Kakuzu se dirigía a la salida de aquel punto de intercambio. 

El moreno no lograba tranquilizarse, el solo imaginarse a Hidan en ese tipo de situación hacía que su sangre hirviera. 

Al abandonar la instalación pudo ver que su compañero estaba de pie con una mala mirada. 

-¡Kakuzu, carajo!, ¿¡por qué siempre te tardas?!- gritó el religioso. 

-Cierra la boca, contar el dinero lleva su tiempo- el tesorero solo quería regresar a la guarida.

-¿Acaso ocupas lentes, anciano?, no me gusta esperarte- dijo el menor haciendo una mueca de fastidio.

Y justo en ese momento Kakuzu paro de caminar para mirar al omega a los ojos, si las miradas mataran, el alfa ya le hubiera volado la cabeza a su compañero.

-¿Quieres saber por qué me demore tanto?, bien te lo diré, fue porque cierto idiota no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor- dijo el moreno con un tono molesto, que hizo retroceder un poco al religioso.

-¿De qué mierda me estás hablando?- preguntó Hidan frunciendo el ceño. 

-Si que eres estúpido, aquellos hombres adentro del punto de intercambio tenían planeado secuestrarte para venderte a un alfa- Kakuzu se puso firme.

El menor tenía los ojos muy abiertos, incluso sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, no era la primera vez que los alfas se le acercaban con esas intenciones, pero tampoco era fácil soportar esos escenarios.

-No necesitas protegerme- dijo Hidan adivinando lo que pasó ahí adentro. 

-No tengo opción, somos compañeros, además, eres un omega- esa última frase le dolió en todo su ser al religioso.

-¿Solo por eso me proteges?, ¿porque soy un omega?- Hidan sentía que todo el cuerpo le temblaba de coraje, apretó con fuerza los dientes y también los puños.

-¿Por qué otra razón cuidaría a un mocoso tan inútil?- Kakuzu no quería verse débil ante el menor, no importaba cuanto le gustara, seguía siendo su superior. 

Esas palabras quebraron al fanático, toda su vida había odiado ser un omega, menos preciado por los betas y humillado por los alfas, el religioso había huido de su aldea para forjar su destino, siendo libre y poder ser el ninja que el tanto deseaba. 

Al entrar a Akatsuki conoció al moreno, fue el único que lo trató como uno más, no como un omega, y eso hizo que se empezará a interesar en él, pero ahora se enteraba que aquella persona que tanto había querido, lo miraba como todos los demás, como un ser débil y asqueroso.

-¡No necesito tu ayuda!, ¡no te necesito!, ¡todos estos años yo he podido cuidarme solo, un perro como tú, nunca lo entendería!- y así, Hidan salió corriendo a toda velocidad dejando atrás al tesorero.

-¡HIDAN!-

Aquí les traigo el capítulo nwn❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨❤✨ esperó les guste.