-¡AHHHHHHH! ¡POR FAVOR ALGUIEN AYUDENOS!- 

-¡CORRAN, YA ESTÁ MUY CERCA!- 

-¿¡DONDE DEMONIOS ESTAN LOS GUARDIAS!?- 

Por toda la aldea de la cascada se escuchaban gritos de dolor y desesperación.

Las casas estaban manchadas de sangre y había fuego en todas partes. 

Pero, ¿qué estaba pasando?, ¿Una guerra?, ¿algún intruso?,no, se trataba de cierto moreno, con marcas en los brazos, el cual había conseguido escapar de prisión para llevar a cabo su venganza.

-¡KAKUZU POR FAVOR NO ME MATES, POR FAVOR!- suplicó con mucho miedo el aldeano. 

Aquellos gritos de terror solo le provocaron gracia. 

-¿Ahora soy Kakuzu?, si hace un tiempo me llamaste estúpido fenómeno- dijo el castaño, clavandole una kunai en el cuello, haciendo que en cuestión de segundos el sujetos se desangrara. 

Y así el moreno buscó a cada persona que en el pasado se burló de él, no descansaría hasta que todos pagaran por su insolencia. 

Cuando terminó con esos insignificantes seres, pasó su vista a la guarida de sus superiores. 

-¡SABIOS, KAKUZU ESCAPÓ DE PRISIÓN Y VIENE HACIA ACÁ!- les informó uno de los ninjas que logró escapar de todo ese caos. 

Los mayores se pusieron de pie, dispuestos a enfrentar al ex ninja de la cascada. 

-¡Largo de aquí, vayan a buscar refugio! ¡nosotros nos encargaremos de ese chico!- dijo el mayor de los ancianos. 

Los ninjas obedecieron y en poco tiempo, kakuzu ya se encontraba en la entrada de ese gran lugar. De una patada derribó las enormes puertas de hierro, y se sorprendió al ver que esos sujetos que tanto deseaba eliminar estuvieran ahí esperandolo.  

-Kakuzu, después de todo lo que has hecho, no nos queda otra opción más que asesinarte- habló uno de los superiores..

-Debiste conservar tu honor aceptando correctamente el castigo que preparamos para ti, pero ahora morirás y como un traidor-

Luego de esas palabras todo permaneció en silencio, hasta que el moreno empezó a reírse, extrañando a los sabios. 

-Temo decirles, que está noche, ustedes serán los únicos que morirán- 

Los mayores intercambiaron miradas sin comprender porque ese ninja estaba lleno de confianza. 

-¿Qué?,¿acaso pensaron que vendría hasta aquí sin un plan?, nuestra pelea tiene que ser memorable- y dicho esto, el moreno empezó a hacer una combinación de sellos con sus manos, mientras susurraba unas palabras. 

Los ancianos retrocedieron, identificando aquellos símbolos, que eran parte de la técnica prohibida de su aldea. 

Al terminar de hacer aquel jutsu, la apariencia del castaño empezó a cambiar, en su piel se formaron unas marcas de costura, sus brazos se desprendieron dejando ver unos enormes hilos negros y en su espalda aparecieron cuatro máscaras. 

-Para que mi técnica esté completa necesitaré cuatro corazones y los suyos serán perfectos- sonrió Kakuzu. 

Luego de una larga pelea, el moreno había tomado ya 3 corazones, solo le faltaba el del anciano mayor, el cual ya se encontraba casi inconsciente en el suelo, con varios hilos por todo su cuerpo. 

-¿Tienes algunas últimas palabras para mi?- 

El mayor giro su cabeza y para sorpresa del moreno, este le dedicó una pequeña sonrisa. 

-Ka-Kakuzu, espero que mueras de la forma más dolorosa posible- 

Y de un movimiento rápido, el castaño le arrancó el corazón dejándolo en un charco de sangre.

Con los ancianos muertos y la aldea hecha pedazos, Kakuzu ya no tenía motivos para permanecer ahí. Tomo algunas armas, para luego ir a la salida de aquel lugar, encontrando a su maestro sentado sobre una enorme roca. 

- Que increíble espectáculo diste chico, les llevará meses levantar todo eso- dijo el mayor acomodando su capucha. 

-Se lo merecían- contestó su alumno. 

-¿Todos?- preguntó el mayor aterrizando a unos cuantos metros del moreno. 

Kakuzu aceptaba que muchos no debieron morir, pero ya era muy tarde para lamentaciones.

-A estas alturas no puedo arrepentirme- dijo el menor. 

-Kakuzu, no se lo que harás de tu vida de ahora en adelante, pero antes de que te marches, quiero darte un pequeño consejo- 

Ese comentario hizo que el castaño detuviera sus pasos. 

-En este mundo lleno de mentiras, traición y soledad, solo puedes confiar en una cosa, y eso es, el dinero- dijo su maestro mientras le lanzaba una pequeña bolsa. 

Kakuzu la tomó para examinar su contenido, dándose cuenta de que adentro había mucho efectivo. 

"Admito que es interesante" 

Aquí les traigo el capítulo nwn❤⭐❤⭐❤⭐❤⭐❤ esperó les guste.