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XX. El Zorro de las Nueve Colas

Capítulo dedicado a 0BlackMadness0

CAPÍTULO XX:
EL ZORRO DE LAS NUEVE COLAS

Todo rápidamente se había salido de control.

Naruto se había lanzado sobre Orochimaru con una fuerza tan bestial que rompió el suelo de madera del puente, aquella reacción provocada por las palabras del hombre, que afirmaba el que no iba a decirles nada sobre el Uchiha por las buenas. Su cuerpo se vió arrojado varias decenas de metros lejos del puente hacia el bosque ante el zarpazo que recibió por parte del adolescente, rompiendo troncos de árboles y levantando tierra.

Los ojos del chico eran rojos y parecían arder como el fuego, con pupilas rasgadas que les daban un aspecto más escalofriantes. Sus dientes eran filosos y puntiagudos y sus uñas crecidas parecían ser capaces de decapitar a alguien de un zarpazo. Pero eso no estaba cerca de ser lo más sorprendente, sino el extraño chakra anaranjado que rodeaba al adolescente, quien estaba agazapado como si fuese un animal.

La Hatake maldijo a la costumbre de los de Konoha de ocultar información. Aquello no era nada normal, aquello era peligroso.

¿Qué demonios era lo que estaba dominando a a Naruto?

Sakuma frunció levemente el ceño, inquieta al no saber por lo que ese tonto podría estar pasando, porque ese sin duda no era él. No lo conocía casi para nada, pero sí lo suficiente como para saber que él no podría ser capaz de sentir aquella furia si lo que sea que lo estuviera influenciando no estuviera en él. Ese odio era demasiado como para un simple adolescente.

El rostro que antes había estado adornado con enormes sonrisas, ahora era dominado por una furia incontenible, nada cerca a lo que la menor haya visto jamás. Aquello era cólera pura. Y tan solo bastó la mención de Sasuke en la boca del pálido desconocido para desatar todo aquello.

Todo fue silencio luego del estruendo, a excepción del sonido que provocaban las maderas del puente que seguía balanceándose de un lado a otro. El Uzumaki se volteó levemente hacia ellos con la respiración agitada.

Sakura lo miraba entre atónita y aterrorizada, Sai no decía una palabra y Yamato estaba tenso de pies a cabeza. Sakuma se limitaba a ver lo que sucedía intentando encontrar una respuesta, viendo cómo aquel raro chakra anaranjado tomaba forma de lo que parecían ser una cola y orejas alrededor de Naruto.

—Naruto, por lo que veo ya eres todo un jinchuriki —se mofó Kabuto—. El poder del zorro se hace cada vez más fuerte.

¿Jinchuriki?

El silencio volvió a dominar el ambiente, pero Sakuma no lo aguantaba ya y volteó hacia los demás.

—¿Por qué solo nos quedamos aquí parados como inútiles? —gruñó a su equipo, queriendo ayudar al chico.

Yamato negó con la cabeza, indicándole que no se le ocurriera moverse. Ella lo miró mal y volvió la vista al frente, encontrándose con la mirada de Kabuto.

—Oh, tú eres Hatake Sakuma. Qué bueno conocerte al fin —sonrió de lado el hombre de cabello gris.

—¿Cómo sabes mi nombre? —espetó.

—¿Tu nombre? No sólo sé tú nombre. Sé quién eres, niña —corrigió.

Sakuma estaba a punto de demandar explicaciones cuando el olor de aquel hombre de cabello negro llegó nuevamente​ ella, viéndolo salir del bosque segundos después. Caminó lentamente, paso tras paso, con la cabeza baja hasta llegar al comienzo del puente.

—Comienzas a actuar como un jinchuriki, ¿verdad, niño? —dijo alzando la mirada.

—Qué repugnante —susurró la menor, viendo cómo le colgaba la piel del rostro. Sin embargo parecía que debajo de ella había otra cara, una totalmente sana y perteneciente a otra persona.

El hombre caminó por el puente hasta posicionarse a unos metros de Naruto.

—Ya veo... Por eso te eligieron como el perro guardián —habló dirigiéndose a Yamato—. Creo que uno de mis experimentos sí resultó después de todo. Sinceramente creo que su aldea debería de estarme agradecida, ¿no lo crees, mi querido conejillo de indias? —rió levemente.

