Los menores escalaron hasta llegar a la parte más alta de aquella construcción, y para su suerte lo que buscaban seguía ahí. 

Sobre el techo de hielo, reposaba un enorme dragón de agua, parecido mucho a su querido hermano Ryu, solo que este portaba escamas plateadas, casi como si fueran miles de espadas sobresaliendo de su cuerpo. El animal dormía plácidamente, recargando sus enormes garras cerca de los hermanos de Hidan. 

-Parece que no ha despertado en décadas- señaló Kasumi divertida. 

-Bueno, parece que ya es hora de que haga algo productivo- dijo Masaru sacando su enorme látigo negro, envolviendolo con un gran poder. 

La chica retrocedió unos pasos, dándole la libertad al menor para que hiciera su trabajo. 

-¡Despierta, estúpida lagartija!- y así, el chico azotó su arma contra la superficie, provocando un ruido tan insoportable que hizo despertar a la enorme bestia. 

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Yumi estaba terminando de guardar la armadura, cuando de repente todo el lugar comenzó a temblar, provocando que los chicos de Akatsuki dejaran de lado la diversión para correr a la entrada. 

La sacerdotisa de inmediato empuñó su lanza, temiendo lo peor. 

Hidan estaba a punto de hablar, cuando un fuerte rugido lo dejó en blanco. 

-No puede ser, ha despertado- dijo el jashinista mirando a su hermana con horror. 

-¡Debemos salir de aquí y rápido!- gritó Yumi haciendo nuevamente los sellos para poder abrir las puertas. 

Nuevamente el palacio se sacudió haciendo que casi perdieran el equilibrio los renegados. 

Deidara se inclinó un poco, viendo como abajo de ellos pasaba nadando una enorme criatura. 

-¿¡QUÉ DEMONIOS ES ESO!?- preguntó el artista alterado. 

-El guardián de este sitio- contestó Kasumi que venía bajando las escaleras junto con Masaru. 

-¡NO LO ENTIENDO!, ¿¡COMO CARAJOS DESPERTÓ ESA COSA!?- El religioso también se veía bastante nervioso. 

-¡Eso no importa, solo debemos marcharnos!- dijo la sacerdotisa con firmeza para después abrir la salida. 

En una fila, los chicos salieron corriendo, siendo guiados por el jashinista, que trataba de no perder la cabeza, pues ahora sus vidas si estaban en riesgo. 

Pero por desgracia para él grupo, el dragón los había visto y comenzó a golpear el laberinto, dejando varias grietas. 

Yumi al comprender el peligro, activo los sellos que les había colocado a cada uno de los involucrados. 

"Creo que con eso estaremos a salvo, al menos hasta llegar a tierra firme" pensó la religiosa, orando porque esto no se complicará todavía más. 

Desesperado por no poder atrapar a sus presas, el animal se acercó a ese campo de protección, y de golpe clavó sus enormes colmillos en él, haciendo que el agua comenzará a filtrarse. 

-¡Demonios!- gritaron los criminales. 

-¡Sigan avanzando, mi poder no permitirá que se congelen!- dijo Yumi empujando al grupo. 

Tras varios minutos batallando con el agua, el creyente indicó que estaban a escasos metros de terminar el laberinto. 

Masaru sonrió aliviado, ya que solo buscaba darles a todos un gran susto, pero su cara se deformó al ver que el guardián de aquel lago comenzó abrió su hocico formando una gran bola de energía. 

-¡CUBRANSE TODOS!- gritó el chico para abrazar de inmediato a la chica ciega. 

Los criminales quedaron en shock al ver como el peligro se acercaba a ellos. 

Kakuzu jaló a Hidan para cubrirlo con su cuerpo, liberando dos de sus corazones como escudo. Sasori reaccionó a tiempo invocando su pesada marioneta para meterse ahí junto con su estudiante. Mientras que Kisame utilizó su técnica de agua, haciendo una barrera para proteger al chico de las grandes ojeras. 

La gran energía del dragón terminó por romper el túnel, exponiendo al grupo, haciendo que tuvieran contacto con aquella fría agua. Aunque ese era el menor de sus problemas, ya que debían llegar a la orilla antes de que ese animal se los comiera o que el oxígeno se les acabara. 

La chica de larga cabellera oscura, parpadeo unas cuantas veces tratando de recuperar el sentido, pues la técnica de esa bestia la había dejado aturdida. 

"Debo distraer al guardián, solo así todos podrán escapar" pensó la sacerdotisa colocando su lanza de modo que el filo quedará apuntando al dragón. 

"¡Gritó de lamentos!" Un rayo salió disparado de aquella arma, dañando parte de las escamas. 

Kisame que había entendido las intención de esa fuerte mujer, comenzó a fusionarse con su espada, tomando la forma de un imponente tiburón. Como pudo sujetó de la cintura a Itachi para empezar a nadar a toda velocidad, e ir por el resto de sus camaradas. 

Yumi sonrió al ver que sus aliados se alejaban, pues debía encontrar el modo de volver a dormir a ese animal. 

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En la orilla, los renegados tosían con fuerza, tratando de expulsar cualquier resto de esa maldita agua. 

-Creo que al final si nos vamos a congelar, hm- dijo Deidara temblando de frío, pues parecía que en cualquier momento iba a nevar. 

-Debemos buscar refugio y calentarnos de inmediato- señaló Itachi, temiendo que por el clima tan extremo su salud se fuera a complicar. 

Al oír eso, el jashinista explotó en una gran rabieta haciendo que todos dieran un pequeño brinco por el escándalo. 

-¡ASQUEROSOS HIJOS DE PERRA!, ¿¡ASÍ ES COMO MUESTRAN AGRADECIMIENTO!?, ¡MI HERMANA LES SALVÓ LA VIDA, TODAVÍA ESTÁ PELEANDO CON ESE DEMONIO!, ¿¡Y USTEDES SOLO PIENSAN EN ESTUPIDECES!?- 

Eso dejó a todos callados, era cierto, Yumi había decidió sacrificarse, para que ellos estuvieran a salvo. 

Los hermanos del creyente agacharon la cabeza arrepentidos de su travesura, ellos no querían que nadie resultara herido, y mucho menos la mujer que por años se encargó de amarlos, alimentarlos y proporcionarles un futuro. 

Por otro lado, Kakuzu que no toleraba ver a su pareja en tal estado, se quitó su pesada capa, llamando la atención de los criminales pues eso solo significaba que estaba listo para la batalla. 

-¿Ese dragón es igual al mocoso que dejamos con Tobi?- pregunto el moreno con seriedad. 

-Si, aunque esa cosa es una bestia en su totalidad- contestó Kasumi. 

-En ese caso solo hace falta noquearlo- la piel del avaro comenzó a oscurecerse, revelando su mejor técnica del estilo tierra. 

Hidan le dedicó una sincera sonrisa, conmovido por las acciones de su pareja. 

-Quédense aquí, iré a ayudar a esa patética sacerdotisa- el mayor entró al lago desapareciendo a los pocos segundos. 

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Yumi seguía lanzando varios conjuros a ese animal, pero le era difícil desplazarse por el agua, y más por las bajas temperaturas que ya estaban afectando a su cuerpo. 

"A este paso me voy a desmayar" pensó la chica, perdiendo casi la vista. 

Entonces, casi como un héroe, el moreno bajo, dándole una patada al dragón, haciendo que este se estrellara contra unos bloques de hielo que reposaban cerca de ellos. 

La chica tenía los ojos muy abiertos de la impresión. 

Kakuzu se colocó a su lado indicando que ya era hora de irse. 

La menor asintió, dejando que el moreno la sujetará para llevar a la superficie. 

Aunque el plan no resultó, ya que el enorme dragón, los golpeó con su cola, haciendo que se hundieran todavía más. 

Ambos miraron arriba, notando como la feroz bestia cubría metros y metros del lago, era claro que no tenía intenciones de dejarlos ir. 

Yumi frunció el ceño, sacando su última carta. 

"Jure que nunca volvería a usar este poder, pero supongo que no me queda de otra, debo de salvar a este hombre, cueste lo que me cueste" 

La chica se separó un poco del moreno, haciendo unas señas con sus manos para después colocarlas sobre su corazón. 

"No te preocupes Hidan, no dejare que tu amado muera" y así, un gran luz comenzó a emanar del cuerpo de la chica, contagiando al avaro, que gracias al sello especial que le había colocado también comenzó a teñirse de aquel poder. 

Los chicos intercambiaron miradas para después sonreír. 

"¡Terminemos con esto!" 

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Fue una gran guerra la que se desarrolló, y al final la gran bestia no pudo cumplir su propósito. Pues la chica se encargó de inmovilizar al dragón, para que así Kakuzu le diera el golpe final, haciendo que este perdiera. 

Con el triunfo en las manos se apresuraron a nadar, pero entonces como último ataque ese reptil lanzó de su boca otra gran bola de energía. Yumi que vio cerca la desgracia, usó sus poderes para sacar al mayor del agua, lanzándolo a la orilla, mientras que ella recibió el impacto. 

El daño fue grave, tanto así, que los poderes de la chica se debilitaron hasta casi esfumarse. 

"Parece que este es mi fin" pensó la sacerdotisa con una pequeña sonrisa, no lamentaba nada, sabía que sus seres queridos estaban a salvo, al igual que esa persona que tanto adoraba su hermano. 

Simplemente se dejó llevar, dejando que su cuerpo bajará, contemplando los bellos animales que pasaban a su lado y la miraban con una gran curiosidad. 

"Kakuzu-san, se lo ruego, cuide mucho al idiota de Hidan" la religiosa cerró los ojos, siendo invadida por una aplastante oscuridad. 

Aquí les traigo el capitulo nwn ✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️ ✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️✨️❤️ espero les guste xD jejejeje