Sinceridad
La puerta de la habitación se abrió dejando ver al beta de cabellos oscuros.
El menor colocó su mano en la espalda de su amigo, para luego sacudirlo.
Con pereza el omega comenzó a abrir los ojos.
-¿Qué hora es?- preguntó Hidan incorporándose.
-Tranquilo, apenas son las 7 de la mañana- dijo Itachi mientras tomaba asiento al lado del inmortal.
-¿Y el artista de cuarta?-
-Está preparando el desayuno, no durmió en toda la noche tratando de arreglar el cuarto-
Esa explicación le sacó unas risitas al creyente.
-¿Cómo te sientes? Se que no fue fácil para ti volverte a encontrar con Kakuzu- dijo el Uchiha preocupado.
Hidan agacho un poco la cabeza, la verdad no estaba de humor para hablar sobre eso, pero ahora que lo pensaba, de todos los miembros de Akatsuki, Itachi era por así decirlo el más sabio y maduro, tal vez no era mala idea pedir su consejo.
-No lo fue, sentí mucha ira al tenerlo tan cerca y más cuando se acercó a mis mocosas- confesó el fanático apretando los puños.
Itachi analizaba cada una de las expresiones de aquel religioso, tampoco quería causarle más dolor.
-¿Te mencionó el por que de su visita?-
-Si, me dijo que quería decirme la verdad sobre porque se fue- soltó Hidan haciendo una mueca disgustado.
-Te escucho-
-Bueno, me contó que hace unos años tuvo una familia, pero alguien que lo odiaba acabó con ella, entonces por temor a que nos pasara lo mismo se marchó- resumió el creyente.
Sin poder evitarlo Itachi sonrió.
-Es interesante-
-¿Que cosa comadreja?-
-Jamás imaginé que Kakuzu pudiera sentir miedo, luego de todos los horrores que vivió a lo largo de su vida, creí que ese lado suyo ya no existía- admitió el beta.
Pero esas palabras solo hicieron enojar a Hidan.
-Te equivocas él no sintió miedo, solo me dejó porque no confío en mi poder- dijo el religioso tratando de no gritar, pues no quería despertar a las bebés.
Itachi miro al mayor directo a los ojos, para después comenzar a hablar.
-Hidan, ¿sabes en qué se parecen el amor y el miedo?- preguntó el Uchiha con seriedad.
El religioso solo negó con la cabeza.
-Que ambos nos hacen irracionales, nos llevan por un camino lleno de decisiones impulsivas y poco acertadas- explicó el menor, dejando a Hidan muy sorprendido.
-No importa si somos peligrosos criminales, seguimos expuestos a las típicas emociones humanas, incluso un ser tan avaro y sanguinario como Kakuzu tembló al imaginar que te perdería, tomó medidas extremas lo reconozco, pero es curioso cómo prefirió que vivirás odiandolo a exponerte a un final trágico- señaló Itachi.
Al omega no le salían las palabras, nunca se hubiera imaginado todo el trasfondo de su situación.
Tardó unos minutos minutos pero por fin logró relajarse.
-Èl, él me lastimó mucho-
-Lo sé, a veces hacemos cosas incorrectas por razones correctas, Kakuzu quiso ayudarte pero también te proporcionó un gran dolor y en serio lo lamento Hidan- dijo Itachi tomando la mano del fanático.
El tacto del beta fue muy reconfortante, tanto que el chico escandaloso le regresó el gesto apretando su agarre.
-¿Qué debo de hacer ahora?- preguntó Hidan mirando a sus niñas de reojo.
-Lo que te haga sentir mejor, no importa lo que escojas, no te vamos a juzgar, haremos lo de siempre, apoyarte-
El creyente medito su situación, lo que realmente quería era mantener a su familia a salvo.
-Aun siento muchas cosas por Kakuzu, pero no quiero volver con él, esto ya no es correcto- dijo Hidan aceptando sus sentimientos.
-En ese caso perdonalo, deja ir todo ese rencor y sigue adelante, algún día serás la admiración de Ruri y Kumi, ellas tienen que verte como verdaderamente eres, un padre amoroso, un compañero leal pero sobre todo un hombre perseverante-
-¿En serio piensas todo eso de mi, comadreja?- preguntó el inmortal algo avergonzado.
Pero Itachi solo le sonrió, con cuidado se levantó del colchón para ir a ayudarle a Deidara, pero al tomar la perrilla la voz del fanático lo dejó quieto.
