Cicatrices
La noche llegó y todos los renegados ya se encontraban en sus habitaciones.
-Oye enana, ¿dormirás otra vez aquí?- pregunto Hidan que ya vestía unas prendas más cómodas.
-¡Sip!- contestó la menor subiéndose a la cama del inmortal.
El pequeño sol traía una pijama de dos piezas, que consistía en una camisa blanca con varios corazones rosas y un pantalón color crema.
Pain había preparado una segunda cama en el cuarto de su compañera de equipo, para que Haruki se sintiera cómoda, pero a veces la niña no podía dormir sin la compañía de sus héroes.
El religioso se acostó de golpe tratando de acomodarse en su almohada.
-Buenas noches Hidan-sama- le sonrió la pequeña para luego cerrar sus ojos.
-Ya duermete zanahoria parlante- le contesto el fanático.
Kakuzu estaba sentado en el borde de su cama, con calma se quitó la máscara junto con su gorro, apagó las luces y le dio un último vistazo a sus mocosos antes de dormir.
Durante un rato la noche fue tranquila, pero casi a la una de la mañana se desató una gran tormenta, el viento soplaba con fuerza y los rayos caían sin piedad. Todo ese ruido empezó a molestar a la menor tanto que viejos miedos salieron a flote.
************
En un enorme cuarto, lleno de lujos, 5 niños se encontraban de pie temblando de miedo.
-Ohhhh, ¿así que otra vez trataron de escapar mis tesoros?- preguntó con malicia un hombre de aspecto elegante.
Los pequeños no contestaron, solo miraban el piso con lágrimas en los ojos.
-Lo siento niños, pero saben que si no los castigó otros tratarán de hacer lo mismo, así que, ¿quién va primero?-
Ante eso todos dieron un paso atrás.
-Bien, que sea la más tierna- y de un rápido movimiento tomó del cabello a la niña de ojos morados, hasta hacerla caer al piso.
-Du-Duele- lloró la menor.
Aquel sujeto atemorizante, agarró del escritorio una especie de fierro y lo sostuvo con fuerza.
-Creeme mi tesoro, esto me duele mas a mi que a ti- y sin una pizca de compasión levantó ese artefacto.
************
-¡NOOOO!- grito Haruki despertando de golpe. Se sentó para mirar toda la habitación dándose cuenta en donde se encontraba.
La pequeña abrazó sus piernas temblando de miedo, ya no estaba en ese horrible lugar, ahora tenía un verdadero hogar, entonces, ¿por qué esos recuerdos seguían llegando a su mente?.
Hidan se revolvió entre sus sábanas y con pesar abrió los ojos.
-Mocosa, ¿qué demonios te- esa oración quedó a medias al ver el estado de su sol.
El creyente se sentó y ella sin dudarlo lo abrazó con fuerza.
"¿Otra pesadilla?" pensó el inmortal con el ceño fruncido.
Luego de unos minutos ambos se volvieron a acostar, la niña no dejaba de llorar, era como en aquellos tiempos cuando aún no podía ni hablar.
El fanático desesperado, miro a su compañero que seguía dormido dandoles la espalda.
-Kakuzu- llamo Hidan al moreno pero este no contestó.
-¡Kakuzu!- gritó pero sin tener éxito.
Ya harto de que el avaro no despertara, Hidan tomó un libro que reposaba en su buró y con fuerza lanzó aquel objeto a su pareja dándole en la nuca.
Pasaron unos cinco segundos, cuando el mayor se empezó a incorporar, giró su cabeza para dedicarle una mirada asesina al jashinista y sin dudarlo mando uno de sus brazos al cuello del inmortal.
-Tienes agallas estúpido mocoso, ¿por que carajo me atacaste?- Kakuzu estaba furioso.
Hidan apretó los labios y con la mirada señaló al solecito.
El moreno entendió el mensaje y miró a la niña, la cual ya se encontraba envuelta por completo en las sábanas blancas.
Poco a poco Kakuzu fue aflojando su agarre hasta soltar al menor, se levantó de su cama para poder sentarse al lado de la pequeña.
-Haruki, ¿acaso tuviste otra pesadilla?- preguntó el moreno preocupado.
La menor solo asintió sin decir nada.
El avaro suspiro y con cuidado empujó a la menor haciendo un espacio para que él pudiera acostarse. Haruki al sentir eso, se giró y abrazó a Kakuzu ocultándose en su pecho.
El inmortal agradecía que su cama era bastante grande para que los tres cupieran, de lo contrario hace mucho habría terminado en el piso.
Hidan acarició el cabello de su mocosa tratando de transmitirle paz .
Casi una hora después, entre bromas, historias y cantos agudos por parte del fanático, la menor pudo volver a dormirse.
Los inmortales contemplaban el rostro de la pequeña Haruki.
-Por fin se calmó- dijo el Kakuzu aliviado.
-Creí que nuestro demonio ya no pasaría por esto- comentó el jashinista enojado.
-Tiene enormes cicatrices Hidan, ellas le harán recordar siempre su horrible pasado, creo que lo entiendes muy bien- dijo el moreno mientras sobaba la espalda del pequeño sol.
El creyente solo suspiro para acomodarse mejor.
-Tranquilo, algún día todo ese dolor lo convertirá en su fortaleza y de ese modo nadie podrá volver a lastimarla- sonrió con tristeza el ex ninja de la cascada.
El menor miró curioso al castaño, con muchas preguntas en su cabeza.
-Anciano, ¿tú alguna vez quisiste tener mocosos?- soltó de repente el chico de ojos violetas.
El mayor medito un poco antes de responder a eso.
-La verdad no, jamas pense en tener una familia, lo veía como algo absurdo- se sinceró el tesorero.
Hidan soltó una pequeña risa, no esperaba menos del tacaño.
-¿Y tú?, ¿querías tener niños?-
-No me agradan esos asquerosos insectos, nunca me lleve bien con los niños de mi aldea, eran un dolor de cabeza- dijo Hidan con fastidio.
-Y aun así, aquí tenemos a esta mocosa- comentó el mayor.
-Oye, oye, oye, no compares a mi pequeño demonio con esas odiosas escorias- sonrió el jashinista.
-Es tan extraña, acepta quiénes somos y lo que hacemos, no tiene miedo de nuestras habilidades y está de acuerdo con los deseos de Akatsuki- dijo el moreno.
-Sabes, no me importaría que ella fuera mi hija, tiene potencial para ser una seguidora de Jashin-sama- Hidan sonaba orgulloso de su idea.
-Ya te dije que no quiero que ella aprenda tus jodidas chorradas religiosas- suspiro Kakuzu fastidiado.
-¿¡Eh?, ¡eso no lo decides tú!- se ofendió el menor.
Hubo un momento de silencio hasta que Hidan empezó a reírse divertido.
-¿Qué es tan gracioso?-
-Nada, solo que, el modo en que hablamos de esa enana y que ahora los tres estamos en la misma cama parece como si fuéramos...-
-Una familia- completó la oración el ninja de ojos esmeralda.
Pero más allá de enojarse, al dúo zombie les divertía esa situación.
-Eres un esposo muy amargado Kakuzu-chan, sino me tratas bien, Haru-chan ya no te amara- bromeó el menor.
-Creeme que a ella no le importa como te trate, sabe que te lo mereces, ya que eres un idiota- dijo el moreno ya acostandose.
-Ugh, ya vi de donde la mocosa saca todo ese mal humor- bostezo el jashinista.
-Duérmete Hidan, mañana tenemos una misión-
-¿Y mi beso de buenas noches?- dijo el fanático de modo burlon.
-Cierra los putos ojos o sino te mataré- amenazó Kakuzu.
-Jajajaja, ¿estás avergonzado?-
-Hidan-
-Esta bien, no te molestes, buenas noches- y casi de inmediato el inmortal se quedó dormido.
Kakuzu parpadeó sintiendo que el sueño empezaba a apoderarse de su cuerpo, cerró los ojos con último pensamiento en su mente.
"Tengo una familia muy extraña"
Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤ espero les guste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro