Hidan
Nota: este capítulo contiene algunos fragmentos del pasado de Hidan.
"Siempre es lo mismo, nos levantan a las 6 de la mañana para hacer nuestras camas, luego todos bajamos a desayunar cereal o alguna fruta, después nos mandan a jugar y al final del día volvemos a nuestras habitaciones"
En una enorme casa vivían cientos de niños huérfanos, cuidados las 24 horas por diferentes personas, en su mayoría mujeres de edad avanzada.
Los pequeños se encontraban en el jardín jugando, disfrutando del hermoso día soleado, corriendo, saltando y gritando, parecía que todos se divertían, bueno casi todos.
A lo lejos sentado debajo de un árbol se podía apreciar a cierto niño de cabello plateado y ojos violetas.
El menor miraba el cielo tranquilo, le gustaba imaginar cómo hubiera sido su vida afuera de esa enorme instalación.
Todo era paz, hasta que el chico sintió la presencia de alguien enfrente suyo, bajo la mirada para encontrarse con tres niños un poco más grandes que él.
-Hola niño muerte- se burló el líder del grupo.
Hidan de inmediato frunció el ceño, como odiaba ese estupido apodo.
-Larguense idiotas o si no- contestó de mala gana el menor.
-¿O sino que?, ¿robarás nuestras almas fenómeno de ojos raros?- luego de ese comentario los tres bravucones se empezaron a reír.
El pequeño estaba avergonzado, siempre los demás se habían burlado de su tono de cabello y sus extraños ojos.
Cuando estaba a punto de golpear a sus compañeros, una de las encargadas llamó a todos los niños, diciendo que les tenía una sorpresa.
-¡Genial!, ¡deben de ser visitantes!-
-¡Apuesto a que nos darán dulces!-
-¡Bien, nos vemos luego cabello de anciano!- gritó el líder empujando a Hidan al suelo.
El menor se quedó ahí tirado, no le importaba recibir regalos de aquellos extraños, ya que ninguno podía darle lo que realmente quería.
Aun asi la curiosidad le gano, asomo un poco su cabeza y pudo ver a un grupo de personas vestidas de negro, todos llevaban un simbolo extraños que de inmediato llamo su atención.
Sus invitados repartían dulces, juguetes y helados, pero en un descuido uno de ellos giró su cabeza para encontrarse con la mirada del pequeño.
Hidan se escondio detras del arbol nervioso, espero unos minutos para volver a asomarse y noto que aquel sujeto ya no estaba.
-¿No quieres helado niño?- se escuchó una voz detrás de él, que le hizo soltar un grito de terror.
-Jajajajajaja oye tranquilo, solo vine a ofrecerte helado- le sonrió el mayor para darle confianza.
Una vez que el pobre chico se calmó, tomó su postre para empezar a comerlo.
-Oye, ¿por qué no estás con los demás?- pregunto curioso el más alto.
-N-No me llevo bien con los otros niños- respondió Hidan un poco apenado.
El mayor frunció el ceño y después tomó asiento al lado del pequeño.
-¿Te molestan?-
Pero el niño no le contestó, solo desvió la mirada.
-Entiendo, si no quieres hablar de eso esta bien-
Ese comentario hizo que el menor lo mirara curioso.
-Por cierto mi nombre es Ren, ¿tú cómo te llamas?- le preguntó el hombre de cabello oscuro.
-Soy-Soy Hidan-
-Mucho gusto Hidan jejeje, dime ¿te gusta tu hogar?, yo creo que es bastante lindo- pero al terminar la oración vio cómo la mirada del niño se ensombrecía.
-No me gusta, yo, yo quiero estar afuera- sé sincero el menor.
-¿Afuera?, espera , ¿jamás has salido de esta enorme casa?- se impactó Ren.
-Solo las personas que nos cuidan salen- respondió el pequeño con voz apagada.
Ren miró al chico que apretaba los puños con fuerza, casi temblando de tantas emociones.
-¿Y por qué quieres ir afuera?-
-¡Para cumplir mi sueño!- gritó Hidan con mucho entusiasmo.
-Ohhhh, ¿y cuál es ese sueño?- preguntó el más alto divertido.
-¡Me volveré un músico famoso, cantaré en grandes escenarios y todo el mundo gritara mi nombre!- sentenció el niño.
Eso sorprendió a su invitado, los ojos del pequeño mostraban determinación y anhelo.
-Pero- casi de golpe su ánimo se fue.
-¿Pero?-
-Aquí encerrado jamas lo lograre- se entristeció el niño de perlas violetas.
Aquel adulto que llevaba tiempo hablando con el pequeño sintió mucha pena por él, todos debían tener derecho a cumplir sus sueños, si tan solo pudiera hacer algo por ese niño... un momento.
-Hidan acercate, te dare algo-
El chico un poco desconfiado se acercó al mayor y vio que este le extendía un papel.
-Es nuestra dirección, guárdala bien-
Hidan agarró el papel viendo que ese hombre traía en su mano un dibujo muy extraño.
-¿Por qué me das esto?- preguntó el niño confundido.
Pero este no le respondió solo le dedico una sonrisa para después marcharse.
**************
5 años habían pasado desde aquella visita, Hidan había crecido, ahora era un adolescente, el cual no había olvidado su sueño.
Una noche harto de los tratos y de la tipica rutina, decidió escapar del orfanato.
Espero que dieran las 12 de la noche, bajo por la ventana del segundo piso y trepando uno de los árboles que daban a la calle, logró salir sin problemas.
