La despedida
Haruki se aferraba a esa hermosa mujer como si su vida dependiera de ello, por años soñó en volver a sentir esas cálidas manos sobre su espalda, ese aroma a flores que brindaba tanta paz y aquella voz suave como si un ángel le estuviera hablando.
El momento no puedo ser más perfecto, pero entonces el sonido de un fuerte estallido hizo que ambas miraran hacia la entrada que estaba prácticamente destruida.
De la nada una ola de hilos salió volando hacia Mai, atrapandola de tal modo que no era capaz de mover ninguna de sus extremidades.
En eso, Hidan entró corriendo a toda velocidad con su enorme guadaña sobre sus manos, dio un salto con la intención de rebanar a la guerra, pero entonces el pequeño sol se puso en medio, y con sus pocas fuerzas sacó la espada que le había brindado Kisame, deteniendo el ataque del creyente.
-¡No le hagan daño, ella es mi amiga!- gritó Haruki haciendo que el instinto de sus padres se esfumara.
Kakuzu se aproximó, horrorizado de ver a su pequeña en ese estado.
El jashinista dejó su arma a un lado para sujetar el rostro de la niña, notando que había perdido uno de sus ojos.
Con una gran culpa en su interior, Hidan abrazó a su pequeño demonio, murmurando una que otra maldición por haber llegado demasiado tarde.
La menor se acurrucó en su papá dejando escapar algunas lágrimas, pues había estado de verdad asustada y tener a los mayores a su lado le había brindado nuevamente seguridad.
El moreno giró la cabeza para examinar a la mujer que todavía tenía retenida.
-¿Quién demonios eres tú?- preguntó Kakuzu dedicándole una mirada feroz.
-Mi nombre es Mai, y soy una aliada-dijo con firmeza la mujer.
Ese nombre hizo temblar al dúo zombie, pues entendían de quien se trataba, pues su pequeño sol les habló de ella por años.
Con calma, el avaro liberó a la chica dejándola con cuidado en el suelo.
Mai examinó a los renegados de pies a cabeza y por supuesto que los reconoció.
-Capa negra con nubes rojas, sin duda pertenecen a la organización Akatsuki, pero no lo entiendo, ¿qué hacen ustedes con la señorita?-
Kakuzu estaba por responderle pero la niña se le adelantó.
-¡Ellos salvaron mi vida, me rescataron de aquella horrible casa, incluso me dieron un nombre!, ¿¡puedes creerlo!?, ¡por fin tengo uno!- dijo la menor con mucha emoción.
Mai le dedicó una cálida sonrisa para luego acercarse y darle unas palmaditas en la cabeza.
-¿Cuál es tu nombre?-
-¡Soy Haruki, mis padres pensaron que combinaba con mi cabello!-
Esa oración dejó perpleja a la chica, ¿acaso había dicho padres?.
La mayor alzó la mirada para ver a los inmortales para ver si se trataba de ellos y en efecto, ambos asintieron dándole la razón a la niña.
-Tengo demasiadas preguntas que hacerles- se sinceró Mai tratando de procesar toda la información.
-Nosotros también- contestó el moreno para después cargar a su hija.
-¿Otousan?- la niña estaba extrañada por el repentino cambio.
-Afuera hay unos idiotas esperándote- contestó Kakuzu para sacar a la menor de ahí, notando que todos los miembros de Akatsuki estaban en guardia.
El avaro dejó a la niña en el suelo para que pudiera correr hacia los ninjas, que pegaron un grito al cielo al ver las condiciones de la menor.
Tobi lloró como loco tomando a la niña en un asfixiante abrazo de oso, Deidara, Itachi y Kisame se arrodillaron para unirse al reencuentro, en cambio Sasori examinó las heridas con una idea en mente.
Pain y Konan soltaron un suspiro aliviados de haberla encontrado con vida, aunque su buen humor duró poco al ver que de aquella sucia guarida salía Hidan acompañado de una misteriosa mujer.
-¿Qué significa esto?- preguntó el portador del rinnegan con un mal presentimiento.
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Kakuzu tuvo que explicarle la situación a sus superiores, para que les dieran permiso de llevar a Mai a la base y así poder aclarar varios puntos, pues Haruki en serio la adoraba.
En una habitación amplia, que solo contenía una mesa con tres sillas, Hidan le servía a la chica una taza de café.
-Muchas gracias- dijo Mai aceptando el gesto del creyente que casi de inmediato tomó asiento.
El moreno se despojó de su gorro y máscara, para poder estar más cómodo.
-Haruki nos contó sobre ese día en la biblioteca, así que pensamos que estabas muerta- dijo Kakuzu.
