•*9*•
Edité el capítulo 9 porque no me había gustado y había creado un hiatus a causa de mi falta de imaginación, es casi lo mismo pero evitando una de los clichés más odiados de wattpad todo por un capricho mío haciendo ilógica la historia.
El pilar del agua había decidido después de escapar de la fiesta de la nueva pilar del insecto ir al mercado y comprar algunos víveres. Había comprado lo necesario para hacer varias comidas distintas para su semana, aunque muy seguramente quedarían ahí abandonado en el fondo de su alacena y refrigerador, pero la intención es lo que cuenta. El nauseabundo aroma de los pescados inundó su nariz, a pesar de que estos estuvieran en buen estado la carne cruda siempre despedía un fétido aroma. Se dirigió a la pescadería y paseaba por las distintas especies de pescado, hasta terminar frente al salmón.
— Buenas tardes, Tomioka-san. ¿La misma cantidad de siempre? — El tendero saludó alegremente, era ya habitual ver al joven azabache en aquella pescadería local. Giyuu asintió afirmando lo que acababa de preguntar el buen hombre, el señor tomó unas tenazas y fue metiendo el salmón en una bolsa ni esforzarse en platicar con el joven hashira, el no le iba a contestar. Le entregó la bolsa y el chico intercambio la cantidad exacta de yenes, ya se sabía el precio de memoria.
Se regresó a más adentro del comercio, había olvidado comprar un ingrediente sumamente importante, el daikon. Entró a la frutería y fue directamente a la sección de tubérculos, buscos los rábanos blancos más lindos y frescos, los embolsó y espero su torno en la caja.
— Buenas tardes, Tomioka-san — Saludó la anciana dueña del lugar mientras pesaba la cantidad de rábanos blancos, pero esto no era necesario, el ojiazul compraba siempre la misma cantidad. Antes de que la anciana pudiese decir algo le entregó el dinero exacto y tomó sus compras para salir del local.
Pensaba en lo sucedido en aquel día, no podía evitar sentir algo de nostalgia con el asunto de la nueva hashira. La hermana mayor de Shinobu, Kochou Kanae, ex pilar de las flores había sido anteriormente su compañera, si no fuera por ella él no conocería a Shinobu. Se sentía culpable por lo sucedido con Kanae, era su compañero, debía acompañarla, pero ese desafortunado día decidió priorizar una misión individual a pesar de que la Pilar de broches de mariposa le preguntó si no quería acompañarla.
Explorando lo sucedido y el asunto de la fiesta recordó a Yuichiro, uno de los gemelos que salvó hace casi dos años. Con quien tenía más contacto de los dos era obviamente Muichiro, el hashira de la niebla, el niño siempre se acercaba a conversar con él cada que podía, o simplemente se paraba a un lado suyo para ver las nubes o lo acompañaba a todas partes. En una de las escasas conversaciones que tuvieron (ya que casi todo el tiempo Muichiro veía las nubes a un lado de Giyuu) Muichiro le había comentado que su hermano mayor era un kakushi, por supuesto esto era algo que Tomioka ya había notado, al igual que notó que el Tokito que estuvo en esa reunión y que estaba en la fiesta era Yuichiro y no Muichiro.
Recordó la pequeña conversación que habían tenido, Muichiro se encontraba enfermo. No quería involucrarse mucho con los gemelos, después de todo, todos los que tenían contacto con él tenían destinos miserables. La curiosidad y preocupación por saber cómo se encontraba el pequeño azabache fue aún mayor y redirigió su camino hacia la finca de la niebla, nunca había estado ahí, pero el pequeño azabache le dijo donde se localizaba con la esperanza de tener la visita del pilar del agua.
Llegó a una acogedora finca solitaria ya fuera del pueblo. Duro parado en la entrada de esta varios minutos dudando si tocar la puerta o no, finalmente lo hizo. Pasaron varios minutos después de que toco la puerta por primera vez pero nadie contesto, segunda vez, igualmente nada, tercera vez, ya estaba desesperado. Suspiró y abrió la puerta para entrar, la casa se escuchaba tan silenciosa. No tardó mucho en encontrar la cocina, metió lo que necesitaba refrigerar en el refrigerador, luego se lo llevaría. Busco en varias habitaciones pero estaban vacías, subió al segundo piso y encontró la primera habitación entreabierta.
Abrió el shoji lo suficiente para el poder entrar, en el futón se encontraba el menor de los Tokito durmiendo. Se arrodilló a su izquierda, este estaba sudando y tenía un trapo medio seco en la frente. Tomó suavemente el trapo y lo remojo en un balde con agua cercano, aprovechó para tocar su frente, estaba ardiendo en fiebre. Volvió a colocar el trapo en su frente mientras notaba como este temblaba, era obvio que su estado no era el mejor y sabía que una fiebre no tratada podía ser muy dañina.
Suspiró para tomar en sus brazos al niño y se paraba de su lugar, le tomaría tiempo, pero lo llevaría con un doctor, y las únicas médicas que conocía eran Kochou Shinobu y Kanzaki Aoi, de la finca mariposa. Partió su camino hacia la finca mariposa, este le tomaría un rato ya que al igual que la finca de Oyakata-sama, Tokito y la suyo estaba alejada del pueblo, y para llegar más fácil tenía que pasar por este, aunque la gentuza podía retrasarlo era el camino más rápido.
Shinobu iba saliendo de su finca, iba a reunirse con sus ahora compañeros para el pequeño festejo en honor a ella. — Ara-Ara Tomioka-san. ¿Que te trae por aquí? ¿Ese no es Tokito-kun? — Preguntó extrañada al ver al pilar de haori bicolor cargando del más pequeño de los cazadores de élite en brazos y dormido.
— Tiene mucha fiebre. — Respondió simplemente con su tono habitual.
— Es el día libre de Aoi, le prometí que le daría el día de hoy libre así que yo lo atenderé. — Aseguró mientras caminaba de vuelta a su finca con Tomioka detrás. Pronto llegaron al consultorio donde habían varias camas, todas vacías en ese día. — Déjalo en una de las camas — Sin responder nada el azabache respondió y dejó al preadolescente recostado en una cama.
Shinobu inició con el chequeo de rutina, su pulso, latidos, garganta, oídos, temperatura, etcétera, no tardó mucho en ya tener un diagnóstico. Se dirigió al baño (ya que le quedaba más cerca) dejando a los dos pilares oji-azules, regresando posteriormente con una cubeta de madera llena de agua y un trapo limpio, remojó el pañuelo y lo colocó en su frente.
— Ara-Ara, parece que Tokito-Kun tenía días enfermo y no se atendió y se le juntó con un resfriado. Tiene una infección de oídos, en este momentos sus oídos están muy inflamados y pueden reventarse, aparte de los síntomas típicos del resfriado. Por la infección tiene mucha fiebre, que bueno que lo trajiste aquí, Tomioka-san. Prepararé algunas medicinas, no tardo. — Sonrió falsamente para dirigirse a otra habitación que estaba dedicada a la farmacéutica, dejando nuevamente a los dos hashiras.
Giyuu no hizo nada, solo permaneció parado en su lugar viendo a Muichiro durmiendo. El pobre seguía sudando y con muchos escalofríos. Vio como el menor arrugó ligeramente el entrecejo cambiando a una mueca de disgusto o incluso temor, se movió dando una vuelta a la izquierda quedando recostado sobre su lado izquierdo y tirando el pañuelo. Giyuu sabía que el niño necesitaba el pañuelo helado para bajar su fiebre, se acercó a él para acomodarlo nuevamente, tomó el pañuelo se percató que ya estaba casi seco así que lo remojó nuevamente exprimiendo el exceso de agua y colocándoselo en la frente otra vez.
— Nii... san... — Escuchó el murmullo del chico entre sueños, lo más seguro es que estaba soñando con su hermano mayor, a juzgar de su expresión era más una pesadilla que un sueño. Con curiosidad de saber que estaba soñando y distrayéndose en su propio mundo, el Tomioka acarició la cabeza del niño revolviéndole un poco sus cabellos, lo que pareció calmarlo un poco al ver como suavizaba su expresión cambiándola por una leve sonrisa. Divagando por su mente recordó un suceso de hace un año, seis meses después de conocer a los gemelos también tuvo una misión en las montañas de un pueblo algo lejano. A diferencia de lo qué pasó con los Tokito, no llegó lo suficientemente a tiempo para matar al demonio y salvar a toda la familia haciéndolo sentir culpable, pero a decir verdad no tenía ni una oportunidad contra aquel demonio, cuando llegó solo había dos hermanos de la familia de siete, y la hermana menor había sido recientemente convertida en demonio, lo cual indicaba que la misión que le tocó era contra el rey de los demonios, ya que era el único demonio del que se tenía conocimiento que podía convertir a humanos en demonios. Se preguntaba cómo le iría en su entrenamiento al chico peli-burdeos, Urokodaki, su antiguo maestro y el actual sensei del niño que salvó le manda cartas aunque él responde a veces con solo una oración para no hacer sentir mal a su maestro, al parecer al demonio había estado durmiendo como forma de recuperar energías.
La Kochou tardó aproximadamente una hora en hacer todas las medicinas, en esos momentos no contaba con el apoyo de Aoi ya que esta había ido al pueblo antes de que anochezca junto a Kanao, Sumi, Naho y Kiyo, y no tenía medicamentos para tratar infección de oídos en esos momentos.
— ¿Sigues aquí, Tomioka-san? No esperaba eso realmente — Comentó con voz cantarina entrando en la habitación con una bandeja con los medicamentos. — Por el estado de Tokito-kun le pondré un antibiótico inyectado, mínimo tres días, también le daré algunos analgésicos para bajar la inflamación y el dolor, esperemos que con eso y los antibióticos sea suficiente para la fiebre, también cuando miraba en su nariz noté que tenía mucha mocosa así que le dare algunos antialérgicos.
La ahora hashira tomó un frasco con un líquido transparente, tomó una jeringa nueva y una torunda de algodón y alcohol, remojo la bolita de algodón en el fuerte líquido y desinfectó la aguja, luego tomó el brazo izquierdo de Muichiro y en la parte superior desinfectó el área donde sería inyectado, relleno la jeringa con el antibiótico y ajustó la cantidad, para luego traspasar gentilmente la aguja en la piel del chico e inyectar el antibiótico. Tokito soltó un quejido de dolor, pero seguía aún dormido, retiró la aguja una vez que el espeso líquido lograra pasar y desinfectó el área nuevamente, por lo relajado del cuerpo del joven no salió nada de sangre.
— Gh... nii... san... — Farfulló nuevamente dormido sorprendiendo a la más bajita de los hashira.
— Vaya, no pensé que tuviera un hermano mayor. — Miro al Tomioka pero este no respondió y siguió con la misma expresión de siempre. — Por eso todo el mundo te odia — Sonrió ampliamente con una vena remarcada en su frente.
— A mi... nadie me odia — Respondió
— ¿No lo sabías? Lo siento mucho. Por si no te haz enterado, Shinazugawa-san e Iguro-san han abierto un club de los que odian a Tomioka, yo también soy parte — Bromeó con un tono alegre, algo que disgusto (e hizo sentir mal) a Giyuu.
— ¡CAW CAW! ¡Ya es tarde para la fiesta! — Exclamó su cuervo kasugai entrando por la puerta de la habitación. Shinobu extendió su brazo para recibir a su ave, miro por la ventana, estaba obscureciendo.
— Ya se están tardando las niñas... — Murmuró preocupadas — Dile a los pilares que estaré ahí pronto, buscaré a mis niñas y Tomioka irá también — El cuervo graznó algunas veces más para luego salir volando del lugar. — Vamos Tomioka, hay que buscar a Aoi, Kanao, Sumi, Naho y Kiyo — Sonrió ampliamente la de ojos violetas viendo con algo de malicia disfrazada a Giyuu.
— No quiero ir a la fiesta
— No es opción. Si no lo haces te inyectaré una sustancia que entumecerá tu cuerpo y te llevaré a rastras ahí. — Sonrió nuevamente para luego tomar de la oreja al mayor — Vamos Tomioka-san
Los dos pilares partieron hacia el pueblo en busca de las cinco niñas de la finca mariposa, en ningún momento Shinobu soltó de la oreja a Giyuu ganándose la mirada extraña de todos. No tardaron mucho en encontrar a las niñas en un puesto de dulces con dangos, Mochis, sakura mochis y dorayaki.
— ¡Shinobu-sama! ¡Ya íbamos para allá! ¡Lo siento, las niñas querían dulces y no me pude negar! — Exclamó algo nerviosa Aoi al ver a los pilares acercarse mientras que las tres niñas comían dulces, Kanao soplaba burbujas.
— No te preocupes Aoi, no estoy enojada, solo me preocupe porque ya está anocheciendo, Tomioka-san y yo las acompañaremos a la finca mariposa — Respondió de forma pacífica Shinobu.
— Gracias, Shinobu-sama — Suspiró aliviada la de dos coletas altas
— Es mucha formalidad, Aoi — Sonrió dulcemente la hashira
— Lo se, pero realmente estoy agradecida por acogerme con usted y enseñarme tanto — Sonrió Kanzaki a su tutora.
Durante el camino las tres niñas pequeñas le contaban a Shinobu sobre su día, está ya había soltado a Tomioka de la oreja pero tenía su veneno listo en caso de una fuga sorpresa. Kanao lanzó la moneda y al ver el resultado se acercó al pilar del agua y jaló el haori de este, Giyuu frenó al sentir como la niña jalaba la manga de su prenda y se le quedó viendo, ella empezó a temblar ligeramente por la mirada penetrante del pilar, pero le extendió su botellita con jabón de burbujas. Tomioka al inicio no entendió, pero después de un rato con las burbujas en mano un clic hizo en su cabeza y empezó a soplar estas, la niña con yukata rosa y pantalón hakama de un tono más fuerte empezó a ponchar una que otra burbuja que se cruzaba en su camino con sus dedos, mantenía una expresión neutral sin mostrar realmente ninguna emoción, Giyuu nuevamente inició a avanzar cuando noto que se alejaba de Shinobu y las demás.
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—¿Y bien mocoso? ¿Vas a seguir negando o ya nos dirás? — Intentó parecer desinteresado el albino con cicatrices pero fue obviamente un intento fallido. ¿Que no lo iban a dejar de molestar? ¿Por qué simplemente no lo dejan ir? ¿O por qué él mismo no puede explicarles la situación?
— Ya dije que no pasa nada, ¿dejaran de molestar alguna vez? — El papel de Muichiro que se valla a la chingada, los pilares parecían no entender que él no quería estar ahí, si no lo escuchan actuando como Muichiro lo escucharan siendo el mismo, Yuichiro Tokito.
— ¿Tokito-kun, por que estás molesto? — Preguntó ingenuamente la pelirrosa.
— Ya dije muchas veces que no quería venir aquí y que estoy bien, solo ocupado. ¡¿Maldita sea, me dejaran ir?! — Todos al escuchar al menor se exaltaron, nunca esperaron tal reacción del pequeño pilar ni mucho menos el vocabulario inapropiado.
— Sanemi, eres una mala influencia. — Tenguen fue el primero en hablar responsabilizando al mencionado pilar.
— ¡¿Con que mierda te refieres con que yo soy la mala influencia?! ¡Tú le enseñas al niño quien sabe qué cosas! — Exclamó enfurecido el hashira del viento.
— ¿Yo soy la mala influencia? Yo solo le enseño como ser extravagante y llamativo. — Respondió con aires de superioridad haciendo varias poses exageradas.
— Sanemi, tú te la pasas diciendo maldiciones. — Intervino de forma venenosa el pilar de la serpiente.
— Uy si, mira quien lo dice. — Respondió de forma sarcástica el mencionado.
— ¡Deberían calmarse! ¡Además, ustedes dos son muy groseros! — Exclamó el pilar de la llama.
— ¡Si! ¡Molestan mucho a Tomioka-san! — Chillo la chica de cabello bicolor apoyando a su antiguo maestro haciendo sentir avergonzado al chico con vendas en el rostro.
— ¿Eso que tiene que ver? ¡Si Tokito fuera un buen niño no repetiría las cosas malas! — Se defendió el Shinazugawa.
— ¡Pero Tokito-Kun está muy chiquito! ¡Seguramente ni entiende que decir tales cosas son malas! — Defendió al azabache la chica ojiesmeralda.
— ¡Estoy de acuerdo con Mitsuri! ¡Mi hermanito pequeño Senjuro tiene la misma edad que Tokito! ¡Él una vez dijo una mala palabra porque la escuchó venir de Sanemi y no sabía su significado! — Dijo casi gritando Rengoku viendo con mirada penetrante al de ojos violeta provocando que se incomodara.
— Oh por favor, ¡tiene trece años! ¡Debe tener algo de malicia! — Exclamó el más extravagante de los pilares.
«¿En que momento se convirtió en una pelea familiar?» Pensó incómodo el Tokito mientras rompía las cuerdas que lo ataban, era su oportunidad de escapar y no la desperdiciaría, no esta vez.
Yuichiro se sentía incómodo recibiendo tanta atención de los pilares, no imagino que fueran así. Simplemente eran los cazadores de élite, compañeros de su hermano, solo compañeros de trabajo, solo eso y nada más, ¿por qué actuaban como una familia?
Lo cierto es que los pilares se trataban como una familia, eran los cazadores que tenían más contacto con Oyakata-sama, y él trata a los cazadores como sus hijos, por lo cual al tener mayor contacto con él era inevitable no sentirse como una familia. Los hashiras, especialmente esa generación, solían tratarse como hermanos, claro, eso no evitaba que existieran diferencias entre ellos, un ejemplo es Tomioka, quien nunca pudo integrarse bien con los hashiras al sentirse diferente a ellos y alejarse inconscientemente de todo el mundo provocando que todos tuvieran ideas equivocadas de él, Shinobu era la única que parecía entenderlo, esto gracias a la influencia que tuvo su hermana Kanae en ella, la antigua compañera de Giyuu quien siempre hizo su mayor esfuerzo por ser su amiga y que se relacionara mejor con los demás.
Fue inevitable para los hashiras no ver a Muichiro como un integrante nuevo de su familia, y al ser el menor de ellos todos lo cuidaban mucho y le prestaban atención, incluyendo Sanemi, Obanai y Giyuu, de quienes realmente nadie lo esperaba. Cada uno de los pilares tenía su razón para tratarlo como su pequeño hermano menor, la mayoría era similar. Kyojuro, Mitsuri y Sanemi vienen de familias donde ellos son el hermano mayor tenían dicho "instinto" de cuidarlo a él, con Gyomei pasaba algo similar, él solía cuidar de niños pequeños, por su herida se negaba a hacerlo hasta que llegaron las hermanas Kochou a su vida, así que no podía negarse de cuidar de Muichiro. Con Obanai era más diferente, tenía admiración por su talento y pensaba que sería una lástima si él muriera joven, aparte de que el chico tenía una personalidad descuidada y agradable, lo cual lo hacía pensar que él necesitaba muchos cuidados. Uzui lo veía como una oportunidad de moldear a un pilar extravagante como él, claro, nadie nunca lo superaría ni le llegaría a los talones, además de también haber tenido hermanos y el destino trágico que tuvieron también le provoca la necesidad de cuidarlo. Shinobu le cayó muy bien el niño, y le recuerda un poco a Kanao, no tardó casi nada en encariñarse con él. Y Giyuu fue quien lo salvó del demonio, Muichiro solía buscarlo muy seguidamente y fue imposible no empatizar con él, sin contar el hecho de que ambos son introvertidos.
