Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Mis pequeñas bestias

Como esa era la última noche que pasarían en el hotel, Hidan preparó algo muy especial. 

Llevo a su novio a lo más alto del lugar, donde los esperaba una linda terraza con vista a las enormes montañas. 

Ambos estaban de pie, contemplaban el paisaje mientras pequeños copos caían lentamente adornando parte de sus ropas. 

-Fue una buena idea- admitió el mayor acomodándose la ropa. 

Hidan sonrió regresando su vista al frente. Quería disfrutar el momento pero la imagen de Ren no lo dejaba tranquilo, jamás había enfrentado a su padre, temía por la seguridad de todos. 

Soltó un gran suspiro, llamando la atención de Kakuzu. 

El moreno frunció levemente el ceño para después colocar su mano en la cabeza del menor. 

-Deja de torturarte, estaremos bien- 

-No lo entiendes, no sabes lo que es capaz de hacerles- el religioso agacho la mirada sintiendo miedo, no quería perder a Kakuzu, pero tampoco quería hacer sentir mal a su padre, estaba acorralado. 

El castaño se posicionó en frente de su amante, y con cuidado levantó su rostro para darle un tierno beso. Uno que calmó todos los nervios e inseguridades de Hidan. 

-Mirame, te prometo que todo saldra bien, no importa que extraños retos tenga preparados tu estúpido tutor, no voy a abandonarte- sonrió el moreno. 

El creyente aún le parecía increíble que ese hombre tan serio y amargado, luchara tanto por él. 

-Otra cosa, deja de pensar en ese idiota cuando estás conmigo, se supone que es nuestra cita- dijo el mayor con un tono molesto. 

El creyente parpadeó unas dos veces para después soltar una escandalosa carcajada. 

-JAJAJAJAJA, ¿acaso estás celoso?- 

Y lo siguiente que se supo fue que Hidan estaba casi en el suelo sobándose la cabeza. 

-¡Maldito tacaño de mierda!, ¡dolio!- gritó Hidan notando que Kakuzu aún tenía el puño en el aire. 

-¡Cállate!, ¡tú tienes la culpa por no comportarte!, ¡además no aclaras nada!- dijo el mayor confundiendo al chico de ojos violetas. 

-¿De qué hablas?, fue solo una broma- 

-No me refiero a eso- el moreno hizo una mueca incómodo. 

-¿Entonces?- 

-Yo, yo ya te dije todo lo que siento, ahora es tu turno de decirlo- soltó Kakuzu. 

El menor se sonrojo entendiendo todo. 

"¿A-Acaso quiere una confesión de amor?, ¡Imposible!" 

Era cierto que nunca ocultó sus sentimientos por el avaro, pero jamás le dijo cómo lo hace sentir ese amor. 

Hidan quería negarse, pero podía notar como su amante se frotaba las manos nervioso. 

"Ese viejo, ¿se siente inseguro?" pensó el religioso. 

Hidan apretó los labios sin saber cómo empezar, sentía que las palabras se le revolvían en la cabeza, pero no quería dejar a Kakuzu sin una respuesta. 

-¡Ah!, ¡lo tengo!- gritó el menor para tomar con fuerza el brazo del castaño. 

-¡Oye!, ¿¡a dónde vamos!?- preguntó el moreno sin comprender el repentino cambio. 

Pero el platinado no le contestó, bajaron hasta el último piso y se detuvieron en la puerta que conectaba a la habitación de Hidan.

-Pasa- le indicó el menor para después cerrar la puerta. 

-¿Qué hacemos aquí?- se cruzó de brazos el más alto. 

El creyente se dejó caer al piso, metió la mano abajo de su cama y para sorpresa del moreno, sacó una guitarra. 

-Deidara me sugirió traerla, dijo que en este lugar podría inspirarme- aclaró Hidan mientras se sentaba en el borde del colchón. 

Kakuzu inclinó un poco la cabeza, viendo como su pareja acomodaba el instrumento. 

-Escucha anciano, yo, yo no soy muy listo, y a veces me cuesta afrontar algunas cosas, pero siempre la música me ha ayudado con eso y creo que ahora  tengo la canción perfecta- el sonido de las suaves cuerdas inundó el lugar, para después darle paso a la voz de Hidan. 

"Te mire ahí, estabas tan lejano

Como un caballero de armadura oxidada, 

Cansado de luchar, sin nadie a tu lado

Me quede atrapado, en aquella mirada,

Que me decía de mil maneras que me amaba 

Mi alma se rindió, dando paso a la esperanza 

Te juro que jamás creí, 

que llegarías a ser, 

esa persona que le da fuerza a mi vida

Quitando los temores,

Dejando soluciones

Te juro que jamás creí,

Que llegaría a querer, 

Con esta intensidad que me condena todo el cuerpo

Quitando los temores, 

Dejando soluciones

Ya no puedo escapar,

Mi corazón,

Eligió un nuevo amor

*********

Te juro que jamás creí, 

que llegarías a ser, 

esa persona que le da fuerza a mi vida

Quitando los temores,

Dejando soluciones

Te juro que jamás creí,

Que llegaría a querer,

Con esta intensidad que me condena todo el cuerpo

Quitando los temores,

Dejando soluciones

Ya no puedo escapar,

Mi corazón,

Eligió un nuevo amor"

El fanático paró de tocar su instrumento esperando que su mensaje hubiera llegado al corazón del moreno. 

Kakuzu estaba quieto, nunca se esperó tal demostración de afecto y claro que le encantó. Sin poder esperar más, se acercó a su amado para empezar a besarlo. 

Ambos se acariciaban con desesperación, querían más, necesitaban más. 

Hidan terminó siendo empujado hasta quedar completamente acostado en el colchón. 

El moreno se posicionó arriba de su novio, contemplando al hermoso chico. 

-¿Qué ocurre?, no me digas que es tu primera vez- se burló el religioso. 

El mayor levantó una ceja un poco divertido. 

-Teniendo sexo no, pero si es la primera vez que estoy con un chico- 

El menor sonrió con malicia y de un rápido movimiento se posicionó arriba de Kakuzu. 

-En ese caso, creo que será mejor que yo inicie esto- dijo Hidan sacandole unas risitas a su pareja. 

-Espero que estes listo estúpido mocoso, porque te haré mío- 

Ambos se sonrieron, entendiendo que esa noche todo lo que harían sería por amor. 

**********

En la mañana tanto los músicos como los oficinistas alistaban sus cosas para irse. 

En el desayuno Hidan le contó a sus amigos la noche que pasó con el moreno y estos no pararon de preguntar cosas. En cambio el mayor no quiso decir ni una palabra, cosa que decepcionó un poco a Itachi y Sasori. 

La tarde cayó, indicando que era hora de partir. 

Por suerte el camino fue tranquilo, los vehículos llegaron al bar, donde cada quien seguiría su camino. 

-¡Mira estúpida rubia!, ¡yo no le voy a contar a Ren sobre tu relación con Sasori!, ¡o vienes ahora conmigo o lo enfrentas solo!, ¿¡que prefieres!?- gritó el religioso. 

-¡Bien!, ¡iré contigo tarado!, ¡pero te lo advierto, no dudaré en usarla como escudo humano, hm!- sentenció Deidara. 

Sasori y Kakuzu intercambiaron miradas y con calma se acercaron a sus parejas. 

El pelirrojo beso la mejilla del artista y este de inmediato lo miró. 

-Llamame si las cosas se ponen muy feas- 

El rubio asintió sintiéndose un poco más seguro. 

El castaño besó la frente del vocalista y con una de sus manos le revolvió el cabello. 

-Estare al pendiente toda la noche si hace falta, no tengas miedo- sonrió el moreno. 

-Gracias vejestorio- 

Los hermanos agarraron sus cosas para ir directo a la casa de Ren. 

**********

-Me alegra que decidieras venir con nosotros Kakashi- dijo Hidan ya afuera de la casa del mayor. 

