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XXI. La traición de Sai, Parte I

CAPÍTULO XXI:
LA TRAICIÓN DE SAI, PARTE I


—¡Mami! ¡¿Estás bien?!

Sus pies descalzos corrieron torpemente sobre el césped del patio delantero hasta la figura de su madre. La azabache le sonreía para tranquilizarla, acercándose con algo entre sus lastimados y sangrantes brazos. Sakuma solo pudo ver de qué se trataba cuando su madre se arrodilló frente a ella para mostrarle a sus curiosos ojos. Entendió de inmediato porqué su madre estaba en ese estado.

—Un zorro —reconoció la pequeña.

—Así es, linda —asintió su mamá.

—Te lastimó —frunció el ceño.

La de ojos negros volvió a asentir mientras acariciaba el pelaje del adormilado animal con sus manos lastimadas, viendo cómo su hija ahora lo miraba con desagrado seguramente por haberlo traído hasta allí apesar de haber sido él quien la lastimó.

—¿Entonces por qué lo traes en brazos, mami? —preguntó molesta—. Te hizo daño.

—Sí lo hizo —admitió—. Pero necesitaba de mi ayuda.

La peliplata dejó de fruncir el ceño y dirigió la mirada a su madre sin entender.

—Un coyote lo atacó —explicó provocando un jadeo en su niña. Ella sonrió antes de continuar—. Yo lo alejé, pero este pequeño no me tenía confianza. Cuando uno está herido no confía en desconocidos, temiendo de que nos hieran aún más, y esto aplica también en nosotros, los humanos —acarició nuevamente al zorro de pelaje cobrizo—. Solo dejó de defenderse cuando notó que no le hacía daño, sino que solo intentaba ayudar.

—Aún así no debiste —hizo pucheros.

Su madre le sonrió con ternura. Sakuma siempre tenía la misma actitud protectora hacia ella, recordándole inmensamente a su padre del que también había sacado esa mirada de desaprobación hacia ella y sus decisiones. Su corazón latió con la pesadez del dolor que provocaba extrañarlo.

—En alguna situación de tu vida llegará un momento en el que deberás de ayudar a alguien por más que eso te haga daño, y ni siquiera lo pensarás dos veces porque es importante para ti, y es normal si eso sucede. Muchas veces debemos de sufrir para proteger a quienes amamos y está bien, porque nuestro corazón es mucho más fuerte que el dolor —le sonrió a su hija, con lágrimas en los ojos que los hacían ver aún más brillantes de lo habitual.

—¿Así como tú hiciste con el zorro?

—Así como yo hice con el zorro —apretó sus labios, reteniendo un sollozo. Un presentimiento le decía a la pequeña que no se refería únicamente al animal.

—Pues qué malagradecido.

La mujer rió ante el comentario, con una única lágrima cayendo rebelde por su rostro.

—¡Sakuma! ¡Sakuma, por favor, despierta! ¡Saku!

La voz de Sakura se oía cada vez más clara en la lejanía, y cada vez más cerca, mientras poco a poco recuperaba sus sentidos. Lo primero que sintió fue un profundo dolor en la zona abdominal, luego los monstruosos rugidos y el temblor en el suelo. Algo definitivamente no andaba bien, pero le fue tentadora la idea de quedarse allí sin moverse en absoluto.

—¡Rápido, despierta! —le apresuraba su compañera.

Se obligó a sí misma a obedecer aquel grito desesperado aunque a regañadientes, ya que sus pesados párpados lo último que querían era despertar. Y Sakuma no estaba en desacuerdo, pero la situación no ameritaba una siesta de recuperación. Abrió lentamente los ojos acostumbrándose a la luminosidad y distinguiendo inmediatamente el rostro de Sakura mirándola sumamente preocupada. La mayor estaba arrodillada a su lado, dejando reposar su cabeza sobre sus piernas.

—Deja de gritarme. Haces que me duela la cabeza —fue lo primero que le dijo, frunciendo el ceño con molestia por la voz chillona de la Haruno.

—¡¿Por qué hiciste eso?! —ignoró completamente su queja.

Uhh, ¿qué fue lo que hice? se preguntó a sí misma.

Sus ojos viajaron un poco más, encontrándose con un escenario impactante. El Capitán Yamato se hallaba frente a ellas, protegiéndolas de una enorme bestia con uno de sus jutsus, encerrando a la criatura en lo que parecía ser un círculo hecho con postes de madera con espinas en la parte interior. De allí venían los rugidos que la menor oyó al despertar, y también los que oyó al caer inconsciente.

—Tú llorabas, ¿no es cierto? —le dijo a Sakura, comenzando a recordar lo que hizo.

Su cabeza dolía, seguramente por habérsela golpeado al caer, pero si mal no recordaba aquella bestia se trataba de Naruto. No sabía cómo podía ser posible que ese chico lograra transformarse en esa cosa, pero lo era, y por lo visto también perdía la razón al hacerlo al ser capaz de atacar a Sakura, su amiga. La pelirosa había corrido hacia él, llorando desconsolada y suplicando que se detuviera, y aún así él habría sido capaz de golpearla como si no se tratara más que una molesta mosca sino fuese porque ella lo evitó.

Sakuma frunció el ceño por su dolor de cabeza, sentándose con esfuerzo debido al golpe que recibió en su estómago. Miró la zona golpeada. Su malla de red estaba completamente rota.

Los rugidos de la bestia se hicieron más estruendosos al Yamato completar su jutsu y las chicas fueron testigos de cómo poco a poco esos rugidos se convertían en alaridos de dolor de Naruto a la vez de que su cuerpo comenzaba a verse bajo aquel que le pertenecía al Zorro de las Nueve Colas, que iba desapareciendo gracias a la técnica de madera del Capitán. El chakra fue suprimiéndose, la corteza del zorro desapareciendo, hasta que finalmente quedó únicamente el cuerpo cubierto por heridas del Uzumaki, quién no pudo ser capaz de sostenerse a sí mismo sobre sus rodillas y que, luego de haber caído de rodillas, aterrizó en el suelo desmayado.

—Al fin se acabó —agradeció Yamato una vez hizo desaparecer los pilares de contención.

—¡Naruto! —exclamó Sakura, poniéndose de pie y corriendo inmediatamente hacia su amigo nuevamente derramando lágrimas.

La Hatake cerró los ojos con molestia. Honestamente no sabía qué era peor: si los chillidos de la adolescente o los rugidos de aquella bestia.

Llevó la mano a su bolsa shinobi sacando un rollo de vendas para ponérselos ella misma.

—Déjame ayudarte —apareció el Capitán a su lado, extendiendo su mano.

Sakuma lo miró de lado, indecisa, pero de todos modos le dio el rollo sabiendo que no podría sola aunque quisiera.

El hombre se arrodilló a su lado y prosiguió a cubrir su zona abdominal con vendaje. Estaba golpeada severamente apesar de que aquel espía, Kabuto, la hubiese curado minutos antes, notó él. Se preguntó si de verdad había hecho aquello por la excusa que dijo: que tenían un enemigo en común, los Akatsuki, y que Konoha necesitaba a todos sus shinobi para derrotarlos y así favorecer a Orochimaru, o si había otro motivo oculto detrás de su deseo por sanar a la adolescente. Después de todo, parecía que él estaba dispuesto a decirle la verdad a ella hace rato, recordó.

—Dime qué quisiste decir con que sabes todo sobre mí —Sakuma le había preguntado apenas tuvo la oportunidad, dando un par de pasos al frente.

Kabuto alzó una ceja, sonriendo de lado al ver que había ganado su interés.

—Vaya, el hecho de que me lo preguntes me deja en claro que de verdad no sabes nada sobre quién eres —fingió algo de sorpresa. Sakuma frunció el ceño—. Bueno, con gusto te diré lo que necesites saber, después de todo no veo porqué no hacerlo —sonrió con algo de malicia. Aquello estaba saliendo tal y como lo había previsto.

Yamato, quién aún estaba sentado en el suelo a un lado de Sakura, se alertó.

—Sakuma, ese tipo es un espía. ¿Qué te hace creer que en algún momento diría algo cierto? —intervino él.

Sakuma lo ignoró tal como siempre solía hacer. Apretó los puños sabiendo que no lograría hacerla cambiar de parecer.

—Oh, me ofende —sonrió Kabuto, seguramente sabiendo con certeza que los de Konoha le habían ocultado todo al ver su reacción—. ¿Cómo iría yo a mentirle a una inocente niña sobre su pasado? ¿Quién podría hacer algo así de cruel? Oh, espera... Konoha lo hizo, ¿o me equivoco?

Yamato desvió la mirada cuando se encontró con la de la hija de su compañero.

—¿Me dirás o qué? —exigió la Hatake.

—Por supuesto —Kabuto cerró los ojos como asentimiento—. De hecho me sorprende que parezca que no sabes nada de nada considerando de quien eres hija —se acomodó las gafas antes de seguir hablando—. ¿Haz oído hablar de "El fénix de Konoha"?

—Aprételo un poco más —pidió Sakuma, haciendo que volviera al presente.

—Claro —respondió de inmediato.

—¿Sabe qué sucedió hace rato? Me golpeé la cabeza y parece que lo olvidé—preguntó.

El hombre no pudo evitar sentirse aliviado de que así fuera, después de todo ese nombre que Kabuto había mencionado sí era algo que no podrían ocultar de ella como "Kimi" del que prácticamente nadie tenía conocimiento. En cambio, El Fénix de Konoha, era uno que países reconocían al oírlo.

—No es momento ahora, Sakuma, pero te responderé cuando lo sea si es que no lograste recordar hasta el momento —contestó inteligentemente, ya que la Hatake pareció estar de acuerdo.

Esa niña sí que era muy difícil de conformar.

Una vez terminó el vendaje la ayudó a levantarse y ambos caminaron hacia el cuerpo inconsciente de Naruto, que era atendido con los jutsus médicos de Sakura. Sakuma se quedó de pie, al contrario de Yamato, viendo cómo Naruto sanaba lentamente lo que parecían ser quemaduras. Sentía la necesidad de pedir explicaciones allí mismo, sin embargo sabía que no era el momento. Su compañero estaba gravemente herido y hasta una persona sin tacto como ella podía darse cuenta de ello.

Una punzada repentina en su herida le hizo apretar los dientes.

—Capitán Yamato —llamó Sakura.

—¿Sí?

—Ese jutsu que usó para calmarlo... —comenzó—. ¿Me podría...? ¿Me puede enseñar a usarlo?

—Eso es imposible.

Ambas lo miraron, Sakura con lo que parecía ser desolación.

—Solo yo puedo usarlo porque tengo células del Primer Hokage en mi ADN —explicó—. Ese jutsu tiene la habilidad de suprimir el chakra del zorro. Sin los poderes especiales que yo poseo es imposible que alguien pueda realizarlo —Sakura regresó la mirada  a Naruto—. Yo solo soy un experimento. Mis capacidades no son nada compradas con las del Primer Hokage —prosiguió—. El collar que trae Naruto en el cuello le perteneció al Primer Hokage.

Sakuma miró el colgante, notándolo allí por primera vez. Por alguna razón se le hizo reconfortante el verlo, quizá conocido de alguna parte.

—Es un cristal de chakra que responde únicamente a su chakra. El jinchuriki puede ser controlado gracias a dicho collar. Dicen que en parte fue la por eso que fue el primero calificado para ser hokage.

Jinchuriki. Nuevamente esa palabra que no conocía, pero que poco a poco iba comprendiendo por sí misma.

Si lo que decía Yamato era cierto, entonces era obvia la razón de porqué él era el remplazo de su padre y no alguien más, ya que si Naruto llegaba a perder el control de esa manera y se transformaba en aquella cosa él era el único capaz de detenerlo.

—Y también fue por eso que me nombraron su capitán —confirmó los pensamientos de Sakuma.

Hubo una prolongada pausa en la que sólo se oían los jadeos exhaustos del Uzumaki. Sakuma abrió la boca dispuesta a preguntar sobre sus dudas cuando Sakura se le adelantó.

—Siempre es así, lo único que puedo hacer por Naruto no son más que simples pequeñeces —cerró los ojos angustiada, con sus manos aún sobre el abdomen de Naruto.

—No importa el tamaño de los actos que haces por él —habló Yamato—. Lo que sí importa es cuánto te preocupa, cuánto te importa Naruto —le sonrió. Sakura lo miró—. Yo lo noto, lo he visto, Sakura. He visto cuánto lo...

—¿Uh? ¿Sakura? —balbuceó Naruto, llamando la atención del equipo—. ¿Sakura?

—Naruto —respondió feliz la mencionada.

El rubio comenzó a despertar, sentándose por sí mismo entre quejidos de dolor. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Yamato y Sakura, la última con lágrimas de alegría en los ojos. Sakuma, en cambio, de inmediato se alejó un par de pasos dándole la espalda. El capitán notó esto. En un principio creyó que tenía miedo o estaba enojada, no obstante notó que la menor estaba arrancando los trozos que quedaron sanos de su malla de red y que sobresalían debajo de su ropa shinobi, para que no se notara que traía una inicialmente. Trataba de ocultar el hecho de que había sido golpeada por la forma de jinchuriki de Naruto seguramente para que este no se sintiera mal por lo sucedido si llegaba a notarlo.

—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Dónde estoy? —se llevó la mano a la cabeza y miró a su alrededor confundido— No recuerdo nada, solo que iba tras Orochimaru y luego... y luego... ¿Que pasó después, Sakura? ¿Que fue lo que sucedió luego? Dime.

Pero ella solo se limitaba a mirarlo sin responder, haciendo a Naruto solo impacientarse más.

—Ah, ¿qué tienes? ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? —se preocupó, sentándose derecho.

—Ah, no. Me entró algo al ojo —mintió limpiándose las lágrimas de inmediato.

—¡Agh, ya sé! ¡Fue Sai, ¿cierto?! —se puso de pie rápidamente como si nunca hubiese estado herido, levantando el puño con furia y buscando al chico con la mirada—. ¡Te juro que si ese idiota dijo algo que te lastimó...! ¡¿Habló de tu frentezota o de tu fuerza monstruosa?! ¡Ese idiota...!

—No —Sakura se puso de pie y caminó hacia él—. No, Sai no dijo nada de esas cosas.

—¿En serio? ¿No lo hizo? —la miró curioso.

—No, pero tú acabas de hacerlo —cerró los ojos furiosa, apretando los puños—. ¡¿Quién es el idiota?! —lo golpeó, haciendo que cayera al suelo—. Y hablando de Sai, Capitán Yamato, ¿dónde está él?

—Sai es... Esperen un momento —se llevó la mano al oído, recibiendo un mensaje de su clon de madera que estaba en la escena junto con Sai y Orochimaru.

Naruto se levantó del suelo dolorido, buscando algo con la mirada, notando por primera vez la destrucción completa del puente Tenchi.

—En cuanto a Sai, se marchó con Orochimaru. Se marcharon juntos.

—¿Ah? —soltaron Sakura y Naruto al unísono—. ¡¿Están juntos?! Espere, ¡¿que dice?! —cuestionó atónita.

—Ese idiota es un traidor —se acercó Sakuma nuevamente a ellos, recordando con rencor cómo la había dejado caer del puente—. Ten, se te cayó esto —le extendió la banda ninja a Naruto.

—¡Sakuma! —exclamó Naruto al verla—. Sabía que faltaba alguien... Oye, ¿qué te sucedió? —miró el vendaje que le cubría de la cintura hasta por debajo de la blusa.

Sakura miró a su amiga con nerviosismo. De verdad no quería que Naruto se sintiera culpable, sin embargo Yamato le tranquilizó con una mirada.

—¿A qué te refieres? Siempre tuve vendajes en esa zona, tarado —se hizo la confundida, aún no acostumbrada a mentir.

—Oh, ¿en serio? —tomó el protector de las manos de la Hatake—. Espera, ¿a quién le dices tarado?

—Chicos, por favor, síganme —interrumpió Yamato al comienzo de la discusión al oír a Sakuma comenzar a hablar seguramente para decir "a ti".

Siguieron a Yamato por el bosque hasta un enorme cráter en medio del mismo, donde Sakuma supuso que fue donde se llevó a cabo la lucha de Naruto con Orochimaru. En realidad no debió suponerlo ya que era demasiado obvio. El diámetro del cráter debía de ser de al menos un par de kilómetros y su profundidad de al menos diez metros. Era algo sumamente impresionante. Y Naruto había hecho todo aquello.

—La tierra aún está blanda —comentó Naruto refiriéndose a lo reciente de la pelea, pateando el suelo levemente —. Toda el área fue arrasada y el puente completamente destruido. ¿Alguien me puede decir qué fue lo que pasó aquí? —miró a nadie en particular.

—¿Que no recuerdas nada? —preguntó el mayor.

Naruto se llevó rascó la mejilla con el dedo, pensativo.

Aquello no hizo mas que comprobar la teoría de Sakuma sobre que él había perdido realmente la consciencia mientras peleaba con aquel hombre. Él no hubiera sido capaz de querer dañar a Sakura si así fuera lo contrario.

—Por cierto, otra duda que tengo, ¿por qué estaba inconsciente? —los miró nuevamente.

—Orochimaru te atacó y perdiste la consciencia —mintió Sakura, no queriendo que se enterara sobre su transformación.

—¡Ay, por favor! ¡¿Estás bromeando?! —se enfureció.

—¿Por qué te sorprende? —se cruzó de brazos Sakuma, burlándose.

—¡¿Qué quieres decir con eso, ah?! ¡Seguro me distraje por un segundo'ttabyo! —bramó furioso.

—Bueno, por lo que sé, el tipo serpiente es poderoso, ¿no? —lo miró de costado.

—¡¿Y dices que yo no?! —asintió—. ¡Pues yo no he visto que alguna vez hicieras algo!

—Porque tengo cerebro.

—Tú...

—Las cosas de Sai está por todos lados —oyeron a Sakura decir.

Sakuma frunció el ceño sacando el dedo con el que él la señalaba lejos de su vista y empujándolo lejos de ella al notar que estaba demasiado cerca para su gusto al él anteriormente haber caminado hacia ella durante su discusión, para luego aproximarse hacia donde Sakura se encontraba. Efectivamente las cosas de Sai, como sus pergaminos, tinteros y plumas estaban tirados por todo el lugar.

—¿Por qué dejaría su libro de dibujos? —se preguntó la Haruno en voz alta, sosteniendo el dicho objeto.

Porque es basura, pensó Sakuma, aún molesta.

—No lo entiendo. Este libro era la posesión más valiosa de Sai. Y lo dejó aquí tirado —explicó.

El también se habrá dado cuenta de que es basura.

Escuchó la risa por lo bajo de Naruto y se percató que lo había murmurado. Miró a su derecha y el la miraba prácticamente orgulloso por haber insultado a Sai

—Si dejó todo esto aquí significa que incluso alguien como él se puso nervioso frente a Orochimaru.

—Habla como si hubiera visto toda la escena —volteó Sakura hacia Yamato.

—Lo hizo. Obviamente su clon rarito se lo dijo por radio —dijo la peliplata.

—Exacto —asintió el hombre, levemente ofendido.

—Vaya. ¿Entonces qué pasó con Sai? ¿Por qué Sakuma lo llamó traidor? —cuestinó Sakura.

—Dos cosas: primero Sai tuvo una conversación con Orochimaru, y luego se fue con él y con Kabuto —contestó.

—¿Ah? ¿Pero por qué? ¿Eso qué significa? —preguntó Naruto con exaltación.

—¿De qué crees que hayan hablado?

—Mi clon estaba demasiado lejos para escuchar.

—Qué conveniente —bufó Sakuma.

—Me pregunto que rayos fue lo que le comentó —murmuró Naruto con la mano en la barbilla.

—Tal vez se vio forzado a ir contra su voluntad. Aún es muy pronto para decir que es un traidor —propuso Sakura.

—Já —dijo secamente la Hatake, aún enojada por haberla dejado caer del puente.

Sakura y Naruto fruncieron el ceño sin entender.

—No, Sakura. No creo que haya sido así —se cruzó de brazos el hombre—. Sai se acercó a Orochimaru y le dio algo. Es como si hubiera querido intrigarlo con la entrega.

—Espere, Capitán. Tal vez Sai sea un papanatas'ttebayo, pero no creo que haya sido capaz de traicionarnos —se opuso Naruto.

—Já —repitió Sakuma.

—Bueno, en realidad es posible —dijo Sakura, recordando las advertencias de la Hokage sobre Sai y su jefe, el líder de una antigua organización—. Capitán Yamato, ¿conoce a un hombre llamado Danzō?

¿La momia? se preguntó Sakuma, mirando a Sakura con interés.

—Claro que lo conozco —respondió.

—Nunca había oído de él, ¿quién es? —se interesó el Uzumaki.

—Un miembro de la Facción Halcón que alguna vez fue el opositor del Tercer Hokage.

—Y es el superior de Sai, un viejo al que no le gusta la ideología del Tercer Hokage —añadió Sakura.

¿Y eso que tenía que ver de alguna forma con mi madre? Se preguntó a sí misma, al recordar la escena que había pasado tiempo atrás en la oficina de la Hokage.

—Tal vez Sai hizo contacto con Orochimaru como parte de una estrategia de Danzō —supuso Yamato—. Es posible que Sai tuviera su propia misión. Una que le haya encargado el propio Danzō. Un tipo de misión clandestina y muy diferente a la nuestra.

—Bueno, eso lo explica —habló Sakuma, llamando la atención de todos—. Lo descubrí husmeando por la noche en nuestra habitación de las aguas termales, aunque no imagino porqué.

—¿Fue por eso que corriste? —preguntó Naruto—. ¿Por qué no nos lo dijiste?

—Ah, porque lo amenacé a muerte —se encogió de hombros, esquivando la mirada de desaprobación de Sakura—. Creí que eso sería suficiente. Dicen que soy intimidante.

Yamato se llevó una mano a la frente. De verdad no sabía qué hacer con esta niña.

—Entonces, todo este tiempo, él estuvo usándonos —exclamó Naruto con coraje—. Jugando con nosotros para poder contactarse con Orochimaru.

—Ese es el punto —contestó la Haruno.

—Todo esto es una solo suposición, pero creo tener una idea de lo que está pasando —dijo Yamato, tranquilizándose para poder pensar con claridad—. Escuchen con atención.

Los tres jóvenes dejaron de hablar y lo miraron con seriedad.

—Yo creo que Danzō está planeando la destrucción de la Aldea de la Hoja.

_________________________

¡Hasta acá el capítulo! Resurgí nuevamente de entre los muertos, pero esta vez con buenas noticias, ¡acabé clases! ¡woohoo! Así que haré una especial de dos capítulos y subiré el otro mañana mismo.

Sakuma aún no entiende nada qué demonios pasa con Naruto, pero ya se lo explicarán y también obviamente recordará lo que Kabuto le dijo ;)

Recuerden que aún pueden hacer preguntas sobre los personajes del Fanfic ya que las contestaré en el libro de Q&A's de KD's que ya está publicado.

Por lo visto la peliplata comienza a tomarle cariño a Naruto, ya saben, ella no suele mentir y mucho menos por otras personas. Así que el ocultarle a Naruto que fue él quién la dejó en ese estado no es cualquier cosa. Y si están en duda, sí. Naruto la golpeó en lugar de a Sakura porque ella protegió a su amiga. Leerán los reproches de Sakura en el siguiente capítulo.

No olviden que aún está el concurso de Naruto abierto hasta el 31 de Diciembre, así que pueden pasarse a inscribirse si quieren.

Muchísimas gracias por leer, a todos. ¡Aún no me creo todo el apoyo que he estado recibiendo por todas ustedes! ¡Las quiero!

¡Jenn, fuera! 🖖

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