba a derramar sangre tanto de un oído como de su nariz, su cuerpo humano no puede soportar el poder divino que emana la gema en su interior, a cambio le quitó todo el respeto al presidente y le pidió que lo llevaran a donde se transmitía la señal de los satélites para sí cumplir con su cometido final.

Pero cuando iba por el pasillo, Diana usa el lazo de la verdad para atrapar a Max.

Max: Vaya, si que eres ingeniosa.

Diana: Ven conmigo Max, antes de que hagas más daño.

Max: Lo siento, pero debo cumplir algo primero *a los guardaespaldas* elimínenla.

Los guardas comenzaron a disparar pero Diana rebota todas las balas con sus brazaletes para luego usar a Max como bola de demolición para estampar a unos de los guardas contra una pared del pasillo para luego golpearlos y noquearlos fácilmente a los que quedaban, Max intenta huir hacia la salida pero Diana lo detiene pisando su espalda para luego voltearlo para que la mire a la cara.

Diana: *seria* ¿Dónde está la Gema?

Max: Jeje, la estás viendo.

Diana: ¿Qué?

De repente, un golpe impacta con la cara de Diana separandola de Max, quien es levantado por Majestor, que estaba acompañado por Bárbara.

Majestor: Saca a Max de aquí, babs.

Bárbara: Ah si, claro.

La mujer se lleva al empresario mientras el alien se queda a pelear con la amazona.

Majestor: *tronando sus nudillos* No podemos dejar que lo hagas, Diana.

La amazona da un salto hacia arriba atravesando el techo llegando al segundo piso donde iba a una sala interfiriendo con Bárbara y Max, pero Majestor atraviesa todo embistiendo a la princesa al centro de la sala.

Majestor: No dejaré que detengas a Max, tu esposo no es el único con algo que perder.

En eso, varios guardias de seguridad llegan a apuntarles con sus armas pidiéndoles que pusieran las manos arriba, pero Majestor se lanza contra uno de ellos e intenta estrellarlo contra el suelo pero Diana lo embiste y deja caer suavemente al guarda al suelo, entonces el alien toma a otro y se lo lanza a Diana haciendo que el resto de guardas abran fuego contra él, pero entonces Majestor comienza a emanar una especie de electricidad roja por todo su cuerpo iluminando sus ojos de ese mismo color sorprendiendo a la amazona.

Para luego lanzar un pulso eléctrico rojo que afecta a todos los presentes incluyendo a Diana.

Diana: ¡Majestor, detente!

El alien flota hasta estar frente a ella, para tomarla del cuello contra la pared, pero ella sujeta su brazo da un giro y estampa al hombre contra la pared, ambos entonces sujetan sus manos en un duelo de fuerza ambos apoyados en el piso, de repente, Majestor comenzó a caminar superando la fuerza de Diana para luego lanzarla al aire...y golpear su vientre contra el suelo tan fuerte que terminan ambos en el primer piso, Diana da un grito de dolor, su vientre sufrió daños, sentía como la sangre estaba fluyendo en su útero, casi como un periodo...algo se había dañado dentro de ella.

Entonces Majestor la levanta de una mano y la golpea tan fuerte que atraviesa las columnas que estaban detrás de ella, si bien Diana alcanzaba los 1.80 metros o un poco más...Majestor podía superar los 2 metros de alto.

Majestor: *serio* Si persigues a Max, o lo lastimas, te juro que voy a...

De repente, para sorpresa de Diana...un autobus entra destruyendo la pared principal de la casa blanca embistiendo a Majestor, siendo los que conducían Apocles y Steve.

Steve: *bajando del autobus* Que suerte que vimos todo desde la ventana principal.

Apocles: *atiende a Diana* Perdóname por todo amor, lo siento, yo...

Diana: *cof* *cof* Apocles...siento sangre...

Apocles: ¿Qué?

Diana: Siento sangre...en mi vientre...

El príncipe usa todo lo que queda de su poder para mirar el vientre de su amada...notando que la membrana del embrión...estaba destruida, la sangre del embrión se estaba esparciendo por todo el útero de la amazona, mientras que el embrión del hijo de ambos...estaba luchando por vivir, su proto-corazón intentaba bombear sangre para seguir viviendo...pero solo está alargando su muerte.

Diana: Apocles...tuvo una buena primera existencia...

Apocles: Diana...

Diana: E intentaste que fuera la mejor, *voz cortada* pero sabes lo que tienes que hacer, el mundo te necesita, los humanos te necesitan.

Apocles ya sabe lo que intentaba decirle pero no quería tener que hacerlo.

Diana: No te va a odiar por esto, al contrario, querrá conocerte cuando vayamos al más allá algún día, pero ese no es hoy, no tiene que serlo amor, él te merece, pero el mundo también te merece *lo toma de la mano soltando unas lágrimas* nos merecen y nos necesitan justo ahora, él siempre nos amará, cariño, no importa donde esté.

Apocles: *snif* Yo...n-nosotros también lo amaremos...

Apocles comenzó a llorar, no quería tener que acabar con su propio hijo, por lo que Diana lo besó para tranquilizarlo mientras las lágrimas de ambos caían por sus rostros hasta caer en gotas en el vientre de la mujer, Apocles soltó un grito cortado y dijo con el mayor dolor en su corazón y nudo en su garganta...

Apocles: *sin abrir los ojos* Renuncio a mi deseo.

Acto seguido, Majestor hace explotar el autobus con sus poderes e iba a golpear a Diana, pero Apocles detiene el golpe con su mano izquierda, levantándose mientras miraba serio al alien junto con su ropa de héroe restaurada y sus heridas regeneradas.

Majestor: Renunciaste a tu deseo.

Apocles: *serio* Así es, y ahora...es mi turno.

El príncipe entonces golpeó a Majestor con tanta fuerza que mandó a volar fuera de la casa blanca cayendo en el patio trasero del lugar, donde Apocles sale para golpear nuevamente al alien, pero este lo bloquea con su mano derecha para luego ambos golpearse con sus otros brazos separándose por la onda de choque, las personas que estaban al rededor de la casa blanca notaron como ambos hombre estaban luchando sin cuartel intercambiando golpes ta potentes que agrietaban el suelo sin ningún esfuerzo, era una lucha de dioses.

Apocles: *serio* No perteneces aquí, eres solo el resultado de un deseo.

Majestor: Eso no importa, nadie va a detenerme de defender a Max, ni siquiera tú.

Apocles: Sabía que eras terco, por suerte, estoy a punto de convencerte de retirarte.

Majestor: *serio* Bueno...convenceme.

Majestor le dio un Uppercut a Apocles que lo mandó contra unos árboles, ambos chocan un agarre de manos agrietando el suelo y levantando mucho polvo, para luego ambos darse un cabezazo siendo Apocles el lanzado hacia atrás nuevamente, tomando una tapa de alcantarilla para tirársela a Majestor para después con un cable de una antena atraparlo dando giros casi haciendo un tornado para luego estamparlo contra el pavimento, Majestor recupera la visión, pero Apocles lo entierra en el suelo con un poste de luz por completo.

Pero Majestor sale del suelo por otro extremo muy enojado para embestir a Apocles hasta el cielo elevándose ambos hasta más arriba, en eso, Majestor emana energía roja en sus ojos y de sus manos salen dos rayos de energía en dirección hacia Apocles.

Quien decide usar sus ojos láser dorados, ambos ataques al chocar crean una monumental explosión en el aire que se ve desde varios kilómetros llamando la atención de todo el estado y cercanos, ambos super hombres siguen intercambiando golpes en el aire, Apocles intenta golpear a Apocles pero este lo golpea antes hacia abajo, el alien intenta golpearlo hacia arriba pero el príncipe lo vuelve a esquivar y le devuelve el golpe con un Uppercut, un derechazo, un izquierdazo, y así durante unos cuantos segundos para luego de un potente golpe estampar a Majestor nuevamente sobre la carretera agrietándola por el impacto.

Majestor se levanta teniendo una hemorragia nasal para su sorpresa mientras Apocles descendía del cielo cruzado de brazos.

Apocles: ¿Terminaste? Te ves cansado y herido.

Majestor: *lo mira enojado* *se limpia la sangre* No tan herido como lo estarás tú.

El alien le lanza un rayo de energía roja de su mano mandando a volar a Apocles, quien luego es estampado en el suelo por Majestor, quien lo toma de la cabeza.

Majestor: Ya sé tu secreto: Te contienes.

Dijo para luego lanzarlo al aire y comenzar a golpearlo varias veces con su brazo derecho, el izquierdo, el derecho, y así sucesivamente elevándolo cada vez más alto.

Majestor: Siempre te contenías *golpea* ambos lo hacíamos *golpea* pero yo ya no *sostiene a Apocles por el cuello* ¡Ya no más!

De repente, el alien da un golpe tan potente que manda a Apocles fuera de la atmósfera de la Tierra terminando en el espacio, acto seguido, Majestor llega a donde estaba él y con un golpe a dos manos lo manda de regreso a la Tierra generando un gran cráter en el patio de la casa blanca tan potente que hace temblar a toda la ciudad, Majestor cae encima de Apocles manteniéndolo en el suelo con un pie en su pecho.

Majestor: Ya fue suficiente.

Apocles: Si que lo fue *sonríe y mira al frente*

Majestor al mirar en frente vio como Diana tenía a Max con una llave en el cuello y a Steve sosteniendo a Bárbara como si estuviera arrestada.

Diana: *a Majestor* Si te mueves lo mato.

En eso, Apocles se gira y también le aplica una llave a Majestor dejándolo de rodillas.

Diana: *a Max molesta* Renuncia a tu deseo o te juro que te romperé el cuello.

Max estaba quedándose sin aire, el agarre de Diana estaba provocando que su hemorragia empeorara con gran rapidez, comenzando a soltar sangre de su nariz y boca, la princesa comenzó a ejercer más presión en su cuello hasta que...

Max: *grita escupiendo sangre* ¡¡Renuncio a mi deseo!!

Al instante, una luz anaranjada cubre el cuerpo de Max y de este sale disparada la gema que cae al suelo.

Acto seguido, Diana saca su escudo colocando la gema encima de este y con su espada rompe la gema generando una explosión de brillo naranja sin dañar a los presentes, automáticamente, todos los deseos comenzaron a revertirse en orden del último hasta el primero concedido, los muros del Cairo cayeron dejando pasar el rio a las zonas más pobres, los misiles de Estados Unidos desaparecieron devolviendo el mundo a la normalidad. Apocles y Steve sueltan a Majestor y Bárbara respectivamente, el alien comenzó a sentirse mal.

El alien notó como su mano derecho comenzó a brillar en chispas doradas que comenzaban a deshacerse como arena ante el viento del lugar, ya estaba resignado a que iba a desaparecer, pero Bárbara no quería aceptarlo, no todavía, pero en eso, Majestor se le acerca y...besa a Bárbara en los labios, quien rápidamente corresponde al acto mientras el cuerpo del super hombre comenzaba a desintegrarse en polvo dorado.

Majestor: *la mira a los ojos* Yo siempre te amaré, incluso en la muerte.

Bárbara: *snif* Yo también te amaré siempre.

Finalmente, Majestor se desintegra, al mismo tiempo que algo regresaba al cuerpo de Bárbara, o más bien, a su alma, parte de ella se había ido con su deseo, pero tras la destrucción de la gema, la parte sensata de su alma finalmente pudo regresar para poder completarla, ahora, Bárbara se sentó en ese lugar para reflexionar mientras miraba al cielo azul al mismo tiempo que Steve, Diana y Apocles abandonaban el lugar para dejarla tranquila un rato.

Pero justo en ese momento, varias patrullas aparecieron en la escena, junto con el mismísimo presidente de los Estados Unidos.

Presidente: Este día todos aquí vimos algo sin...precedentes, supongo que ustedes dos son los que desataron cuentos de dioses hace tantos años.

Apocles/Diana: *se miran y luego le asienten al presidente*

Presidente: Muy bien, acompañenme entonces, el Mundo quiere saber quienes son en realidad.

La pareja se tomó de la mano mientras el viejo Steve los abrazaba a ambos para desearles suerte y despedirse, fue toda una aventura para él después de tanto tiempo retirado de las peleas, ahora, debía dejar que ellos sigan con su misión, la de proteger a la Humanidad de si misma. Ambos héroes estaban en medio de una reunión con los presidentes de todos los países del mundo, todos estaban interesados en ellos dos, era el momento de revelarse al mundo de manera oficial y darles a entender sus razones para interferir en sus vidas.

Presidente de EE.UU: Muy bien, tenemos que hacerles varias preguntas ahora mismo.

Apocles: *hablando con un micrófono en un atril* Adelante señores.

Presidente de Rusia: Primero: ¿Desde hace cuanto han estado viviendo en nuestro mundo?

Apocles: Desde hace casi 90 años.

Todos los presidentes se sorprendieron por lo que dijo.

Apocles: Aunque los 66 de esos los pasamos en Estados Unidos y al rededor del planeta.

Presidente de China: ¿Y el resto?

Apocles: *mira a Diana*

Diana: *le asiente*

Apocles: *respira hondo* Venimos de una isla, oculta para los humanos, somos de una raza no tan diferente físicamente pero si en cultura.