-Si necesitan ayuda solo griten, tratare de llamar a Anko- aclaró el enmascarado.

-Bi-bien, hm- el rubio tocó la puerta dos veces y casi de inmediato fue abierta. 

-¡Mis bellos y tiernos hijos!, ¡los extrañe mucho!- gritó Ren para después abrazarlos. 

-Y nosotros a ti- dijeron al mismo tiempo los menores. 

-¡Pasen mis niños, les serviré un poco de café, también compre dulces!- el mayor se veía muy feliz. 

Hidan apretó los puños y de golpe decidió hablar. 

-Tenemos que decirte algo- 

El creyente paro de caminar extrañado por esa seriedad. 

-Por supuesto, pueden decirme lo que sea- sonrió Ren. 

-¿Po-Podemos hacerlo arriba?, ¿en alguna habitación?, hm- el rubio era el más nervioso. 

-¿Qué tiene de malo la sala?- 

Los menores miraron de reojo, la enorme chimenea y su alrededor notaron varios fierros. Esa imagen no les daba nada de paz. 

-Es-Es más tranquilo arriba- habló Hidan tratando de poner su mejor cara. 

Ren entrecerró los ojos no muy convencido con esa explicación, su radar de padre estaba sonando, advirtiendo que algo malo estaba a punto de pasar. 

-Muy bien, subamos mis bomboncitos de chocolate- el más alto se aproximó a las escaleras y detrás de él lo seguían los músicos. 

El mayor abrió la vieja habitación de Hidan, tomó asiento en la cama, mientras que sus hijos se sentaron en el suelo quedando una distancia prudente. 

-Papá, antes de contarte lo que nos pasa quiero que sepas esto- el platinado hizo una pequeña pausa armándose de valor. 

-Te amamos, no importa lo que hayas hecho o lo que piensas que eres, para nosotros nada de eso vale- 

-Nos diste un hogar, educación, pero sobre todo amor, y eso siempre lo vamos a agradecer, hm- Deidara sonrió. 

-Y pase lo que pase, nunca dejaras de ser nuestro padre, eres irremplazable- 

Ren tenía los ojos muy abiertos de la impresión, sentía un nudo en su garganta, nunca antes sus hijos habían sido tan lindos con él. 

-Por eso queremos que sepas que nosotros, nosotros…- los menores apretaron los dientes y sin algún tipo de delicadez gritaron la verdad. 

-¡Nosotros tenemos novios!- 

El mayor se quedó en blanco, movió un poco sus labios tratando de formular una pregunta. 

-¿De-De e-esos hombres de-de negocio?- 

Los chicos asintieron. 

De un salto Ren se puso de pie, cerró sus ojos, formando una enorme sonrisa que aterró a los presentes. 

**********

En la esquina de esa enorme casa, Kakashi hablaba por teléfono. 

-Creo en serio deberías venir******** por favor tú lo conoces, sabemos muy bien que ese demonio no se calmara facilmen- las palabras del enmascarado quedaron a medias gracias a un fuerte y desgarrador grito. 

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡KAKASHI AYÚDANOS!!!!!!!!- 

El hombre de cabello blanco guardó su aparato y como pudo, entró a rescatar a los menores. 

La escena que encontró fue más rara de lo que alguna vez imaginó. 

Su jefe trataba de lanzarse por la ventana, mientras que Hidan y Deidara lo estaban sujetando con todas sus fuerzas. 

-¡SUELTENME, ME QUIERO MORIR!- 

-¡Ren para tu drama y aléjate de la orilla!- gritó el religioso. 

Una hora después Anko había llegado y ahora ella y Kakashi trataban de evitar la muerte del mayor. 

-¡Con una mierda Ren, entra a la casa!- la chica de cabello morado no podía creer tal berrinche.