—¿Conejillo de indias? —cuestionó Kabuto, preguntando en voz alta lo que todos allí presentes querían saber—. ¿Quién es este tipo?

No me caes bien, pero al menos me evitas que me quede con dudas, pensó Sakuma.

—Hace años, cuando todavía vivía entre los estúpidos de la Aldea de la Hoja, busqué el poder de un Shinobi que no sólo fuera experto en el jutsu de madera sino que también pudiera controlar las bestias con cola. Hablo ni más ni menos que del primer Hokage —habló con regocijo mientras llevaba la mano a su cara y de alguna manera que la peliplata no entendía pudo reconstruir los tejidos de piel hasta que reconstruyó su rostro—. Extraje muestras de ADN de sus restos y realicé un experimento, implantando unos componentes genéticos en las células de 60 niños. Pero sus cuerpos rechazaron violentamente el tratamiento —rió—, fueron muriendo uno a uno en una rápida consecución. Cuando estaba a punto de cerrar el caso, otro experimento requirió de toda mi concentración, así que abandoné la aldea dejándolo todo intacto. Creía que todos los niños habían sucumbido. Jamás soñé que hubiera algún sobreviviente.

Eso explicaba porqué el tipo era tan raro, pensaba Sakuma para sus adentros.

Realmente nunca se le dio por pensar en que el que el hombre tuviera aquel estilo de jutsu fuese algo tan sorprendente, el no haber ido a la Academia Ninja tal vez tenía que ver algo con eso.

—¿De verdad? Qué fascinante —comentó el de gafas—. Estamos frente al resultado de años de investigación. Ya puedo observar los frutos de su trabajo.

—No hay duda, es intrigante—coincidió—. Pero quién me interesa es mi Sasuke. Sé que necesita fortalecerse. Tal vez debería dejarlo enfrentarse a Naruto para mirar su progreso.

Este tipo quiere morir, se dijo a sí misma.

—Sasuke no es tuyo —gruñó Naruto, mientras otras dos colas eran formadas por aquel raro chakra, sumando tres—. Sasuke no te pertenece. No hables de él como si fuera tuyo, y menos enfrente de mí, sucia rata bastarda.

Y allí fue cuando las cosas empeoraron, allí fue cuando el Uzumaki comenzó a perder el control.

La Hatake notaba aquel poder aún más oscuro y pesado. Inmenso chakra de color sangre serpenteaba encima de Naruto con tal intensidad que había cambiado la dirección del viento, levantaba astillas del puente y sacudía hojas en todas direcciones con tal fuerza que tuvo que entrecerrar sus ojos y protegerlos con su brazo.

¿Ese extraño chakra tenía algo que ver con el tal Jinchuriki que mencionaron anteriormente? ¿Una clase de monstruo o espíritu, tal vez?

—Oye, tienes que calmarte —dijo Sakuma, notando como comenzaba a empeorar la situación.

Una honda expansiva que se generó al rededor de Naruto y destruyó aún más el puente obligó a Sakuma a retroceder. Sus pies se deslizaban hacia atrás arrastrándola mientras veía como todo aquel chakra rojo serpenteante ingresaba nuevamente al cuerpo de Naruto.

Fue cuando él rugió que supo que ya no quedaba casi nada humano en su mente, sino algo más primitivo y peligroso.

(...)

—A esta altura ya debieron de haber llegado al puente —murmuró con inquietud el hombre de cabello plateado.

—Bah, Kakashi, amigo mío. No estarás preocupado, ¿o sí? —palmeó Gai firmemente la espalda del poseedor del Sharingan provocándole una leve mueca de dolor—. Ambos sabemos que esos chicos son imparables, la llama de la juventud arde en ellos. Estarán bien.

—Gai tiene razón. Esa niña es como la hierba mala. Te molesta que esté en tu jardín pero seguro que no muere por más que lo intentes —fue el intento de tranquilizarlo de Asuma, quién estaba recargado contra una de las paredes del hospital viendo por la ventana.

Kakashi no contestó, simplemente se limitó a asentir mientras soltaba un sonoro suspiro. Aún el recuerdo de la discusión con su hija lo tenía inquieto y odiaba que ella se hubiese ido enojada de esa manera. Si conocía en algo a esa niña era que su aspecto despreocupado era todo lo contrario a como ella realmente era, siempre solía guardárselo para sí misma y tarde o temprano acababa explotando si no se serenaba. Eso era peligroso cuando estabas en una misión.

Pero si todo iba bien con el equipo tarde o temprano terminaría tranquilizándose si no pensaba demasiado en lo sucedido. Tal vez fue lo mejor que él no fuese después de todo. Solo hubiera empeorado todo.

"Te detesto."

La voz furiosa de Sakuma resonó en su cabeza al dirigir la mirada hacia la puerta de la sala del hospital. Realmente esperaba que hubiese sido el enojo y la frustración lo que estuvieran hablando y no ella. Aunque no podía culparla si así era, hasta él se detestaba a sí mismo por lo que le hacía.

El ocultarle todas aquellas cosas sobre su madre, sobre sus orígenes y sobre su familia se le hacía tan doloroso y le llenaban de culpabilidad, pero era necesario. No podía permitir que las cosas salieran mal por causa de él. Además no es como si fuese un sentimiento nuevo, después de todo había hecho lo mismo con Naruto toda su vida.

No obstante Sakuma era su hija y eso hacía que el sentimiento de culpabilidad fuese más pesado.

Desvío la mirada de la puerta cuando se oyó a Asuma encender su mechero, en un tic fumador que traía al tener prohibido encender el cigarrillo allí.

—Kimi a esta altura del día ya hubiera enterado por esa puerta hecha una furia junto con esos dos chicos, ya sabes, el imbécil y el ojitos soñadores, quejándose de lo inútil que eres por dejarte golpear—comentó Asuma.

El Hatake esbozó una leve sonrisa debajo de su mascara al recordar a su novia. Según ella, él siempre se hacía el intocable pero al momento de enfrentar una verdadera pelea siempre llegaba todo golpeado y hasta con la ropa hecha pedazos y que debía de considerar comprarse una armadura si seguía así. Todo aquello al inicio le parecía que estuviese presumiendo, ya que ella era conocida por ser prácticamente intocable en el campo de batalla, sin embargo con el tiempo Kimi le hizo entender que él siempre le daba prioridad a otros en vez de sí mismo en las peleas y que si continuaba así jamás llegaría vivo a casa junto a ella. Debía de confiar más en sus compañeros, en que ellos podían defenderse a sí mismos en vez de tratar de protegerlos a todos.

—Kenji y Haru —agregó Kakashi, mirando al moreno—. Sus nombres eran Kenji y Haru.

—Sí, como sea.

—¿Quiénes? —preguntó Gai rascándose la mejilla.

—Sus compañeros de Equipo —contestó el Sarutobi.

Gai pareció haberlos recordado al alzar las cejas con una sonrisa, pero luego negó sin idea alguna.

Kakashi nuevamente se vió ensimismado, tratando de recordar qué fue de la vida uno de esos muchachos, porque si mal no era su memoria el otro había fallecido en una misión, no obstante del otro chico ni siquiera sabía si aún vivía en la aldea.

—Esto de ocultar cosas tarde o temprano nos va a explotar en la cara, eso lo saben, ¿cierto? —suspiró Asuma—. Esa niña cuando se enoja tiene el carácter de su madre y no sé de qué sería capaz si alguien no-amigo le llega a meter cosas en la cabeza.

Gai asintió con seriedad, al igual que su amigo de cabello desordenado.

—He estado pensando en eso —dijo Kakashi, sobándose el cuello tratando de disminuir el estrés que le causaba tan solo pensarlo—. Tengo planeado decirle todo a su regreso.

—Yo no quisiera otra cosa, amigo mío, pero la Hokage lo prohibió —advirtió Gai.

—Yo me encargaré de la Hokage. En un par de horas me visitará así que trataré de convencerla —aseguró.

—Já, buena suerte con eso —rió roncamente Asuma, encendiendo finalmente el cigarrillo.

—No te preocupes, compañero. ¡Tus métodos de convencimiento son inigualables! —palmeó su hombro Gai—. ¡Solo haz esos ojos de cachorro durmiéndose sobre su trasero y lo tienes ganado! ¡Creo en ti, amigo mío!

—Gracias, Gai —simuló una sonrisa, volteando nuevamente hacia la puerta del hospital con los pensamientos nuevamente en su hija.

(...)

Sakuma había llegado a considerar que el tal Kabuto era una persona astuta. Pero se dio cuenta de lo equivocada que estaba y que en realidad era un grandísimo idiota en el momento en que él decidió atacar a Naruto estando en ese estado. Lo había sobrevalorado seguramente por las gafas redondas. Eso era lo único de chico listo que tenía.

Naruto obviamente lo vio venir y no tardó en atacarlo... Solo que no solamente fue el hombre el que salió afectado por el ataque, sino que todos los del equipo también.

El Uzumaki había rugido con una ferocidad tan descomunal que una onda expansiva chakra había salido de su boca haciendo volar al hombre de coleta metros y metros lejos de allí, destruyendo un gran perímetro de puente alrededor de él por la gran explosión que aquello causó.

Aunque el ataque no hubiese estado dirigido hacia ellos específicamente todos se vieron obligados a apartarse lo más que pudieron para evitar ser golpeados por aquel poder. Sin embargo solo Yamato, Sai y Sakuma habían podido escapar ilesos al estar con sus reflejos más canalizados que los de la pelirosa, que seguramente estaba desconcentrada al ver todo lo que sucedía con su compañero y fue golpeada por el cuerpo de Kabuto, provocando haber salido disparada al no ver venir aquello en su momento, golpeándose la cabeza y quedándose inconsciente en medio del puente que ahora estaba en gran parte destruido.

Sakuma aterrizó de pie a un lado de Yamato sin haberse percatado de esto, oyendo el estruendo que causó el cuerpo del de gafas aterrizando ruidosamente contra los árboles en el bosque detrás de ellos, seguido del ruido de las maderas y pilares del puente poco a poco destruyéndose.

—¡Sakura! —oyó a Yamato gritar.

La Hatake que hasta ese momento había estado viéndose los pies instintivamente por la inestabilidad del puente, vio a lo lejos como al borde del puente destruido Sakura lentamente iba resbalándose hacia el abismo. Esa gran torpe, se quejó la menor, evaluando mentalmente qué partes eran más seguras y estables para llegar hasta ella, aunque sinceramente no creía que hubiese tan solo una. Entonces vio cómo la parte norte del puente cayó totalmente por el precipicio hacia el agua y sus pies reaccionaron por sí solos comenzando a correr hacia su amiga ante el pensamiento de que en cualquier momento le sucedería lo mismo a la parte del puente en que se encontraba.

—¡Sakuma, no! ¡El puente está inestable! ¡Tu peso hará que ambas-! —el hombre calló abruptamente al ver lo que hacía.

Vio a la menor avanzar a una sorprendente velocidad hacia su compañera de equipo, pero no de una manera que haya visto antes. La menor no parecía siquiera tocar el suelo con sus pies entre salto y salto, con aterrizajes tan ligeros como el mismo aire conforme subía a los inestables barandales del puente y bajaba al suelo de madera repetidamente tratando de hallar un sitio que no se estuviera cayendo a pedazos, hasta que finalmente la vio llegar a un lado de Sakura con un aterrizaje tan delicado como el de una hoja cayendo al suelo. Esa destreza sin duda había llevado mucho tiempo y trabajo, se decía él sin saber que aquella habilidad en realidad siempre había estado con ella pero que Gai se había encargado de explotar en sus arduos entrenamientos al notarlo en una de las veces que Sakuma tomó por sorpresa al mismo Neji al aparecer de cabeza en el árbol encima de él para pedirle un enfrentamiento.

—Y yo qué creía que tu enorme cabeza era aprueba de todo —resopló Sakuma agachándose al lado de la Haruno y rodeando su cuello con el brazo de ella.

—¡Salgan de allí ahora! ¡El puente está a punto de ceder! —gritó Yamato.

—Qué lástima, planeaba sentarme a comer unos dangos —murmuró sarcástica, poniéndose de pie junto con el inconsciente cuerpo de Sakura.

Fue cuando se puso de pie que el puente comenzó a darle realmente problemas a Sakuma. El suelo tembló violentamente y se vió obligada a aferrar sus pies con charkra, cosa que no funcionó demasiado a estar el suelo desmoronándose.

—¡Resiste, Sakuma! ¡Jutsu de madera! —Yamato juntó sus manos en un firme movimiento entrelazando sus dedos.