-Uchiha, ¿Crees que debo permitirle a ese anciano ver a mis pequeños engendros?-
Sin girarse el poseedor del sharingan decidió contestarle.
-A diferencia de ustedes, nosotros tenemos un límite de vida, siempre estamos en constante peligro durante las misiones, pero incluso si evadimos a la muerte en batalla, los años y las enfermedades no descansan- dijo Itachi sacudiendo varios miedos.
Abrió la puerta pero sin salir aún del cuarto.
-Si no quieres volverle a confiar tu corazón está bien, pero creo que deberías confiarle la vida de las bebés, me parece que ya logras comprender hasta dónde es capaz de llegar Kakuzu por los seres que ama- y así Itachi se retiró.
*********
En la cocina Deidara terminaba de preparar los alimentos, se sacudió las manos pero al querer darse vuelta sintió una presencia atrás de él.
-¡Sempai! ¡Aquí está Tobi!- grito el buen chico atrapando al menor en un fuerte abrazo.
-Qui-ta-te, hm-
-Oh vamos mi sempai, ¿sigue molesto por la pequeña patada de Tobi?- preguntó el enmascarado algo divertido.
-claro que sigo molestó imbécil, me tomó horas reparar aquel desastre, hm- confesó el artista cruzando los brazos.
-jejejejejeje Deidara-sempai enojado es tan adorable- dijo Tobi pegando más su cuerpo.
Aquella acción puso nervioso al omega, su mente le decía que se alejara pero no era capaz de empujar al chico infantil, su aroma era bastante agradable.
El mayor al notar que no era rechazado levantó un poco su máscara, acercándose al oído del más bajo.
-Parece que alguien disfruta de la atención, ¿no te gustaría ir a un sitio más privado?-
La voz del alfa estremeció cada sentido del más bajo.
Con rapidez dejó un beso en la mejilla de Deidara.
-¿Qué dice mi sempai?-
-To-Tobi, yo-
Pero antes de dar su respuesta el buen chico fue golpeado con un pesado libro, que de inmediato lo botó al piso.
-¿Qué se supone que estaban haciendo?- preguntó Sasori con un tic en la ceja.
-¿¡Danna!?- gritó el rubio aterrado.
-Si ya terminaron de coquetear, recuerden que solo tenemos unas horas para preparar la fiesta de cumpleaños de las mellizas- dijo el marionetista pisando a Tobi.
En eso Itachi entró al lugar presenciando la extraña escena por parte de sus compañeros.
"Este será un largo día" pensó el Uchiha notando el pequeño charco de sangre que se formó alrededor del enmascarado.
********
Después de varias discusiones, regalos, globos y un pastel casero, la fiesta estaba casi lista, solo hacían falta las cumpleañeras.
Del cuarto, Hidan salió con sus pequeñas en brazos, las bebés traían puestos unos hermosos vestidos verdes con lunares blancos, a los costados unos pequeños moños rosas decoraban la vestimenta y para terminar el conjunto el jashinista les colocó unos gorritos que hacían juego.
-¡Feliz cumpleaños Ruri y Kumi!- gritaron los miembros de Akatsuki lanzando varios papeles de colores.
Las menores se reían divertidas por todo la atención que sus tíos les brindaban.
-Disfruten la fiesta,mis pequeños engendros- el jashinista beso las cabezas de sus hijas para dejarlas con el resto de los miembros.
Lo primero que hicieron fue partir el pastel, donde las niñas quedaron manchadas de betún, luego abrieron los obsequios, algunos eran juguetes, otros conjuntos de ropa y para finalizar la celebración, Deidara junto con Tobi sirvieron la comida.
-Creo que ya acostaré a las mocosas- dijo Hidan mientras cargaba a sus pequeñas.
-¿Necesitas ayuda?- preguntó Kisame.
-No, está bien, enseguida vuelvo-
El religioso ingresó al cuarto, captando un olor muy familiar.
-Sabía que vendrías- soltó el fanático.
De una esquina salió el alfa de piel morena.
-Necesitaba verlas- dijo Kakuzu sin atreverse a acercarse.
El creyente dejó escapar un suspiro y con calma caminó hasta quedar enfrente del alfa.
-¿Quieres sostenerlas?-
El mayor asintió para después cargar a las menores.
-Quiero que hablemos de esto-
Solo nos queda un capítulo nwn ✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨ espero les este gustando la historia.
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