Casi media hora después todos los chicos estaban afuera del hotel. 

Kisame, Deidara y Tobi se encontraban esquiando mientras Kakashi los observaba, pendiente por si había algún accidente. 

Itachi y Sasori conversaban con sus cafés en la mano, ninguno de los dos era amante del frío, pero trataban de disfrutar el momento. 

Hidan y Kakuzu se sacudían la ropa, para quitar el exceso de nieve.  

El menor sentía que la cara le ardía debido a las caricias que antes le dio el avaro, no planeaba acercarse a sus amigos hasta calmarse, no necesitaba más burlas. En cambio el moreno se mostraba tranquilo, no necesitaba estar con el resto para divertirse. 

-¿No ibas a esquiar?- le preguntó Kakuzu. 

-¿Eh?, pues,  no tengo muchas ganas ahora- explicó con torpeza el religioso. 

El avaro asintió sin darle muchas vueltas al asunto. 

"Ademas de ese modo puedo pasar mas tiempo contigo" pensó aquel fanático con una sonrisa. 

Unos gritos llamaron la atención de los presentes y al mirar hacia un lado notaron que unos niños moldeaban algo. 

-¿Están haciendo muñecos de nieve?- soltó el moreno. 

-Eso parece, aunque es lógico, en la ciudad rara vez cae esa cantidad- dijo Hidan divertido recordando como Ren jugaba en el jardín con ellos, preparando chocolate caliente y también postres. 

-Ya veo- 

Esa respuesta extraño un poco al chico escandaloso. 

-¿Nunca hiciste muñecos o conejos de nieve?- 

-No, jamás hice algo así- 

-¿¡Eh!?, ¿¡en serio!?, ¿¡Y por qué!?- se exaltó el fanático religioso. 

El mayor frunció levemente el ceño recordando cómo de niño quiso realizar una figura en el patio de su casa, pero su padre llegó ebrio aplastando su pequeña creación, para después darle una patada en el estómago dejándolo en el piso todo adolorido.  

-No tuve oportunidad- contestó Kakuzu tratando de ya no recordar su pasado. 

Y entonces el menor de forma tosca tomó la mano del tacaño y lo arrastró lejos de aquellos pinos. 

-¿Qué haces?- preguntó el moreno sin poner resistencia. 

-¡Te enseñaré a jugar con la nieve!, ¡no te preocupes Kakuzu-chan, yo te cuido!- sonrió de forma traviesa Hidan. 

El avaro no supo cómo reaccionar ante esas palabras y sin darse cuenta ya estaban sentados en la nieve. 

-Es fácil, solo imitame- le indicó el religioso. 

Kakuzu miró un momento aquel rostro sintiendo una agradable sensación en su interior. 

"¿Cómo es que logras eso?, ¿por qué siempre termino cediendo ante ti?"  sonrió el mayor para empezar también su labor. 

El marionetista y la comadreja llevaban rato viendo las acciones de su jefe y sin poder controlarse más, los chicos comenzaron a reírse.  

-Parece que nuestro superior se divierte- comentó Sasori dándole un sorbo a su bebida. 

-Es la primera vez que veo a nuestro jefe tan relajado- dijo Itachi con tono burlón. 

-Casi parecen una pareja- el pelirrojo notaba el ambiente. 

-¿Crees que eso pueda ser posible?- preguntó el chico de grandes ojeras. 

-Hace meses te hubiera dicho con seguridad que no, pero, ahora siento que todo puede ser posible- confesó Sasori alegrandose por su amigo, en el fondo apreciaba mucho a Kakuzu y deseaba que fuera feliz. 

Itachi pasó su mirada al hombre de gran estatura, el cual seguía esquiando con sus amigos. 

************** 

-Tobi, tal vez debas de cambiar de lugar, hay muchas rocas- se preocupó Kisame. 

-¡No se preocupe sempai, Tobi es muy ágil, Tobi no chocará con ninguna!- gritó el enmascarado desde la distancia. 

Deidara suspiro haciendo la señal para que el buen chico pudiera deslizarse. 

-¡Allá voy!- gritó el baterista. 

Todo iba bien, hasta que Tobi quiso presumir un poco sin fijarse que delante de él había una roca esperando su gran impacto. 

-¡CUIDADO!- gritó el rubio pero fue demasiado tarde, el buen chico chocó con la piedra haciéndolo perder el equilibrio. 

Kakashi reaccionó rápido y sin importarle el peligro, se acercó haciendo que Tobi cayera encima de él. 

Ambos rodaron hasta detenerse cerca de unos pequeños pinos. 

-Mi cabeza- se quejó el hombre de cabello blanco. 

-To-Tobi adolorido- murmuró el baterista, dándole la espalda al presente. 

-¿Te encuentras bien?- se levantó del suelo para acercarse al enmascarado. 

-Si, Tobi- pero de golpe guardó silencio, dándose cuenta de un pequeño detalle, ya no portaba su máscara. 

-Oye que pa- pero no termino la oración gracias a un fuerte grito. 

-¡AAAAHHHHH!, ¿¡DÓNDE ESTÁ!?, ¿¡DÓNDE CARAJOS ESTÁ!?-

"¿Cual es su problema?" entonces lo vio, aquel chico traía la cara llena de nieve por lo que no se podía distinguir muy bien su aspecto, pero sí lo suficiente para darse cuenta de quién se trataba. 

-¡AQUÍ ESTÁ!- gritó Tobi y de manera rápida se la colocó. 

De un brinco el enmascarado se incorporó para mirar a Kakashi. 

-Gracias por atrapar a Tobi, espero que Tobi no lo lastimara con su peso- se rascó la nuca avergonzado. 

-No, para nada- contestó Kakashi con tono serio. 

-¡Bien, entonces regresemos con mis sempais!- el buen chico corrió hacia sus amigos, que se mostraban preocupados por el reciente accidente.

"Te encontre…Obito" pensó Kakashi apretando sus puños. 

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Hidan estaba tan concentrado en el moreno que no le prestó atención al escándalo. 

-Creo que uno de tus chicos se golpeó- comentó el avaro. 

-¿Cual?- 

-El tipo de la batería- 

-Ah, no te preocupes, Tobi es de goma, nada le afecta- explicó el creyente. 

Kakuzu se encogió de hombros y notó que el menor le daba los últimos toques al muñeco de nieve. 

-¡Y listo!, ¡nos quedó genial!- frente a ellos se encontraba una enorme figura redonda. 

-Siento que le hace falta algo- dijo el avaro inclinando la cabeza. 

-mmmmm cierto, no tiene accesorios- Hidan corrió hasta los pinos para recoger ramas, piedras y algunas hojas. 

En menos de dos minutos el muñeco ya tenía brazos, ojos, nariz y una enorme sonrisa. 

-Mucho mejor- sonrió con orgullo el fanático. 

El castaño soltó una risita sorprendiendo al jashinista. 

-Oye, ¿que es tan gracioso?- 

-Lo siento, es solo que, nunca pensé que haría estas cosas tan infantiles y mucho menos con alguien- aclaró el mayor con una sonrisa sincera. 

El menor no salía de la impresión. 

-Hidan, gracias, gracias por todo- levantó su mano para volver a acariciarle la cabeza. 

El creyente de Jashin se sonrojo, con una idea en su mente, tal vez se ganaría un golpe pero eso ya no le importaba. 

En un movimiento rápido Hidan rodeo con sus brazos al mayor, tembló debido al miedo de ser rechazado, pero algo en su interior le gritaba que todo estaría bien. 

Se quedó unos segundos así y cuando estaba por apartarse del moreno, este también lo abrazo.

-No estoy familiarizado con las muestras de afecto, así que te soltaré cuando tu me lo digas- dijo Kakuzu acariciándole la espalda. 

"Quedate asi para siempre, estúpido anciano" pensó Hidan ocultando su rostro en el pecho del más alto. 

El jashinista no lo sabía, pero le había regalado al moreno un hermoso recuerdo. 

Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤ espero les guste.