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XXII. La traición de Sai, Parte II

CAPÍTULO XXII:
LA TRAICIÓN DE SAI, PARTE II

"Casi toda la aldea está conforme con el régimen actual, será muy difícil cambiar las cosas" "La única manera de desestabilizar el sistema podría ser crear algún tipo crisis en la aldea. Como cuando Orochimaru trató de destruir la aldea hace años" "Danzō podría conspirar con Orochimaru para planear un nuevo ataque contra la Hoja. Y si tienen éxito esta vez Lady Tsunade podría ser destituida del cargo de Hokage" "Una vez caiga el sistema, el reconstruirá el sistema como él lo conciba y tomará el poder en sus manos como nuevo Hokage" "Cuando Orochimaru ataque, él lo apoyará desde dentro de la Aldea".

"Entonces la misión de Sai era... unirse a Orochimaru y ser el contacto entre él y Danzō".

Habían partido tras de Sai hace ya varios minutos y Sakuma aún no lograba procesar todo lo que ocurría. Ahora su misión no solo se trataba de traer de regreso a Uchiha Sasuke, que ya era demasiado complicado, sino que detener una conspiración política en contra de la Aldea de la Hoja a manos de un político corrupto y un ex-Sannin Legendario, que por cierto era uno de los shinobi más sanguinarios del país del Fuego. Genial. Como si su día no fuese ya lo suficientemente malo de por sí con la herida de su estómago.

Sakuma era una persona de cuerpo fuerte. Resistía el dolor físico muy bien, le había reconocido incluso Gai-sensei. Pero aquello era diferente, parecía expandirse por su cuerpo como si fuese fuego ardiente corriendo por su sangre y aún así no había dicho una palabra. En parte porque el Capitán Yamato había dejado en claro que él no se detendría a esperar a que los heridos mejoraran cuando Naruto se desmayó unos segundos antes de partir. Y estaba en todo su derecho. Después de todo estaban detrás de un tipo que posiblemente colaboraría con la destrucción de su aldea. Por lo que mientras pudieran mantenerse en pie y tuvieran fuerza para continuar estaba bien por él mientras no lo retrasaran en su objetivo de atrapar a Orochimaru. Él no era como Kakashi, dijo.

Su padre, recordó repentinamente. A esta altura él debía de estar mucho mejor, o al menos eso esperaba. El sentimiento de culpabilidad emergió nuevamente, opacando un poco el dolor de su abdomen. ¿Tal vez debería disculparse? No estaba muy segura de cómo se hacía eso siquiera, no recordaba la última vez que se había disculpado sinceramente con alguien.

Él me oculta cosas, ¿por qué sería yo la que debe disculparse? se llevó la contraria a sí misma mentalmente, que él venga a disculparse conmigo. Aunque tal vez puede que yo haya estado mal, le falté al respeto luego de todo lo que hizo por mí, luego de que me reconociera como su hija y me diera un hogar. Sin embargo tampoco merezco que se me mienta de esa forma.

Suspiró saltando al siguiente árbol, ahora con otra molestia más que ignorar además de la que le causaba dolor físico.

Frunció el ceño, repentinamente recordando algo importante. La conversación que había tenido con Kabuto luego de que él regresara herido del bosque por el ataque de Naruto, preguntando sobre cómo habían obtenido la información de que él era espía de Sasori.

—Dime qué quisiste decir con que sabes todo sobre mí —exigió en cuanto tuvo la oportunidad, dando un par de pasos al frente.

Aquel hombre conocía su nombre, sabía quién era, eso quería decir que la había investigado, y el que hubiera dicho que sabía todo sobre ella le daba un presentimiento de qué tal vez tenía razón. Ella ni siquiera sabía nada de sí misma, de su familia y qué asuntos habría tenido su madre con el tal Gansō o porqué todos actuaban tan raros cuando se la mencionaba. Nadie le decía nada. Y la idea de que finalmente alguien supiese algo al respecto y estuviera dispuesto a contarle se le hacía sumamente irresistible, fuera o no cierto al menos tendría algo y podría desmentirlo luego.

Kabuto alzó una ceja, sonriendo de lado al ver que había ganado su interés.

—Vaya, el hecho de que me lo preguntes me deja en claro que de verdad no sabes nada sobre quién eres —fingió algo de sorpresa. Sakuma frunció el ceño—. Bueno, con gusto te diré lo que necesites saber, después de todo no veo porqué no hacerlo —sonrió con algo de malicia. Aquello estaba saliendo tal y como lo había previsto.

Yamato, quién aún estaba sentado en el suelo a un lado de Sakura, se alertó.

—Sakuma, ese tipo es un espía. ¿Qué te hace creer que en algún momento diría algo cierto? —frunció el ceño.

Sakuma no le prestó atención al ya haber reconsiderado aquello.

—Oh, me ofende —sonrió Kabuto—. ¿Cómo iría yo a mentirle a una inocente niña sobre su pasado? ¿Quién podría hacer algo así de cruel? Oh, espera... Konoha lo hizo, ¿o me equivoco?

La Hatake lo miraba sin expresión mientras en su cabeza lentamente todo iba confirmándose. Siempre supo que en Konoha todos le habían estado ocultando información, ¿pero hasta qué punto? Si hasta este desconocido lo sabía quería decir que todos y cada uno de los que lo rodeaban también y le habían estado mintiendo en la cara todo ese tiempo. Un sentimiento de furia comenzó a florecerle lentamente del pecho al sentirse profundamente traicionada. No sabía que había hecho ella para no merecer saber lo que sea le que ocultaban. Jamás les había hecho dudar de ella por ningún motivo como para no confiarle aquella información. Ella confiaba en todos ellos, ¿por qué no era viceversa? ¿Acaso había hecho algo mal? Y si así era, ¿que era en lo que se equivocó?

Miró de reojo a Sakura, quien seguía inconsciente luego de haberla rescatado. ¿Ella también hubiera sido capaz de ocultarle cosas? ¿Y Lee? ¿Qué había de él? ¿Neji también? ¿Incluso Tenten? Su padre, al igual que Asuma y Shikamaru, sí lo hacían y definitivamente la Hokage también, le dolió el recordar. Se obligó a sí misma a enfocarse de nuevo en lo importante al percatarse que ahora la furia se convertía rápidamente en tristeza.

—¿Me dirás o qué? —exigió, apretando las manos en puños.

—Por supuesto —Kabuto cerró los ojos como asentimiento—. De hecho me sorprende que parezca que no sabes nada de nada considerando de quien eres hija —se acomodó las gafas antes de seguir hablando—. ¿Haz oído hablar de...?

¿El Fénix de Konoha? ¿Eso qué significaba?

Repentinamente su vista se nubló, su abdomen dolió aún más y más y más. Eso provocó que su atención se desviara de su aterrizaje en el siguiente árbol y resbalara.

—¡Sakuma! —exclamó Naruto.

Se abrazó el vientre, cerrando los ojos con profundo dolor, cayendo rápidamente hacia el suelo cuando alguien la atrapó en el aire.

—Te tengo —reconoció la voz del Uzumaki, que al estar cerrando la formación detrás de ella fue el primero en percatarse de su caída.

Sudor ahora resbalaba por su frente y su respiración era agitada. Miró a Naruto con los dientes apretados con dolor. Ese grandísimo idiota sí que golpeaba fuerte si lograba con solo un movimiento dejarla en ese estado casi agonizante. Soltó un quejido encogiéndose aún más en sí misma. Naruto la miró preocupado y descendió al suelo, dejándola al pie de un árbol.

—¿Pero qué te pasó? ¿Estás bien? —preguntó acuclillado frente a ella.

Yamato y Sakura no tardaron en aproximarse.

—¡Saku! ¿Qué sucede? —se arrodilló Sakura a su lado, consciente de que tal vez necesitaba tratamiento médico.

Sakuma no contestó. Sus jadeos agitados generaban intranquilidad en Sakura, por lo que decidió sacar el vendaje de su abdomen para ver cómo estaba la herida. Lo que vio le preocupó realmente. Un gran hematoma coloreaba de violeta y rojo la zona del estómago. No le sorprendía debido al golpe, lo que sí era que no se hubiera quejado antes del dolor y se comportara tan normalmente, saltando, corriendo y demás. Eso no hizo más que hacerle sentir la más horrible de las culpas.

Ella, luego de todo lo que le había dicho, se había atravesado en su camino sin dudarlo un segundo para protegerla del ataque cargado con el chakra del Zorro de Nueve Colas sin un ápice de miedo por más que no supiera a qué se enfrentaba. Sakuma simplemente había aparecido de la nada frente a ella en un parpadeo, dejándola atónita por la velocidad con la que lo hizo, y recibido el golpe en su lugar. Su expresión seria, su determinación...

Sacudió la cabeza harta, no solo de siempre compararla con Sasuke, sino porque no podía aceptar ser aún esa niña que debía de ser protegida por él y por todos cada vez que estaba en problemas. Todos esos años los dedicó junto a Lady Tsunade para volverse más que eso. Ella sería la que los protegería y no permitiría que los lastimaran. Eso se había prometido, y sin embargo, ahora que tenía a Sakuma en ese estado frente a ella no estaba tan segura de haberlo conseguido.

Sakuma le sujetó la mano cuando logró hacer el dolor a un lado, tratando de aparentar estar bien. Sakura le sonrió por el intento.

—¿Qué le sucedió? —preguntó Naruto—. Dijo que no estaba herida.

—Un ataque de Orochimaru —mintió Sakura, sabiendo lo mucho que Saku odiaba mentir—. Necesita tratamiento.

De seguro el chakra del zorro entró a su cuerpo y la está envenenado, pensó Yamato al verla en aquel estado. Eso no es fácil de curar ni para el mejor Ninja Médico. Y la aparente inmunidad de Naruto sobre dicho chakra es muy sorprendente.

Sakuma se puso de pie de inmediato, apretando los dientes.

—Puedo continuar —gruñó.

No entrenó con Gai-sensei por años para que ese pequeño golpe la detuviera. El azabache estaría decepcionado.

—Sakuma, no —negó.

—Métete en tus asuntos, Sakura. Dije que puedo.

—¿Segura? —preguntó Naruto—. No quiero que te esfuerces, Sakuma.

—Qué tú lo estés haciendo por lo debilucho que eres no quiere decir que yo igual —bufó, mirando hacia un lado con la barbilla en alto.

—Bah. No sé ni porqué me preocupo, dattebayo —refunfuñó de brazos cruzados.

—Tomemos un pequeño descanso —decidió Yamato, sorprendiendo a todos. Él había dicho antes de partir que no se detendría por nadie.

—Nos dijo hace unos minutos que... —trató de oponerse, reteniendo un quejido.

—No es por eso —negó con la cabeza, mintiendo—. Ahora que Sai no está, Naruto será mi nuevo compañero y debemos de planear una estrategia de pelea. No había pensado en ello hasta ahora.

"Tanzō, cuida a mi hija. O te mato" recordó la frase de Kakashi, junto con su siniestra sonrisa, que por cierto era millones de veces más aterradora que la de él.

—Oh —asintió el mencionado—. Es cierto.

—Además, no hacer las cosas bien podría retrasarnos más. Es distinto hacer las cosas rápido a hacerlas a lo loco —agregó con una pequeña sonrisa.

—Estoy de acuerdo'ttebayo —asintió nuevamente Naruto—. Ustedes aprovechen a descansar, mientras nosotros planeamos una estrategia —dijo no refiriéndose en específico a Sakuma, comenzando a conocer la dimensión de su orgullo, que seguro era tanto como para admitir que ella sería la que descansaría.

Sakuma lo miró, viendo cómo le sonreía. Ese idiota la trataba como una niña lastimada. Aún así, asintió en acuerdo con él. Realmente quería ese descanso.

—Bien, vamos, Naruto. Sígueme —ordenó.

—Como ordene —se levantó de inmediato, alejándose con él del par de amigas.

Una vez quedaron solas, Sakuma se sentó nuevamente, exhausta.

—Debo tratarte, no te muevas —avisó, acercándose a ella y colocando las manos en su herida rápidamente comenzando a conducir chakra a su cuerpo. La vió retorcerse un poco.

—Tendré que comprarme una malla nueva —se quejó.

—¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué te atravesaste? —preguntó, ya no soportando la molestia en su pecho.

—Eres la única Ninja Médico del equipo —contestó. Sakura la miró cuando sintió la mirada de Sakuma sobre ella—. ¿Eso es lo que querías que dijera para que te sintieras menos culpable? —la Haruno bajó la mirada—. Tú sabes porqué.

Porque le importaba.

—Fue estúpido, Sakuma —la regañó.

—No tendría que haber hecho algo estúpido si tú no hubieras hecho algo estúpido —recriminó.

El silencio se sintió por unos minutos en los que solo se oía el particular sonido que provocaba el fluido de chakra del ninjutsu médico.

—Lamento lo que dije antes.

Sakuma abrió los ojos que había mantenido cerrados.

—No debí meterme en tus asuntos con Kakashi-sensei y tampoco decirte que no pertenecías al equipo —comenzó Sakura—. Tú sí eres parte de nosotros, Naruto y yo lo sabemos aunque no lo expresemos en palabras. Y sí te necesitamos aquí. Todo lo que dije fue solamente para herirte, porque yo soy así: hiero a las personas, y lamento que hayas tenido que sufrir eso.

—Sakura, ya cállate —negó con la cabeza y desvió la mirada—. No tienes que disculparte solo por sentir culpa.

—¡No es culpa! ¡Sé que estuve mal! ¡Incluso desprecié el libro de tu madre, y eso es imperdonable! —quiso sollozar—. Tú no mereces que te traten así...

No luego de todo lo que te estamos ocultando quiso agregar.

Sakuma suspiró.

—Acepto tus disculpas —le sonrió leve y brevemente.

La pelirosa notó por primera vez el alivio que le causaba ver esa expresión en su rostro.

—Además yo también estuve mal contigo, supongo. Hay veces que no me doy cuenta que la franqueza puede molestar o lastimar a otros.

—No debes disculparte por eso, Saku, al contrario —negó con la cabeza repetidas veces—. Si no eres así, no serías tú y no debes disculparte por eso. Simplemente debo aprender a manejar la ira. Emociones en general.

—Y que lo digas... Parecías una loca corriendo con mocos en la cara hacía Naruto. Si fuera él también te habría golpeado del miedo —alzó las cejas.

—Sakuma —gruñó enojada, para luego suspirar en calma—. Pero en serio, por favor no vuelvas a hacer lo que hiciste hoy.

Sakura guardó silencio.

Mientras tanto, varios metros lejos de ellas, Yamato se hallaba con Naruto donde creyó por fin prudente contarle aquello que ambas le ocultaban sin que escucharan, la verdad de lo que había sucedido.

—La persona que hirió a Sakuma... fuiste tú, Naruto —susurró el hombre.

Naruto abrió los ojos atónito y las miró a la distancia. Sakuma en ese momento apoyaba la cabeza en el tronco del árbol con dientes apretados, apartando las manos de Sakura para que la dejara tranquila. Su respiración volvía a ser nuevamente agitada. ¿Él había sido capaz de hacerle eso? ¿Cómo? Él lo que quería era herir a Orochimaru, lo que menos pensó fue que terminaría hiriendo a su compañera de equipo.

—O sea que el puente y cráter a la mitad del bosque... —comenzó, casi sin habla.

—Sí. Todo lo hiciste tú —respondió.

—Y sus heridas... —murmuró sin creérselo.

—También —asintió—. Se lo hiciste cuando protegió a Sakura de ti.

