Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El perdón

Luego de que Kakashi encontrara a su jefe medio muerto, llamó a una ambulancia para que lo trasladarán al hospital más cercano. 

Unas horas después el mayor estaba instalado en una amplia habitación, casi todo su cuerpo estaba vendado, indicando que no debía moverse en un buen rato. 

Hatake luego de llenar unas formas, entró al cuarto para cuidar de su amigo. 

-Creo que esta vez si te acabaron, aunque es curioso que casi no tocaran tu cara- señaló el hombre de la máscara. 

Pero para su sorpresa Ren no respondía a nada, solo miraba el techo con el ceño fruncido. 

El menor tomó asiento en una silla de metal, colocándose justo al lado del jashinista.

-Estoy molesto- habló Ren.

-¿Por qué exactamente estás molesto?, ¿fue por qué tu brillante plan fallo o acaso fue por las palabras que ese avaro te gritó?- Kakashi levantó una ceja esperando una respuesta razonable.

-Me molestaron sus palabras, pero no porque quisiera provocar, sino porque eran ciertas- 

Eso dejó muy sorprendido al hombre de cabello blanco. 

-Todos estos años, creí que hacía lo mejor para mi familia, pero poco a poco comencé a tener miedo, no quería estar solo- confesó el creyente apretando las sábanas con las pocas fuerzas que conservaba.

Con cuidado Hatake sobo el hombro del fanático, transmitiendole apoyo.

-Sin darme cuenta mis bebés crecieron, maduraron tan rápido que no supe como reaccionar, luego tomaron algo de distancia, me sentí tan destruido pero no quería preocuparlos y al final termine guardando todo hasta volverme este horrible demonio- 

Kakashi se puso de pie y sin pensarlo mucho abrazo al mayor.

-Ren, se que jamás tuviste malas intenciones, a veces el amor nos hace irracionales, somos humanos y no tiene nada de malo equivocarnos, pero también no podemos quedarnos estancados- soltó a Ren notando que este ya tenía unas cuantas lágrimas acumuladas. 

-Los hijos deben de avanzar, ¿cierto?- 

-Pero eso no significa que te quedarás atrás, no importa si se van a otra ciudad o llegan a tener familia, tu sigues siendo valioso en sus vidas- sonrió Kakashi. 

El mayor se incorporó lo más que pudo y con su brazo menos herido se limpió los ojos. 

-Esto va a ser muy difícil, mis angelitos ahora me odian, no se como voy a encontrarlos- 

-Para tu maldito drama estúpido, ellos no te odian- la voz de una mujer los hizo mirar la puerta.

Anko estaba de pie, sosteniendo una bolsa. 

El creyente sonrió al ver a su amiga de la infancia, siempre había estado a su lado, incluso en los peores momentos.

-Tus músicos de cuarta si están muy molestos, pero jamás te odiarían, tarde o temprano vendrán a hablar contigo y espero que prepares un increíble discurso, de otro modo te dejarán en este lugar un buen rato- se burló la amante de los dangos. 

Su superior dejó escapar una pequeña risita, ahora sí necesitaría un milagro. 

"Jashin-sama por favor, ayudame, quiero recuperar a mis bomboncitos de chocolate" 

**********

En el bar "Akatsuki" los hombres de negocio eran atendidos por una mujer de ojos claros. 

Konan había usado un botiquín médico para curar todas las heridas posibles. 

-¿Estarán bien?- preguntó Hidan viendo como su jefa tocaba el cuerpo de su novio.

-Tranquilo, no tienen nada roto, tu padre fue brusco, pero supo que lugares no golpear- informó la mayor guardando algunas cosas.

-¿Quieres decir que Ren no los hirió de gravedad?, hm- el rubio no podía creer tal cosa.

-Estarán adoloridos los próximos días, pero nada que los cuidados básicos no curen- y así la chica se retiró dejando a los músicos con sus parejas.

Deidara tocó el angelical rostro del pelirrojo, notando que la mandíbula mostraba un tono morado y todo alrededor de su boca estaba algo hinchado.