Mai sujeto con fuerza la taza, armándose de valor para poder narrarles lo que de verdad pasó esa terrible noche.
-Cuando ese bastardo nos encontró juntas, me arrastró hacia la parte posterior de la mansión, en donde me torturó por horas, hasta que por fin perdí la conciencia, luego junto con otros sirvientes me arrojaron a la parte baja del río, lo hicieron porque pensaban que estaba muerta- dijo Mai frunciendo el ceño.
-¿Qué pasó después de eso?- preguntó Hidan intrigado, pues la chica se notaba que tenía un espíritu inquebrantable.
-La verdad, no se cuanto tiempo estuve flotando en el agua, pero logré llegar a una aldea, en donde las mujeres me vistieron, y curaron mis heridas, y con el paso del tiempo los hombres me enseñaron a no tener miedo a nada, entrene con ellos día y noche con un solo propósito, regresar a esa nefasta mansión y recuperar a Haruki-
Hubo una breve pausa antes de que la chica siguiera con su historia.
-Luego de años de entrenamiento regrese a ese miserable pueblo solo para descubrir que había sido convertido en cenizas, incluso esa cárcel de oro estaba deshecha, por lo que concluí que la señorita también se había marchado-
Kakuzu se inclinó un poco haciendo que la menor lo mirará confundida.
-Había muchos niños en ese calabozo, entonces, ¿por qué solo querías salvar a uno?-
-Vera, cuando tenía 9 años, mis padres me vendieron a mi y a mi hermana a ese hombre, nos usó como quiso durante meses, por desgracia mi hermanita no sobrevivió a los abusos, por lo que me quedé completamente sola por mucho tiempo, el amor se encaprichó conmigo porque dijo que era demasiado bonita como para morir como las ratas, así que me volvió su sirvienta, pensé en acabar con mi vida en varias ocasiones pero entonces llegó Haruki y mi vida volvió a brillar- confesó Mai derramando algunas lágrimas.
Los inmortales la observaban en silencio pues todavía faltaba mucho en esa historia.
-Esa pequeña era tan sonriente, brillante, optimista, siempre pensaba en los demás antes que en ella, era como si mi hermanita hubiera reencarnado, tenía su mismos colores, así que jure que la cuidaría lo mejor que pudiera, por eso rompí tantas reglas en la mansión, solo para escuchar su risa y capturar en mi mente sus bellas palabras-
"Parece que no fuimos los únicos que callejón en los encantos de aquella mocosa" pensó el moreno recordando cómo también desafiaron a Akatsuki solo para salvarle la vida al pequeño sol.
Hidan que llevaba todo ese rato en silencio decidió que ya era hora de tomar la palabra.
-Nosotros rescatamos a la zanahoria parlante luego de que ese infeliz le provocará unas heridas internas, las cosas se complicaron así que la trajimos a vivir a la base-
-Ella les dice papás, ¿significa que ustedes son pareja?-
El religioso dejó caer el puño en la mesa a modo de amenaza.
-¿Tienes algún problema con eso?-
Mai le dedicó una sonrisa nerviosa antes de responder, de verdad que era aterrador.
-No, para nada, solo estaba sorprendida, era difícil asimilar que ahora la señorita era resguardada por el grupo de mercenarios más sanguinarios-
Nuevamente hubo un silencio, hasta que de golpe, Mai se dejó caer de rodillas al suelo, haciendo una reverencia ante el dúo zombie.
-Muchas gracias por haber cuidado tan bien a la señorita, se nota que ahora es una chica fuerte, valiente y perseverante-
Hidan que se sentía incómodo por tal muestra de respeto estaba a nada de maldecir, cuando notó que la mayor alzó la cabeza.
-No tengo cara para decirles esto, pero yo jure ante Dios que protegería a esa niña con mi vida, por eso les ruego que hagan lo correcto, entreguenme a Haruki-
-¿Qué?- dijeron al mismo tiempo Hidan y Kakuzu.
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En el cuarto de los artistas, la menor estaba sobre el colchón impaciente por el nuevo regalo que sus superiores estaban diseñando.
-¿¡Ya casi está listo!?- preguntó la niña moviendo con rapidez sus pies.
-Solo le estamos dando los últimos detalles, hm- comentó el rubio orgulloso.
-Me parece que con eso será suficiente- dijo el pelirrojo para después girarse y mostrarle al solecito su nueva prótesis de ojo, que contenían los colores de sus padres, haciendo una hermosa combinación entre el verde y el violeta.
-¡Me encanta!-
-De acuerdo, la colocaré con cuidado, al principio sentirás dolor e incomodidad pero con el tiempo te acostumbrarás- comentó el marionetista para iniciar con el procedimiento, por suerte para él, Haruki no era una llorona insoportable.
-¿De qué tanto estarán hablando tus padres con esa señora?, hm- preguntó Deidara al escuchar un extraño ruido de la parte superior de la cueva.
-No lo sé, casi siempre me dejan estar presente en sus platicas- contestó Haruki intrigada.
Sasori alzó la cabeza para ver cómo pequeños fragmentos de polvo caían sobre su atuendo.
"Parece que la chica está en problemas" pensó el marionetista.
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Hidan tenía a la mujer contra la pared, sujetando con fuerza aquel delgado cuello.
-¡NO TE LA VOY A ENTREGAR MALDITA BRUJA!- gritó el creyente.
-¡Ya basta idiota, suéltala de una buena vez!- Kakuzu no podía creer el comportamiento de su esposo.
-¡LA MATARÉ, Y DE ESA FORMA NADIE PODRÁ SEPARARME DE MI PEQUEÑO DEMONIO!- el jashinista sacó de su capa una estaca dispuesto a acabar con la mayor.
-¡Si haces eso Hakuri nos odiara para siempre, ya deja aun lado tus estúpidos berrinches!- como pudo el mayor logro liberar a Mai haciendo que esta se desplomara, para después toser por la falta de oxígeno.
Los inmortales comenzaron a discutir entre ellos, pero la fuerte voz de Mai los hizo callar.
-¿¡QUÉ TIENE QUE PASARLE A HARUKI PARA QUE USTEDES SE DEN CUENTA DEL PELIGRO EN QUE LA ESTÁN METIENDO!?-
Poco a poco la chica se puso de pie, mostrando un porte duro, junto con un aura desafiante.
-Esa niña sólo ha saltado de un infierno a otro, tratando de aferrarse a cualquier cosa que le dé algo de esperanza, reconozco que hace años yo le falle, no era lo suficientemente fuerte para protegerla pero ahora puedo hacerlo, también puedo darle la vida que se merece, le daré una casa, la llevare al parque a jugar con otros niños, visitaré lugares hermosos, siempre tendrá comida casera en su plato, me encargare de alejarla de todo peligro para que ella por fin pueda llevar una vida normal-
Hidan apretó los puños para dar un fuerte pisotón que hizo poner a la mayor alerta.
-Nosotros podemos ofrecerle todo eso, ella quiso ser ninja, y a veces se cometen errores, pero no volverá a pasar-
-¡Por supuesto que volverá a pasar, ella no está a salvo a su lado, las 5 naciones quieren su cabeza y todo aquel que se relacione con ustedes, solo es cuestión de tiempo para que el mundo se entere de la presencia de Haruki!-
Kakuzu cerró los ojos, siento un fuerte dolor en el pecho, sabía muy bien que este día llegaría, pero esperaba estar preparado.
El avaro colocó su mano sobre el hombro del religioso, con la intención de calmarlo un poco.
-Hidan, ya es suficiente, hicimos lo que pudimos, pero al parecer, los monstruos no pueden tener finales felices-
El creyente giró la cara para toparse con el rostro afligido de su amado.
-Kakuzu, ¿estas diciendo que debemos rendirnos?-
-La amo y solo quiero que pueda tener lo que nosotros no tuvimos-
De forma impulsiva, el creyente abrazo a su pareja hundiendo su cara en el pecho del más alto.
-¿Por qué me está doliendo tanto?-
-Porque todo lo que sientes por ella es sincero-
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Luego de unas horas, Haruki encontró a sus padres en la habitación de siempre, con una gran alegría les presumió su nueva adquisición, pero ellos no tenían buenas noticias.
Se sentaron a hablar con la menor por un buen rato, hasta que esta comenzó a entrar en llanto.
-¡NO, NO QUIERO DEJAR AKATSUKI, NO QUIERO DEJARLOS A USTEDES!- gritó Haruki furiosa.
-Ya lo platicamos y no pensamos cambiar de opinión- dijo Kakuzu.
-¡LES PROMETO QUE SERÉ MÁS FUERTE, NO ME VOLVERÁN A CAPTURAR, YO NO QUIERO SEPARARME!- la menor parecía tener un ataque de pánico ya que su respiración y movimientos eran de verdad erráticos.
Hidan jaló a la niña del brazo y sin ningún tipo de piedad le dio una bofetada, dejando al moreno en shock, pues el jashinista jamás se había atrevido a levantarle la mano de esa forma.
-¡Escucha mocosa, yo tampoco quiero esto, no quiero que estés lejos de mí, pero es algo que debemos de hacer como tus padres!-
La niña volvió a llorar pero esta vez se aferró al creyente y este que claro le correspondió la muestra de afecto.
Kakuzu sonrió para abrazar a los seres que más le importaban en el mundo.
-Haruki, todavía tenemos varias horas para estar juntos, así que hagamos tus cosas favoritas, ¿de acuerdo?-
La menor asintió, sin querer despegarse de sus padres.
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A la mañana siguiente, los ninjas fueron informados por los inmortales, por lo que decidieron poner su mejor cara para el pequeño sol.
Por la mañana la niña cocinó junto con Itachi y Konan, preparando varios pasteles y galletas que fueron un gran éxito.
Después, ella y Tobi juraron al escondite, haciendo que los ninjas pusieran obstáculos para que de verdad fuera un reto.
Casi al mediodía, el dúo artístico pintó con ella, haciendo varios retratos de la familia, ganándose un aplauso de los presentes.
Por la tarde, Kisame y Haruki practicaron su duelo con espadas, demostrando que era una digna estudiante y que algún día sería una gran espadachina.
Zetsu buscó en el campo las flores favoritas de la menor para ayudarla a ponerlas en macetas y así verlas crecer por mucho tiempo.
Al final del día, la niña se reunió con sus padres para acostarse en la cama y así leer su cuento favorito.
La niña cayó dormida siendo consentida por sus padres, que en secreto deseaban que las horas no pasarán. Pero cuando el reloj marcó las 9, sabían que ya era la hora de partir.
Hidan cargo a la niña entre sus brazos mientras que el resto de Akatsuki abordaba las aves de Deidara para ir al nuevo hogar de Haruki.
Al aterrizar notaron que era un sitio bastante lindo y agradable, lleno de puestos de comida, parques y niños.
Mai los recibió ya que su casa estaba un poco apartada.
La niña despertó dándose cuenta de que ya era el momento de despedirse.
Abrazó a cada uno de los ninjas, dejando a los inmortales al final que no dudaron en alzarla como el día de la boda para luego darle un beso en sus mejillas.
-Mi pequeño demonio, tranquila, volveremos por ti una vez que nos hayamos apoderado del mundo ninja- dijo Hidan mientras le limpiaba las lágrimas a la menor.
-Tu papá tiene razón, cuando todos los planes de Akatsuki se completen volveremos a estar juntos- dijo Kakuzu dándole un beso en la cabeza.
La niña se talló la cara para después dedicarle una bella sonrisa a sus héroes.
-Los amo papás-
Se dieron un último abrazo notando que el resto de los ninjas había bajado las cosas de Haruki.
Pain se acercó a Mai dedicándole una fría mirada.
-Cuídala mucho, es nuestro legado-
Y con eso los renegados subieron a los pájaros de arcilla para regresar a la guarida.
La niña observó cómo su familia se alejaba para volver a hablar.
-Ellos jamás van a regresar, ¿cierto?-
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Afuera de la guarida de Akatsuki, el líder le había ordenado al Uchiha que produjera una enorme fogata con su técnica de fuego. Para después lanzar a las llamas los objetos que quedaron de Haruki.
Los mercenarios tiraban peluches, dibujos, ropa, todo lo que pudiera dar indicios de que habían tenido a una niña bajo su cuidado.
-Desháganse de todo, no podemos permitir que nuestros enemigos descubran la verdad-
Hidan se acercó al fugó sosteniendo la foto de la boda, y con todo el dolor de su corazón, dejó que se volviera cenizas.
A modo de consuelo Kakuzu tomó la mano del creyente, percatandose de que este todavía portaba el anillo.
-Creo que también tenemos que deshacernos de él-
-Lo sé, solo dame unos minutos, quiero seguir siendo tu esposo y padre, solo unos minutos más- pidió Hidan.
Una vez que las evidencias fueron eliminadas, Pain destruyó la cueva, indicando que debían ir a otro escondite.
Los renegados caminaron por un estrecho camino, sintiendo mucho frío y entonces las cosas empeoraron, pues se desató una tormenta.
Itachi que iba delante del dúo zombie, se quiso dar la vuelta para examinar el terreno, pero casi de inmediato regresó a su posición.
"Tiene sentido, bajo la lluvia, nadie podría notar sus penas" pensó el Uchiha jurando que nunca le diría al resto de los miembros que vio el lado más humano de aquellos ninjas que desde hace años fueron considerados como monstruos.
Ya solo nos queda un capitulo
✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️
Y para los que todavía no creen que los escritores actualizamos cuando queremos yo ando en cama con Covid y 39 grados 🤣✨️
Otro dato, antes de subir el capitulo final Haruki participará en el fanfic crossover junto con papá Ren. Espero les guste nwn ❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️
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