Naruto tragó saliva con esfuerzo, viendo a Sakura trabajar.

—¿También lastimé a Sakura?

—Lo hubieras hecho de no ser por ella. Ellas mintieron para no herirte y protegerte de la verdad —siguió Yamato—. Pero comprende que no todo es tu culpa, también tengo la responsabilidad. Por algo es que me asignaron al Equipo Kakashi. Porque yo poseo un poder único: la habilidad de poder de suprimir el poder del Zorro en ti. Así que no te preocupes mucho. Ten la certeza de que todo estará bien. Al menos, mientras yo esté a tu lado, muchacho —ambos se miraron—. Aunque siendo sincero, no sé si debí haberte dicho lo que te acabo de decir. Sin embargo, lo hice por algo. Este poder tan grande podrá llevarte a Sasuke rápidamente. Pero la fuerza que obtienes por el Zorro de las Nueve Colas no es fuerza. Si continúas confiándote tanto en su poder, no solo te lastimarás, Naruto; también pondrás en riesgo la vida de los que te rodean. Tal como pasó hoy.

Naruto bajó la mirada, con el recuerdo de su sensei, el Viejo Pervertido, luego de que lo hubo atacado en su forma de jinchuriki llegando a su mente.

—Sin embargo tú ya sabes esto —comentó Yamato al ver su reacción, sabiendo del incidente—. Y, sin importarte, te ganó la impaciencia y dejaste liberar dicho poder —se cruzó de brazos. Naruto apretó los puños—. Tuve que suprimir por completo el poder del Zorro en ti. Pero escucha, si crees que eso te hará más débil, estás en un error. Ya presencié lo que puedes hacer, el gran poder que tienes.

Hubo una pausa que Yamato utilizó para que Naruto estuviera todo lo dicho antes de proseguir.

—Creo que tienes una idea errónea. La fuente de tu poder no es el chakra del Zorro, sino el tuyo, el cual alimenta la energía del Zorro —le dijo dándole la espalda y comenzando a alejarse—. Si quieres salvar a Sasuke, entonces usa tu propio poder —Naruto volteó hacia el hombre, prestando suma atención a sus palabras—. Si quieres ver a Sasuke, utiliza tus propios ojos no los del Zorro. Y si quieres proteger a Sakura, olvídate del espíritu del Zorro, usa tu propia fuerza.

El Uzumaki lo miró con suma determinación, ahora sabiendo lo que debía de hacer.

—De acuerdo.

(...)

—La entrada está adelante, debajo de la formación rocosa.

Finalmente habían llegado al lugar, el escondite de Orochimaru en el que probablemente se encontraba Sasuke. Estaba en el medio de la nada, donde no había vegetación a excepción de unos pocos árboles al ser el suelo tan seco y agrietado. Los rayos del sol caía fuertemente, dándole calor a Sakuma que odiaba las altas temperaturas, siendo más fan del frío, y ni una pizca de aire corría en el lugar. Se sentía claramente la mezcla de emociones que ambos viejos miembros del Equipo Siete experimentaban a flor de piel en ese momento. Felicidad, alivio, miedo e inseguridad. Mezclados en un torbellino que se había estado formando hacía ya varios años.

Sakuma alzó la mano, dándole un apretón inseguro al hombro de su amiga como apoyo antes de retirarla casi de inmediato. La Haruno le sonrió al notar el tierno gesto de ánimo, apreciando el hecho de que ella lo hiciera a pesar de no ser por mucho de esas demostraciones.

—¿Será que después de todo este tiempo lo encontramos? ¿Sasuke está ahí? —preguntó Naruto.

—En efecto, por lo visto está adentro —le respondió Sakura a su amigo.

—Al fin podremos encontrar respuestas a nuestras preguntas —dijo Yamato.

—Bien, pues allá vamos —avanzó Naruto, siendo detenido por el brazo del Capitán.

—No tan rápido —advirtió y prosiguió a deshacerse de su clon de madera que acababa de informarle la situación, convirtiéndolo en simples ramas de árboles y haciéndolo meterse, literalmente, dentro de la palma de su mano; dejando nada más que una semilla en ella.

—Qué perturbador —comentó Sakuma.

—Primero, cómete esto, por favor, Naruto—le extendió la mano con la semilla al susodicho.

Naruto miró la semilla con desagrado.

—No te preocupes, no te estoy dando nada malo —sonrió amigable y extendió otra mano con semillas para ella y Sakura—. Ustedes también, chicas. En caso de que nos separemos, podré encontrarlos fácilmente.

—¿De veras, Capitán? —se asombró Naruto.

—¿Con eso, sensei? —dudó Sakura, tomando la semilla.

—¿Nos comeremos a tu clon? —alzo una ceja Sakuma.

Yamato rió ante su comentario.

—No es mi clon. Es la madera con la que fue hecho. Es diferente —respondió. "Es lo mismo" murmuró Sakuma—. Son algo así como un transmisor, rastrean los movimientos de la gente —les dejó las semillas en las manos de Naruto y Sakuma—. Son una herramienta ninja que funciona solo con mi chakra.

Todo el mundo diciendo lo especial que es su chakra y yo solo pensando lo raro que es.

—Puse una entre la ropa y la comida de Sai, también en las de Sakuma. Solo que ella no comió y al cambiarse sacudió su ropa hasta que cayó al suelo —la miró con rencor.

—Duermo con perros —se justificó—. ¿Lo rastreó a Sai con estas semillas?

—Exactamente. Se lo implanté en las aguas termales luego de ser el primero en salir del agua, ¿recuerdas, Naruto? —este asintió—. Verás, resulta que tantas generosidades fueron porque tenía intenciones secretas. Por eso pagué aquel banquete con mi dinero —sonrió orgulloso de sí mismo.

—Sabía que tramaba algo —frunció el ceño Sakuma—. Era bastante obvio que esa basura de fomentar el espíritu de equipo no era verdad. Habría sido más efectivo encerrarlos en esa jaula de madera que fabricó.

—Sí, y tenías razón. Solo que por tu culpa Sai también casi siguió tu ejemplo de comer nada por un par de minutos —volvió a regañarla antes de proseguir—. Lady Tsunade me advirtió sobre Sai. Me pidió que no le descuidara. Y por lo visto tenía razón en preocuparse.

—¿Y qué hay de mí? ¿Por qué me daría esa cosa? —exigió saber Sakuma al percatarse de ese detalle.

—Porque por lo visto Danzō te tiene manía, Sakuma. Y si a Sai se le ocurría algo debía de saber dónde estabas —dijo media verdad, dejando a Sakuma lo suficientemente satisfecha con la respuesta—. Ahora, basta de charlas. Comencemos con la infiltración.

—Bien, aquí vamos —asintió Sakura, comiendo la semilla.

Naruto y Sakuma miraron la de ellos con inseguridad antes de llevarlas a sus bocas.

—Perfecto —asintió el hombre dándose la vuelta—. Si están listos, comencemos.

—¡Sí, señor! —respondieron Naruto y Sakura al unísono.

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¡Terminó el especial! En el siguiente obviamente ya aparecerá Sasuke. Es el momento que muchas de ustedes han esperado (aún no sé porque pero les emociona jajajaja) así que paciencia. Ya lo estoy escribiendo así que no esperarán demasiado, tranquilas. Ahora que acabé las clases y me regresaron Netflix estaré a full.

Sakuma ya tiene un nombre. "El fénix de Konoha", por cierto, ¿qué piensan de él, ah? Me costó pensarlo, wey, denme crédito JAJAJA

¿Qué les parecieron los capítulos? Espero que les haya gustado, de verdad me esforcé para escribir los dos el mismo día y temo de que hayan quedado mal o no sea lo que esperaban. Saben que siempre pueden hacer recomendaciones de lo que les gustaría ver en los capítulos, lo tendré muy en cuenta.

¡Gracias por leer, amoreeees! ¡Jenn, fuera! 🖖

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