-Danna en serio lo lamento- el menor bajo la mirada. 

-Ya escuchaste mocoso, no es nada malo, en algunas semanas estaremos como nuevos- dijo Sasori tratando de sonreír, pero no lo logró, toda su cara ardía.

El fanático se acerco al moreno, con la intención de limpiar el rastro de sangre que aún tenía en su nariz y parte de la mejilla. 

-Hidan estoy bien, no tienes que ser tan delicado conmigo- esa oración hizo enojar al menor. 

El religioso retrocedió unos pasos dedicándole una mirada asesina a su amado. 

-¿Por qué fueron solos con Ren?- dijo el platinado asustando a los mayores.

De inmediato el artista se colocó al lado de su hermano. 

-Es cierto, ¿por qué si estaban en peligro no nos avisaron?, hm- 

Los hombres de negocio intercambiaron miradas sin saber que contestar, lo último que querían era otra guerra. 

-Pe-Pensamos que podríamos lidiar con él- dijo el pelirrojo sin ver a los chicos.

-No parecía la gran cosa- soltó el castaño.

Sin saberlo habían provocado la ira de sus novios.

-¿¡ACASO SON IDIOTAS!?, ¿¡ NO RECUERDAN TODO LO QUE HABLAMOS EN EL HOTEL!?- gritó Hidan sintiendo que su sangre hervía. 

-¡NUESTRO PADRE ES UN MALDITO LOCO!, ¡POR ESO LES DIJIMOS QUE NOSOTROS ÍBAMOS A HABLAR CON ÉL!- Deidara estaba en las misma condiciones, juraría que hasta de su boca salía fuego.

-Lo-Lo sentimos- dijeron al mismo tiempo los mayores, era claro que gracias a sus impulsos terminaron de ese modo. 

Los hermanos guardaron silencio unos segundos, tratando de no hacer más escándalo, respiraron profundo ya aceptando la realidad.

-Bueno ya paso, no vuelvan a actuar a nuestras espaldas, casi nos llevamos un susto de muerte- el religioso se sobo la cabeza con cansancio, habían sido demasiadas emociones por un día. 

-Creo que debemos ir a descansar, hm- opinó el artista.

Ambos sacaron a los mayores del establecimiento con la intención de pedir un taxi y llevarlos hasta sus hogares.

Hidan subió a Kakuzu acomodandolo de tal modo que no se lastimara. 

Al llegar a la dirección correspondiente el fanático se quedo en shock. Su transporte los había dejado en un elegante edificio, adornado con muchos cristales y luces. 

-¿D-Dónde estamos?, ¿en un hotel de cinco estrellas?- en serio no podía creer tal exageración. 

-Son departamentos, el mio se encuentra en uno de los pisos más altos- explicó el moreno.

La pareja se adentro en el lugar, tratando de no chocar con las cosas, tomaron el elevador, deteniéndose en el piso 12. 

Al bajar el castaño guió al menor y sin problemas llegaron a la puerta. 

Kakuzu la abrió permitiéndole a Hidan pasar a su hogar. 

Tal vez la instalación era increíble pero el interior de aquel departamento no se quedaba atrás. 

"Para ser una persona avara, vive con mucho lujo" pensó el menor algo incómodo. 

-Hidan un favor, ayúdame a llegar al baño- el chico de ojos violetas salió del trance para poder dirigir a su amado a aquella habitación. 

El moreno se sentó en el piso y poco a poco se fue quitando sus prendas. 

El fanático paso saliva nervioso, agito su cabeza de forma exagerada eliminando todos esos deseos. 

-C-Creo que mejor me voy jejeje, debes de estar muy agotado, te llamo mañana- Hidan se giró dispuesto a irse pero no pudo avanzar mucho ya que la fuerte mano de Kakuzu se aferró a su pantalón. 

-Quédate, me gustaría pasar la noche contigo- esa oración hizo que su novio se pusiera completamente rojo. 

