En una cálida habitación, la pequeña niña estaba siendo cepillada por el marionetista. Debido a la repentina desaparición del dúo zombie, los artistas decidieron llevarse al solecito para entretenerla un rato. 

Sasori pasaba con cuidado el cepillo en la larga cabellera de la menor, mientras que Deidara y Tobi estaban en el suelo, uní tallando arcilla y el otro coloreando. 

Todo parecía en paz, hasta que de la nada Zetsu emergió del suelo con una expresión clara de espanto. 

El pelirrojo dejó de lado su labor para enfocarse en el espía de la organización. 

-¿Y bien?, ¿pudiste encontrar a los inmortales?- 

-A-Algo así- contestó Shiro. 

-¿Cómo que algo así?, ¿acaso están peleando?- 

-Bueno, verás, nosotros, no sabríamos por dónde comenzar- se sinceró Kuro, haciendo que Sasori levantara una ceja sin entender porque su compañero actuaba de una forma tan extraña. 

-Si no se están matando, ¿entonces dónde están y por qué tardan tanto en volver?, su mocosa ya debe irse a dormir- 

-Están a unos cuantos kilómetros de aquí, se adentraron en un bosque para hacer, ya sabes, cosas- soltó Zetsu esperando que el pelirrojo le entendiera. 

Sasori medito un poco las palabras del espía y a los pocos segundos algo en su cabeza hizo click, comprendiendo el terror en la cara de aquel fenómeno. 

-Ya veo, así que adelantaron la luna de miel- dijo el marionetista a modo de burla, pero su tono fue tan bajo que los menores no lograron entender a lo que se refería. 

Haruki se giró para poder ver mejor al experto en venenos. 

-¿Mis papás volverán pronto?- 

-Me temo que no, pero por esta noche puedes ir a dormir con Konan, recuerda que debes descansar mucho, mañana nos espera un día importante- señaló Sasori mientras le acariciaba la cabeza. 

La menor infló los cachetes a modo de berrinche, pero al final decidió obedecer al pelirrojo. 

Una vez que los ninjas se quedaron solos, los chicos problemáticos se acercaron al mayor con la intención de sacarle información, pero este de un solo golpe los mandó a volar al otro lado del cuarto. 

-Dejen de ser tan entrometidos- dijo Sasori algo decepcionado de tener como compañeros a unos jóvenes tan locos, impulsivos e inmaduros. 

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Por fin había llegado el tan esperado día. 

Desde muy temprano los renegados salieron de la cueva para poner en marcha la ceremonia. 

Hidan y Kakuzu, que no tenían permitido ver nada, ya que podría ser de mala suerte, fueron encerrados con la única obligación de cambiarse con los trajes blancos que la chica del origami les había hecho a juego. 

Cuando los rayos del Sol comenzaron a ocultarse, fue la señal para que los ninjas corrieran a alistarse. 

El equipo de Sasori vestía trajes color tinto, el tiburón y la comadreja decidieron ir de azul marino, Konan y Pain optaron por la clásica vestimenta negra con accesorios plateados. 

Deidara, que estaba que se moría porque su mejor amigo viera todo el trabajo, fue directo al cuarto de Hidan, en donde lo encontró de pie, abrochándose su sacó y acomodando su corbata oscura. 

-¿Nervioso?, hm- preguntó el rubio, notando como las torpes manos del creyente temblaban con cada botón. 

-Claro que no, estúpido artista de cuarta-

-Déjame ayudarte, hm- con calma, el chico de las explosiones terminó de cambiar al religioso, para al final darle un fuerte abrazo.

Esa acción tomó por sorpresa al creyente, pero de igual forma correspondió gustoso aquella muestra de afecto. 

-Después de todos estos años, de verdad me siento muy feliz por ti, maldito idiota, hm- dijo Deidara sacándole unas carcajadas al fanático. 

-Ya basta de tanta mierda sentimental, tengo a un vejestorio esperándome- 

-Tienes razón, debemos correr, hm- y así, los chicos salieron en marcha. 

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Kakuzu estaba siendo escoltado por los renegados sin imaginar que lo harían pasar por una especie de túnel hecho únicamente de la vegetación que les brindaba aquel territorio.

Al final de aquel camino lo esperaba un pasillo con una tela blanca, que conducía a una base de madera y para adornar había un enorme arco que tenía varios listones hechos con una fina tela transparente. 

Pero lo que más llegó a impactar de aquel escenario era que habían flores negras como la noche y rojas como la sangre. 

-Tardamos varios días en que se adaptarán al terreno, pero ahora podrán florecer aquí por años, tal vez para siempre- dijo Sasori sabiendo que Kakuzu le había gustado aquel detalle. 

-Debo admitir que se esforzaron demasiado, considerando que todo esto es algo simbólico- comentó el moreno yendo a su puesto en el altar. 

-Deja de ser tan amargado y disfruta tu boda- sonrió el marionetista para luego tomar asiento junto a Tobi. 

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Tras pasar unos cuantos minutos, el rubio entró corriendo anunciando que Hidan estaba listo para ser su gran entrada. 

Los ninjas tomaron asiento, a excepción de Itachi y Pain, ya que uno se había ofrecido para tocar de manera improvisada un instrumento y el otro sería quien dirigiría la ceremonia. 

Entre las cosas, el Uchiha sacó un deteriorado violín, que comenzó a sonar cuando el creyente hizo acto de presencia. Pero el chico no venía solo, ya que en su hombro derecho venía sentada la dulce niña, que llevaba consigo una pequeña canasta, y de esta caían pétalos morados, que hacían juego con su vestido. 

El moreno sonrió por aquella imagen, cada vez estaban más cerca de él las personas que más había amado en toda su vida, no podía sentirse más afortunado. 

Hidan por su parte estaba embobado por la apariencia del avaro, que ahora tenía el cabello recogido y atado con una coleta, dándole un toque elegante. 

Cuando los tres estuvieron juntos, la menor bajó del hombre del fanático, pero no se fue, ya que los inmortales la habían tomado cada uno de la mano, indicando que esto también se trataba de ella. 

Pain alzó las manos y todos los presentes guardaron silencio. 

-Estamos reunidos esta noche para honrar la unión de estos inmortales, que decidieron dar un paso importante, unir sus caminos por toda la eternidad- 

Hidan y Kakuzu sonrieron contagiando a la niña. 

-Antes de continuar, ¿tienen algo que decirse?- 

El religioso respiró hondo para armarse de valor. 

-Kakuzu, se que tarde mucho en darme cuenta de lo que sentía por ti, y también sigo dando asco en demostrarlo, pero te juro por mi Dios Jashin que mientras estés a mi lado jamás te traicionare y aceptaré con gusto cada locura que se te ocurra- 

El moreno que estaba igual de nervioso, pero gracias a su control lograba pasar desapercibido, miró a su amado directo a los ojos. 

-Hidan, hasta que te conocí supe lo que era el verdadero infierno, porque cada ausencia tuya era una puñalada en mi alma, no podía comprender cómo tú presencia podría desequilibrar tanto mi vida, busqué por años la respuesta, y al final, el resultado fue amor, uno que protegeré aún si eso llega a condenarme- 

Los presentes sonrieron satisfechos, era reconfortante saber que a pesar de ser criminales aún quedaba en ellos algo de humanidad. 

Durante un rato más Pain siguió hablando hasta que fue hora de cerrar con el evento, no sin antes alzar a la pequeña quedando entre los brazos de sus padres.

-Gracias por ser mi hija, pequeño demonio insufrible- dijo Hidan dándole un beso en la mejilla a la menor. 

-Gracias por ser mi familia, mi pequeño rayo de sol- soltó el moreno besando la otra mejilla de la niña. 

Los ninjas se pusieron de pie para aplaudir y hacer un gran escándalo. 

-¡Tobi les tiene una sorpresa!- gritó el buen chico sacando de unos arbustos cercanos una cámara instantánea. 

-¿Cómo conseguiste eso?- preguntó Kisame con curiosidad, ya que esos artefactos eran muy caros. 

-¡Juntense familia zombie, Tobi les tomará una bonita fotografía!- gritó el enmascarado ignorando por completo al tiburón.

Los tres dieron su mejor sonrisa, para después ser capturados, revelando una bella imagen en donde Haruki no podía estar más contenta, todos sus sueños se habían hecho realidad. 

~(°~°)~ Ahora se viene el drama.... Quedan 6 capítulos para el final.

Espero les guste nwn ❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️