•*2*•
— ¡AMANE-SAN! — Gritó Muichiro corriendo a abrazar a la albina en cuanto la vió. El camino a la "Finca de Oyakata-sama" había sido muy largo y cansado, en un punto del camino, el pilar del agua cargó a ambos gemelos por lo cansado que estaban ambos, además, no eran tan rápidos como el joven de dieciocho años. Amane recibió con gusto al niño y lo abrazó de vuelta. — ¡Amane-san! ¡Estaba muy asustado, un demonio entró a la casa! ¡Yuichiro-nii me salvó pero salió herido! ¡Pero luego llegó Tomioka-san y nos salvó! — Contó el niño de vestimentas celestes aún abrazada de la oji violeta.
— Tranquilo, Muichiro — Acarició su cabello con cariño
— Me alegro que ambos estén bien — Aquel hombre con la cicatriz extraña le sonrió a ambos niños, su voz era suave y calmada, casi como la brisa primaveral. Muichiro lo miró curioso por un rato, se sentía muy tranquilo con su presencia. Por otra parte Yuichiro se mantenía callado y alejado de los demás, al igual que Tomioka — Te lo agradezco mucho, hijo mío
«Tomioka-san en recuerda un poco a Yui-nii»
— No es nada, oyakata-sama — Hizo una reverencia frente al hombre pelinegro — Con su permiso, me retiro — Se levantó del piso tatami esperando el permiso de Kagaya.
— Claro, Giyuu, que te valla muy bien — El hashira del agua se dirigía hacia la salida de la finca, hasta que una voz lo interrumpió.
— ¡Adiós, Tomioka-san! ¡Arigato gosaimas! ¡Siempre estaré eternamente agradecido por salvarnos! — Exclamó el menor de los Tokito alzando su mano y sacudiendola como despedida. El inexpresivo joven lo miró durante unos breves segundos, y luego alzó la mano como despedida. Muichiro sonrió ampliamente, era posiblemente la primera vez que Tomioka era tan expresivo con él.
— ¿Estás bien, Yuichiro-kun? — La mujer se acercó al gemelo de yukata negra, este asintió
— El doctor que nos atendió le dejó algunos analgesicos, y dijo que sus heridas debían ser desinfectadas y sus vendas cambiadas constantemente — Explicó el menor mientras veía a la mujer, ella asintió.
— Amane y yo hablamos, y decidimos que se quedaran aquí, no los obligaremos a ser cazadores de demonios si no quieren, pero consideramos que no es seguro que vivan solos en las montañas. — Los gemelos vieron sorprendidos a "oyakata-sama" por la hospitalidad, Muichiro lucía emocionado, y Yuichiro algo desconfiado.
— ¿Si, nii-san? ¿Si podemos quedarnos? — Preguntó alegremente a su hermano. Pareció dudarlo un tiempo, finalmente soltó un fuerte suspiro
— Bien... — Murmuró lo suficientemente fuerte para ser escuchado.
— ¡Arigato, Yuichiro! — Abrazó a su hermano con delicadeza de no lastimarlo, este lo aceptó, en cambio le dirigió una mirada no muy agradable a Amane.
— Deben de estar hambrientos, pasa de medio día. Pasen a comer. — El hombre de ojos blancos se levantó del tatami y era guiado con ayuda de dos niñas albinas, Amane los guió dentro, donde les sirvió algo de comida.
— Mi esposo está algo ocupado. Yo y mis hijos los acompañaremos — Comentó la mujer tomando asiento en la mesa, al igual que tres niñas, dos albinas y una pelinegra.
— ¡Arigato gosaimas, Amane-san! — Muichiro sonrió ampliamente, después de agradecer por una comida más, ambos gemelos empezaron a comer — ¡Está delicioso, Amane-san! — Exclamó muy alegre, la mujer sonrió — ¿Verdad que sí, Yuichiro? — Miró a su hermano, este solo asintió, se notaba algo incómodo.
— Gracias, niños.
— Amane-san... ¿puedo ser un cazador de demonios? — Ante la pregunta "inesperada" de su hermano, Yuichiro se tensó, apretaba los palillos de madera viendo de una manera desagradable a la mujer.
— Deberías esperar un poco más para tocar el tema, tu condición física está en buen estado, pero la de tu hermano aún no, deberías esperar a que los dos estén sanos — Respondió la mujer, Muichiro asintió.
El tiempo pasó rápido, la noche pronto caería, Amane les dio una habitación, no tenían ropa de su talla, así que les prestaron unas yukatas que le quedaban grandes, para que pudiesen dormir más cómodos. También cambio las vendas y desinfectó la herida de Yuichiro. — Mañana iremos a comprarles algo de ropa de su talla. Ahora duerman, y cualquier cosa no duden en avisarnos. — Dijo la amable mujer desde la entrada de la alcoba acompañada por sus tres hijos menores, Kiriya, Kuina y Kanata.
— ¡Hai! ¡Muchas gracias! ¡Buenas noches, Amane.san, y a sus hijas también! — Exclamó alegremente, la mujer le sonrió y se retiró junto a sus hijos. — Nii-san, ¿no estás emocionado? Oyakata-sama es el líder de los cazadores de demonios, ¡tal vez conozcamos cazadores de demonios! ¡Como Tomioka-san! — Exclamó de forma energética al futón donde estaba sentado su hermano.
— No quiero estar más involucrado con los cazadores de demonios. Tu tampoco lo estarás. — Dijo fríamente recostandose en el futón — ¡Gr! — Dejó salir un quejido de dolor, se había recostado boca arriba, no fue la mejor elección, rápidamente se volvió a sentar.
— ¿Estás bien, Yuichiro? — Se acercó rápidamente a él checando su estado
— H-hai... Solo me acosté sobre mi espalda, no es nada — Contestó volviéndose a acostar, esta vez con sumo cuidado y de lado
— Buenas noches, Yui
— Buenas noches
[...]
El día pronto fue iluminado por el intenso sol, por el calor que hacía la gente no le agradaba mucho estar afuera, pero habían unas cuantas nubes, lo cual restaba un poco el radiante astro. Eran las 3:27 p.m., como Amane había dicho, iban a comprarles algo de ropa nueva, ambos gemelos traían sus viejas yukatas recién lavadas, eran acompañados por Amane, Kuina y Kanata. El dolor en la espalda del mayor había disminuido considerablemente, y más cuando la albina consiguió una medicina aún más efectiva, tenía entendido que una cazadora los hacía.
Muichiro miraba todo con cierta emoción, sin duda aquel pueblo era mucho más grande comparado con el que iban cuando eran niños. En ningún momento soltaba la mano de su hermano mayor. En el centro, habían distintas tiendas, restaurantes, dulcerías, tiendas de ropa, de abarrotes, florerías, tiendas de regalo, jugueterías, papelerías, farmacias, fruterías, etcétera. También habían puestos con comidas callejeras y dulces.
La mujer los llevó hasta una tienda donde habían varios maniquís con kimonos afuera de esta. La tienda estaba llena de prendas coloridas, había una repisa con telas estampadas y simples, una mujer estaba confeccionando algunas prendas. Primero iniciaron con lo más fácil, ropa interior, entre ello iban varios shitagi y juban, y uno que otro naga juban.
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•*Diccionario*•
Shitagi. Se trata de la ropa interior que se ponen sobre el Fundoshi (calzoncillo). Es como un Kimono y se pone al igual que este.
Juban. Es una especie de camisa que se coloca debajo del Yukata. Está cortado a la manera del Kimono tradicional y es muy ligero.
Naga Juban. Se trata de la ropa interior del Kimono. Es como un vestido similar al Kimono que protege del sudor y cuyo cuello sobresale por fuera del Kimono. El clásico es el blanco y lo usan tanto hombres como mujeres. Los que son de hombres pueden ser de diferentes colores y pueden llevar diversos diseños.
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Ahora venía lo que era un poco más complicado, la ropa exterior. Primero escogieron alguna prenda para dormir, ambos eligieron dos yukatas, una ligera y corta y otra más gruesa. Lo primero que noto es que ambos hermanos se inclinaban por los colores azules, Yuichiro por los tonos oscuros, y Muichiro por los claros. Inconsciente o conscientemente seleccionaban prendas similares, estos detalles harían más rápida la compra de ropa. Amane miró entre las distintas yukatas, haoris y pantalones hakama que habían, dos pantalones hakama negros, un haori celeste y una azul grisáceo, casi negro. La mujer le entregó las prendas a la menor de sus hijas.
— Pregúntales que opinan de la rota
— Hai — La pequeña albina se dirigió a los azabaches, estos veían varias prendas algo grandes — Mi madre les manda esta ropa para que la vean. — Le entregó la ropa mientras que ambos veían con curiosidad.
— ¡Está muy bonita! — Dijo mientras veía el haori celeste, Yuichiro asintió.
Terminaron comprando seis pantalones hakama, seis yukatas, y dos haoris. Los pantalones eran negros, azul marino, gris, café y caqui, las yukatas eran verde menta, blanca, negra, y azul, y los dos haoris eran celeste y negro. A pesar de toda esa ropa nueva, ambos hermanos preferían usar su yukata que su madre les había hecho con mucho cariño en el pasado. Los pantalones hakama eran para facilitar el entrenamiento como espadachines, porque sí, Muichiro no se daría por vencido en convencer a su hermano mayor. Pronto las heridas de Yuichiro fueron cicatrizando, esta quedar unas notorias cicatrices en toda su espalda. Amane y Kagaya los cuidaban como sus propios hijos, ayudaban con las tareas del hogar, recibían educación escolar y emocional en casa, y les tenían cariño como dos hijos más. Finalmente, un día el patrón de los cazadores pidió hablar con los niños, una conversación tan ansiada por Muichiro, y tan odiada por Yuichiro.
—Ustedes dos tienen talento natural, podrían convertirse en hashiras rápidamente, salvarían a muchas personas, incluso podrían llegar a usar la primera respiración y la más poderosa de todas — La voz calmada de patrón, ese era su habilidad especial. Yuichiro apretó lo ojos con fuerza y frunció el ceño haciendo una mueca de disgusto mientras que cruzaba los brazos.
Por otra parte, Muichiro se veía contento, estaba emocionado. — ¡Por favor, nii-san! ¡Ya lo escuchaste, podemos salvar muchas vidas, ayudaremos a la gente para que no sufran ataques de demonios como nos pasó a nosotros! — Exclamó emocionado agarrando del brazo a su mayor
— Solo somos niños — Murmuró de forma casi inaudible
— ¿Que?
— ¡CREÍ QUE ESTE ASUNTO YA NO LO VOLVERÍAMOS A TOCAR! ¡TE DIJE QUE NO! ¡NO CREAS QUE POR HACER COSAS BUENAS SE TE REGRESARÁ ALGÚN DÍA! ¡NO SEAS IDIOTA! ¡UN EJEMPLO SON NUESTROS PADRES! ¡¿CREES QUE ALGUIEN COMO TÚ PODRÁ SER UN CAZADOR DE DEMONIOS?! ¡EL "MU" EN MUICHIRO ES EL "IN" DE INEFICAZ! ¡EL "MU" EN MUICHIRO ES EL "IN" DE INVALIDO! — Le gritó con la falsa esperanza de que dejara su "tonto" sueño de ser un cazador de demonios. Muichiro empezó a llorar, creía que ahora lo escucharía, pero no fue así, en cambio, recibió hasta insultos.
— ¿Por qué eres muy cruel, *snif* nii-san? — Le cuestionó entre lágrimas
— Solo digo la verdad. Ahora deja de llorar, acepté quedarnos aquí porque ya experimentamos que no estamos seguros en la montaña, no para ser cazadores. Si sigues así creo que será mejor regresar a casa y seguir como si nada. Vámonos. — Respondió en un tono autoritario dándose la vuelta para retirarse del lugar, con algo de esperanza de alejar a su hermano del peligro.
— ¡No! — Exclamó sin moverse de su lugar, Yuichiro acarició su sien y cerró los ojos con molestia.
— No estoy para tus berrinches. ¡VA-MO-NOS! — Cada vez le era más difícil intentar que su hermano dejara lo de ser cazadores de demonios. Él era como sus padres, ponía a los demás delante suyo, eso le costaría la vida, y no podía permitir eso, él era su mundo, no soportaría que algo le sucediera a su hermanito.
— ¡YA TE DIJE QUE NO! — Gritó entre lágrimas. Sintió como alguien lo tomaba del hombro, miró hacia atrás, Amane lo miraba, por impulso la abrazó, nunca le gustó discutir con su hermano mayor, y siempre lo hirió la forma dolorosa de decir la verdad que este tenía. Tan bien que iban las cosas, parecían por fin volverse a llevarse bien, ¿por qué su hermano tenía que ser tan terco?
— Yuichiro, deberías calmar- — El mencionado no dejo terminar a Kagaya, tenía un resentimiento hacia a ellos, aunque era cierto que posiblemente no hubiese sobrevivido sin ellos, no quería exponer a su hermano al peligro, no quería perderlo a él también.
Se tapo los oídos con fuerza y cerro los ojos — ¡NO TE ESCUCHO! — Grito y salió de la habitación corriendo. Era muy terco, casi imposible tratar con el. Pero también era una persona analítica, no le costó mucho tiempo darse cuenta de aquella habilidad de oyakata-sama. Su voz era como una palmada en la cabeza, era una persona muy comprensible, mantenía la serenidad en todo momento, casi sonaba maternal, su voz era capaz de tranquilizar a cualquiera en poco tiempo, sabía que palabras decir, o a la conclusión que llego Yuichiro, sabía como manipular a las personas con su voz.
Se sentó recargado en la pared a un lado de la entrada, estaba seguro de que no lo buscarían, Muichiro estaba enojado con el. — Deberíamos darle su tiempo — Escuchó la voz de Kagaya, ninguna respuesta de Amane o Muichiro, supuso que asintieron, además, se escuchaban lo sollozos de su hermano.
Después de algunos minutos, el menor había logrado calmarse. — Yo... si quiero ser cazador de demonios — Escuchó decir aquellas palabras de su hermano, su corazón se aceleró y su cuerpo se tensó. Colocó sus manos sobre la tela de su desgastada y corta yukata apretando el agarre en esta.
— Perfecto. Tu entrenamiento inicia mañana, serán algunos ejercicios para mejorar tu condición física. Aquí tenemos varios libros que explican como funcionan cada respiración, que necesitas para aprender cada una, cómo crear respiraciones, entre otras cosas. Pero si quieres podemos solicitar un instructor incluso pilar.— Explicó Kagaya, Muichiro asintió.
•*Pov. Yuichiro*•
Tratando de hacer el menor ruido, salí corriendo de la casa de Kagaya-san, no quería seguir escuchando esa conversación. No conocía bien el lugar, posibleente solo sabría como llegar al pueblo pero no como regresar, así que era propenso a perderme, pero no soy tonto, salí del gran patio de su finca, y me recargué en la pared que limitaba esta, justo a un lado de la entrada. Me senté en el suelo con la pared recargada en el muro, abracé mis rodillas y hundí mi cabeza en ellas, necesitaba pensar.
A nosotros nos criaron con la idea de que hacer el bien a los demás volverá para ayudarte. Al parecer Muichiro sigue con las palabras que nos dijo mi padre, siempre se molesta cuando le digo lo contrario. No entiendo porque sigue creyendo en eso, nosotros ya vimos que eso no es así. Mui es como mis padres, ponen a los demás por delante suyo, aunque hable muy bien de ellos, eso pone en peligro su vida. Tal y como les pasó a mamá y papá.
Mamá, a pesar de estar muy enferma, siguió trabajando, me di cuenta casi de inmediato que algo andaba mal, le dije que descansara, pero me respondió que si descansaba no iba a poder ayudarnos con las labores del hogar y venderíamos menos leña si hacemos también su trabajo, que quería lo mejor para nosotros. Por más que le insistí, no hizo caso, y terminó mucho peor.
Papá tenía la estúpida esperanza de salvar a nuestra madre, aunque ya era imposible, y unas hiervas no la iban a salvar. Salió en medio de una tormenta, una decisión muy estúpida, buscando las hiervas cayó por un acantilado y murió. Si el no hubiese salido, solo mamá hubiese muerto.
La compasión es inútil para los humanos. No importa que bien le hagas a alguien, no te hará ni un bien a ti. Tal vez nos criaron con la creencia contraria, pero las palabras de alguien que murió intentando ayudar a los demás no me sirven de nada.
Me aterra pensar que Muichiro pueda morir en cualquier momento si se convierte en cazador de demonios, después de todo, en este trabajo no puedes permitirte encariñarte con alguien, tarde o temprano todos vamos a morir. Desde que murieron mamá y papá empecé a ser más estricto con Muichiro, realmente no estaba seguro de que lo que hacía estaba bien, después de todo solo era un niño cuidando de otro niño algunos minutos menor que yo. Muichiro es demasiado optimista. Salvar personas es algo que solo algunas personas pueden hacer, aunque solo seamos niños, estoy seguro que Mui podrá hacer grandes cosas.
Siempre le he dicho a mi hermano, que el "Mu" en Muichiro es el "in" de ineficaz. El "Mu" en Muichiro es el "in" de invalido. Realmente nunca creí que eso fuera así. Él, a diferencia de mi, es un chico muy bueno, el quiere ser útil, y yo me interpongo en su camino, soy el único malo aquí. Siempre lo supe, la verdad es, la "Mu" en Muichiro, es el "in" de infinito; si alguna vez, haces algo para ayudar a otros, puedes sacar fuerza infinita.
— Yuichiro-san — Alcé mi vista, una de las quintillizas de Amane-san y Kagaya-san estaba enfrente de mi, ellas tienen seis años, cuatro son albinas y una de ellas son pelinegras, esa es la única que diferencio aún.— La cena se servirá pronto — Mire al cielo, estaba oscureciendo, no me di cuenta cuánto tiempo pasó. Negué con la cabeza, no tenía ganas de ir, mucho menos ver a los Ubayashiki.
La extraña niña se fue, suspire. Por suerte aquí habían árboles de glicinias, los demonios no las toleran o algo así.
Tengo algo... mucho de resentimiento hacia la maldita de Amane. Ella misma lo dijo, es la esposa del líder de los cazadores de demonios, lo más coherente es que dichas criaturas estaban detrás de ella. Toda nuestra vida nunca fuimos atacados por demonios, la gente del pueblo no sabía ni donde vivíamos, nuestra casa estaba oculta, de seguro lo malditos demonios no sabían de nuestra existencia, entonces llegó ella. Me alejara de Muichiro, es una tontería sacada de la ficción todo eso de ser descendientes, he intentado mantener a salvo a mi hermano y llega esa maldita mujer. Aunque, realmente no puedo evitar sentirme mal de pensar y hablar así de ella, después de todo, todo este tiempo nos ha estado cuidando muy bien.
Se que a estas altura del partido no puedo hacer nada para cambiar su opinión, no puedo alejarlo de la Ubayashiki, no creo que sea seguro volver a casa, lo único que queda para asegurarme de que esté bien es convertirme igualmente en cazador de demonios, aunque realmente no quiero tener nada que ver con ellos, mi deseo para que Mui esté bien es más grande. Para eso tendré que poner mucho esfuerzo, necesito ser incluso más fuerte que él para poder ayudarlo, ¿tal vez un pilar? No quiero gastar mi tiempo y energías salvando a gente desconocida. Si no me equivoco los kakushis no hacen nada de eso, pero ayudan a los cazadores, aunque son los más débiles de los cazadores de demonios.
Yo no soy un elegido. No tengo la fuerza para ser amable, para salvar a otros. Pero aún así hermano mayor, aunque solo fuera por unos minutos. Entonces, por el bien de Muichiro, encontraré la fuerza que necesito para cuidar la única familia que me queda..
Me quedé ahí por algunas horas más, al entrar a la casa de los Ubayashiki miré el reloj, eran las 11:46 de la noche. Muichiro seguía despierto, al parecer me esperaba — Nii-san — Se sentó en su futón tallandose los ojos — Deje algo de comida por si tenías hambre en la mesita de noche — Señaló el plato, solo asentí, honestamente no tenía apetito, mi estómago estaba revuelto, tal vez por los nervios — Buenas noches... — Se volvió a acostar en el futón, por el calor no necesitábamos cobija.
— Descansa, Muichiro
Despertamos temprano al día siguiente, eran las cinco o seis de la mañana, no nos pesó mucho, ya que despertabamos a una hora similar para poder cortar y vender leña para terminar antes del atardecer. Tal vez sea el valor sentimental, pero Muichiro y yo usamos las yukatas y nos pusimos encima pantalón hakama, a pesar de que Amane nos compró ropa nueva.No podía evitar por siempre a Amane, el desayuno me la pasé en silencio, Muichiro incluso me regañó por no agradecerles siquiera, no pensaba hacerlo. Mamá solía decir que era muy rencoroso, y que me molestaba a veces por cosas innecesarias.
Cuando Muichiro fue a entrenar con la tutela de Amane y tres de sus hijas, me dirigí a Kagaya-san, este tenía una enfermedad y usualmente era acompañado por dos de las quintillizas, la de cabello negro y una albina. — ¿Sucede algo, hijo mío? — Fruncí el ceño, me molestaba un poco que me llamara así, sentía que quería remplazar a mi padre o algo parecido, pero a Muichiro le agradaba.
— Kagaya-san... pensé un poco las cosas sobre ser un cazador de demonios... — Hice una pausa, me sentía algo vulnerable, como si de repente tirara mi orgullo, sonaba como una disculpa a mi parecer. — Quiero entrenar como mi hermano, para ser... cazador de demonios. Pero, aún no estoy seguro si quiero ser un cazador o solamente un kakushi
— Bien, si quieres puedes ir de una vez a entrenar con tu hermano. Sobre tu duda de ser solamente un cazador o un kakushi, aún tienes tiempo. —Asentí y me fui a entrenar con Mui.
Él se emocionó al verme, incluso me abrazó. El entrenamiento se basó en mejorar nuestra condición física, después de entrenar todo el día tomamos un baño, cenamos y dormimos. A tan solo una semana de iniciar nuestro entrenamiento fue nuestro cumpleaños número doce, por supuesto que Amane y Kagaya sabían ya que Muichiro les contó. Un día antes de nuestro cumpleaños, en la noche Amane y Kagaya nos llevaron al pueblo al festival de Tanabata, en donde vivíamos nosotros se celebraba el siete de julio, aquí es en agosto, realmente no la pasamos muy bien. Yo le hice un dibujo de regalo a Muichiro, el también me regaló un dibujo que el me hizo, y ese día no entrenamos.
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•*Diccionario*•
Tanabata: La fiesta del Tanabata, también conocido como la 'Fiesta de las Estrellas', es una celebración japonesa que tiene lugar el día 7 del mes de julio. Según el folclore nipón, este es el único día del año en que las dos estrellas, Altair y Vega, pueden encontrarse.En esta época del año, es tradición escribir los deseos del Tanabata (conocidos como tanzaku) en tiras de papel de colores y colgarlos en los árboles de Tanabata, hechos de ramas de bambú. La gente también decora sus casas y los espacios públicos. Sin embargo, las fechas del Tanabata varían entre las diferentes regiones. De acuerdo con el calendario lunar utilizado en la antigüedad, el séptimo mes del año es agosto, en lugar de julio. Por esta razón, en algunos lugares como Sendai, se celebra el 7 de agosto, aunque la fecha oficial es el 7 de juli
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Las primeras semanas solo fue mejorar nuestra condición física, pero conforme pasaba el tiempo el entrenamiento se volvió muy duro. Pese si hiciera mucho frío o calor, estábamos afuera entrenando, incluso había una montaña llena de trampas, pensé que Amane nos quería matar, pero su esposo nos dijo que muchos instructores dejaban a sus estudiantes n montañas con trampas. También nos pusieron a mejorar la velocidad, cargábamos mucho peso, esto no me fue difícil ya que cargaba con grandes troncos en casa, pero a Muichiro si se le dificulto, y aprendimos a usar algo llamado "la respiración de concentración total", Amane no era cazadora, posiblemente incluso éramos más fuerte que ella aún sin saber una respiración en si, pero sabía los principios, y nos prestó muchos libros con información.
A veces terminábamos con los pulmones adoloridos, o con algunas heridas porque no pudimos esquivar alguna trampa, incluso llegamos a escupir sangre o vomitar por el sobre esfuerzo. Nuestro entrenamiento iba increíblemente rápido a pesar de nuestra edad. Tardamos en elegir una respiración, pero al final decidimos por la respiración de la niebla, Muichiro insistió mucho en aquella respiración y que ambos la usaramos, terminé aceptando. Kagaya nos envió con un viejo que antes era un cazador, al ya saber los principios para ser un cazador, simplemente paso a enseñarnos las posturas. En aproximadamente dos meses ya habíamos dominado la respiración de la niebla, incluso quisimos complicarnos las cosas y creamos una postura nueva, la séptima postura. Aunque honestamente Muichiro la creo, él fue el de la idea y cómo servía, solo le ayude en algunos detalles.
Muichiro y yo entrenábamos con las katanas que nos prestaron en un combate cuerpo a cuerpo, aunque claro, éramos cuidadosos se no herir al contrario. Ya teníamos algunos días de haber regresado a la finca Ubayashiki, en unos días sería la selección final, para ese entonces estábamos cerca de cumplir un año que inició nuestro entrenamiento. Estuve muy cerca de dejarle una cicatriz en la mejilla derecha de Mui, pero este lo esquivó a último momento haciéndose para atrás y cayendo al suelo.
— ¿Estás bien, Mui? — Me incliné y le extendí la mano para ayudarlo a pararse, pero vi que sostenía algo negro en sus manos —¿Que...?
— ¡Me cortaste el cabello! — Exclamó enseñándome un mechón de su cabello y empezando a llorar, le había cortado un mechón cerca de su mejilla izquierda. Bufé con algo de molestia.
— ¡Deja de llorar! — Exclamé, pero no me hizo caso. Después de unos minutos de que él estuviese llorando me desesperé y lo tomé del brazo levantandolo — Sígueme — El se limpió las lágrimas pero seguí sollozando a lo bajo. Que exagerado e infantil.
Lo lleve a nuestra habitación, ahí había un tocador con un banquito, lo senté ahí viendo hacia el espejo. — ¿Qué sucede? Oka-san me mandó a ver porqué Muichiro-san llora — Dijo en un tono neutro Kuina-san, ya puedo identificar más o menos a las quintillizas, quintillizos mejor dicho, Kiriya-san es hombre pero lo criaron como mujer o algo así, él tiene el cabello negro. Kuina al igual que Kanata-san y Kiriya-san, viste un kimono morado con flores del mismo color pero en distintas tonalidades, y ella tiene un adorno de flor amarilla en el lado izquierdo.
— Le corté por accidente a Muichiro el cabello con la katana durante un entrenamiento... ¿Sabes dónde hay unas tijeras? — Kuina-san asintió y se fue, después de unos segundos regresó con el artilugio en manos, lo tomé y ella se fue. — No te muevas o va a salir chueco — Le advertí a Muichiro y el asintió, espero no dejarlo calvo...
Pasé el cepillo por su cabello desenredándolo y lo puse todo detrás de su espalda, tomé las tijeras y agarré un mechón de su cabello. Estaba nervioso, nunca antes le había cortado el cabello a alguien, Muichiro aprecia mucho su cabello, espero y no me odie. Sentía mi mano derecha temblar, estaba a punto de cortarle el cabello cuando escuché una voz.
— Yuichiro-kun— Me sobresalté y corté el cabello de mi hermano
— ¡Waaaaa! ¡ Mi cabello! — Exclamó entre lágrimas tomando su mechón recién cortado. Miré hacia atrás, ahí estaba Amane-san
— ¿Qué quieres? — Pregunté con voz algo ronca, esa mujer no parece molestarse con nada
— Yu-Yuichiro... — Me llamó la atención mi hermano.
— Kuina me contó lo sucedido, vine a ayudarlos — Antes de que pudiera decir algo, se puso de rodillas detrás de Muichiro y empezó a peinarlo. Kanata-san le trajo un atomizador y humedeció su cabello. Una vez húmedo su cabello y desenredado completamente, cortó el mechón que le corté con la katana para que las puntas queden parejas, luego el que le corté con las tijeras. Estuve tal vez media hora esperando a que se lo cortara, me acosté el el futón aburrido, además, estaba cansado por el entrenamiento.
— Listo, ya quedó — Me levanté para ver a mi hermano, su cabello ahora le llegaba a los hombros — Pienso que a su flequillo le vendría bien un corte, ¿estás de acuerdo? — Mi hermano asintió y se volteó a verla, Amane le cortó el flequillo, ya nos llegaba hasta los ojos y era algo estorboso.
— ¡Yuichiro ya no parecemos gemeloooos! — Exclamó mientras corría a abrazarme, posiblemente por eso lloraba.
— Calma, deja de ser exagerado
— ¡Siempre nos hemos visto iguales! ¡Y ahora no es así! — Suspiré, creo que nunca se calmará. Lo empujé bruscamente tirándolo al suelo.
— Amane, ¿puedes cortarme el cabello? — Ella asintió y me senté en el mismo lugar donde antes estaba Muichiro, ella repitió el mismo procedimiento incluyendo lo del flequillo, finalmente nos veíamos iguales nuevamente.
4770 palabras
22/junio
Capítulo dos editado y mejorado
SALVÉ UN TRIMESTRE DE ESPAÑOOOOOL! Ahora falta salvar de otras cinco materias xdxd Pero creo que si apruebo :D
Hace unas semanas vi a mi profe de educación física agarrarle el pito al teacher (sobre el pantalón xddd) mi amiga también lo vió :D
Podríamos usarlo de beneficio y sacar 10 :D
ok no, no lo haré, pero si vimos a los homosexuales de mis profes, cuando el profe de educación física se dió cuenta de nuestra existencia se alejó rápidamente :v
Gente, se que falta mil años para que yo publique un capítulo que tenga que ver con la villa de los herreros, pero, y si le quitamos protagonismo a Tanjiro y Nezuko y le damos un poco más de protagonismo a Yuichiro?? :v
Dudas
Teorías
Sugerencias
Byeee :D
Capitulo 5/6 en proceso (en teoría es el capitulo 6 porque el antiguo capitulo 2 se convertirá en el 3 y así sucesivamente)
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