-¿Estás seguro?- 

-Somos pareja, es natural que te quiera a mi lado- soltó el castaño. 

-De acuerdo- sonrió el creyente. 

Hidan ayudó a su pareja a retirar las vendas para poder lavar de forma correcta aquellas heridas. Cuando terminaron ambos se metieron a la tina, el mayor sentó a su amante encima de él y con cuidado lo rodeó entre sus brazos. 

El menor disfrutaba de la temperatura del agua y también de las sutiles caricias que su novio le daba. Como besarle el cuello o ese roce de sus manos. 

"¿Quién hubiera imaginado que este anciano fuera tan cariñoso enamorado?" pensó el músico. 

-Me encantas Hidan- confesó el mayor dándole una pequeña mordida en el hombro. 

-Ahhhh- gimió el religioso. 

Kakuzu levanto una ceja y sin aviso bajo sus manos hasta llegar a la entrepierna del fanático. 

-Ka-Kakuzu- el chico se retorcía gracias a las agradables sensaciones. 

-No te reprimas- le susurro al oído provocando un escalofrío. 

Hidan tapo su boca tratando de frenar aquellos ruidos tan vergonzosos. 

El mayor al notar eso sonrió con malicia, no importa lo adolorido que se sentía, no iba a perder esta oportunidad.

-Mocoso, haré que grites como nunca- paso sus dedos a la entrada de su amante, y con cuidado comenzó a penetrarlo. 

-¡Ahhhhh!- el religioso ya no podía esconder nada, se sentía demasiado bien, tanto que ya no pensaba con claridad. 

Kakuzu movía sus dedos con rapidez, tratando de enloquecer a Hidan para que pidiera más placer. 

-Ya-Ya no puedo mas, Ka-Kakuzu por favor- rogó el chico sintiendo que ya estaba en su límite. 

-Si quieres continuar, me tendrás que montar- explicó el moreno depositando un beso en la mejilla del menor. 

El chico de ojos violetas asintió, apoyó sus manos en las orillas de la tina con la intención de levantarse. Gracias a la ayuda de su pareja el menor se incorporó dándose vuelta para quedar cara a cara con el avaro. 

-Ven aquí- el moreno jalo a Hidan para darle un apasionado beso, ambos recorrían el cuerpo del otro como si quisieran comprobar que eso era real, que ese dulce momento estaba pasando. 

Cortaron el beso para poder mirarse a los ojos. 

-Te amo kakuzu- 

-Yo también te amo- 

**********

Casi a la media noche,la pareja se encontraba en el balcón, admirando la increíble vista. 

-Ahora entiendo porque te gusta vivir aquí Kakuzu-chan- 

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no uses el "chan"?- se quejó el moreno. 

Eso solo divirtió al menor. 

Ambos quedaron en silencio, hundidos en sus propios pensamientos. 

El mayor soltó un gran suspiro, dispuesto a aclarar algunas cosas.

-No odio a Ren- dijo Kakuzu llamando la atención del religioso. 

-Se que sus métodos rozan en lo psicópata, pero entiendo porqué lo hizo- 

Hidan bajo la mirada sin saber que decir al respecto, aún estaba furioso con su tutor. 

-Yo sé lo que es tener un mal padre, esa basura me atormentó por años y muchas veces quise que desapareciera, pero luego entendí que no valía la pena desgastarse por un hombre que nunca me amo- 

El fanático apreto los pueños al igual que los dientes. 

-Creciste al lado de un increíble ser humano, te ama tanto que se puso en riesgo con tal de mantenerte a salvo- Kakuzu camino para después darle un fuerte abrazo a su novio. 

-Si yo pude perdonarlo, creo que tu tambien podras hacerlo- 

Hidan oculto su rostro en el pecho del más alto. 

-Me gustaría que ambos fueran parte de mi vida- 

-Lo seremos- le aseguró el moreno. 

-Gracias anciano- ambos se quedaron ahí, sintiendo el fresco viento de la ciudad. 






















Solo queda un capítulo
❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro