Me invade la angustia y no sé por qué; la razón aún desconozco. Solo sé que cogí la llave y pasé el cerrojo.

Sí, me encerré dentro de mi propios miedos. Tuve tanto temor que casi colapso, estuve sintiendo cada vez más nervios.
Vigilando cada paso que daba para que al caer no se escuchará un estruendo.

Pero duele más que cayera en el silencio, sintiendo como iba descendiendo hasta el fondo.
Un fondo tan inhóspito como habían llegado a ser mis inseguridades.

Mi destino era frágil y caprichoso como un niño al llorar.

Me podía desbaratar en mil pedacitos si seguía pisando en el lugar equivocado, si seguía aislandome.
Porque seguiría haciéndome daño.

Recordándome una y otra vez que nunca podría volver a sonreír.
Que debía quedarme en mis cuatro paredes, viendo en mi piel cada cicatriz causada por el pasado.
Aferrándome al "nadie me quiere" al "nadie me busca".

Me ahogaba en mis mares de sufrimiento.

¿Habrá una salida para mí, una persona tan deteriorada internamente?

La respuesta era sí, pero antes debía atreverme a usar la llave que tenía en mis manos.

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N/a
Poema en colaboración con BrendaForever03