Zetsu sonrió por la actitud de aquel chico, temía que pudiera tener el mal humor de Kakuzu, pero ahora que lo observaba mejor parecía tener la esencia de Hidan. 

-¿Y podrás con la misión tú solo?- preguntó Shiro. 

-¡Por supuesto que sí, es mi oportunidad para probarle a los inmortales lo fuerte que puedo ser!- sentenció Kazuki para ponerse la capa del moreno, ya que era la que mejor se le acomodaba por su nueva altura, que podría ser tal vez un poco más alto que Kisame. 

-De acuerdo, te dejamos esto en tus manos, si llegas a necesitar ayuda solo grita y mandaremos a alguno de los chicos- dijo Kuro. 

-Ya, ya, ya, dejen de ser tan amables, me están asustando- comentó el más alto mientras le guiñaba un ojo divertido.

Cómo respuesta, el espía solo asintió con la cabeza, para después sumergirse en la tierra, desapareciendo de la vista. 

Una vez solo, Kazuki decidió arreglarse un poco. Acomodó el gorro del avaro, pero dejó parte de su cabello expuesto, se colocó la máscara para tapar su rostro, cerró su capa solo lo suficiente para que se pudieran distinguir su collar de Jashin. 

-Perfecto, supongo que es hora de movernos- casi de inmediato la fusión de echó a correr alcanzando una gran velocidad. 

Avanzaba por el camino tan rápido que casi parecía que volaba. 

-¡Uuuuuhhhhh!, ¡esto es increíble!- de la emoción extendió sus brazos al aire y sin querer estos se desprendieron hasta alcanzar las ramas de un enorme árbol. 

Al darse cuenta de que podía utilizar las habilidades del avaro, el chico no dudó en sacarles provecho. 

Se balanceó por la vegetación, usando los hilos para quitar cualquier obstáculo. Todavía era algo torpe para controlar los poderes de Kakuzu pero se esforzaba bastante. 

"Nunca hubiera imaginado que estar conectados se sintiera así" pensó Kazuki sintiendo una gran seguridad en sí mismo, la fuerza que desprendía era descomunal y su chakra recorría cada centímetro de su ser. 

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Luego de 2 horas de camino, decidió que era hora de tomar un descanso, cortó una manzana y se sentó sobre una fresca roca. 

-Me parece que estamos cerca del punto que marcó Pain- dijo este mientras le daba un mordisco a su jugoso fruto. 

Y en efecto, según el mapa, a unos metros hacia el norte debían estar los paquetes de sus clientes. 

-Es una lástima que está misión sea tan fácil, de verdad quería tener una pelea, no sé por cuánto tiempo estaré existiendo- comentó la fusión para luego llevarse la mano al pecho. 

Todo en él estaba en paz y sereno, indicando que todavía no era su hora, así que podría divertirse un poco más. 

-Muy bien, será mejor que nos demos prisa- Kazuki se puso de pie para hacer estiramientos, de ese modo su cuerpo no se cansaría tanto.

Tras dar varios pasos se encontró con una estructura de concreto, que a simple vista parecía una pequeña casa sucia y en ruinas. 

Un poco desconfiado se infiltró en el lugar, para ver qué en el fondo había una mujer de edad avanzada apoyada en su bastón y detrás de ella un hombre de aspecto atemorizante sostenía un pequeño cofre con candado.

-¿Eres de Akatsuki?- preguntó la anciana. 

-Si, he vendido para recoger los paquetes- contestó el más alto. 

-mmmm esto si que es extraño- soltó la mujer para acercarse un poco a su persona. 

-¿Qué-Qué cosa?- preguntó Kazuki incómodo por la invasión a su espacio.

-Tu líder, Pain, había dicho que vendrían dos de sus hombres, ¿a qué se debe este repentino cambio?- 

El chico jashinista dió un pequeño brinco nervioso, debía inventar una buena excusa y pronto, de otro modo pondría en evidencia que era una fusión.

-Verá, los ninja que habían sido asignados a esta misión, se les presentó la oportunidad de conquistar un país cerca de la nación del aire, siendo inmortales eran los más aptos para el trabajo, por eso me mandaron para representarlos, no se preocupe, son de fiar- contestó Kazuki con una gran seguridad que hizo que el hombre que todo esté tiempo había estado inmóvil, se estirará para entregarles la mercancía. 

"Bien, ya nos podemos largar de aquí" pensó aliviado con el cofre en sus brazos.

Sin aviso, la anciana estiró su bastón, dándole un pequeño golpe en la frente a la fusión.

-Dile a tu jefe que la próxima vez me avisé sobre sus planes, mis productos son demasiados valiosos como para que caigan en las manos equivocadas- 

-Si, pasaré el mensaje- el chico de lindos ojos violetas se dió la vuelta para salir lo antes posible de ahí, algo en el ambiente le daba mala espina.

Una vez que abandonó la casa, aquella señora sonrió con malicia.

"Habían pasado décadas desde la última vez que ví a una fusión, estoy segura que con el comprador adecuado me darán mucho dinero por aquel chico"

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-¿¡QUIÉN SE CREE ESA BRUJA PARA TRATARNOS, DIGO, TRATARME DE ESE MODO!?, ¡SI NO FUERA PORQUE YA ES TARDE JURO QUE LE HUBIERA ARRANCADO LA PUTA CABEZA!- se quejó Kazuki dando fuertes pisotones. 

De mala gana observó el cielo, dándose cuenta de que si no apretaba el paso lo agarraría la noche y en ese estado sería algo peligroso. 

Cómo pudo se abrió camino por un bosque, derribando con sus pies todo lo que pudiera estorbarle. Estaba tan sumergido en su irá que no se percató que por error había ido a la dirección equivocada, llevándolo a un campo abierto. 

Una vez ahí, colocó el cofre en el pasto, para sacar el mapa. Trató de ubicarse sin éxito, parecía que aquella zona no estaba registrada. 

-¡Bah!, estoy demasiado cansado para decifrar esto- se dejó caer de espalda con la intención de tomar una pequeña siesta, era el sitio perfecto para hacerlo, suave brisa, cielo despejado y el ligero aroma a plantas. 

Relajado por el escenario, decidió cerrar sus ojos, dejando que el cansancio lo guiará, pero entonces una voz muy familiar resonó por todo su ser. 

"¡Levántate, rápido!" 

De un saltó el chico se puso de pie, asustado por la repentina orden. 

-¿Kakuzu?, ¿qué pasa?- y entonces a sus espaldas pudo sentir que algo se aproximaba, era una gran bola de fuego. 

Por suerte sus reflejos rápidos lo ayudaron a esquivar ese ataque sin problemas. 

-¡Salgan de dónde estén, bastardos hijos de perra!- gritó Kazuki para luego ponerse en posición de ataque. 

Entre los árboles salieron volando varios ninjas, con vestimentas azules y toques púrpura. 

-Miren esto chicos, la jefa tenía razón, cerca de aquí reposaba una fusión- comentó uno de los hombres dejando al miembro de Akatsuki en shock.

-Y es una lindura, siempre creí que se trataban de horribles fenómenos, que suerte que se vea humano, así los clientes pagarán más- señaló otro de los enemigos.

Kazuki retrocedió unos pasos notando que estaba en desventaja. 

"Maldición, ¿y ahora qué hago?, no tengo a nadie cerca, estoy solo" pero entonces recordó que no era un ninja cualquiera, era la máxima conexión del dúo zombie, él jamás estaría solo, sobre sus hombros reposaba la fuerza, la valentía y el coraje de dos grandes shinobis. 

Con una sonrisa engreída sujetó el símbolo de su collar depositando un pequeño beso en él.

-¡Escúchenme bien, paganos inservibles, no les será fácil vencer al vínculo de estos monstruos, soy el deseo de dos hombres que juraron protegerse y apoyarse sin importar qué!- 

El grupo de ninjas frunció el ceño ante esas palabras. 

-¡Es más, por ser está una ocasión tan única, permítanme deslumbrarlos con un pequeño truco!- 

Kazuki separó la cuerda de la guadaña para después lanzarla al aire con todas sus fuerzas. Una vez ahí, hizo un sello con los dedos provocando que su arma desapareciera en una estela de humo, para darle paso a su nueva creación. 

En su mano derecha aterrizó una guadaña de doble filo, solo que ahora el mango era oscuro y tenía pequeños cráneos como adornos. Y en su mano izquierda aterrizó una guadaña más pequeña casi como del tamaño de un hacha. 

-Ahora sí estúpidos…. vengan por mí- 

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En la batalla Kazuki desarmaba con facilidad a sus oponentes, y sus lindas herramientas les permitía desgarrar la piel de un solo movimiento. 

Uno de los hombres trató de atacar por la espalda al jashinista usando unos afilados cuchillos, sin saber que al chocar con el cuerpo de la fusión estás se harían pedazos. 

-¿¡Pero cómo es posible!?- 

Entonces Kazuki se giró para mostrar cómo todo su cuerpo se había teñido de color negro. 

-¿Te gusta?, es nuestra capa protectora- y de una sola patada mando a ese hombre hasta el otro extremo del lugar.

Al ver que no eran rivales para el miembro de Akatsuki decidieron huir, pero claro, el chico inmortal no vio esto como una opción viable. 

Saco de su cuerpo varios hilos, sujetando del cuello a todos los que pudo. 

-Lo crean o no, este fue mi gran debut, sientanse honrados, sin ustedes no habríamos tenido tan glorioso espectáculo- Kazuki movió los brazos, decapitando a sus enemigos.

Una vez hecho su trabajo, dejó caer los cuerpos, alejándose un poco ya que no deseaba manchar sus zapatos con sangre.

Con orgullo, colocó ambas manos sobre su cintura para después soltar un gran grito. 

-¿¡Qué les pareció eso!?, ¿¡acaso no soy fabuloso!?- sonrió con aires de grandeza Kazuki, sin percatarse que uno de los hombres logró escapar y como último acto hacia la fusión lanzó un papel explosivo a sus pies. 

El chico miró hacia abajo y todo lo que pudo hacer en ese momento fue cubrirse para disminuir el impacto.

Kazuki salió disparado, chocando contra varios troncos, el daño fue tanto que provocó que este se separará. 

Por el bosque rodaban los inmortales, intentando detenerse. Kakuzu logró agarrarse de una rama pero Hidan que iba ya mareado no tuvo la agilidad para aferrarse a algo, por lo que terminó frenando gracias a una piedra. 

-¡Mi cabeza, eso en serio dolió!- se quejó el jashinista sobándose la parte herida. 

El avaro por otro lado se incorporó notando que gracias a su técnica de tierra no resultaron con heridas graves. 

-Kazuki idiota, ¿cómo no pudo evitar eso?- dijo el creyente tratando de levantarse, pero todo le seguía dando vueltas.

Fue entonces que el mayor le dió una mano y con cuidado le ayudó a incorporarse. 

Hidan alzó la cabeza para encontrarse con los enormes ojos de su compañero. El tenerlo tan cerca hizo que se sonrojara. 

-Creo que ese imbécil dijo muchas cosas vergonzosas- soltó Kakuzu. 

El religioso hizo una mueca sin comprender de lo que hablaba el más alto, pero entonces a su cabeza le llegaron aquellos momentos en los que su fusión le exponía a medio mundo su conexión. 

Sin poder evitarlo, la cara de Hidan se tiñó de rojo y en un intento por retroceder y salir huyendo de ahí se tropezó. 

-¡Waaaaa!- el fanático estaba por volver a caer, pero fue rodeado por los fuertes brazos del moreno, y nuevamente ambos quedaron cara a cara con las frentes juntas. 

-Si te hace sentir mejor, también creo que soy un tonto- 

Al decir eso, ambos comenzaron a reírse, ahora que habían cruzado esa línea, tenían mucho que aprender uno del otro. 

Aquí les traigo el capítulo nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨ espero les guste.