XXVI. Escape
CAPÍTULO XXVI:
ESCAPE
Sasuke la miró fijamente y ella a él. No podría decirse cual mirada era la más desafiante en los ojos tan negros como la noche que ambos poseían, él demostrando su superioridad ante ella y la menor mostrándole que no le interesaba qué tan poderoso era. Ninguno movía siquiera un músculo tal como si aquello provocara que cualquiera de los dos perdiera la guerra silenciosa de miradas que sostenían.
Polvo y tierra, junto con el olor a madera, aún se encontraban en el aire ante la reciente entrada del Uchiha, y sus sombras causadas por la llama temblorosa de una vela que alumbraba la habitación abarcaban una de las paredes, siendo una notablemente más pequeña frente a la otra. La tensión era casi tan abundante como el silencio luego de que la Hatake terminara de relatarle que ella efectivamente resultaba ser hija de una Uchiha, emitiendo los detalles de traición que se le habían sido dichos ya que aquello no era de su incumbencia, y el Uchiha no había pronunciado palabra.
Sasuke sabía que debía de tener razón. Si aquel sharingan hubiese sido implantado le sería imposible activarlo y desactivarlo a su antojo si no era una Uchiha, cosa que sí podía hacer por lo visto. Así que implantado o no, aquella niña debía de pertenecer a su Clan. Su pregunta de cómo podía ser eso posible había sido contestada, pero todo sonaba tan conveniente: Esa mujer huyó unos pocos años antes de la masacre de su Clan por x razón, fingiendo su propia muerte y estando embarazada de su pareja de aquel entonces, Kakashi, siendo el resultado de aquello la mocosa que tenía en frente, y vivido años lejos de la aldea sin intenciones de regresar.
¿Pero qué había sido aquello que la hizo huir en un comienzo y por qué se veía la imagen que él se formó como si ella supiera que pasaría la masacre? Eso era lo que lo molestaba. ¿Esa mujer tal vez resultaba ser otra traidora al igual que su hermano?
—¿Ya me dejarás dormir o dirás algo más? —cuestionó la peliplata, ya cansada de estar de pie, inmóvil como estatua.
—¿Por qué huyó? —espetó—. ¿Cuál era la razón?
Sakuma selló sus labios, pensando seriamente qué decirle, después de todo aquel chico seguía siendo el que Sakura y Naruto, junto con su padre, querían traer de regreso a la Aldea. Por más que ella no quisiera que regresara al considerarlo un traidor no estaba en su derecho decidir aquello, mucho menos sin conocerlo. Por lo que no podía decirle aquello que Orochimaru le contó. ¿Qué haría Sasuke al saber que Konoha intentó acabar con alguien de su clan por el temor de lo que ella... no, de lo que un Uchiha pudiese hacer?
—¿Cómo se supone que lo sepa? Recién me entero que soy Uchiha, ¿y ahora quieres la biografía de mi madre, una mujer a la que prácticamente no conocí? —frunció el ceño, mintiendo en parte.
Sasuke apretó los dientes. Su manera tan maleducada de hablarle le hacían querer arrancarle la cabeza. Aunque tal vez lo que más le molestaba en ese momento era el no poder oír lo que él quería.
—El Clan Uchiha. No sé nada de él —comentó Sakuma, mirando hacia un lado.
La tensión en los hombros del adolescente fue notable a pesar de su rostro inexpresivo al mirarla. No obstante, al contrario de lo que Sakuma había pensado en los primeros segundos de silencio, él contestó.
—Ese clan casi no existe —espetó.
Ella frunció el ceño.
—¿A qué te refieres?
—Justo lo que dije. Alguien se encargó de acabar con cada uno de ellos hace años—murmuró con furia.
Así que por eso huyó para obtener más poder... para acabar con esa persona, supuso Sakuma para sí misma, en cierto modo entendiendo su desición. ¿Cómo alguien podía hacer eso? ¿Cómo alguien podía arrasar con todo un clan, con vidas inocentes? se encontró lamentándose sobre lo que sucedió.
De verdad tenía ganas de conocer a todas esas personas que compartían el mismo hogar y las mismas raíces que su madre. Ellos seguramente la conocían y podrían hablarle de ella, además de las tradiciones de su Clan, de sus historias, de todo. No obstante, al igual que siempre que Sakuma quería saber algo sobre ella, no tenía suerte al estar muertas las personas de las que quería oírlo.
Bueno, no todas. Estaba Sasuke. Pero él era un imbécil.
Algo de lástima apareció entre sus sentimientos de repente. Alguien había aniquilado a su gente, amigos y familia, era inevitable el pensar en venganza, se puso en lugar del azabache. Sin embargo no aprobaba su manera de conseguir ese poder: tomando el camino más rápido y también el más oscuro al traicionar a todos lo que lo querían y a su propio hogar. Para una persona que trabajaba tan duro a diario como Sakuma y que a su vez era leal hasta la médula, le parecía de flojos y cobardes la decisión del adolescente.
—Pero tú sobreviviste —dijo Sakuma, pensando en voz alta al aparecerle la duda en su cabeza—. ¿Por qué te dejaría con vida alguien que aniquiló a todo un clan?
Sasuke la miró con ojos de odio, pero extrañamente no parecían dirigidos hacia ella sino a alguien más.
—Porque yo seré el que los vengará —murmuró.
Unas chispas azules se mostraron unos instantes entre los dedos del adolescente.
¿Así que se vengará de un traidor cometiendo traición? Eso es irónico, alzó las cejas ante sus pensamientos, que se vieron interrumpidos al ver a Sasuke caminar hacia la salida. La Hatake dio un par de pasos al frente de inmediato.
—Hey —lo detuvo tomándolo de la manga—. ¿Puede ser que hayas conocido a mi madre? ¿Uchiha Kimi?
Sasuke la miró pensativo. Agradeció mentalmente de que ese patán de verdad estuviera tratando de recordar a alguien llamado así.
—No lo creo —dijo seguro y se deshizo de su agarre de un tirón, para más tarde cruzar la salida y desaparecer de su vista entre las penumbras del pasillo.
(...)
Ya era de noche, supuso Sakuma al sentir la somnolencia mientras se removía en la cama. No podía decirlo con total seguridad dado que su habitación no tenía ventanas, pero su estómago rugía así que debía de ser la hora de la cena.
Ya eran tres días y cuatro noches que llevaba confinada por Orochimaru y no veía la hora de irse de una vez por todas.
Los de Konoha recién estarían llegando al Puente Tenchi en ese momento, supuso. Bueno, eso era si es que habían salido en su búsqueda. Sakura una vez le había comentado que habían dudado en ir tras Sasuke cuando fue secuestrado por Orochimaru y él (al contrario de ella) era parte de la aldea desde siempre.
Aunque luego mandaron a todo un escuadrón de niños de entre once y doce años a su rescate... Sakuma no sabía qué les había hecho pensar que eso era una gran idea.
No era una de las personas más optimistas, pero para ella era casi seguro que si hacían lo mismo todo terminaría en el mismo resultado que aquella vez y se quedaría allí hasta que Orochimaru lograra su objetivo con ella y/o la asesinara. Esperaba que el ser hija de alguien como su padre le sirviera de alguna vez por todas para algo como, humm, ¿salvar su vida, tal vez?
Había intentado escapar por la noche y eso no había funcionado. Habían demasiadas trampas ocultas.
Tuvo suerte de tener buenos reflejos, gracias a eso no perdió la cabeza en dos ocasiones. Ni las piernas. Por lo que intentar huir por el momento no era buena idea.