Presidente de España: ¿Qué tanto?

Diana: Nuestra gente adora a los Dioses, los Dioses Griegos.

Los presidentes se confundieron debido a eso, ¿Porqué seguirían creyendo en Dioses de una Mitología cuya creencia terminó siendo de fantasía desde hace tantos siglos?

Diana: Sé que suena ridículo, pero los Dioses Griegos realmente existieron.

Presidente de EE.UU: ¿"existieron"?

Apocles: Fueron asesinados por el Dios de la Guerra, quien hizo que los humanos comenzaran las Guerras más famosas que han escuchado, nosotros dos acabamos con Ares en 1918, para luego darle fin a esa guerra.

Presidente de Alemania: Ah claro, ya me acuerdo, mi pueblo ha hablado de historias fantásticas sobre dos seres que podían volar y poseían una fuerza inhumana, prácticamente como Dioses entre los hombres ¿Ustedes son esos seres?

Apocles: Así es señor.

Presidente de Vietnam del Norte: Hace unos años mis hombres y los de mi compatriota a mi lado, nos habían dicho que también unos seres superhumanos acabaron con las armas y recursos de ambos bandos durante nuestra Guerra.

Presidente de Vietnam del Sur: Es verdad, antes mi rival aquí presente tenía todas las de ganar, pero de unas semanas a otras terminaron en la misma situación que mi patria, ¿Porqué interfirieron con esa guerras y las otras?

Apocles: Porque tras la primera Guerra, nos dimos cuenta que los Humanos tienden a destruirse a si mismos por naturaleza con tal de tener más recursos y armamento, por lo cual, mi esposa y yo decidimos que a partir de ese momento, íbamos a proteger a toda la Humanidad, para que jamás vuelvan a destruirse por su codicia y egoísmo.

Los Presidentes no sabían que decir, tenían varias dudas, luego mostraron algunos videos de noticieros donde se ve la fuerza y el poder de la pareja que fueron vistas por todos los ciudadanos presentes, los líderes no sabían si de donde venían habían más como ellos, si era así, tal vez deberían intentar llegar a un acuerdo con ellos dos para que no intenten atacar a todos los gobiernos del planeta, sin que estos tengan la posibilidad de defenderse.

Presidente de EE.UU: Déjenme decirles que estamos dudosos de su origen, no por la manera, sino porque...¿Hay más como ustedes en esa isla de donde vienen?

Apocles: Depende.

Presidente de EE.UU: ¿De qué?

Apocles: *sonríe* De que tan buenas sean sus armas.

Los presidentes y Diana se sorprendieron de esa respuesta.

Apocles: No podría darles un número en específico, porque no sé a que punto ustedes nos podrían considerar un peligro o una raza aliada, todo dependerá también de que tan bien nos traten, si nos dejan ayudarlos, nosotros los ayudaremos a ustedes, prometiéndoles que no les haremos daño bajo ninguna circunstancia.

Finalmente, en congreso había llegado a una decisión: Dejar que ellos dos siguieran viviendo en su mundo, con la condición de que no detendrán el avance tecnológico y científico de la Humanidad, a lo que ambos lo aceptaron con la condición de que intentaran no ser egoístas y siempre ayudar a los demás tal y como ellos lo han hecho durante tantas décadas. Apocles y Diana regresaron a su apartamento, pero no al que tenían, sino, a uno nuevo, comprado por los gobiernos del mundo, para que se sientan aceptados en su sociedad como los protectores que son.

Apocles: *entrando a la mansión* Wow, la pintura si que hace que todo parezca de oro.

Diana: ¿No crees que es excesivo?

Apocles: La verdad no, muchos pueblos mantienen el orden gracias a un líder, así que usar el orgullo de nuestra parte nos permitirá mantenerlos a raya para que no cometan otro desastre mundial.

Diana: Tienes razón, pero por ahora *lo abraza coquetamente* ¿Qué tal si "probamos" la cama?

Apocles: *hace lo mismo* Jejeje, muy bien.

Así, la pareja de Superhumanos pasó un día lleno de pasión mientras que en alguna parte debajo de un edificio, unas personas comenzaron a decir cosas muy de culto, y uno de ellos puso una pintura en medio de la habitación, donde solo se veía un símbolo:

Mientras que el aparente líder de este culto, que llevaban capas y un escudo como trajes de ceremonia, dio inicio a la sesión junto con una frase:

"Larga vida al Amazonismo"


Continuará...

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