Muy diferente a lo que sucede con los kakushis. Los kakushis no suelen saber su identidad, así que reconocerse entre sí suele ser difícil, algunos son amables y otros no tantos, lo cual dificulta el crear vínculos entre ellos. Obviamente tenían que ser unidos y saber trabajar en equipo ya que de lo contrario eso dificultaría su trabajo, pero la mayoría sigue con su vida personal durante el día. El no poder ver el rostro de las personas y el estar prohibido revelar sus identidades hace que la mayoría de ellos decidan no hacer amigos en aquel grupo. Aún así había personas como Kimi muy agradables, había pequeños grupos de kakushis que sabían los nombres de sus compañeros, estos eran los kakushis de mayor confianza ya que se encargaban de dar la bienvenida a los nuevos, pero la mayoría no estaban interesados en hacer amistades, solamente estaban interesados en ayudar en la lucha contra los demonios y hacer los deberes, como Goto.
Conclusión: Muichiro encontró una familia en los cazadores de demonios mientras que Yuichiro lo ve como un trabajo y no quiere relacionarse con los demás.
— ¿A dónde crees que vas, mocoso? — La voz hostil de Sanemi volvió a dirigir la atención en él, pronto los pilares dejaron de discutir y volvieron a verlo.
— Qué te importa. — Respondió agriamente mientras sentía como el mayor lo tomaba del hombro fuertemente para evitar que se fuera.
— ¿Qué nos ocultas? — Interrogó el albino de ojos granates ya un poco harto de la situación.
— Tokito-kun, tu sabes que puedes contarnos lo que sea, no te juzgaremos. — Comentó de forma maternal la pilar del amor sonriéndole dulcemente. Yuichiro abrió los ojos ligeramente con sorpresa viendo atentamente a la mujer con extraño color de cabello, juró ver en un momento reflejada en ella a su madre, su dulce y amorosa madre, su sonrisa y palabras le recordaron tanto a ella.
Abrió la boca ligeramente para articular algunas palabras, dejó de pensarlo por un momento dejándose guiar por su corazón. — Muichiro... está enfermo. — Dijo en casi un susurro confundiendo a los pilares.
— ¿A qué te refieres? — Pregunto el heterocromático.
— ¿Tokito-kun, estás enfermo? — Cuestionó la fémina poniendo suavemente su mano en su frente checando su temperatura.
— ¿Por qué lo dijiste en tercera persona? — Interrogó curioso el pilar de la roca.
Yuichiro alejo de forma brusca la mano de la pilar e hizo que el albino lo soltara para volver a hablar. — ¡Muichiro, mi hermano está enfermo! ¡Tengo que ir a ver a Muichiro! ¡Yo no soy un pilar! — Exclamó ya colmando un poco su paciencia y con algo de nervios ocultos.
Los hashiras se quedaron confundidos, ¿este chico era el hermano de Muichiro? Aunque tuvieran muchas preguntas para el pequeño, Gyomei fue el primero en responder. — Si ese es el caso, no te entretendremos más. Puedes irte. — Dijo de forma serena. El menor sin agradecer ni decir nada salió de inmediato de la finca. Mitsuri fue la siguiente en reaccionar.
— ¡¿QUEEEEEEÉ?! ¡¿TOKITO-KUN TIENE UN HERMANO GEMELO?! — Grito sorprendida la mujer mientras ponía ambas manos en sus mejillas en muestra de sorpresa
— ¡Qué extravagante sorpresa! — Exclamó el pilar del sonido como si fuera lo único que supiera decir.
— ¡Ahora entiendo por qué actuaba tan raro! — Exclamó el rubio con su inquebrantable sonrisa. — ¡Solo quería cuidar de su hermano!
— ¿Pero si no es un hashira con que descaro se pone el uniforme de uno? — Iguro fue el primero en poner veneno en la situación.
— Déjalo. Solo estaba ayudando a su hermano. — Himejima intervino.
En cuanto Yuichiro se alejó de la finca encontró a Ginko que volaba hacia a él, esta le explico que Tomioka había "secuestrado" a su hermano, le preguntó a dónde lo llevó y dijo que la finca mariposa, el Tokito no podía creer la estupidez de la ave. Entró en la finca mariposa como si nada, se topó con una niña que parecía ser mayor que él, ojos violetas, flequillo recto, una coleta de lado con un adorno de mariposa, su vestimenta era de tonos rosas. Se estuvieron mirando fijamente durante un rato con incomodidad, más ninguno hacía nada.
— ¿Qué haces aquí? Si buscas a Shinobu-sama no está. — Una voz ajena pero familiar lo interrumpió, volteó detrás suyo encontrándose con una niña, ojos azules, fleco negro dejando descubierta su frente, dos coletas altas con adornos de mariposa, y un uniforme de cazador de demonios con una bata blanca encima.
— Te me haces familiar... — Murmuró analizando el aspecto de la fémina. — Busco a mi hermano. — Comentó seriamente.
— Creo que Shinobu-sama me había comentado sobre un paciente que llegó recientemente, un pilar. Sígueme. — El chico hizo caso y siguió en silencio a la chica. Aoi en el fondo estaba nerviosa y asombrada, recordaba bien a aquel chico, o aquellos, mejor dicho, estuvieron en la misma selección final, iba a ser imposible olvidarlos, además ella cree difícil poder olvidar a dos sujetos totalmente idénticos. Los dos chicos tenían un talento asombroso, no los había visto realmente en acción, pero lo habían demostrado, no sólo sobrevivieron a la selección final, si no salieron intactos de esta, como si tan solo hubiesen ido de vacaciones a cualquier hotel y ya, además, por medio de su maestra se había enterado de que uno de ellos era un hashira, aunque le habían dicho que el gemelo que estaba enfermo era un pilar, el otro gemelo traía un uniforme con botones dorados, un identificador de dicho grupo de cazadores de demonios.
Cuando entraron en la habitación encontraron al menor de los Tokito sentado en la cama, había sido tan silencioso que Aoi no se había dado cuenta cuando despertó, no había dado ningún indicio de haberlo hecho.
— ¡Nii-san! — Exclamó el menor mientras que el mayor se acercaba de forma calmada a su gemelo, Muichiro casi por instinto lo abrazó fuertemente.
— ¡Ya no te vuelvas a enfermar, idiota! — Yuichiro alzó la mano y le dio un fuerte golpe en la cabeza mientras decía tales palabras.
— ¡Auch! ¡Nii-san! — Se quejó haciendo un ligero mohín— ¡Me dolió!
— ¡Era para que te duela!
— ¡Eres muy cruel!
4236 palabras
03/sep/2023
Feliz cumpleaños, Zenitsu! Se q no lo vas a leer porque no eres real pero weno :D
después de un hiatus no previsto regresé editando un capitulo ya públicado, espero poder seguir cumpliendo con el horario de publicación xD
chismeeeee
yo estaba intentando robarle a mi amiga su conejo de peluche q tmb es llavero, entonces nuestro compañero de adelante nos dice "si queres un conejo aquí tengo uno" y empezó a hacer flexiones en el brazo enseñando sus músculos
y la maestra que le dice "dijeron conejo, no hormiguita"
byeeee :D
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