Se removió en la cama en busca de una posición cómoda, quedando con la mirada en el umbral ahora sin puerta. Recordó la conversación que tuvo con Sasuke horas antes. En todo momento mientras explicaba que su madre era Uchiha había tenido que medir sus palabras al él parecer dispuesto a matarla, y por lo que vio no le creyó del todo. Pero tenía el sharingan y eso debió ser suficiente prueba.
Definitivamente era un chico con varios problemas, pensaba mientras cerraba los ojos.
Clan Uchiha. Se lamentaba el no saber de ellos lo suficiente. Tal vez de esa forma todos los cambios que estaba sufriendo en ese momento podrían tener algo de sentido, aunque no le extrañaba en absoluto no conocer del clan considerando que los de la aldea querían que ella ni siquiera tuviera la más mínima información sobre su madre. Le parecía una pena que estuvieran casi extintos.
Lo que había averiguado de los Uchiha, omitiendo el breve comentario de Sasuke sobre su aniquilación, era lo que Kakashi le había dicho hace mucho tiempo atrás: que era uno de los clanes más poderosos del Mundo Shinobi junto con el Senju. No más que eso. Su padre tuvo un compañero que era parte de él, recordó la historia que le contó la semana en que lo conoció sobre la obtención de su Sharingan.
Pronto sus pensamientos se desviaron a otra persona.
¿Qué estará haciendo Kakashi? ¿Le habrán dado de alta ya? se descubrió a sí misma pensando de repente a pesar de lo furiosa que estaba al saber todo lo que le había ocultado. Le había mentido tanto y aún así lo extrañaba y hasta sentía culpa por lo que le había dicho antes de irse: Te detesto.
Sin duda aún seguía siendo tan llorona como de niña, aunque no estaba del todo segura de cómo reaccionaría cuando volviera a verlo. No ahora que sabía lo que sabía.
—Escuché a Sasuke pasar por aquí —sonrió Kabuto entrando a la habitación con una bandeja con comida en sus manos.
Sakuma se sentó inmediatamente como indio en medio de la cama y lo observó caminar hacia ella esquivando los trozos de madera y astillas del suelo. El hombre parecía divertido con el escenario.
—Parece que le agradas —comentó apoyando la bandeja al lado de ella—. Ya son dos visitas y en ambas ha tolerado tu humor de perros.
Kabuto le sirvió agua y colocó el vaso junto al arroz y la carne que le trajo.
—Esa fortaleza que tu cuerpo tiene... ¿Siempre la has tenido? —la miró de lado, debajo del brillo de sus gafas—. Me parece fascinante.
Podríamos hacer provecho de eso, se limitó a añadir. Esa jovencita había sido atacada con toda la fuerza de un jinchuriki, siendo envenenada por su chakra, y luego fue sometida a varios intentos de ruptura del sello que traía y de todos modos parecía que nada de ello hubiese ocurrido al verla allí sentada sin signos de fatiga o siquiera un rasguño. Él era un ninja médico excepcional, no cabía duda, pero eso no era solo producto de sus habilidades sino de las propias de la niña de Kakashi que tenía una capacidad de curación y resistencia increíbles para alguien tan joven.
—Ahora que recuerdo, eres alumna de ese hombre... Uh, Mito Gai, ¿no es así? ¿Tiene algo que ver con eso o es todo tuyo? —siguió cuestionando por más que sabía que no le respondería.
El cuerpo de la Hatake se tensó ante la mención de ese nombre en la boca de esa peste.
Kabuto sonrió ampliamente de un momento para otro.
—Yo no haría eso —negó tranquilamente—. Suelta lo que traes ahí y pretenderé no haberlo visto —la miró.
Sakuma bufó y extendió al hombre la estaca de madera casera que se había hecho con uno los trozos más grandes de la puerta. No tenía oportunidades contra él sin el elemento sorpresa así que no tenía razón por las que oponerse.
—Te lo agradezco —tomó el "arma" con una mirada de suficiencia.
—Puedes ser buen ninja, pero tu comida sabe a basura —gruñó ella, enojada de haber sido descubierta. Sino podía atacarlo físicamente al menos lo haría verbalmente.
—Oh, así que no te habías quedado muda. Ya comenzaba a pensar que Sasuke había cortado tu lengua.
—Desearía que a ti te la hubieran cortado —espetó.
—Eso sería una lástima —comentó.
El de gafas se enderezó y procedió a levantar los trozos de madera restantes del suelo.
—¿Cuándo van a matarme? —preguntó Sakuma—. No pienso colaborar, ni unirme a ustedes, o lo que sea. ¿Así que cuando van a matarme? Preferiría que sea en cuanto antes para no seguir viéndote a la cara ni comer lo que preparas —tomó el agua y se sirvió un poco más.
—Lamento decirte que, colabores o no, lord Orochimaru siempre consigue lo que quiere. Créeme, no es tan difícil la manipulación mental. Por lo que tu muerte puede que no llegue nada pronto. Él tiene muchos planes para ti —recogió un par de trozos más y caminó hacia la puerta bajo la mirada de la chica—. No esperes lograr escapar, Orochimaru diseñó este lugar y su imaginación es increíble al momento de diseñar trampas. Ah, ni tampoco aguardes por un rescate. Nos iremos inmediatamente.
—Subestimas demasiado a Konoha. Y a mí —murmuró.
—Oh, no. De hecho, es todo lo contrario —le sonrió una vez más antes de irse de allí.
Bufó enojada y se cruzó de brazos viendo fijamente la comida. Su estómago rugió casi de tal manera que parecía que un monstruo vivía en su interior. No tenía más remedio que comérselo, y lo hizo a la larga entre muecas de puro asco. Estaba casi segura que ese hombre cocinaba así de horrible a propósito.
Colocó la bandeja en el suelo y se dejó caer en la cama con brazos y piernas extendidos a todo lo ancho y largo de la cama, viendo el techo con añoranza mientras la vela de su habitación se iba consumiendo. Sus párpados comenzaron a pesar gracias a la somnolencia que la cena le había dado y terminaron cerrándose en minutos.
Sin embargo no había alcanzado a dormir mucho cuando sintió una leve corriente de aire en su rostro que le puso los pelos de punta.
Abrió los ojos de inmediato al saber que alguien estaba allí e intentó sentarse en la cama, sin embargo una mano en su boca la empujó de regreso.
—Cierra la boca y sígueme —reconoció la voz grosera de Sasuke.
Sus ojos se encontraron entre las penumbras. Él retiró su mano solo después de que ella asintiera.
—Ten.
La bolsa shinobi de Sakuma aterrizó en su estómago, haciéndola doblarse a la vez que se le escapaba la respiración. Miró mal al adolescente, quién ya se dirigía hacia la puerta, pero no se quejó en lo más mínimo y no tardó en caminar detrás de él.
Por alguna razón algo en ella le decía que podía confiar en él, tal vez su instinto, sin embargo su lado lógico tenía todas las banderas rojas de peligro alzadas advirtiéndole el tener la guardia en alto. Aunque, bueno, no era como si tuviera mucho que perder al seguirlo. Ella ya estaba perdida de todos modos.
—¿Adónde vamos? —llegó a su lado, acomodando su bolsa ninja en su cintura. Verificó que estuviera todo dentro, el libro de su madre incluído, y así era.
—Dije que cerraras la boca. ¿Quieres salir de aquí o no?
Sasuke la observó de lado, era obvio que no confiaba en él para nada y no era de extrañar, ni él podía creer lo que estaba haciendo por esa inútil solo por una pequeña sospecha.
El que ella tuviera el sharingan y fuese secuestrada se parecía mucho a lo le sucedió años atrás y no se sorprendería si Orochimaru tenía también el mismo objetivo con ella. Sin embargo no era eso lo que realmente le preocupaba, sino la posibilidad de que el Sannin comenzara a desconfiar de él, si es que ya no lo hacía. Si era así no dudaría en deshacerse de él ahora que tenía a la hija de Kakashi, después de todo lo que quería era un cuerpo que poseyera el sharingan y ahora tenía dos. Ya no era irremplazable como antes y el que ella estuviera allí lo hacía vulnerable.
El tiempo para que Orochimaru pudiera nuevamente transferirse de cuerpo se acercaba y no podía permitir que poseyera el cuerpo de Sakuma si no conseguía el suyo. No solo porque ya había planeado asesinarlo cuando intentara transferirse a su cuerpo, sino también porque parte de él sabía que no podía dejar que uno de los últimos Uchiha muriera si podía evitarlo. Uno de sus objetivos era evitar la extinción de su propio clan, no matar a los que quedaban.
—No —dijo Sasuke, tomándole por la parte trasera del cuello de la blusa justo antes de que diera un paso—. Pisa ahí y mueres. ¿Podrías usar tus malditos ojos y pisar solo donde yo lo haga? —tiró de ella dejándola detrás de él.
Sakuma sacudió su ropa donde él le sujetó como si le hubiese dejado mugre embarrada y rodó los ojos molesta, no queriendo admitir que tenía razón. Sinceramente se había olvidado por un segundo que tenía el sharingan.
—¿Por qué me ayudas? —preguntó, mirando sus pasos para saber dónde pisar. Sinceramente dudaba que al adolescente comenzara a pesarle la conciencia.
Sasuke chasqueó la lengua con falsa gracia.
—¿Por qué te ayudo? —dijo con sorna—. No seas estúpida. No me importa lo que te pase en los más mínimo. Ya dije cual era mi opinión sobre ti —contestó con desprecio—. Me estoy ayudando a mí mismo.
Qué gran mentira, pensó malhumorada. ¿Si así fuera, si solamente estuviera ayudándose a sí mismo, por qué demonios se molestaría en conseguirle su bolsa? Obviamente era para que tuviera algo con qué defenderse al salir de allí si llegaba a toparse con alguno de los secuaces de Orochimaru. Además, ¿por qué simplemente no la dejaba morir en alguna de las trampas? Parecería que intentaba escapar cuando accidentalmente se topó con una trampa.
No hablaron más por varios minutos en los cuales siguieron con su camino, eludiendo las trampas ocultas y corredores sin salida.
—Tendré que informarle a Kabuto que haz escapado en cuanto salgas de aquí —informó, deteniéndose al final del pasillo sin salida en el que se metieron—. En uno de los corredores que pasamos estaba mi habitación así que sería imposible no haberte visto.
—Entiendo —asintió—. ¿Al menos me darás algo de ventaja?
—Diez minutos —dio el ultimátum.
La Hatake suspiró. Eso no era mucho. Era veloz, sí, pero aún así era muy probable que la alcanzaran en poco tiempo.
Bueno, esos diez minutos eran mejor que nada, no podía quejarse, se encogió de hombros resignada.
—Aún estás a tiempo de regresar también a la aldea —murmuró Sakuma con esfuerzo, reacia a que él lo hiciera—. Kakashi, Sakura y Naruto siguen esperándote.
Sasuke la miró sin expresión en su rostro.
—Esos nombres no significan nada para mí —espetó.
—No me interesa qué significan ellos para ti —negó con la cabeza—, sino lo que tú significas para ellos. Te digo esto porque es lo que ellos querrían decirte.
El Uchiha dejó salir un resoplido cínico.
—¿Quieres que te diga lo que les diría a ellos? —sus ojos escarlata la observaron con furia.
Sakuma vio cautelosamente cómo se aproximaba un par de pasos hacia su persona.
—«Despierten de una vez. Sus vidas significan para mí tanto como las de las hormigas que aplasto al caminar sin siquiera notarlo: Nada...» —escupió con desprecio—. «Pero si se meten en mi camino no dudaré en asesinarlos...» —dijo viéndola desde arriba—. «No hay ningún vínculo, no hay nada». Eso les diría.
—¿No son nada y aún así les dedicas esas poéticas palabras de advertencia? —alzó una ceja.
Sasuke la miró de arriba a abajo con el mismo desprecio con el que habló antes de darle la espalda y extender su mano hacia la pared que cerraba su camino.
Su mano se hundió junto con la roca de piedra que había empujado. Una parte del muro (de la altura y tamaño de una persona promedio) se movió hacia delante al igual que lo hizo el ladrillo que Sasuke había empujado, para luego hacerse a un lado hasta formar un umbral hacia el exterior. Afuera era de noche.
—Los diez minutos comienzan aquí —sentenció, empujándola con algo de brusquedad fuera de la guarida.
Sakuma gruñó por lo bajo, sacudiéndose con desagrado nuevamente por donde la agarró.
—Pero aún tengo preguntas sobre el Clan Uchiha—se dio la vuelta para verlo.
—No me interesa —habló seco—. Ya estás afuera, solo vete de una vez —señaló con la barbilla por donde.
La menor vio como el umbral de piedra comenzaba a ser cubierto nuevamente por el gran trozo de piedra que se deslizaba de regreso a su sitio.
—Espera —se acercó, caminando de lado conforme la pared era cubierta—. Mi madre tenía otro nombre por el que era conocida —comenzó. La pared ya se había cubierto por la mitad—. El Fénix de Konoha, ¿se te hace familiar?
Justo en ese momento, un segundo antes de que el umbral quedara completamente cubierto, un brillo de reconocimiento se adueñó de los opacos y siniestros ojos del Uchiha que la miró sorprendido mas no tuvo tiempo siquiera de decir una palabra. Ese nombre... sí lo conocía.
Su reacción no fue percibida por Sakuma, quién desgraciadamente justo en ese instante se había rendido y dado la vuelta luego de soltar bufido, molesta por haber perdido su oportunidad, y comenzado a correr en dirección al bosque.
Necesitaba alejarse lo suficiente y lo más rápido posible antes de invocar a los perros ninja para que la guiasen de regreso a casa o sería tiempo perdido de los preciados diez minutos que tenía el invocarlos inmediatamente.
Solo esperaba no toparse con más inconvenientes en el camino.
______________________________
¡Hasta acá el capítulo! Sé que es aburrido, es más bien como un capítulo de transición, para que se note que pasó algo de tiempo. Ah, y a su vez también para que la beba se escape.
Y no, Sasuke no la ayudó a escapar porque la aprecia o algo así, sino para salvar su propio pellejo y para asesinar a Orochimaru como lo planeó. Pero al menos le sirvió de algo a nuestra Hatake.
Obviamente si la frase final es aquella es porque evidentemente van a haber más inconvenientes, así que ni se piensen que todo terminó aún y prepárense para la acción.
Actualizaré muy pronto, i swear. Recuperé mi inspiración así que ya tengo escrito la mitad del próximo capítulo.
Por cierto, muchísimas gracias por todo su apoyo y sus palabras hermosas en el apartado anterior. Me emocionaron muchísimo. Además sus opiniones me sirvieron de mucho, de veras. Gracias 💖.
¡Hasta dentro de poco, bombones! ¡Jenn, fuera! 🖖
PD: DISCULPEN SI EL CAPÍTULO TIENE ALGÚN ERROR ORTOGRÁFICO O PÁRRAFOS LENTOS. ESCRIBÍ ESTE CAPÍTULO UN MILLÓN DE VECES Y ADEMÁS CAMBIÉ EL ORDEN DE LAS ESCENAS OTRAS MIL MÁS. SI ENCUENTRAN ALGÚN ERROR POR FAVOR ME DICEN ;) 💖
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