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VII. El inicio

CAPÍTULO VII:
EL INICIO

Kakashi y Sakuma estaban nuevamente sentados en una banca del parque, la misma que habían usado el primer día que compartieron juntos, la menor comiendo unos dangos con el mismo amor de siempre y el mayor solo observándola en silencio. No podía sacarse de su cabeza aún la batalla que su hija había tenido con Lee.

Le parecía sorprendente la habilidad con la que Sakuma podía controlar y administrar su chakra a tan corta edad, tal como su madre en sus días de la Academia. Notó que utilizaba la misma técnica que Lady Tsunade en su taijustu, acumulando chakra en determinados puntos de su cuerpo como puños y piernas para adquirir fuerza y poder, cosa que se le hacía bastante interesante. Sospechoso en realidad. Eso lo hizo querer averiguar quien había sido en realidad el sensei de Sakuma. No cualquiera podía imitar las técnicas de los Sannin. Investigaría eso luego.

Por otra parte también estaba la gran cantidad de chakra que poseía. Podía comparar esa cantidad con la suya, no obstante la niña la administraba horriblemente mal gastando mucho en muy poco tiempo. Ni hablar del taijustu. Era el más básico que había visto. Lo único que la libraba era su sorprendente velocidad.

En resumen, Sakuma era poderosa, pero no desataba ni el más mínimo de su potencial en una lucha cuerpo a cuerpo.

—Pareces estreñido —escuchó la voz de Sakuma, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Ah? —bajó la mirada y miró hacia su hombro dónde la niña se había apoyado para comer más cómodamente—. Gracias —dijo sarcástico.

Kakashi comenzaba a entender porque algunas personas se molestaban con él por ser siempre tan sincero ahora que lo estaba viviendo en carne propia con Sakuma. La niña no se guardaba nada con respecto a lo que pensaba sobre ti o cualquier otra persona y podía a llegar a ser algo grosera sin percatarse de eso.

—¿En qué pensabas? —curioseó, masticando el palillo vacío del último dango.

—Ahh, en nada en específico —se encogió de hombros.

—No parecía —murmuró, pasando el palillo de un lado a otro—. Traías esa cara tuya de molestia que pones cuando no sabes algo. Además me mirabas tan fijamente que creí que dejaste un clon cuidándome para ir a leer el libro que no me dejas ni tocar.

—En serio estás aburrida, ¿eh? —suspiró Kakashi, extendiendo los brazos a sus lados y apoyándolos en el respaldo de la banca—. Por cierto, ¿por qué Lee no está acosándote? La mañana parece ser su momento del día favorito para hacerlo.

Sakuma lo miró, no sabiendo si se estaba burlando de ella o estaba enojado con su amigo por alguna extraña razón. Apoyó su cabeza en el brazo de su padre, mirando hacia el cielo, antes de contestar.

—Se fue a otra misión con su equipo —gruñó—. Casi convence a Gai-sensei de que los acompañara porque no era una misión peligrosa, pero Neji dijo: "No haremos de niñera otra vez, este es un equipo de élite para misiones de élite. Me gradué como Jõnin, no como Babysitter". Y como todo el mundo le hace caso al alma de anciano prehistórico que Neji tiene, no me dejaron ir —se cruzó de brazos.

Kakashi rió levemente. La cara de berrinche de Sakuma era demasiado graciosa como para evitar sonreír. Se alegraba de que poco a poco ella estuviese desenvolviendo más su personalidad al punto de reírse, reprochar y hacer pequeñas escenas como esta, como cualquier otra niña de once años haría. Comparado con como era hace un mes cuando llegó, callada, reservada y hasta un poco hostil, Sakuma había cambiado bastante y se notaba aún más cuando estaba con personas importantes para ella como Sakura, Lee, Gai y... él. Entendía perfectamente su personalidad en ese entonces. Sakuma había crecido sin padres y su sensei había muerto recientemente, por lo que era lógico que estuviese deprimida y amargada. Por lo que ahora, el verla feliz, extrañamente lo hacía feliz a él igual.

—Emm, ¿y Sakura? ¿Por qué no estás con ella? —alzó una ceja el ninja.

Sakuma comenzaba a creer que a Kakashi le molestaba su compañía, pero descartó la idea de inmediato al recordar que fue él el que la sacó casi a rastras de su habitación para que tomara aire fresco.

—Entrena con Tsunade-sama hace ya una semana —frunció el ceño—. Quise acompañarla esta vez, pero la Hokage me dijo que era muy pequeña como para formar parte de su entrenamiento o estar por ahí cuando sucediera porque podrían matarme accidentalmente de un golpe.

—Hum, bueno, si eres muy pequeña —la molestó divertido, Kakashi, al percatarse del cambio de mirada de su hija a una de molestia.

Sakuma volteó la cabeza hacia él, mostrándose algo indignada.

—Claro que no.

Kakashi señaló con la barbilla los pies de Sakuma, que ni siquiera llegaban a tocar el suelo. Su hija se sonrojó y subió los pies a la banca, decidiéndose por cerrar la boca.

—Me recuerdas a tu madre —soltó de la nada.

Ella lo miró de inmediato.

—Ella era bastante bajita y yo siempre la molesté por eso. Debías de ver como se ponía —sonrió debajo de la máscara con nostalgia—. Siempre apoyaba mi brazo en su cabeza sabiendo lo histérica que se pondría solo para que me prestara atención, hasta que se volvió en un juego entre nosotros.

Kakashi suspiró y notó como Sakuma lo veía con ilusión en sus ojos cristalinos.

—Es la primera vez que hablas de mamá —la pequeña sorbió su nariz.

Kakashi se levantó, repentinamente serio por el tema que había tocado.

—¿Quieres hacer algo? —cambió de tema. Sakuma asintió—. Entonces sígueme —se limitó a decir antes de comenzar a caminar lejos de allí, con las manos en los bolsillos.

Eso hizo. Escupió el palillo del dango en la papelera al lado de la banca y apuró el paso para alcanzarlo, demasiado aburrida como para el cuestionar algo.

🍃

Sakuma reconoció el claro del bosque dónde se encontraban como el mismo lugar donde había peleado con Lee recientemente. Kakashi la había llevado allí sin decir ni una palabra, dándole un aura sospechosa a todo el asunto. Sabía que el hombre se traía algo entre manos cuando habían comenzado a alejarse de la aldea, algo que se le había hecho raro al inicio. Cuando él dijo de hacer algo creía que sería una de esas actividades padre-hija que ella tanto ansiaba... Aunque sinceramente ni ella sabía cómo eran esas actividades.

Kakashi se detuvo en medio del claro y volteó a verla. Ambos permanecieron en silencio, Sakuma esperando una explicación y Kakashi solo dándole algo de suspenso al asunto, como siempre acostumbraba a hacer.

—Dijiste una vez que tu sensei creía que estabas a nivel de ser Chunin —habló Kakashi.

Sakuma asintió dudosamente, no sabiendo a que iba ese comentario.

—Bueno, se me ocurrió que tal vez ella te haya sobrevalorado un poco. Por lo que creo que tendré que comprobar eso —llevó una de sus manos a su bolsa ninja—, con una simple prueba —sacó su mano y la abrió, dejando colgar de una fina piola roja un par de cascabeles.

Sakuma vio como su padre colgaba los cascabeles a su cintura.

—¿Cómo es que unos tontos cascabeles determinarán si soy buena? —se cruzó de brazos, algo molesta porque la creyera "sobrevalorada".

—Hum, bien, te lo explicaré —exhaló profundamente antes de continuar—. Si eres capaz de quitarme al menos uno de ellos antes del atardecer querrá decir que eres lo suficientemente buena para ser genin. Pero si me quitas ambos, tal vez seas considerada ante mis ojos como chunin. Sencillo, ¿no?

—¿Y si no lo logro quiere decir que soy una inútil?

—Exacto —asintio sonriente—. Oh, y también te amarraré a un tronco —señaló despreocupadamente hacia tres cortezas de árboles que no había visto antes—. Pero, si ganas —atrajo nuevamente la atención de la niña—. Yo seré tu nuevo sensei y te enseñaré todo lo que sé.

El corazón de Sakuma latió fuertemente en su pecho al oír esas últimas palabras. ¿Ser alumna de alguien cómo él? ¡Era un sueño! Desde que ella había llegado a Konoha no había nadie que no le dijera que su padre era uno de los ninjas más calificados que había en cuanto mencionaba que era su hija, y ella creía firmemente en ello.

Había crecido con extraordinarias anécdotas que su madre le había confiado de él y también con enormes expectativas que le quedaban diminutas a alguien la mitad de poderoso que su padre. El ser estudiante de alguien así le parecía de película, y el que él se ofreciera a enseñarle todo lo que sabía le era increíble. Sin embargo su padre era un Jõnin extraordinario y ella apenas y había podido luchar media hora contra Lee.

¿Qué le hacía creer que podía con él?

Aunque no era como que tuviera que derrotarlo o algo por el estilo, solo tenía que sacarle unos estúpidos cascabeles cuando estuviera distraído y listo. Le probaría que ella no estaba sobrevalorada y que de verdad era poderosa, igual que él. Lo haría sentirse orgulloso así tuviera que patearle el trasero.

—¿Así que si gano serás mi sensei? —sonrió como pocas veces hacía.

—Uhum.

Sakuma apartó su flequillo de un soplido y se puso en posición.

—Creo que será tan fácil como arrebatarte tu libro Icha Icha —comentó, tratando de distraerlo un poco.

Kakashi apartó la banda ninja para dar paso a su sharingan. Sabía perfectamente que Sakuma siempre utilizaba hasta la más mínima distracción antes de comenzar una lucha para aprovechar al máximo su velocidad, y si así era debía de estar sumamente atento. Observó a la niña unos segundos. Ella era inteligente, astuta, rápida y fuerte. En ese sentido le recordaban a él –así como también a su madre– a su edad. Pero también sabía que era temperamental y gracias a eso exponía sus puntos débiles... en eso se le asemejaba solo a su madre. Tenía fe en que ella lo lograría, después de todo era una Hatake.

La niña maldijo internamente al sharingan. Todo era ahora más complicado de lo que ya esperaba que fuera, pero eso no significaba que se rendiría.

Ella obtendría uno de esos cascabeles, Kakashi sería su nuevo sensei y ella se volvería fuerte. Le mostraría a ese grupo de tontos que Sakura tenía como amigos que ella no era ninguna perdedora y haría que la reconozcan por ser quien era, no por ser hija de Kakashi. Pero más importante, que su padre la reconociera como su hija. Eso era todo lo que quería y necesitaba.

Sin dudarlo un segundo más, Sakuma corrió hacia su padre con ese objetivo en mente.

Ella sería Sakuma Hatake, su hija.

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¡Bien, este es el último capítulo antes de que comience Naruto Shippuden!

Gracias de corazón a todos por los 1K de votos y todos esos comentarios preciosos.

¡Sakuma hará la prueba de los cascabeles!

Ya tengo el próximo capítulo más o menos planeado y sabrán que pasó al final de este. Si Kakashi se convirtió o no en sensei y si ella logró todo lo que quería.

Y si, Naruto va a aparecer <3 al fin, ¿no? Yo soy mucho de hacer esperar a los demás con importantes reencuentros je como pasó con Kakashi y Sakuma, así que agradezcan de que no apareciera en otros diez capítulos más.

Bien, eso es todo. ¡Bye! 🍃

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