Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Debemos hablar

Tras varias horas de golpes e intentos fallidos. La comadreja decidió que ya era hora de parar todo eso para poder regresar a la cueva y descansar un poco. 

Itachi cerró los ojos para después aparecer a su alrededor una bandada de cuervos, los cuales volaron directo a los chicos escandalosos. 

-¿¡QUÉ DEMONIOS ES ESTO!?- gritó Hidan cubriéndose la cara, ya que los animales habían comenzado a agredir al jashinista. 

-¡ALEJEN SUS GARRAS DE MI, HM!- Deidara retrocedió unos cuantos pasos hasta casi chocar con la pared del lugar. 

Una vez que el Uchiha vio que estaban a una distancia prudente, apartó a sus aves, haciéndolas regresar a su lado.

-Regresemos a la base- dijo Itachi para darse la vuelta y caminar a la salida. 

Los renegados apretaron los puños sintiendo una gran irá en su interior, a veces era más que molesto que aquel chico con aires de grandeza los tratará cómo idiotas y se creyera lo bastante importante como para darles órdenes. 

El religioso estaba pensando en ir directo con el Uchiha para darle un buen golpe, pero antes de que pudiera hacer su travesura, el artista lo detuvo colocando una de sus manos sobre su hombro.

-Ni se te ocurra idiota, ese patético Uchiha es mi presa, si alguien va a despedazarlo y a borrar su horrible existencia de la Tierra, seré yo, hm- sentenció el rubio. 

Hidan lo miró por un momento, ahora que recordaba, desde que él entró a Akatsuki su amigo de grandes ojos azules había hablado cientos de veces de cómo quería aniquilar a aquella comadreja, pero nunca le preguntó cuál era exactamente el motivo, porque si, Itachi podría llegar a ser desesperante, pero jamás iba por ahí provocando a sus compañeros. 

El fanático tenía muchas preguntas en su cabeza, de verdad quería saber más sobre la rivalidad de esos dos, aunque sabía que el chico explosivo no le diría nada, por alguna razón, se recerbaba ese asunto como si fuera el mayor secreto del universo. 

"Da igual, ahora todo lo que quiero hacer es darme un baño y dormir" pensó Hidan para después bostezar con fuerza.

***************************************

Una vez que llegaron a la guarida los menores se fueron a su respectiva habitación, deseando que la noche fuera larga y placentera.

El religioso abrió la puerta del cuarto llevándose una pequeña sorpresa. 

Kakuzu había regresado de la misión, su capa y gorro estaban colgados en un mueble, dejando a la vista su larga cabellera al igual que su rostro. El moreno dormía sobre su cama, las sábanas lo cubrían hasta el cuello, parecía que estaba bastante cansado. 

El menor agradeció al todopoderoso Jashin-sama por darle este milagro, la verdad lo que menos deseaba era tener que lidiar con el mal carácter de su compañero. 

Sin hacer mucho ruido, Hidan entró al baño para despojarse de su capa y abrir la llave de la regadera.

Esperó a que el agua estuviera prácticamente hirviendo y de un solo movimiento se metió sintiendo como ese líquido quemaba su piel. 

"Ahhhhhh, esto se siente tan bien" pensó el fanático inclinando un poco la cabeza. 

Luego de 20 minutos de una mágica tortura, el chico de ojos violetas salió de ahí, con la piel roja y sus manos irritadas. Un humano normal se hubiera preocupado por esos detalles, pero aquel masoquista sabía que en cuestión de minutos todo su cuerpo regresaría a la normalidad. 

Se vistió con una playera blanca y shorts oscuros, quería dormir lo más cómodo posible sobre su pequeño colchón. 

Se acurrucó en la almohada sintiendo que perdía fuerzas y en un instante, la oscuridad se había apoderado de él. 

***************************************

Por un rato todo marchó con normalidad, hasta que la cabeza de Hidan comenzó a darle una mala jugada, haciendo que el chico se retorciera en su lugar, desatendiendo un poco su cama y dejando su clara expresión de angustia a la vista. 

En aquel sueño Hidan caminaba sobre un oscuro bosque, el sonido del viento era abrumador y el frío desconcertante. Nervioso por el ambiente caminó apresurado hasta dar con un río que se encontraba congelado. 

Se asomó sobre este, quedando en shock pues ahí en ese espejo no se reflejaba su ser, sino aquella fusión entre él y el avaro.

Cómo si fuera poco, el extraño ser comenzó a romper su prisión helada, saliendo de esta quedando de pie a unos cuantos centímetros del jashinista.

Hidan que no entendía nada de lo que estaba pasando, estiró su mano para acariciar ese rostro tan único y especial.

-Eres tú, nuestra máxima conexión- susurró el religioso y como respuesta aquel ser, dió unos cuantos pasos terminando con la distancia, para juntar su frente con la de su invitado.

El jashinista no era alguien que soportará el contacto físico o las muestras de afecto, pero por alguna razón ese hombre le daba una sensación reconfortante, cómo si estuviera en un lugar seguro, dónde sabes que puedes reposar y nadie vendrá a hacerte daño. 

-¿Cómo debería llamarte?- preguntó el chico disfrutando la compañía. 

Hubo un momento de silencio hasta que aquella fusión decidió hablar. 

-Mi nombre es….- 

De golpe Hidan abrió los ojos para después incorporarse. Miró a su alrededor dándose cuenta que seguía en su recamara. 

-¿Fue un maldito sueño?- murmuró el menor tratando de mantener la calma. 

De mala gana quiso volver a acostarse y olvidar lo de hace un momento, pero le era imposible, no podía sacar de su cabeza esa imagen. 

"¿¡Por qué carajos sigues apareciendo en mi cabeza!?, ¿¡qué es lo que tratas de decirme!?, ¡esto no tiene ningún puto sentido!" Pensó el jashinista mientras arrojaba su almohada al otro extremo del lugar. 

A estas alturas, daría lo que fuera por una respuesta. Y entonces se le ocurrió una gran idea, solo debía ir a la fuente de todo su sufrimiento. 

Cómo pudo se levantó de la cama para después salir corriendo a toda velocidad. Recorrió los pasillos hasta llegar a su objetivo. 

Sin aviso decidió adentrarse en aquella habitación para ver cómo cierta comadreja descansaba.

Sin algún tipo de piedad, el mayor lo sujetó por los hombros y lo agitó con todas sus fuerzas, obligando al otro a despertarse. 

El Uchiha abrió los ojos sintiéndose mareado y algo confundido por las acciones de su compañero. 

-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó Itachi. 

Pero en lugar de recibir una respuesta inmediata, el religioso lo tomó de su camisa para tenerlo cara a cara, mostrándole una expresión llena de enojo. 

-Resuelve esto, asqueroso hijo de perra- 

El menor alzó una ceja, presintiendo que este asunto tardaría un buen rato.

***************************************

En la sala, Hidan le contaba al Uchiha cada detalle de la misión y como de la nada pudo lograr conectarse con su pareja. 

-Y así fue como pasaron las cosas- concluyó el mayor esperando que su compañero tuviera una gran reacción, pero para su sorpresa Itachi estaba en total calma. 

-Es interesante, no pensé que pudieras lograrlo en tan poco tiempo, supongo que su vínculo es más fuerte de lo que parece- dijo el menor haciendo que Hidan se sonrojara.

-¡DE-DEJA DE DECIR ESAS ESTUPIDECES, MALDITO PAGANO DE MIERDA, SOLO FUE UN PUTO ACCIDENTE!- 

Itachi rodó sus ojos con fastidio, olvidaba lo tonto que podría llegar a ser ese religioso.

-¡ADEMÁS, NO SE PORQUE ESE JODIDO ANCIANO ACTUÓ RARO DESPUÉS DE JUNTARNOS, NO ES COMO SI HUBIÉRAMOS HECHO ALTO  SUCIO O ÍNTIMO!-

Entonces, el chico de cabello oscuro activó su sharingan, haciendo que el mayor parará su escándalo. 

-Hidan, lo creas o no, la conexión entre dos seres es algo bastante íntimo- dijo el Uchiha haciendo que el religioso abriera la boca claramente sorprendido. 

-No, no lo entiendo- se atrevió a decir el jashinista. 

-Escucha, la razón por la que solo pocos pueden llegar a lograr eso, es porque se necesita de una gran cantidad de afecto, una estrecha confianza y un gran nivel de seguridad, cuando te fusionas le entregas al otro todo de ti, tu cuerpo, tus pensamientos, tu calor, tus habilidades- 

Era oficial, Hidan estaba más que sorprendido. 

-Si bien Kakuzu pudo haberse conectado con otros en el pasado para completar alguna misión es bastante entendible, pero creo que está fue la primera vez que lo hizo porque temía perder algo importante para él, el hecho de pensar en ya no tenerte cerca hizo que lograrán ser uno- 

La cara del fanático se tiñó por completo de un fuerte color rojo, haciendo que el menor se sobresaltara un poco. 

Hidan llevó ambas manos a su cara para luego dejar escapar un fuerte grito lleno de vergüenza. 

-¡AHHHHHHHHHHH!- no fue hasta ese instante que pudo comprender lo que sentía el moreno. 

Itachi en un intento por demostrar compasión por su amigo, se sentó a su lado para acariciarle la espalda a modo de consuelo.

-Oye, todo estará bien- 

-¡NO, NO LO ESTARÁ, LAS COSAS NUNCA VOLVERÁN A LA JODIDA NORMALIDAD, ESTO ES EL INFIERNO!- 

El Uchiha sonrió, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Se que no es el fuerte de ninguno de los dos, pero deben hablarlo, solo así volverán a ser los mismos sádicos- poco a poco Itachi se levantó dando por terminada la plática. 

-¡Espera!, ¿¡a dónde carajos vas!?, ¡vuelve aquí comadreja!- 

Hidan al ver que aquel ninja ya no iba a regresar decidió tragarse su pena y volver a descansar. Al entrar al cuarto noto que Kakuzu ya estaba despierto, organizando unos papeles y parte de su dinero. 

Sin saber qué decir por culpa de tantas emociones, el menor decidió pasar de largo para meterse entre las sábanas. 

En silencio, el jashinista observaba a su compañero, tenía tanto que decirle pero el orgullo era demasiado fuerte. 

A los pocos minutos, el moreno dejó de lado sus labores, para girarse y ver al menor. 

-¿Tienes algo que decirme?- preguntó con firmeza Kakuzu, haciendo que del susto, Hidan cayera de la cama, quedando enredado entre la tela. 

"Pero que torpe" pensó el avaro para ir directo con su pareja y ayudarlo a salir de ahí. 

-¡Ah!, ¡por poco me ahogo!- dijo el jashinista aliviado por ya no tener eso en la cara. 

-Si ya terminaste con tus juegos estúpidos, podrías responder a mi pregunta- Kakuzu se arrodilló para quedar a la altura de su compañero.

El menor desvío un poco la mirada sin tener ganas de tocar ese incómodo tema pero al verse acorralado no le quedó de otra más que abrir la boca. 

-¿Mi presencia de verdad te desagrada tanto?- soltó Hidan confundiendo al más alto.

-¿Qué?, ¿de qué demonios estás hablando?-

El menor tomó aire para empezar a confrontar al hombre que tenía frente a él.

-Desde que nos conectamos has estado furioso conmigo, tanto que me mandaste lejos, eso jamás lo habías hecho por más que te colmará la paciencia, se que aveces puedo ser un dolor en el trasero pero creí….. creí que te gustaba un poco mi compañía- 

Kakuzu analizó las palabras de su pareja, y sin tener más remedio, tuvo que sincerarse también.

-Escucha mocoso, desde mis primeros años como ninja, siempre me gustó trabajar solo, creía que de esa forma resolvería todo de una manera rápida, segura, sin errores, al llegar a esta organización tuvieron que asignarme compañeros, deteste esa idea, pero al menos creí que podría usarlos a mi favor- dijo el avaro para cambiar de posición y así sentarse. 

Hidan se quedó en silencio sin entender hacia dónde iba esa explicación. 

-Y entonces Pain me junto contigo, un chico torpe, escandaloso, con un tono de voz insufrible, tarado, con escasa experiencia en el campo de batalla, cero capacidad estratégica, masoquista, loco, grosero, infantil- 

-¿¡Acaso estás buscando pelea, anciano hijo de perra!?- el religioso estaba a nada de golpear al más alto. 

-Y a la vez también me entregaron a la persona que me complementaria a la perfección- dijo Kakuzu, haciendo que de golpe la ira del jashinista se calmara. 

-Jamás pensé que encontraría en ti esa parte que me haría crecer como ninja y persona, nunca antes tuve la oportunidad de convivir con alguien de este modo, a pesar de que nos queremos matar cada cinco minutos, se que lo nuestro va más allá de simples compañeros de equipo- 

Hidan al oír eso no puedo evitar sonreír. 

-Así que si, me gusta tu compañía, aunque la mayor parte del tiempo se sienta como una maldita tortura- 

El menor soltó una pequeña risita, no podía creer que de nuevo la comadreja tuviera razón, todo se había resuelto con solo hablarlo.

-Y sobre nuestra unión, no estoy molesto, solo que no me lo esperaba, me tomó por sorpresa y no supe cómo reaccionar en el momento- dijo Kakuzu recordando como se desquitó con Hidan. 

El chico de los rituales estiró su brazo, confundiendo un poco al avaro.

-Entonces, ¿estamos bien?- 

Kakuzu le dedicó una pequeña sonrisa antes de tomarle la mano al más bajo. 

-Estamos bien- 

 










Aquí les dejo el capítulo nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️espero les guste.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro