Esos ojos
Tras unos cuantos minutos de camino, el chico de los rituales volvió a abrir la boca.
-¿En serio no te gusta nada de mi?- preguntó el fanático.
-Solo sigue caminando acosador, ya quiero regresar a la cueva- respondió el moreno de mala gana.
-¡NO SOY UN ACOSADOR! ¡Y YA DIME LA VERDAD!- gritó Hidan muy ofendido por el apodo de "acosador".
-Pues, me gusta cuando tienes la boca cerrada-dijo Kakuzu de forma burlona provocando la ira del menor.
-¡ERES UN MALDITO HIJO DE PUTA!, ¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE ME GUSTE UN AVARO AMARGADO QUE SOLO PIENSA EN SÍ MISMO?!- el creyente se agarró el cabello con fuerza debido a la frustración.
"Eso mismo me pregunto yo" pensó el castaño.
Ya en la guarida, los inmortales fueron directo a su habitación, en donde el moreno tomó asiento cerca de su escritorio para empezar a checar algunas cuentas pendientes, mientras que Hidan solo se colocó encima de la cama para rezar un rato.
Cuando el fanático terminó su labor, quiso volver a entablar una conversación con el mayor.
-Oye Kakuzu, ¿por qué estabas en ese lugar?- preguntó el menor algo curioso.
El castaño pensó un momento si responder a eso y luego de analizar la situación, no creyó que sería la gran cosa decirle sobre su superior.
-En ese lugar vi por última vez a mi maestro- contestó Kakuzu acomodando sus cosas.
-¿Tu maestro?-preguntó Hidan algo molesto, pero claro el mayor no lo notó.
-Si, era un gran ninja, inteligente, fuerte, hasta me atrevo a decir que era gracioso- comentó el ex ninja de la cascada con una pequeña sonrisa en su rostro.
Aquel gesto alteró al creyente.
-¿A ti, te gustaba tu maestro?- preguntó el fanático en voz baja, apretando las sábanas con fuerza, no pedía evitarlo, los celos se habían apoderado de su cuerpo.
Kakuzu al escuchar ese tono tan deprimente, se giró para ver el pequeño drama por parte del menor. Soltó un gran suspiro dispuesto a aclarar ese asunto.
-No, no de esa forma, él era como un padre y también fue el mejor compañero del mundo- respondió el tesorero de forma tranquila.
Pero ese último comentario solo hizo sentir peor al jashinista.
-¿Por eso no te gustó? , ¿por qué no soy un ninja tan genial como tu amado maestro?-preguntó Hidan apartando la mirada.
El castaño se sorprendió ante esas preguntas, su intención no era hacerlo sentir inferior, pero de nuevo sólo causaba problemas.
-Tus ojos- soltó el moreno llamando la atención del creyente.
-¿Qué?-
-Me gustan tus ojos, combinan muy bien contigo- dijo Kakuzu tratando de animar a su pareja.
El religioso al escuchar eso sonrió, de forma rápida se levantó del colchón para ir al cuarto de Deidara.
Esa acción relajo al avaro.
"Ya había visto ese color de ojos antes, pero Hidan hace que tengan un brillo especial"
Ya estamos cerca del final nwn❤⭐❤⭐❤⭐❤⭐❤ espero les este gustando la historia.
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