Un enorme par de piezas de madera crecieron en el suelo del acantilado y se extendieron por debajo del puente hasta llegar a donde estaban las chicas, levantando el puente tratando de estabilizarlo. Esto solo le dio un par de segundos Saku para encontrar nuevamente equilibrio, pero el tener peso muerto extra no le era de mucha ayuda. Trató de avanzar lentamente, pero el suelo temblaba constantemente bajo sus pies de manera que aunque el líder del equipo lo estuviera sosteniendo no evitaría que se cayera a pedazos.

Sakuma vio cómo Sai creaba un enorme pájaro en tinta, dispuesto a echarles una mano, pensó al inicio y sintió algo de alivio ya que obviamente no podía sola con Sakura, pero al ver la mirada del chico presintió qué tal vez no era así ya que él ni siquiera se dignó a verla al montarse en él.

Justo en aquel momento en el que Sai alzó vuelo los cimientos del puente cedieron y el suelo bajo los pies de Sakuma comenzó a inclinarse hacia atrás, directo hacia el vacío.

—¡Capitán! —exclamó Sakuma llamando su atención y, acumulando chakra en hombros y rodillas, lanzó a Sakura hacia él con todas sus fuerzas.

Yamato deshizo el sello de manos para atraparla exitosamente. Saku sonrió levemente.

Pero su sonrisa duró sólo un instante. Instante que demoró la parte del puente en el que ella estaba parada en caer al vacío junto con ella.

Sakuma se obligó a sí misma a no entrar en pánico cuando su corazón se encogió dentro de su pecho y en cambio utilizó su tiempo de caída para pensar en alguna solución. Sin embargo se encontró con que no le daba el tiempo para intentar nada con sus kunai e hilos de metal que traía en su bolsa shinobi y los escombros estaban fuera de su alcance como para saltar sobre ellos de regreso al puente. Tendría que preparase para el inminente chapuzón que se llevaría. Con lanzar una bomba al agua para sacudir la superficie bastaría para contrarrestar la tensión superficial y que no muriera por el golpe, se tranquilizó a sí misma dispuesta a sacar una de su bolsa ninja mientras caía de espaldas al vacío cuando oyó a su capitán.

—¡Sai, sujétala!

Volteó de inmediato la mirada hacia abajo y notó como efectivamente Sai en ese instante pasaba por debajo de ella. El adolescente alzó vuelo en su dirección y Sakuma extendió la mano hacia él, agradeciendo no tener que rebuscar nada en su bolsa ya que seguramente todo habría salido volando por doquier. No obstante, cuando llegó a su lado, Sai siguió su camino sin mirar atrás.

Bueno, eso al menos confirmó el mal presentimiento que ella había tenido en un principio sobre sus malas, se consoló a sí misma encogiéndose de hombros mentalmente si eso era posible.

—Maldición —masculló el hombre, dejando con cuidado a Sakura acostada antes de golpear el suelo con la mano y crear una extensión de madera rápidamente para sujetar a la hija de su compañero por el tobillo. Él casi juró haberla escuchado reír ante el movimiento saltarín que provocó su cuerpo al rebotar cuando fue sostenido—. Tranquila, ya estás bien —alzó la voz para que lo oyera sobre las explosiones que venían del bosque en el que estaba Naruto junto con Orochimaru.

—No estoy nerviosa —contestó despreocupada, colgando patas arriba.

Yamato negó con la cabeza creyendo que tal vez esa adolescente estaba algo demente, viendo cómo se balanceó un poco antes de lograr sujetarse del tronco de madera y comenzar a trepar por él luego de haber arrancado el trozo que la sostenía del tobillo con un golpe. Finalmente llegó a su lado luego de un minuto y no tardó en preguntarle cómo estaba, obteniendo ninguna palabra como respuesta. Sakuma solo pasó de él hasta acuclillarse frente a Sakura. Yamato la siguió.

—Sakura, despierta —pidió el Capitán, tomándola por debajo del cuello para enderezarla—. Oye, Sakura.

—Eso no va a funcionar luego de semejante golpe —comentó la peliplata.

—Sakura, despierta —intentó nuevamente, ignorando a la chica.

Sakuma rodó los ojos y sin previo aviso volteó la cara de su compañera de una bofetada.

—¡¿Pero qué-?! —chilló Yamato sin poder terminar al ver cómo aquello efectivamente había funcionado y los ojos de la muchacha comenzaban a temblar.

Sakuma se puso de pie nuevamente y se alejó de ella dándole la espalda al ver los ojos jade de su amiga abrirse, suponiendo que no querría verle allí luego de la discusión que tuvieron ambas no hace mucho.

—¿Estás bien? —preguntó Yamato.

—Sí... gracias —murmuró, sentándose por su cuenta, cuando una punzada de dolor le llevó va poner la mano en su nuca.

—Cuidado —advirtió él.

—Perdone, yo...yo  creo que ya estoy bien —sonrió algo apenada por tantos cuidados.

La pelirosa miró por primera vez a su alrededor luego de despertar y notó entonces como todo el lugar estaba destruido, incluyendo el puente con la única excepción de la pequeña parte en la que ellos estaban parados. Se preguntó cómo había llegado a salvo hasta esa parte.

Vio a Sakuma un par de metros delante, dándole la espalda. Supuso que estaba demasiado molesta como para preguntar cómo estaba siquiera y frunció el ceño enojada.

—¿Que sucedió? —cuestionó confundida ante tanto desastre.

—Naruto hizo todo esto.

—¿Dónde está?

—Naruto está del otro lado —respondió dirigiendo la mirada hacia el bosque, donde Sakuma miraba oyendo la lucha—. Está allá porque iba tras Orochimaru.

Sakura soltó una leve exclamación de sorpresa.

—Eres el Capitán, ¿no se supone que debes hacer algo con tu estilo carpintero? —espetó Sakuma volteando hacia el hombre—. Supongo que eso detiene de alguna manera a Naruto si el tipo serpiente lo mencionó, y aquel bueno para nada de Sai no creo que sirva de mucho luego de que obviamente nos traicionara.

—Así es —asintió Yamato, ignorando el tono irrespetuoso de Sakuma y el apodo despectivo que usó para un jutsu tan extraordinario como el suyo, creando un clon de madera que se encargase de detener al menor—. Cuento contigo —dijo a su clon.

—Claro que sí —contestó para luego irse de allí hacia el entrenamiento.

A Sakuma le pareció estúpido que el hombre hablase consigo mismo, porque eso así al hablarle a un clon.

—Ya deja de ser una malcriada. El Capitán Yamato lo único que hace es ayudar —le dijo Sakura al notar su actitud de superioridad, siendo todo lo contrario a la intención de Sakuma que lo que quería era intentar ayudar de la misma manera.

La peliplata la ignoró.

Una explosión se oyó a lo lejos y todos pudieron ver cómo el chakra anaranjado se elevaba a la distancia entre los árboles. No tardó mucho tiempo antes de que la onda expansiva de todo aquel poder llegará hasta ella como una fuerte ventisca.

—Qué mala suerte —habló Yamato de repente—. Ha surgido la cuarta cola.

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Casi 4000 palabras, uff. Espero no haberlas aburrido demasiado este capítulo, trataré de resumir mucho más el próximo y eso. Creía que podría hacer al menos unos 5 episodios de Naruto en 1 pero ya con 3 es demasiado.

La cosa se puso intensa, ¿eh? Naruto se descontroló tu la pobre de Sakuma no entiendo una mierda jajaja estaba tan confundida que ni le dio tiempo de entrar en pánico mientras caía por el precipicio.

Hoy averiguamos un poco más de Kimi también, sobre su equipo. Un tal Kenji y Haru, ay ustedes los amarían tanto jajajaja

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Al final he decidido publicar una historia para poner todas las preguntas que han hecho sobre la novela, para así luego ir agregando más respuestas conforme a ustedes se le ocurren preguntas. Así luego de todos los capítulos si quieren pueden dejar sus preguntas respecto a lo que sea (MIENTRAS NO SEA SPOILER O TENGA QUE VER SOBRE LOS SECRETOS DE LA HISTORIA, OBVIAMENTE)

¡MUCHAS GRACIAS POR LEER! YA SOMOS 32K DE VISITAS Y SEGUIMOS CRECIENDO me muero de amor 💘

Bue, me voy antes de que me dé algo. Jenn, fuera 🖖

PD: Les invito a seguir a danisflowersxx tiene unas historias asombrosas y está a punto de llegar a los 800 followers ;)

[Capítulo sin editar. Posibles faltas de ortografía]

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