"Excelente" pensó Hidan orgulloso.
Sacó de su bolsillo cierto papel que lo hizo sonreír de la emoción.
Tardó unas tres horas pero por fin dio con aquella dirección, el lugar empezaba a darle miedo, las calles casi no tenían iluminación, había personas bebiendo y otras simplemente conviviendo.
"Tu puedes Hidan" pensó el menor.
Luego de unas cuadras, vio en una de las puertas un símbolo muy familiar.
"Debe ser ahí, Ren debe de estar ahí"
El menor se acerco y con mucho miedo toco la puerta, al principio no hubo respuesta pero luego de unos segundos aquel lugar se abrio dejando ver a un tipo vestido de negro y con el ceño fruncido.
-¿¡Qué demonios quieres mocoso!?- pregunto aquel sujeto de forma agresiva.
Hidan estaba temblando, quería salir huyendo, pero a estas alturas no había vuelta atrás, ya no tenía un hogar.
-Yo vine a ver a Ren- contestó el menor.
El hombre de aspecto atemorizante levantó una ceja y después gritó con fuerza.
-¡Ren, te busca una pulga!, ¡Ren!-
-¡Ya te escuche idiota, deja de gritar!- y entonces se asomo aquel hombre que el menor reconocio al instante.
-Pero si es el pequeño Hidan- sonrió divertido el mayor.
-Hola, ha pasado mucho tiempo- saludo el chico más tranquilo.
-Cuánto has crecido, sabia que algun dia vendrías, pasa por favor, como aun eres un niño te invito un refresco-
-¡Gracias!-
**********
Hidan con 16 años ya era un miembro oficial del grupo Jashin, al principio el menor pensó que eran una especie de secta pero luego se aclaró que eran una pandilla que adoraban al Dios Jashin, ya que creían que este les otorgaba fuerza y agilidad en las peleas.
El adolescente estuvo un tiempo al cuidado de Ren, pero cuando consiguió empleo y un pequeño departamento se hizo independiente, ahora solo veía al mayor en las reuniones y algunas veces también lo visitaba.
Por las mañanas el religioso trabajaba y por las tardes iba a estudiar música.
Parecía que todo en su vida estaba empezando a tomar forma.
**********
-¡Hidan tengo hambre!, Hm-
-¡Ya te escuche mocoso idiota, enseguida te encargo una pizza, pero ya deja de molestarme-
-Gracias, hm-
Poco después de cumplir los 18 años, el fanático rescato a un molesto rubio de las frias calles.
Ren quedó maravillado con el rubio, por lo que terminó adoptando a Deidara, dándole la oportunidad de estudiar.
-Recuerdame porque te soporto-
-Porque gane la pelea, hm- se burló el rubio.
-Jajajajajajaja eres odiosa oxigenada-
-Yo tambien te quiero tarado, hm-
*********
-¡Hidan resiste!, ¡por favor no te mueras, hm!-
El jashinista era transportado en una camilla, su abdomen estaba lleno de sangre y en su cabeza había una enorme cortada.
-¡Hidan no te duermas, resiste!, prometo ser el mejor hermano menor, por favor no me dejes!-
El fanático empezo a sentir que su cuerpo se quedaba sin energía, su vista se oscurecia y a lo lejos escuchaba el llanto del rubio.
*********
¡Feliz cumpleaños deidara!- grito Hidan, el cual había decorado el departamento con varios globos, serpentinas y en la mesa había un gran pastel de chocolate con dos velas que marcaban el número 18.
El rubio que acaba de llegar de la escuela sonrió emocionado, para después darle un gran abrazo a su hermano mayor.
-Espera aquí, voy por tu regalo- rápidamente el chico de ojos violetas fue al cuarto y sacó una enorme caja.
Deidara arrancó el papel desesperado y lo vio lo dejó impresionado, era una guitarra azul con dorado y al reverso había un dibujo de una de las extrañas estatuas que el chico solía hacer como arte.
-Dime mocoso, ¿te gustaría formar una banda conmigo?- preguntó el religioso con una enorme sonrisa.
***********
-¡Muy bien, están contratados, bienvenidos a Akatsuki!- les extendió la mano Yahiko.
En el cuarto de una linda oficina los miembros de la banda estaban en shock, por fin alguien les daba una oportunidad para poder lucirse en el escenario.
-¡No se arrepentirá, hm!- aseguro el rubio.
-¡Daremos lo mejor de nosotros!- sonrió Kisame.
-¡Tobi siempre será un buen chico!-
Hidan se mantuvo callado, hasta que por fin reaccionó.
-¡Los renegados haremos historia!- gritó el jashinista con entusiasmo.
**********
En un oscuro callejón el chico de ojos violetas era golpeado por un grupo de personas.
-¡Te dijimos que no te metieras con nosotros!-
-¡Estás más que muerto idiota!-
-¿Vas a llorar?, ¡ni tú padre te salvará de ésta!-
-¡Di tus últimas palabras mocoso!-
Hidan con el ceño fruncido miraba con odio a aquellos hombres, por un momento pensó que si era su fin, hasta que la voz de cierto sujeto bien vestido interrumpió su paliza.
-No quiero problemas, solo quiero decirles que la policía ya está muy cerca- dijo el moreno con una sonrisa burlona.
"Woooow pero qué tipo" pensó menor algo sonrojado, pero gracias a la falta de luz nadie notó ese pequeño detalle.
Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤ esperó les guste.
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