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Capituló editado y diseñado para hacerlos llorar <33
Aquella joven mujer tosía fuerte y desesperadamente, estaba en un futón amarillo cobijada con una cobija de igual color, tenía un paño húmedo en al frente, y una bandeja con té a un lado.
— ¿Estás bien, mamá? Papá fue a buscar hierbas medicinales. Resiste. — Dijo con desesperación y temor aquel pequeño niño de tan solo diez años.
Otro niño, cabello largo y negro, ojos menta, y una yukata negra con diseño de niebla se acercó a ellos, tomó el pañuelo de la frente de su madre y lo remojó en el traste con agua poniéndosela en la frente nuevamente. — Hay que cambiarle el pañuelo constantemente para que la fiebre baje — Comentó seriamente
— H-hai— El contacto visual entre ambos hermanos fue escaso, el mayor de los gemelos se levantó al suelo y tomó un haori gris que su padre tenía en el armario.
— Papá se está tardando mucho, estaré esperándolo afuera. Cuida de mamá y cualquier cosa háblame
— Hai, nii-san — Yuichiro abrió el shoji y salió de la minka cerrando la puerta detrás suyo para evitar que el agua y el viento entraran y empeorara la salud de su mamá. Se sentó en la entrada de la casa, la esperanza de que su madre sobreviviera era baja, aquel simple resfriado se había convertido en una bronquitis.
Se podía ver en la mandíbula de la fémina cómo está temblaba, la fiebre no le bajaba — ¡Mamá!
«Está ardiendo en fiebre. A pesar de que nii-san le cambió el pañuelo no parece haber resultados»
Corrió rápidamente hacia el armario, donde sacó otra manta y se la empalmó. — Te voy a poner mi futón. ¿Qué tal, mamá?
— Tengo frío — Entre temblores finalmente pudo formular algunas palabras. Tras la desesperación e impotencia de no saber que hacer, lo único que logró fue llorar, llorar mientras abrazaba a su madre.
— Papá no tardará en volver. — Respondió sollozando abrazando a su madre, pronto todo estaría bien, su padre llegaría y curaría a su madre, y otra vez serían una familia feliz y unida.
Los segundos pasaban convirtiéndose en minutos, esto a sí mismo en horas. Su padre aún no llegaba. ¿No habría encontrado las hierbas? Eso es lo que querían pensar. Si no fuera por el haori de su padre que usaba ahora mismo, Yuichiro estaría empapado. LAs gotas de lluvia caían al suelo empapando todo, el viento soplaba bruscamente, los relámpagos iluminaban la noche y los truenos rugían con furia.
— ¡Nii-san! — Exclamó Muichiro entre lágrimas abriendo el shoji de golpe — M-Mamá... quiere verte — Dijo con un nudo en la garganta. El mayor abrió los ojos con sorpresa y temor mientras fruncía el ceño. Rápidamente se levantó de su asiento y entró junto a su hermano, dejó el empapado haori y se acercó a su madre.
— Y-yui... — Su voz sonaba débil y miserable, sus ojos menta perdían brillo poco a poco. Con dificultad acercó su mano helada a la mejilla de su hijo mayor — Yui... Mui... — Con su poca fuerza intentó sentarse en el futón donde estaba
— Mamá... no hagas mucho esfuerzo — Replicó Yuichiro volviéndola a acostar
— Mamá... — Murmuró Muichiro acostándose del lado derecho de su madre y abrazándola mientras derramaba algunas lágrimas, Yuichiro imitó la acción de su hermano menor, acostándose al lado izquierdo, dejando a su progenitora en medio.
— Hijos míos... l-los amo mucho... Muichiro... amo que seas tan amable y alegre todo el tiempo, eres muy positivo... Yuichiro... me encanta tu fuerza y que siempre intentes cuidarnos a todos... adoro ver sus hermosas sonrisas — Su voz sonaba entrecortada, apenas y podía abrazar a sus preciados hijos. Miró primero a Muichiro, y con mucho esfuerzo le dio un beso en la cabeza, después su mirada se dirigió a Yuichiro, y repitió el mismo cariñoso acto. — Cuida de... Muichiro... y de tu padre... por mi — Susurró con mucho esfuerzo.
Pudo escucharlo claramente. Después de aquel tierno beso que le había dado su madre, y aquellas palabras de despedida, ella soltó un suspiro, soltó su último aliento. Con lágrimas en los ojos miró a su madre, aquellos ojos llenos de vida, yacían de esta, no había ningún brillo aparente, estaban opacos.
— ¿Mamá...? — Murmuró sin querer creer lo sucedido.
— ¡¿Mamá?! — Preguntó de forma más alarmada sentándose en su futón y viendo el pálido rostro de su madre. — ¡¿Mamá?! ¡¿Estas bien?! — Preguntó moviendo ligeramente a su madre pero sin respuesta.
Yuichiro se levantó del costado de su madre sin emitir algún ruido. Limpio las escasas lágrimas de su rostro, no quería preocupar aún más a su hermano, aunque fue en vano, su rostro se empapó de inmediato.
— ¡Nii-san! ¡Mamá...! — Exclamó desesperadamente entre lágrimas
— Ella... murió... Muichiro— Su hermano no aguanto más y soltó en llanto abrazándolo buscando consuelo en sus brazos, después de todo, él era considerado el gemelo mayor. Igualmente lo abrazó llorando, aunque intentada reprimir su llanto.
Los primeros rayos de sol traspasaron las ligeras cortinas, habían esperado por mucho tiempo a su padre que ya había amanecido.
— H-hay... hay que buscar a papá... — Ordenó el mayor secándose de las lágrimas, el menor asintió y se separó. Ambos gemelos salieron en búsqueda de su padre, la tormenta acababa de pasar, estaba algo encharcado. — Papá dijo que la hierba que buscaba crece a la orilla de la montaña. Ten cuidado, puede estar resbaladizo por la lluvia — Indicó, Muichiro asintió.
Caminaron por más de una hora por un sendero bajando la montaña. El camino rápido era escalándola, lo cual tomaba la mitad o incluso mucho menos del tiempo, pero no se iban a arriesgar. Decidieron separarse un poco para buscarlo y ahorrar tiempo, no querían ni saber cómo se pondría su padre al enterarse de la reciente muerte de su madre.
— ¡NII-SAN! — Escuchó el escandaloso y asustado grito de su gemelo. Rápido dejó de buscar y corrió hacia donde lo escuchó, con temor de que este se haya lastimado o encontrado con un animal salvaje.
Mientras corría tomó una rama tirada, ¿de que le servía contra un animal salvaje? Tal vez no de mucho. Su cuerpo dejó de responder y se quedó estático a dos metros de llegar contra su hermano, algunas lágrimas se acumularon por el rabillo de su ojo.
— *sniff* P-papá... — Escuchaba los sollozos de su hermano. Muichiro abrazaba el ahora cadáver de su padre, al parecer este había caído del acantilado mientras buscaba las hierbas, estaba acostado boca abajo, con unas flores amarillas en su mano derecha, había un charco de sangre apenas notable a su alrededor, pues la mayoría de este había sido lavado por la lluvia — N-nii-san... h-hay que ayudar... a papá — Muichiro tenía un nudo en la garganta, miró a su hermano con lágrimas en los ojos. Este sin decir nada se acercó a su familia y se puso de cuclillas, no escuchaba la respiración de su padre, puso el dedo índice y medio en el cuello de su padre, para ser precisos donde estaba la yugular, no tenía pulso.
— No hay nada que hacer, el ya está muerto. — Dijo fríamente levantándose del suelo — Ahora, ayúdame a cargarlo, no podemos dejarlo aquí.
Ambos niños se las arreglaron para cargar el cuerpo inerte de su padre hasta su casa. Ya una vez en la minka, lo dejaron reposar junto a su madre.El olor putrefacto que desprendía su padre y lo hinchado de su cuerpo indicaba que llevaba varias horas muerto, no pasaría mucho para que este empiece a soltar todos los líquidos vitales que el ser humano tiene en su cuerpo.
Ambos hermanos se la pasaron todo el día excavando, en el primer agujero que hicieron enterraron a su padre, después iniciaron con la tumba de su madre. En cuanto terminaron de enterrar a sus padres, partieron en busca de dos piedras. Encontraron dos piedras redondas del mismo tamaño, eran muy pesadas para ellos, bueno, para Muichiro, con mucho esfuerzo Yuichiro pudo empujar una de las piedras el solo, como su gemelo no logró el cometido, él tuvo que llevar ambas piedras grandes y el menor varias piedras pequeñas, colocando una piedra en cada tumba y las pequeñas alrededor de estas. Por idea de Muichiro, plantaron flores que estaban en el bosque, estas eran de tonos rosas y blancos.
La noche pronto cayó, ambos hermanos entraron nuevamente a casa después de haber orado por ellos, habían dedicado todo el día al entierro de sus padres, que no habían comido en todo ese día. El primero en bañarse fue Yuichiro, en cuanto salió empezó a preparar la cena, algo de rábano blanco hervido con sopa de arroz, el platillo favorito de ellos. Cuando Muichiro terminó de bañarse, a diferencia de su hermano peinó su cabello, si no este se enredaría y terminaría cual cadillo.
— La cena está servida — Escacho el desanimado llamado de su hermano, había tardado mucho en la ducha, ya que se la había pasado llorando, y cepillar y desenredar su cabello tardaba. En cuanto vio a su hermano intentó no reír, su cabello estaba muy enredado y encrespado, ya se había secado.
— Nii-san... tu cabello — Dijo señalando la cabeza del mayor
— No me he peinado para hacer la cena a tiempo — Respondió simplemente
— Déjame ayudar — Fue por el cepillo de bambú y luego se puso detrás de su hermano, empezó desenredando las pintas hasta las raíces, después de varios minutos ya estaba liso — Listo
— Arigato
— De nada — Le regaló una gran sonrisa a su hermano, después agradecieron por la comida y empezaron a cenar.
La hora de dormir llegó pronto, Yuichiro ya se había dormido, o eso creía Muichiro. El menor de los gemelos no podía conciliar el sueño, se sentía tan solo y miserable, hacía un intento por no llorar, pero le era en vano. Miró a su hermano, este lucía tan tranquilo y pacífico, usualmente él lo regañaba por querer dormir juntos, pero pensó que al estar dormido este no se daría cuenta de su presencia. Se levantó y gateando se acercó al futón de su hermano, y se recostó en la orilla de este. Calló algunos sollozos y secó sus lágrimas, no quería despertar a su hermano y que este lo regañara. De repente, sintió como su hermano se daba la vuelta en el futón, antes de que el volteara para verlo, sintió como era abrazado por la espalda. — Buenas noches... Mui
Muichiro tomó el brazo con el que su hermano lo abrazaba — Extraño a mamá y papá... Es muy injusto que se tuvieran que morir — Murmuró entre lágrimas, pronto los sollozos se hicieron cada vez más fuertes, el abrazo de su hermano también.
Era obvio que nada iba a seguir igual después de la muerte de sus padres, solo eran dos niños de diez años intentando sobrevivir en este cruel mundo. Ambos pronto dejaron de sonreír, Muichiro parecía triste y melancólico la mayoría del tiempo, Yuichiro molesto. En cuanto nacieron les fue muy difícil identificar cual de los dos era el mayor, eran prácticamente idénticos, de los dos Yuichiro era el más fuerte, y siempre buscaba proteger a su gemelo, a lo cual fue considerado el mayor.
— La compasión es inútil para los humanos. No importa que bien le hagas a alguien, no te hará ningún bien a ti — Repetía una y otra vez intentando convencer a su hermano y hacerlo entrar en "razón".
— No, no es así, hacer el bien a los demás volverá para ayudarte. Eso es lo que dijo papá — Corrigió con algo de melancolía el menor
— Las palabras que alguien murió intentando ayudar a los demás son inútiles. — Para bien o para mal, Yuichiro era demasiado franco. La verdad es un arma de doble filo, por más que queramos saber lo que es verdad, deseamos que esa verdad sea una mentira, la verdad duele.
— ¿Por qué dices eso? Papá estaba intentando ayudar a mamá... — Trato de defender a su difunto padre, esperando que su gemelo logre recapacitar
— Esas hierbas no iban a curarla en la condición en al que estaba. Fue extremadamente tonto. — Sus palabras y tono de voz eran crueles, pero, ¿solo crueldad había en su hablar?
— ¡Eres muy cruel, nii-san! — Exclamó al borde del llanto
— Si el no hubiera salido con esa tormenta, solo mamá hubiese muerto. — La verdad salía de su boca, era cierto, tal vez por lo menos tendrían a su padre a su lado y las cosas serían mejor.
— ¡NO LO DIGAS ASÍ! ¡ES DEMASIADO CRUEL! — Grito. Una cálida lágrima deslizó por su mejilla izquierda, la primera de muchas.
— Solo te estoy diciendo la verdad — La crueldad en la forma de ser de Yuichiro solo era un disfraz, un disfraz que oculta su tristeza, miedo y preocupación. Quería que su pequeño hermanito estuviera sano y salvo, no quería que sufriera un destino similar al de sus padres, no quería que muriera ayudando a lo demás. Tal vez sonaba irónico, incluso ilógico, pero el pequeño niño a una corta edad lo había experimentado. Además, su madre le pidió cuidar de su hermano, no la defraudará.
Él era una persona dolorosamente franca. Vivir con él era el infierno mismo. Muichiro pensaba que lo odiaba, que era una persona fría.Pasaron los meses y las estaciones, y llegó la primavera, aquella estación en la que todo renace, las flores florecen, lo pájaros cantan, todo se torna de un tono vivo después del frío y deprimente invierno. Yuichiro guardaba la leña como todas las mañanas, y Muichiro fue por un palo y dos cubetas de madera para ir por el agua.
— Nii-san, voy por agua, ¿eh? — Dijo con esperanza de que su hermano decidiera acompañarlo; antes de que sus padres fallecieran, era una actividad que hacían juntos.
— ¿Todavía no haz ido? — Gruñó aún guardando la madera, Muichiro solo bajó la cabeza algo triste y se dirigió al río. Justo cuando llenaba la primera cubeta, se percató de la presencia de alguien. Frente a él estaba una hermosa mujer albina de ojos violetas y penetrantes, vestía un kimono amarillo con diseño de plantas, un obi color vino y naranja, un sombrero amarillo, su maquillaje constaba en una ligera sombra naranja, y tinta roja de labio. El ingenuo e inocente Muichiro, al verla por primera vez pensó que era el espíritu de un abedul blanco.
Era la esposa de oyakata-sama, el líder de los cazadores de demonios. Había ido a visitarlos a ese lugar apartado en las montañas, pero, al final Yuichiro fue muy grosero como siempre con Amane y la corrió.
Esa tarde el mayor empezó a preparar la cena, no era un secreto que el menor era un pésimo cocinero. Cortaba una y otra vez los rábanos blancos o daikon, iba a preparar rábano hervido, el platillo favorito de ambos.
— ¡Wow! Ella dijo que somos descendientes de espadachines. Y aparentemente somos personas asombrosas que podremos utilizar el primer aliento. — El entusiasmo en su voz era notable. Con cada palabra que decía más se tensaba
«Se lo que está pensando, no quiero que se ponga en peligro»
— No es mi problema, solo tráeme el arroz — Respondió secamente como siempre. Una curva se formó en los labios del menor formando una gran sonrisa.
— Hey, ¡seamos espadachines! Vamos a salvar a todo el que esté sufriendo por culpa de los demonios, estoy seguro de que pode- — Su canturreo fue interrumpido por un fuerte estruendo. Yuichiro estaba más tenso, su rostro se veía sombrío, empezó a cortar el daikon fuertemente hasta que algunas rodajas de este cayeron al suelo por la fuerza de los cortes.
Algunas gotas de sudor resbalaron por su rostro mientras veía atentamente las rodajas en el suelo. Alzó la mirada viendo a su nii-san, noto como apretaba su mandíbula, sus músculos se tensaban, y algunas venas se notaban en su sien.
— ¡¿ESTAS DICIENDO QUE PUEDES HACER ALGO?! ¿PODRÍA UN ALFEÑIQUE QUE NI SIQUIERA PUEDE COCER ARROZ SOLO CONVERTIRSE EN UN ESPADACHÍN? ¿AYUDAR A ALGUIEN? ¡DEJA DE DECIR ESTUPIDECES! ¡ERES JUSTO COMO MAMÁ Y PAPÁ! ¡ERES DEMASIADO OPTIMISTA! ¡¿QUÉ DIABLOS PASARÁ POR ESA CABECITA TUYA?! MAMÁ SE VINO ABAJO PORQUE SIGUIÓ TRABAJANDO SIN DECIRNOS QUE SE SENTÍA MAL. PAPÁ SALIÓ EN LA TORMENTA A CONSEGUIR ESAS HIERBAS. ¡INCLUSO CUANDO LE DIJE QUE SE DETUVIERA! ¡INCLUSO CUANDO LE DIJE A MAMÁ QUE DESCANSARA! SALVAR PERSONAS ES ALGO QUE SOLO ALGUNAS PERSONAS PUEDEN HACER. — Su cuerpo temblaba, ¿nervios? ¿Enojo? No lo sabía, solo no quería escuchar esas palabras de Muichiro, no quería que pusiera su vida en peligro — ¡SOMOS NIÑOS! ¿CREES QUÉ PODEMOS HACER ALGO PORQUE NUESTROS ANCESTROS ERAN ESPADACHINES? ¿QUIERES QUE TE DIGA QUE PODEMOS HACER? ¡ESTO ES LO QUE PODEMOS HACER! ¡MORIR COMO PERROS ALLÁ AFUERA! PORQUE SOMOS LOS HIJOS DE MAMÁ Y PAPÁ. ¡ESA MUJER SOLO MOS ESTÁ USANDO! TIENE QUE ESTAR PLANEANDO ALGO. ¡ESTÁ DISCUSIÓN SE ACABÓ! ¿ENTENDIDO? ¡AHORA VE A PREPARAR LA COMIDA!
Muichiro apretó los puños intentando no llorar, pero era nulo, sus mejillas estaban empapadas. Algo que no noto, fue que esa noche, su hermano mayor lloró. Finalmente, había soltado, había gritado parte de sus penas, de sus sentimientos. No estaba seguro de que lo que hacía y lo le decía a su hermano era correcto, pero solo era un niño, un niño que intentaba que él y su hermano sobrevivieran.
Dejaron de hablar. Amane siguió visitando su casa. Yuichiro una vez le hecho agua, lo cual provocó una pelea entre lo dos. El verano llegó, fue muy caluroso ese año. Estaban muy enojados el uno con el otro. Las noches eran calientes y las cigarras cantaban.
Muichiro se levantó para beber agua, poco después se despertó Yuichiro, se vieron por unos segundos sin decir nada. Entonces la puerta se abrió y un demonio entró. — ¡MUICHIRO! — Grito el mayor corriendo a su hermano, aquel vil ser de noche sediento por sangre atacó con su garras al menor, por suerte su hermano mayor lo tomó del brazo y lo jalo. Por inercia se puso enfrente de su hermano menor protegiéndolo, este lo abrazó por la espalda con miedo, algunas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
— Nii-san... — Murmuró aferrándose a este
— Cállense, cállense, dejen de hablar. Ustedes solo son unos pobres leñadoras que no pueden hacer nada por nadie. Si existen o no, nada cambia. Realmente son vidas sin valor — Yuichiro fue retrocediendo lentamente obligando a su hermano menor a hacer lo mismo, en el suelo, a la orilla de la habitación, cerca de una ventana, se encontraba una mesa, tomó rápidamente esta y justo cuando el demonio iba a atacarlos de nuevo le lanzó esta.
— ¡CORRE, MUICHIRO! — Grito, el menor lo dudo, pero se quedó justo en la puerta, Yuichiro no pensaba quedarse atrás, corrió hacia su hermano, pero como era de esperarse, el demonio era más fuerte que ellos, y con sus garras hirió por la espalda al mayor de los gemelos— ¡ARGH! — Las garras desgarraron la epidermis y dermis, la suciedad de las garras de aquel ser demoníaco le provocó mucho ardor, sentía un dolor agudo y constantes en la espalda. Perdió el equilibrio por el ataque del demonio y cayó a un lado de su hermano, este lo ayudo a levantarse. Tenía algunas lágrimas de dolor, pero las limpió para no preocupar a su hermano.
— ¡Yuichiro! — Exclamó preocupado viendo sus recientes cortadas, no eran muy graves, o al menos eso pensaba el mayor de los gemelos, pero si se infectaban serían todo lo contrario.
— Debemos huir — Dijo serio.
— Vaya, ustedes se aferran mucho a la vida. No se preocupen, acabaré rápidamente con esta para que se rencuentren la siguiente — Sonrió maliciosamente lanzándose para atacarlos, sin embargo, en la entrada estaban las dos hachas, Muichiro tomó una de ellas y cortó el brazo que venía a atacarlo — ¡Ahg! ¡Maldito mocoso!
Yuichiro a pesar del dolor en su espalda tomó la otra hacha y cortó ambas piernas del demonio dejándolo en el suelo, pero se estaba regenerando de forma lenta, suficiente tiempo para dejarlos escapar.
— ¿Pero que rayos...? — Murmuró viendo aquel ser inhumano
— ¡Amane-san dijo que los demonios se regeneran, debemos correr, nii! — El niño tomó la mano de su gemelo y ambos iniciaron a correr.
El demonio tardó un tiempo en regenerarse, pero se concentró para regenerar primero sus piernas. Se dirigió de forma rápida a los gemelos dispuesto a cortarlo con sus garras, pero Muichiro fue más rápido y le volvió a cortar su brazo.
— ¡NO TE PERDONARÉ POR HERIR A MI NII-SAN! — Gritó con furia pateando su estómago tirándolo al suelo, y cortó su otro brazo. Yuichiro miró sorprendido a su hermano, nunca lo había visto tan furioso, tampoco tenía idea de la fuerza que tenía.
— Muichiro, ahora debemos correr, ¿que esas cosas no mueren con el sol? ¡Faltan horas para el amanecer! ¡Huyamos! — Dijo serio tomando de la mano a su hermano y corriendo hacia el arroyo a pesar del dolor— Uhg...
— Yuichiro... tu herida... — Comentó preocupado pasando el brazo de su hermano por su espalda para ayudarlo. Por la cercanía reciente se percató de las lágrimas en su rostro, pero este se volteó para que no lo viera.
— Estoy bien, me alegro que tú no estés herido — Dijo seriamente — Tengo una idea — Desvío a su hermano, y ambos se pusieron detrás de un árbol a la orilla del arrollo, haciendo el menos ruido posible empezaron a talarlo lentamente.
— ¿Donde se metieron, malditas escorias? Puedo olerlos cerca — El demonio volteo a dirección de los hermanos, sonrió mostrando sus colmillos y río entre dientes— Esconderse atrás de un árbol no es muy inteligente. — Sin previo aviso, aquel árbol fue derribado tirándolo al suelo. — ¡¿Enserio creen que esto me detendrá?! — Con sus afiladas garras cortó en pedacitos el árbol, se dirigió hacia el indefenso Yuichiro con intención de devorarlo. — Espera, ¿qué no eran dos? — Interrogó, sin previo aviso su pierna izquierda fue cortada de la rodilla para abajo desequilibrándolo, Yuichiro uso su hacha y corto ambos brazos, no podía hacer mucho por el dolor de la herida.
Muichiro se había escondido detrás de una roca al lado contrario del mayor, el demonio detectó primero al de vestimenta negra por el olor de la sangre de su herida. El menor tomó una roca mediana y la lanzó a la espalda baja destrozandole parte de la espina dorsal y estómago.
— Creo que tenemos tiempo suficiente para huir, nii-san — Muichiro corrió a donde su hermano, pasó su brazo sobre sus hombros para ayudarlo a caminar, sin embargo, uno de los brazos recién cortados del demonio los alcanzó y arañó el pie izquierdo del menor de los Tokito — ?¡Auch! — Pateó por inercia el brazo intentando no apoyarse mucho en su pie adolorido.
— ¿Estás bien? Tu pie...
— Estoy bien, nii-san. Ahora vámonos — Empezaron a caminar atravesando el arroyo con dificultad, el agua les llegaba hasta abajo de las rodillas, pero la corriente era algo fuerte. En cuanto atravesaron la fuente de agua aceleraron el paso. La mejor opción para ellos era llegar al pueblo, pero les iba a ser difícil y tardado llegar desde aquella remota montaña.'
Habían logrado avanzar una distancia considerable. Sin embargo, fuertes y bruscos pasos se escucharon cerca, su tiempo se había agotado. Las energías de los hermanos se estaban agotando, aún faltaba mucho para llegar al pueblo, y un par de horas para el amanecer, lo único que les quedaba era esconderse a su suerte. — Ahí — Susurró Yuichiro señalando un árbol, había un agujero debajo de sus raíces, lo suficientemente grande como para que ambos hermanos se pudiesen meter. Muichiro ayudó a su hermano a meterse, después el se metió dentro.
Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, varios estruendos también, el demonio estaba destruyendo uno que otro árbol a su paso. — Ahora si me hicieron enojar, no se los perdonaré, se que están aquí, puedo oler su deliciosa sangre. No puedo esperar para probar su apetitosa carne. — Vieron los grandes pies del demonio parar frente a su escondite, los nervios y miedo invadieron su cuerpo. ¿Acaso morirían aquella noche?
Sin previo aviso, la cabeza del demonio cayó rodando, fue cortada limpiamente. Un olor a cenizas inundó el lugar, ambos hermanos veían algo horrorizados como aquel ser se desintegraba frente a sus ojos. Pronto el cuerpo también cayó, y este se desintegraba hasta solo quedar cenizas apenas notorias, las cuales volaban con el viento. Pudieron ver los pies de una persona, getas azules, calcetas negras, con un pantalón hakama y vendas que aseguraban este.
Muichiro salió gateando de su escondite y alzó la mirada, frente a él había un chico, cabello azabache hasta los hombros cortados en capas y atado en una coleta, ojos azules y profundos como el mar, piel pálida, un traje negro, y un haori la mitad rojo y la otra mitad de un diseño geométrico de tonalidades verdes y amarillas.
— ¿Están bien? — Cuestionó fríamente y con un tono monótono a los infantes, Muichiro asintió mientras que su hermano también salía del lugar con su ayuda.
— ¿Eso era un demonio? — Cuestionó Muichiro por mas obvia que sea la respuesta, el espadachín asintió, aunque su hermano mayor lo vio como si fuera un bruto — ¿Eres un cazador de demonios? — Otra pregunta más respondida con un asentimiento — ¿Como te llamas?
— Tomioka Giyuu — Respondió el chico de menos de veinte años. El chico notó la sangre del gemelo de yukata negra, sacó algunas vendas que tenía guardadas.
[...]
El joven pilar del agua, llevó consigo a los dos niños hacia el pueblo, en todos los pueblos había una casa de glicinias, tardaría mucho en llegar a la Finca Mariposa, así que esta era la opción más viable en esos momentos. La mujer que atendía el lugar, llamó a un médico que atendió las heridas de los gemelos, sobre todo la marca de las garras en la espalda del mayor. La anciana dueña de la casa ayudó al mayor de los hermanos a ducharse por las heridas que este tenía, ahí les prestaron una yukata a los tres azabaches para que descansaran con esta, las yukata de los Tokito, y en el caso de Tomioka su uniforme (se quedó con su preciado haori) fueron lavados y remendados.
Era muy tarde, en menos de dos horas amanecería, por fortuna, los gemelos no habían mojado su cabello a la hora del baño, para así poder descansar. Durmieron en la misma habitación que el hashira, los trabajadores de la casa de glicinias habían puesto tres futones en el cuarto. Por el cansancio los niños cayeron completamente dormidos.
Los primeros rayos de sol se colaron en la habitación golpeando con delicadeza primero el rostro de Muichiro, puesto que este era el que estaba pegado a la ventana. Se levantó con pesadez tallandose los ojos. Bostezó fuertemente estirando sus brazos sentado en su futón. En cuanto su vista se aclaró miró a su derecha, donde dormía aún tranquilamente su hermano, este estaba dormido de lado en dirección a donde él estaba, se podía notar en poco las vendas que enredaban su pecho y espalda, pero mayor parte era oculta por la yukata.
A la derecha de su hermano estaba el cazador que los había salvado, estaba sentado en el piso tatami con piernas cruzadas, había una mesa bajita frente a él con tres tazones de sopa miso, arroz, y verduras encurtidas. — Buenos días, Tomioka-san — Saludó sentándose a un lado del cazador, este a penas lo vio por unos segundos, al parecer era un hombre de pocas palabras.
El niño de ojos mentas se sentó frente a su comida, pero no consumió nada de esta, lo cual extrañó al cazador, que ya estaba por acabar de desayunar. — Se va a enfriar — Dijo simplemente para dar otro bocado a su comida
Muichiro miró a su hermano, el cual seguía durmiendo, no quería comer hasta que su hermano despertara. — Voy a esperar a mi hermano — Respondió mientras miraba a lo lejos a Yuichiro. Su estómago rugía, estaba hambriento, y tener un plato lleno de comida frente suyo no ayudaba. Se levantó del suelo y se fue a sentar a un lado de su hermano. Lucía tan pacífico, su respiración era calmada, debía estar muy cansado, inevitablemente para él, empezó a pincharle una mejilla, estaba aburrido, y cuando eran más chicos era algo que hacían constantemente entre los dos.
Cuando se aburrió de molestar el rostro de su hermano, se dirigió con el cazador, quien recién salía del baño ya con su uniforme de cazador recién lavado, con el calor que hacía, este se secó rápidamente. Muichiro miró la prenda bi patrón con curiosidad, era un haori un tanto extraño, tenía dos telas distintas, y la costura que las unía era muy discreta y perfecta.
—¡Está muy bonito tu haori! ¿Por qué son dos patrones distintos? — Ladeó la cabeza con curiosidad mientras veía como el cazador se lo ponía, este no le respondió, solo se limitó a verlo algunos segundos. — ¡Nii-san a veces suele ignorarme a veces también! ¡Pero al igual que él, estoy seguro que era una persona buena que se muestra duro por fuera! — Exclamó con alegría viendo al azabache, se sentía eternamente agradecido por haberlos salvado. Un silencio incómodo inundó la habitación, le era dificil mantener plática, pero no se daría por vencido; su madre siempre decía que había gente muy tímida que no sabía como expresarse, tal vez aquel chico era de ese tipo de personas, no se daría por vencido. ¿Tal vez algún tema en común?
Caminó en círculos por la habitación, mientras que apoyaba su dedo índice y pulgar de la mano derecha en su mentón, estuvo así por varios minutos, el hambre que era creciente en su ser no lo dejaba pensar. Pensó en las cosas que Amane les había contado de la Cede de cazadores de demonios, pero en sí no sabía mucho, a penas sabía que los demonios se desintegraban con el sol, comían humanos, existía algo llamado "respiraciones", y hasta ese momento era lo único que sabía, Yuichiro no la había dejado contar más. ¡Ya tenía una idea de conversación!
— ¿Cuál respiración usas? — Lo miró a los ojos con ansias de escuchar la respuesta, solo había escuchado de "la primera respiración", respiración que usaban sus ancestros, y actualmente era desconocida.
— Respiración del agua — Dijo en un tono frío y seco, algunas gotas de sudor resbalaron por su sien, esto parecía tarea difícil.
— Oh... ¿Y cómo fue tu entrenamiento? — Preguntó con esperanzas de una explicación extensa
— Tenía que partir una roca por la mitad con la katana — Otra respuesta simple y corta, pero sorprendió al menor
— ¡Wow! ¡Eso suena imposible! — Exclamó emocionado esperando que el cazador le dijera algo más, pero nada, solo un abrumante silencio.
Pensaba en otra cosa más que decir, se tambaleaba de la punta de sus pies a sus tobillos pensando en algo más. Un sonoro quejido de dolor interrumpió sus pensamientos, rápidamente se volteó a donde estaba durmiendo su hermano, se veía muy adormilado, y su cabello desordenado, con su mano izquierda frotaba con delicadeza su espalda por el ya disminuido dolor en ella. ¡Por fin podría comer y ya no se sentiría tan incomodo!
•*Algunas horas antes*•
El pilar del agua había ido a donde el patrón de los cazadores de demonios, tenía que darle algunas novedades de una reciente misión que tuvo. La misión había sido un éxito, y el hashira no tenía heridas graves. — Me alegro escuchar eso, hijo mío. — La voz tranquila del patrón se escuchó en el pórtico de la casa. — Tomioka, se que vas llegando, pero tengo un mal presentimiento, y quería saber si me ayudabas a checar que todo estuviese bien — A pesar de la preocupación del patrón, su voz mantenía esa firmeza y serenidad.
— Claro, con gusto, Oyakata-sama — Inclinó levemente la cabeza, dándole a entender a Kagaya que estaba a sus ordenes.
— Hace tiempo mi esposa empezó a visitar a unos niños que viven solos en una montaña, creemos que ellos tienen talento para samurai, y no queremos desperdiciar esta oportunidad, sin embargo, no a logrado convencerlos. Es un par de gemelos, son los únicos que viven en esa recóndita montaña. Tengo días que tengo ese mal presentimiento, pero para estar seguro, me aliviaría mucho que pudieses ir a su minka — Explicó. No era un secreto entre los pilares de la habilidad que tenía el patrón de los cazadores, la previsión, su instinto de suposición estaba muy avanzado, que era casi una afirmación.
— Hai
— Bien, mi esposa te dará las instrucciones para llegar. Si algo malo sucede, mejor traelos a mi propiedad — Indicó, Tomioka miró a Amane, esta estaba a un lado del shoji, ella hizo una leve reverencia al ver al pilar.
5522 palabras
Siento que no hay muchos fanarts de Yuichiro, claro, me he encontrado como dos o tres fanarts "normales", no quiero ofender a nadie, respeto gustos y espero respeten mis gustos, pero no me gustan muchos los fanfics de Muichiro x Yuichiro y Gemelos Tokito x t/n xd. A lo mucho uno d los gemelos (Yuichiro o Muichiro, solo uno) x t/n, digo q-
Y quiero hacer algunas aclaraciones:
El cabello de los gemelos es totalmente negro. Se que es un anime y existen los demonios, pero todos los personajes que tengan el cabello de colores o dos colores (exentando a Mitsuri que come sakura mochi, Rengoku que su familia las madres hacen un ritual para tener ese cabello, Nezuko y Genya que son "demonios", ya que Nezuko le cambió el color de las puntas de cabello hasta que se volvió demonio, y a Genya le cambia el color a puntas amarillas cuando come demonios, y por supuesto, Zenitsu que le cayó un rayo, y posiblemente Makio) los demás se teñirán el cabello.
Los pilares no conocerán a Yuichiro, ya que la relación de los gemelos se calmó durante un tiempo, pero pronto volvió a ser tipo Yuichiro molesta a Muichiro, y Muichiro nunca habla de él.
Yuichiro tiene un amor odio a Amane y los cazadores, sobre todo Amane.
Giyuu es el único pilar que sabe de los gemelos pero nunca vio la necesidad de decir algo
No se sabe mucho de la personalidad de Yuichiro, pero el mismo Muichiro dice que siente que se volvió como él, así que actuará más o menos como Muichiro canon, tal vez más cruel. Mientras que Muichiro será una mezcla, algo serio, la mayoría del tiempo alegre, pero muy amable, se preocupa por los demás, infantil, tal vez como Tanjiro, ya que tengo entendido que se criaron de manera similar. Ninguno será olvidadizo, tal vez un poco y en ocasiones, pero procuraré que no.
Posiblemente no habrá ships para los gemelos, me centraré en ellos y no hablaremos de temas amorosos que tengan que ver con ellos, a lo mucho ships externos. Cuando digo posiblemente es casi confirmado XD
Según yo los kakushis no llevan katanas, si ese es el caso, Yuichiro será el único que lleva katana.
Yuichiro está en contra de Nezuko, pero no puede poner realmente un pero porque es un kakushi
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Byeeee! Gracias por leer <33
Edit: cambie algunas cosas para que sea más apegado al canon
Edit 2: 15 de junio
sip, solo a mi se me ocurre editar una historia que públique cada 5 minutos xdxd
Yo la más decidida uwu
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