-¡DÉJAME EN PAZ, MIS ANGELITOS FUERON CORROMPIDOS POR ASQUEROSO DEMONIOS AMANTES DEL DINERO!, ¿¡ NO LO VES!?, ¡LES ARREBATARON SU INOCENCIA!- 

-¡Ay por favor, eso lo perdieron hace muchos años!- 

-¡Anko no estas ayudando!- Hatake ya estaba cansado. 

Hidan y Deidara miraban con enojo la escena, por un momento creyeron que su padre hablaría con ellos como un ser humano normal, pero esto era demasiado bizarro. 

-Si te vas a poner así de estúpido, mejor nos vamos- dijo el religioso tomando de la mano a su hermanito. 

Eso paró el acto de Ren haciéndolo entrar a la casa. 

-¿Y a dónde demonios van?, ¿acaso verán a sus amantes?- 

Eso los asustó un poco, pero decidieron mantenerse firmes. 

-¿Y si fuera así?- lo reto Hidan. 

Su tutor guardó silencio un momento. 

-En ese caso, me encantaría hacerles una visita- Ren les pasó por un lado, dispuesto a encontrar a los hombres de negocio. 

Esa fue la gota que derramó el vaso, sus hijos lo alcanzaron y sin ningún temor se le pusieron en frente. 

-¡SI LES PONES UNA MANO ENCIMA DEJAREMOS DE QUERERTE!- 

En cuanto terminaron de formular aquella oración se arrepintieron por completo. 

Ahora Ren estaba en el suelo, llorando a mares. 

-¡Lo sentimos!- 

**********

Anko y Kakashi pusieron a su superior al lado de la chimenea, uno lo abanicaba y la otra pasaba un trapo húmedo por su cara. 

-Mis…bebés…me...odian…Ja...shin…ve...por…mi…- murmuraba el creyente con su cara pálida. 

Los menores luego de esa metida de pata se habían retirado, dejando a su padre con cuidados especiales. 

-Ren por favor, no puedes quedarte así- Hatake trató de hacerlo entrar en razón. 

-Si, en lugar de estar triste, ¿porque no mejor te desquitas con Kakashi?- señaló a su compañero la mayor. 

-¿¡Ehhhhhhh!?, ¿¡por qué yo!?- 

-Pues, esto paso porque no hiciste un buen trabajo- se encogió de hombros la chica de cabello morado. 

En ese momento el llanto de Ren seso y poco a poco se fue incorporando, dedicándole una mirada asesina al enmascarado. 

-Tu…pagano mentiroso- 

-Es-Espera, esto no es lo que parece- 

Pero el mayor no lo escuchó, se le lanzó, colocando ambas manos alrededor de su cuello. 

-¡TE VOY A MATAR, ASQUEROSO TRAIDOR!- 

Kakashi se retorcía y por más que trataba le era imposible quitarse a Ren de encima. 

-An-Anko, a-a-auxilio- dijo el enmascarado sintiendo que le quedaba poco oxígeno. 

La chica de vestimenta ruda, suspiro colocando una mano en el hombro de su amigo de la infancia. 

-Ren matar a Kakashi no solucionara nada, tienes una gran oportunidad, podrías crecer como padre y ser humano- esas palabras hicieron que el creyente se detuviera para escucharla mejor. 

-¿Cómo?- 

-Bueno, podrías por una vez en tu vida hacer algo lindo por otro ser humano que no sean tus hijos, ¿por qué no intentas darle la bienvenida a esos chicos ricos?- sonrió Anko. 

El más alto soltó una gran carcajada asustando a los presentes. 

-Creo que tengo la bienvenida perfecta- dijo Ren retirándose del lugar, dejando a los menores confundidos. 

************** 

El hombre de ojos oscuros camino hasta llegar al otro extremo de su casa, posicionándose en una puerta negra. 

Tocó dos veces hasta que esta fue azotada. 

-Mis hermosas y bellas bestias, les tengo maravillosas noticias- 

Lo siguiente que se escuchó fueron unos fuertes ladridos. 

-Jejejeje necesito que le den la bienvenida a unos asquerosos paganos- 



















Quedan 4 capítulos para el final
❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro